tag:blogger.com,1999:blog-18208048982915728302024-03-13T12:16:28.189+01:00Madrid en la prensa de antañoJuan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.comBlogger18125tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-79148024094681279182020-11-01T10:22:00.001+01:002021-01-04T07:59:27.277+01:001837. Los carlistas a las puertas de Madrid<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div style="text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/91/Carlos_Mar%C3%ADa_Isidro_de_Borb%C3%B3n_(Museo_del_Prado)_cropped.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="653" height="320" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/91/Carlos_Mar%C3%ADa_Isidro_de_Borb%C3%B3n_(Museo_del_Prado)_cropped.jpg" width="261" /></a><a href="https://mobi.parador.es/sites/default/files/cultura/obras/11878_copy_0.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="640" height="320" src="https://mobi.parador.es/sites/default/files/cultura/obras/11878_copy_0.jpg" width="256" /></a></div></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Carlos María Isidro de Borbón y María Cristina Borbón - Dos Sicilias</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">En la Primera Guerra Carlista los contendientes eran Carlos María Isidro de Borbón, hermano del fallecido Fernando VII, que se había autotitulado Carlos V y reclamaba el trono de España, y María Cristina de Borbón - Dos Sicilias, viuda de Fernando VII, que era la regente o Reina Gobernadora hasta que su hija Isabel II, alcanzase la mayoría de edad.</div><p></p><p></p><div style="text-align: justify;">Los carlistas dominaban el País Vasco y Navarra, una parte de Cataluña alrededor de Berga y el Maestrazgo entre las provincias de Castellón y Teruel. Para extender por España la insurrección carlista, éstos hicieron varias expediciones militares por la Península; con esto además pretendían distraer recursos de los cristinos —también llamados isabelinos— para aliviar la presión militar sobre el País Vasco y Navarra, su principal zona de influencia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En julio de 1837 el general carlista Zaratiegui cruza el Ebro y a través de las provincias de Rioja y Burgos llega al Duero. Allí siguiendo el curso del río parece que se dirige a Valladolid mientras es perseguido por el general cristino Méndez Vigo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>El 21 pasó el Ebro cerca de Haro otra espedicion compuesta de 8 batallones y tres escuadrones á las órdenes de Zariategui, que es una de las mejores cabezas que tiene la facción: Se dice que va á Madrid, pero creemos se dirija á la Alcarria ó Buitrago para alarmar la capital. </i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Castellano, 03/08/1837</div></div></blockquote><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://ley.exam-10.com/pars_docs/refs/24/23870/23870_html_m1a3e4140.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="525" data-original-width="800" height="420" src="https://ley.exam-10.com/pars_docs/refs/24/23870/23870_html_m1a3e4140.jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;">Expediciones carlistas</div></span><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Mientras Méndez Vigo se dirige a proteger Valladolid, inesperadamente Zaratiegui tuerce hacia el sur y a marchas forzadas llega a las puertas de Segovia instalándose en Zamarramala.</div></div><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>La ciudad se disponia á defenderse, habiendo colocado algunas piezas de artillería en los puntos mas dominantes y ventajosos de la población. Se transportaron dentro de ella anticipadamente en galeras muchas piezas de paños, y otros efectos de valor de las fábricas que hay en el arrabal, á fin de ponerlo todo á cubierto del pillage de los rebeldes, en el caso que invadiesen las afueras de la ciudad. Un crecido número de tropas se han puesto en movimiento sobre el Real sitio de San Ildefonso, distante dos leguas de Segovia.