Los relojes de la Puerta del Sol (III)

La Puerta del Sol en 1830 según la maqueta de Madrid de León Gil y Palacio. Museo de Historia

Una vez desmontado el reloj de la fachada del Buen Suceso los madrileños lo echaron de menos inmediatamente. Además, el derribo de la iglesia significaba el comienzo de la desaparición de una parte del centro de Madrid tal como la habían conocido toda su vida.

Desde que ha desaparecido el reloj de la Puerta del Sol son innumerables los chascos que llevan multitud de personas. Sabido es que dicho reloj era por el que arreglaban los suyos la mayor parte de los que lo tienen, y por el que se guiaban muchos también de los que carecen de él: conocida es la costumbre que en unos y otros había de confrontar sus cronómetros con levantar la cabeza para mirar qué hora era; pero desde que ha desaparecido, parece que todos se dan de ojo para mirar la hora, encontrándose con agujero en vez de esfera, y con unas vigas en lugar de minutero y horario. Sin embargo de esto, se repiten los chascos, y sabemos de personas que cuantas veces pasan por la Bolsa de los mineros, otras tantas dirigen sus miradas á la parte superior de la iglesia, volviéndolos á bajar tan enterados como antes.
La Nación, 28/03/1854

Desapareció ya la iglesia del Buen-Suceso [...] Desapareció aquella modesta iglesia donde (según es fama) de una á dos de la tarde. oían misa algunos pocos restos de las tapadas de los tiempos de Tirso y Calderón, algunos pollos sin tradiciones en nuestro teatro ni en nuestra historia, muchos dormilones, no pocas pelanduscas, bastantes doncellas de labor, y un nubarrón espantoso de aguadores y mozos de cordel. Desaparecieron las misas de las miradas furtivas, de las citas paladinas, de los diálogos á media voz, de los piropos y chanzonetas, de los apretones de mano y de las pisadas insinuantes, de los empujones y apreturas, de los gritos y soponcios, del barullo y del escándalo. Los plantones de la plataforma de asfalto que agolpados á corta distancia de las gradas de la puerta, estudiaban atentamente las diversas escuelas de femenino calzado, tuvieron que desbandarse [...] Con la iglesia desapareció el reloj, símbolo del ojo de la policía, siempre abierto, alumbrado de noche, menos cuando se apagaba, desconcertado casi siempre: desapareció la campana del reloj, voz de la eternidad que estaña recordando sin descanso á tantos remolones, aquello tan sabido en otras partes de que el tiempo es dinero. Desapareció también la casa de beneficencia, y con ella el trozo de acera mas concurrido, mas peligroso para los bolsillos, más lleno de aguadores, fosforeros y empujones, el mas fecundo en requiebros y mentiras, en una palabra, el mas característico. Ha quedado en su lugar una verdad tremenda: el polvo.
El Clamor Público, 13/09/1854

Algunos vecinos de la Puerta del Sol nos ruegan por vigésima vez que hagamos presente la necesidad de que el reloj que se hallaba antes en el Buen Suceso se coloque en el ministerio de la Gobernación para que pueda saberse en aquel punto de la capital la hora que es. Como es justa esta solicitud, esperamos que por ahora, no se atenderá.
El Clamor Público, 26/05/1854

Ante la gran necesidad que se sentía por saber la hora, un comerciante considera que es el momento propicio para anunciar la venta de relojes.

RELOJES MECÁNICOS. La industria adelantando cada día, hace combinaciones maravillosas con sus creaciones que después causan la admiración bajo cualquier forma que se las presente. Nuestra empresa en relación con el mejor, tal vez, relojero mecánico de París, tiene en su establecimiento:
1.º—Un reloj de fragua con ocho figuras que trabajan con toda precisión.
2.º—Otro id. de pájaros, con un árbol de verde y oro, que cantan y saltan de rama en rama.
3.º—El reloj de los monos, cuyo lienzo representa uno de estos animales enfermo en la cama, asistido de otros dos de su especie, vestido uno de doctor y otro de enfermero aplicándose una lavativa.
Esposicion estranjera, calle Mayor, núm. 10
La Nación, 21/03/1854

Habrá que esperar un año hasta que se instale un reloj en la Puerta del Sol. Finalmente no será el que estaba en el Buen Suceso sino otro nuevo que construye Tomás de Miguel. El ayuntamiento ya le había pagado 20.000 reales por el reloj anterior que había resultado tan deficiente y el constructor veía comprometido su prestigio, así que parece que no cobró nada por el reloj nuevo, aunque cabe la posibilidad de que fuese el anterior pero reformado.