</i></div><div style="text-align: justify;">La Estafeta, 06/08/1837</div></blockquote><p></p><div style="text-align: justify;">Segovia contaba con milicianos nacionales y muy pocas tropas para su defensa. Después de una corta resistencia los primeros carlistas entran en la ciudad por medio de escalas, hay algunos saqueos y cercan el Alcázar donde se encuentran los cadetes del Colegio Militar de Artillería que a las pocas horas negocian una rendición.</div><div><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>San Lorenzo, 5 de agosto.=Se han recibido varios partes de los que resulta que la facción que ha llegado hasta delante de Segovia, ha logrado entrar en esta ciudad, donde añaden que ha tenido dos horas de saqueo. Anoche han dormido aqui 400 hombres de tropa que han salido inmediatamente para alla. Hay un piquete colocado en el Cimborrio que es el punto mas elevado, y desde donde se distinguen todos los caminos. Parece que el fuerte de Segovia se defiende aun aunque con pocas esperanzas de que se sostengan, por que dicen, que no tienen muchas municiones. De este pueblo y los inmediatos marcha toda la gente a ponerse en seguro por miedo de que vengan á hacernos una visita. En la Granja aseguran que hay bastantes tropas, pero inferiores en número á los enemigos, de modo que no es presumible puedan socorer á los sitiados. Las demás que venian persiguiendo á la facción no se sabe donde paran.</i></div></i><div style="text-align: justify;">La Estafeta, 07/08/1837</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeZekym4FiDcz_9EBLhDxC_C5YteP2CXfgxWy51kmf-kQ6yxCiAROfBppIhrtFabaG6uaIqleYhMhBJm3IGlxjl4mm36O5LwME0dp0B6miNi4cFBUyq-s3nJOTQAUIsIxrFvwgRCWk-9I/s1024/SEGOVIA+COLEGIO+ARTILLERIA.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="662" data-original-width="1024" height="414" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeZekym4FiDcz_9EBLhDxC_C5YteP2CXfgxWy51kmf-kQ6yxCiAROfBppIhrtFabaG6uaIqleYhMhBJm3IGlxjl4mm36O5LwME0dp0B6miNi4cFBUyq-s3nJOTQAUIsIxrFvwgRCWk-9I/w640-h414/SEGOVIA+COLEGIO+ARTILLERIA.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: x-small;">Real Colegio de Artillería en el Alcázar de Segovia</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El casi inespugnable Alcázar de Segovia se rindió al fin antes de ayer sin defenderse apenas, y con él ha caído en poder de los facciosos la artillería, las alhajas de varios conventos que estaban allí guardadas, y que hacen subir en valor hasta 700 mil reales y en fin la riqueza de, toda la población que se habia encerrado en el fuerte como único punto seguro. Refiérese de mil modos este acontecimiento y los mas se inclinan á creer que ha habido ó mucha cobardía ó traición. El tiempo es quien puede ponerlo en claro, y hasta tener otros datos suspendemos el juicio. Inútil es relatar las atrocidades y destrozos que han causado los carlistas en Segovia, porque, para saberlos, basta saber que han entrado en la ciudad y en la fortaleza </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i> Estas noticias que cundieron desde por la mañana en Madrid, exaltaron los ánimos, y fueron pasando de boca en boca con la exajeracion que es consiguiente. El Ayuntamiento dicen que celebró sesión estraordinaria y anoche parece que se ha reunido la diputación provincial y el consejo de ministros. No obstante que ni la mas remota apariencia de alterarse la tranquilidad ha habido para prevenir un acontecimiento inesperado se ha quedado el primer batallón de Milicia de retén en la plaza y se anunció orden á los alcaldes de barrio para rondar con vecinos honrados.</i></div><div style="text-align: justify;">La Estafeta, 07/08/1837</div></blockquote><p>La noticia de la caída de Segovia causa una extraordinaria alarma en Madrid. Con fecha de 6 de agosto, María Cristina declara en estado de guerra el distrito de la Capitanía general de Castilla la Nueva. La reina debía temer actividades subversivas de los carlistas en Madrid porque declara que algunos delitos pasan durante el estado de guerra, a la jurisdicción del Consejo de guerra ordinario:<br /></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Espionage, inteligencia, complicidad ó cooperación con los enemigos; auxilio de cualquier especie prestado á ellos; conjuración, maquinación ú otro acto cualquiera en favor de los mismos </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i style="font-style: italic;"> Publicación ó propagación de noticias ó especies capaces de desalentar á las tropas ó al público; de provocar entre las primeras la insubordinacion ó la indisciplina; de introducir la desunión en los defensores de la Patria y del Trono; ó de frustrar, impedir, entorpecer ó debilitar las disposiciones que se adopten para la defensa común.