El reloj que se va a colocar en la antigua casa de Correos, ahora ministerio de la Gobernación, no es el que estaba antes en la fachada del Buen-Suceso, y sí uno que al efecto se está construyendo , pero que tendrá como aquel esfera trasparente, para que de noche pueda verse la hora.
La Iberia, 13/05/1855

En ese momento aparece la posibilidad de otro reloj, aunque parece ser una noticia publicitaria que no volverá a aparecer.

EL MEJOR SERÁ EL PRIMERO —Puesto que el Ayuntamiento piensa colocar un reloj público en la casa de Correos, debemos hacerle una advertencia que le importará mucho. Parece que el relojero que vive en la calle Mayor, esquina en la Puerta del Sol, tiene hechos todos los preparativos para colocar un magnífico reloj en el tejado de la casa que habita, y como saben nuestros lectores es sitio mas á propósito aun que el de Correos, pues domina todas las calles inmediatas de tal modo, que siendo la esfera de dos caras, como parece natural, puede verse la hora desde medio Madrid. Según nuestras noticias, el citado relojero va hacer á una cosa muy notable, pues tiene encargado á Londres el reloj, de manera que el ayuntamiento podrá ahorrarse ese gasto, por ahora, que no vendrá mal. El tiempo es oro para todo el mundo, y para la villa en este caso mucho mas.
El Clamor Público, 29/04/1855

Bueno, ya que la Puerta del Sol va a disponer de un nuevo reloj, hay que aprovechar para pedir algo sobre las campanas... o algo equivalente.

... la necesidad, mas que de otra cosa de gusto y bien parecer, de sustituir á las primitivas campanas otros instrumentos equivalentes, como muelles á propósito, con relación a las grandes proporciones del mismo, o bien abujas perfectamente bien templadas y aceradas, ó campanas chinescas, como sucede en alguno que otro país: así se habrían ahorrado los concurrentes á aquel centro de movimiento y circulación alguna súbita crispación ó ataque de nervios de los que solía producir en peores y menos cultos días el primitivo cencerro ó esquilón del susodicho reloj.
La Nación, 15/05/1855

En mayo ya se advierte actividad en el tejado de la Casa de Correos. El "tiempo de los besugos" debe referirse a Navidad, ya que era la cena tradicional de Nochebuena en los hogares de mayor poder adquisitivo.

¿Si será, si no será? Detrás del parapeto que se ha levantado en las alturas de la que fué casa de correos se divisaba ayer una campana. Esta campana se supone que sea para el reloj que ha de construirse. Hoy están ya colocados los pies derechos para el castillejo y todo revela que la obra camina con mas actividad que lo que se estila en esta tierra. Es probable que para cuando vuelva el tiempo de los besugos ya el reloj señale y dé la hora.
La España, 27/05/1855

En junio y julio la prensa observa y va dando detalles sobre la instalación del reloj. 

Con el objeto, dice un periódico, de que pueda verse la hora desde larga distancia y sin necesidad de situarse frente al edificio, parece se ha resuelto últimamente colocar en ambos costados del reloj de la Puerta del Sol dos esferas trasparentes iguales á la que se ha puesto en la fachada principal. Esta mejora importante será causa, tal vez, de que la obra sufra alguna dilación. Es preciso que el director del nuevo reloj tenga una cabeza muy parecida á una calabaza, pues a poseer siquiera un mediano cacumen se le habría ocurrido poner las dos esferas laterales. Apenas habrá un aguador en la Puerta del Sol á quien no se le ocurriese cosa tan sencilla.
La Nación, 05/07/1855

Y llegó el día de la inauguración.

Estreno oportuno. Anoche á las ocho se verificó el del magnífico reloj de la Puerta del Sol, colocado como ya saben nuestros lectores, sobre el edificio de Correos. En el acto de dar las ocho la campana, se descorrió la cortina que ocultaba las tres esferas, y los numerosos concurrentes que presenciaron la inauguración, tuvieron una singular complacencia en ser los primeros en saludar tan útil reforma. Mucho celebramos que este soberbio reloj haya empezado á funcionar en la noche del 17 de julio, en medio de un pueblo lleno de gozo. Esperamos, sin embargo, que se hará desaparecer las diferencias que, sin duda por efecto de la prisa con que ha sido colocada la máquina, se advertían esta mañana entre la esfera principal y la que mira á la calle Mayor, pues la primera se adelantaba bastantes minutos á la segunda.
La Iberia, 18/07/1855
Fotografía de Charles Clifford. La Puerta del Sol en 1857. Todavía quedan muchas casas antiguas sin derribar

Fotografía de autor desconocido. El reloj de Tomás de Miguel ya instalado en la Casa de Correos. 1860

Pero los paseantes por la Puerta del Sol siguen sin tener un reloj fiable.

Si el nuevo reloj de la Puerta del Sol continúa la marcha que en él se observa algunas veces, es seguro que á nadie dejará descontento, pues siendo enteramente distintas las horas que señalan las tres esferas, cada uno puede escoger á su gusto aquella que mas le acomode.
La Iberia, 20/07/1855

Apunta y no da. Decimos esto porque anteayer á las doce pasábamos por la Puerta del Sol y vimos que el nuevo reloj del ministerio de la Gobernación señalaba las diez y media. No fué á nosotros solos á quienes nos chocó el desarreglo del reloj, porque un fosforero que pasaba también por allí se puso á cantar la siguiente seguidilla, sin duda de su cosecha: «Si tan exactamente—marcas el tiempo,—por Dios que mas valía—no haberte puesto.—Marchas en regla, —que á las doce señalas— las diez y media. Más tarde volvimos á pasar por el mismo sitio, y el reloj señalaba la hora que debía señalar. Nuestro conocido el fosforero, que debía ser un fácil improvisador, cantaba á la sazón: «Señalas la hora justa,—gracias al cielo,—que te encuentre arreglado—por un momento.—Al cielo plegue—que no como el gobierno—te desgobiernes.»
La España, 22/07/1855

Una curiosa noticia nos revela que había habitantes en buhardillas creadas sobre la Casa de Correos ¿Pensarían tender la ropa?

Muy reprensible es el que han cometido algunos de los habitantes de las bohardillas de la casa de Correos: apenas se ha concluido la torre del reloj, han colocado tres escarpias en el costado del Poniente, afeando así aquella fachada. Bueno sería que se mandaran quitar, y que se impusiera una multa, ó al menos se apercibiera á los culpables.
La Iberia, 10/08/1855

Al año siguiente, las autoridades, conscientes de la importancia de saber la hora exacta, emiten una orden para intentar con medios modernos ajustar la hora diariamente.

Con objeto de que se verifique, según está mandado, el arreglo de los relojes públicos de esta corte al tiempo medio civil, se hace saber á las personas encargadas de estos, que desde el día 1.º de diciembre próximo podrán observar la señal dada por el observatorio astronómico al paso del sol medio por el Meridiano. Cinco minutos antes de las doce servirá de señal preventiva la subida de una bola negra á la parte mas elevada del aparato de la torre telegráfica situada en el ministerio de la gobernación. En el momento del paso del sol medio por el Meridiano del observatorio, una corriente eléctrica, enviada desde aquel establecimiento, hará saltar instantáneamente el gatillo del disparador de la bola, y esta descenderá con movimiento acelerado y uniforme. Un reloj bien arreglado al tiempo medio civil, debe señalar las doce en el momento en que la bola empiece á descender.
La Época, 26/11/1856

Este reloj instalado en el ministerio de Gobernación nunca funcionó bien a pesar de sus múltiples reparaciones. Tomás de Miguel era un prestigioso industrial que presentó sus productos en exposiciones españolas y extranjeras, incluso en la Exposición Universal de París; la empresa que fundó hizo múltiples trabajos de herrería y cerrajería, y además consiguió por concurso público la construcción de muchas líneas de la naciente red española de telegrafía eléctrica; sin embargo se puede decir que no era un especialista en relojería.