</i></div><div style="text-align: justify;">Gaceta de Madrid, 07/08/1837</div></blockquote><p style="text-align: justify;">Para la defensa de Madrid se contaba con la Milicia Nacional y la Guardia Real. La ciudad se divide en 9 distritos y se fijan los puntos de reunión de la milicia en caso de darse la alarma. Estos puntos son: Fuente de Cibeles, calle Fuencarral frente al Hospicio, calle de San Bernardo frente al Noviciado, San Gil —actual plaza de España—, plaza de la Armería, Vistillas, la Fuentecilla de la calle de Toledo y calle de Valencia. El Palacio Real queda defendido por la Guardia Real. Además se previeron columnas de reserva en la plaza de Santo Domingo, Plaza Mayor, Red de San Luis, calle Alcalá frente al Retiro, Paseo del Prado y Plaza de la Cebada. Por último,</p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">La compañía sagrada, compuesta de oficiales sueltos, se situarán en la Puerta del Sol, y las de los vecinos honrados en sus respectivas demarcaciones </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i style="font-style: italic;"> Queda prohibido desde esta fecha el disparar tiros y coetes dentro de las calles, asi como encender cualquiera clase de combustibles en sitios elevados que puedan servir de señales.</i></div><div style="text-align: justify;">La Estafeta, 11/08/1837</div></blockquote><p></p><div style="text-align: justify;">También se ordenó al general Espartero, que estaba en Daroca, que acudiese con su ejército en socorro de Madrid. Todo este despliegue muestra el temor que se había desencadenado y parece que creían que la expedición de Zaratiegui contaba con más efectivos de los que realmente tenía.</div><div style="text-align: justify;">Mientras tanto Zaratiegui no muestra intención de seguir avanzando de momento y permanece unos días en Segovia aprovisionándose y reorganizándose. Hasta acuñan moneda con la efigie de Carlos V. Méndez Vigo después de acercarse a reconocer la zona se repliega a Guadarrama.</div><p></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El capitán jeneral de Castilla la Vieja desde la venta de Lodones, á las dos de la tarde del 5, dice que habiendo sabido al llegar á Santa María de Nieva que la facción ocupaba á Segovia, y que el real alcázar se defendía, se adelantó con la caballería y dos compañías de infantería para hacer un reconocimiento y dar esperanzas á los sitiados. Por nacionales que se le acaban de presentar supo que, á pesar de haber 600 hombres en la ciudad, entraron por la noche 250 facciosos por escalas y franquearon las puertas á los demás, y que á las 11 de la noche del 4 capituló la guarnición del alcázar con solo la condición de ser respetadas las vidas.</i></div><div style="text-align: justify;">La Estafeta, 08/08/1837</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/12/8_maraved%C3%ADes_Carlos_V%2C_Segovia_(cara).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="591" data-original-width="591" height="400" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/12/8_maraved%C3%ADes_Carlos_V%2C_Segovia_(cara).jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Moneda acuñada en Segovia</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Zaratiegui avanza hasta San Ildefonso y las tropas cristinas que había allí también se repliegan. La prensa no comprende estos repliegues y se pregunta porqué no atacan a los carlistas.