Ese reloj tan fatal
Que hay en la Puerta del Sol,
Dijo á un turco un español,
¿Por qué anda siempre tan mal?
El turco con desparpajo
Contestó, cual perro viejo:
Ese reloj es el espejo
Del Gobierno que hay debajo.
La Iberia, 12/08/1864

Los periódicos hacían elucubraciones sobre cómo sería la nueva Puerta del Sol que se iba a construir. Un nuevo reloj en un lugar prominente siempre formaba parte de ellas.

... Otros aseguran que se erigirá una columna de mármol á la altura del edificio que ocupa el ministerio de la Gobernación, y cuyo coronamiento será un reloj de cuatro faces, una de las cuales corresponderá á la calle de Carretas, otra á las de Alcalá y Carrera de San Gerónimo, otra á las de la Montera y del Carmen, y á la Mayor y á la del Arenal la última. El tiempo se encargará de decirnos lo que haya sobre el particular.
El Clamor Público, 02/03/1860
Fotografía de Jean Laurent. La nueva Puerta del Sol recién construida, c. 1865

No habría un reloj sobre una columna de mármol; el siguiente reloj fue el de Losada, el que todavía preside la Puerta del Sol desde la Casa de Correos. El relojero español José Rodríguez Losada tenía un prestigioso establecimiento en Regent Street, Londres. Había construido para la Armada española unos excelentes cronómetros marinos que eran imprescindibles para la navegación y en 1858 ya había regalado un reloj al ministerio de Fomento. El ministerio estaba instalado en el desamortizado convento de la Trinidad en la calle Atocha, entre las actuales calles Concepción Jerónima y Relatores. El edificio fue demolido en 1897 y supuestamente el reloj de Losada fue llevado a un depósito municipal en Coslada.

Hoy por ser cumpleaños de S. M el Rey empezará á funcionar el magnifico reloj de torre que ha regalado al ministerio de Fomento el relojero español residente en Londres don José Ramón Losada, y que es, según los artistas que lo han examinado, una obra muy perfecta. El señor Losada ha sido tan generoso que ha satisfecho los gastos de conducción hasta esta corte. Su objeto es, que haya en ella una memoria de su amor á la capital de su patria. El encargado de colocarlo ha sido el relojero del mismo ministerio don Godofredo Hoefler, ventajosamente conocido por las obras de esta clase que ha ejecutado.
La España, 13/05/1858
Convento de la Trinidad en la calle Atocha según el plano de Teixeira. 1656

Años después Losada es propuesto para una recompensa y ya se habla de otro reloj, el que se instalará finalmente en la Puerta del Sol.

Parece que se va á proponer para una recompensa que podrá consistir en una gran cruz al relojero español señor Losada, por el donativo que hace años hizo del magnifico reloj nuevamente colocado en el ministerio de Fomento, y cuyo valor no bajará de 6.000 duros. El mismo señor Losada ha prometido, según noticias, regalar otro reloj quizá mejor que este, para que se coloque en otro sitio á propósito.
La Correspondencia de España, 12/05/1865
El relojero Losada en 1862

El reloj, fabricado en Londres, fue enviado por vía marítima a Bilbao y de allí por ferrocarril a Madrid. Al llegar a la capital fue depositado sin desembalar en el patio de la Casa de Correos donde permanecería más de un año. Un mes después de la llegada del reloj llegaron por la misma ruta las campanas fundidas por Mears & Stainback de Londres.