</div><p></p><p></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Segun las noticias que últimamente hemos recibido la faccion continúa en Segovia, ó por mejor decir en Zamarramala, donde tiene fijado el cuartel general, aunque la mayor parte de la fuerza está en el primero de dichos puntos. El general Méndez Vigo con sus tropas se hallaba anoche en Guadarrama, y parece que se venia aproximando hacia la corte, así como el coronel Azpiroz que pernoctó en Torrelodones, viniendo de la venta de la Trinidad </i>[Villalba]<i>. A decir verdad no nos es dado comprender el objeto de estos movimientos, cuando los enemigos están apoderados de un punto fuerte á poco mas de una jornada de Madrid, cuando en él han fijado la residencia con ánimo al parecer de no abandonarle, cuando allí se halla establecida una de las juntas de Castilla, cuando se están proveyendo de víveres y de recursos, y cuando su tranquila marcha desde el Ebro, y su entrada en Segovia han escitado y tienen pendiente la atención y el cuidado de amigos y enemigos.</i></div><i><div style="text-align: justify;"><i>Eco del Comercio, 09/08/1837</i></div></i></blockquote><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://media-cdn.tripadvisor.com/media/photo-s/07/60/8f/f3/jose-elbo-una-venta-la.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="390" data-original-width="550" height="284" src="https://media-cdn.tripadvisor.com/media/photo-s/07/60/8f/f3/jose-elbo-una-venta-la.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;">José Elbo Peñuelas. Venta de la Trinidad hacia 1843</div><div style="text-align: center;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;">Como no hay enfrentamiento militar con los los cristinos, los carlistas poco a poco se van acercando a Madrid.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Capitania general de Castilla la Vieja.= Plana mayor. = Excmo. Sr.: Estando preparándome esta mañana á las ocho para proseguir mi marcha á las Rozas, recibí aviso de las partidas de caballería, que salieron á hacer la descubierta hacia Navacerrada, que los enemigos avanzaban por dicho camino á la venta de la Trinidad en número de dos escuadrones é infanteria, cuya fuerza no podian calcular por las sinuosidades del terreno. Inmediatamente formé la división, y me puse en marcha para pasar el desfiladero y puente de Retamales y situarme en estos campos, como lo he verificado, dispuesto á recibir al enemigo si se atreviese á adelantar. Sus avanzadas se han tiroteado con las mias en la espresada venta de la Trinidad. He enviado a la puerta de Hierro al teniente de artillería don José Alvares Reyero, para que haga se me reúna el escuadrón de Húsares y la batería de la guardia real que se hallan en aquel punto. He hecho avanzar una mitad de caballería sobre Torrelodones para descubrir y observar al enemigo. Espero avisos, según los que obraré y daré parte á V.E. Dios guarde á V.E. muchos años. Campo entre las Rozas y Torrelodones 10 de Agosto de 1837, á las dos y media de la tarde.-=.Excmo. Sr.=Santiago Mendez Vigo</i></div><div style="text-align: justify;">Eco del Comercio, 12/08/1837</div><i><div style="text-align: justify;"><br /></div></i></blockquote><div style="text-align: justify;">El 11 de agosto se produce entre Torrelodones y Las Rozas el choque entre ambos bandos. Los partes militares del ejército cristino se publican en la prensa de Madrid.</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-style: italic;"><br /></span></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>El capitán general de Castilla la Vieja desde las Rozas el 11 á las dos y media de la tarde dice que los enemigos se descubrían por el camino de Navacerrada en dirección á las Rozas, y que salía al encuentro. El mismo á las cuatro de la tarde que acababa de descubrir toda la fuerza rebelde en posicion sobre la venta llamada de Lodones, situada entre este pueblo y las Rozas, apoyando su infantería el monte. Un ayudante de campo que salió del de batalla á las seis y media dice que unos y otros quedaban en las mismas posiciones, habiéndose trabado el combate entre las guerrillas, que los enemigos habían reforzado en bastante número; de ambas partes se hacían algunos disparos de cañón. El mismo con igual fecha, á las nueve de la noche, desde el indicado pueblo de las Rozas dice:</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Excmo. Sr.: Cuando á las cuatro de la tarde di á V.E. mi último parte, quedaba el enemigo avanzando lentamente en varias columnas, y á poco empezó á jugar su artillería, y se empeñó el fuego de guerrillas. Hice