Ya debe encontrarse en Madrid, según cartas recibidas de Bilbao, el magnífico reloj que regala el conocido fabricante español residente en Londres, señor Losada, y que probablemente será colocado sobre el edificio del ministerio de la Gobernación, en lugar del reloj que hay en la actualidad. Las campanas del nuevo, construidas con todas las condiciones que exige su colocación, á cuyo fin pidió los datos necesarios el señor Losada, se dejarán oír en un estenso radio, como se verán igualmente desde largas distancias las trasparentes esferas que deberán colocarse á los cuatro puntos cardinales sobre un templete de mejor gusto y mas elevado que la especie de bohardilla que ahora existe.
El Contemporáneo, 15/07/1865

Pasan los meses y como da la sensación de que no saben qué hacer con el reloj regalado, un periódico aporta una idea.

Sería útil y no muy costoso que se colocara el reloj que ha regalado el Sr. Losada, y que existe empaquetado en el patio del ministerio de la Gobernación, en el centro de la Puerta del Sol, sobre una elegante aguja que pudiera hacerse de hierro, y colocando dos pequeñas fuentes en lugar de la que hoy existe allí. Así podrían utilizarse las cuatro esferas que tiene el reloj, y creemos que aprovechando los materiales la obra no subiría mucho.
La Soberanía nacional, 03/03/1866

Quince meses después de la llegada del reloj, por fin se activan las obras en la Casa de Correos para poder instalarlo. El motivo de tan súbita actividad es que se ha decidido inaugurarlo el 19 de noviembre, Santa Isabel de Hungría, día del santo de la Reina.

Es probable que á fines de esta semana estén concluidas y montadas en su lugar las columnas y armaduras que se construyen en la fábrica del Sr. Sanford para el nuevo reloj de la Puerta del Sol. La armadora se esta haciendo bajo la dirección del ingeniero D. Víctor Hugo, y consiste en ocho columnas sobrepuestas y fuertemente enlazadas entre sí. Las cuatro superiores están destinadas á llevar tres campanas. La armadura irá coronada de una elegante cúpula, y tendrá unos treinta pies de elevación.
La Correspondencia de España, 24/10/1866

Han quedado ya colocadas las campanas del nuevo reloj del ministerio de la Gobernación. Ayer se han estado fijando los martillos, y en breve se pondrán las tres esferas. La actividad con que se llevan los trabajos hace suponer que para el día 19 podrá lucir ya el magnífico regalo del Sr. Losada, relojero español en Londres.
La Esperanza, 06/11/1866

Por los pelos, pero se consigue instalar el reloj para la fecha prevista.

Ayer quedó colocado definitivamente en la Puerta del Sol el reloj últimamente regalado por nuestro célebre compatriota Sr. Losada. No podemos juzgar del mérito artístico de su máquina, pero basta saber la casa de donde procede para poder asegurar que estará bien construido. Por el pronto la campana tiene un sonido claro y se oye a distancias mayores que la de el anterior. Es de suponer que en adelante el pueblo madrileño podrá saber con seguridad que la hora en que vive es la marcada por el reloj fijado en el ministerio de la Gobernación.
El Pensamiento español, 19/11/1866

El día 19 de noviembre hubo por la mañana desfile militar por el paseo del Prado y la calle de Alcalá presidido por el rey consorte. Parece que Isabel II permaneció en palacio donde a las dos de la tarde se celebraba el besamanos general de costumbre con motivo de su santo. Extrañamente parece que no hubo ceremonia de inauguración del reloj en la Puerta del Sol pero los días siguientes acudieron muchas personas para conocer el nuevo reloj.

Llama estos días la atención de gran número de personas el reloj estrenado en la Puerta del Sol el día 19, que ha regalado nuestro compatriota el señor Losada, artífice español, cuyos productos han adquirido en Londres tan grande como merecida reputación.
Diario oficial de avisos de Madrid, 22/11/1866

Siglo y medio después, el maestro relojero que cuida del reloj declaró:

Es un maravilloso aparato de precisión. Y sigue teniendo muy buena salud. Nunca se nos ha puesto malo pues, a su edad, conserva más del noventa por ciento de sus piezas originales.
ABC, 31/12/2015
Maquinaria del reloj de la Puerta del Sol

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