situar en posición la batería de la Guardia Real, y á la caballería en orden de batalla en dos lineas que atravesaban el camino y sostenían los carabineros de Galicia. El principal ataque del enemigo se dirigió sobre el bosque de mi izquierda, que sostuvo bizaramente. El segundo batallón provincial al mando de su comandante accidental el capitán graduado de teniente coronel D. Jacobo Pardo, obligando una vez á que los rebeldes se retirasen en desorden. Estos hallaron muchos obstáculos que vencer en el terreno y en la resistencia del batallón espresado que ocupaba una considerable estension en orden abierto, y estaba sostenido por tres compañías en masa y por el escuadrón de húsares de la Princesa. Nuestra artillería rompió el fuego con su acostumbrado acierto, haciendo callar el de la del enemigo, y obligando á sus masas a ponerse fuera de su alcance. No se me ha ofrecido ocasión de emplear activamente la caballería.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Entrada la noche dispuse el repliegue de las guerrillas, caballería y artillería para apoyarme en la infantería que quedó en posición en estos campos. En este momento me estoy ocupando en hacer trazar el campo en que hemos de vivaquear esta noche, y es el mismo de las Rozas, donde recibiré mañana al enemigo si repite su ataque. Aun no puedo manifestar á V. E. cual ha sido mi pérdida, aunque sé no pasa de 30 hombres heridos, pues solo hemos sido ofendidos por fuegos de guerrilla. No asi el enemigo, en cuyas masas cayeron algunas granadas nuestras. Las grandes guardias avanzadas me avisan en este momento de que las compañías que los enemigos dejaron en el campo de batalla al retirarse lo acaban de hacer igualmente hacia Torrelodones.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Español, 13/08/1837</div></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></blockquote><div style="text-align: justify;">Por su parte, los carlistas publican un parte militar en su Gaceta Oficial.</div><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Concentradas las fuerzas enemigas de ámbas Castillas, llegué a descubrirlas en el pueblo de las Rozas á la vista de Madrid con cuyo motivo y apesar de la superioridad numérica con que contaba en todas armas, presenté la batalla en el llano de la arruinada casa de Postas [Las Matas]. El enemigo coronaba una cordillera, por la cual se abre el paso al camino Real y se hace inflanqueable á causa de los barrancos que espiran en el Real sitio del Pardo. Conocida la suma apatía de los rebeldes, traté de escitarlos al combate por medio del fuego de algunas guerrillas que destaque apoyadas de los batallones Valencia, 5º de Castilla, y 4º de Guipúzcoa, las cuales lograron arrojarle de su primera posición, y esto me proporcionó el poder reconocer la segunda en que se hallaba apoyado en un bosque, guarnecido con bastante artilleria y hecho otros preparativos de defensa. Era ya muy larde, y mi objeto reducido á presentar las lanzas y bayonetas de mi REY Don Carlos V delante de la Corte revolucionaria estaba ya cumplido, por cuya razón no quise que avanzasen las tropas. Llegada la noche se replegó el enemigo á las Rozas, dejandome dueño del campo; entonces satisfecho de haber hecho ver al mundo lo que puede un puñado de hombres disciplinados, dispuse acantonarme en el pueblo de Torrelodones, el mas inmediato al campo de batalla. En esta pequeña escaramuza, en la cual solo se emplearon siete compañias, hemos tenido la pérdida de dos muertos, y veinte y nueve heridos, la mayor parte levemente y entre estos un oficial. Los restantes cuerpos de las diferentes armas de que en este parte no hago mención inclusa la caballería, no entraron en acción, y de consiguiente nada sufrieron apesar del mucho fuego de cañon que hicieron los enemigos. — Todo lo que pongo en conocimiento de V. E., por si se digna elevarlo al del REY N.S. Dios guarde a V.E. muchos años. Cuartel general de la fonda de la Trinidad 12 de Agosto de 1837.— Juan Antonio de Zaratiegui.</i></div><div style="text-align: justify;">Gaceta Oficial, Oñate, 25/08/1837</div><i><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://content3.cdnprado.net/imagenes/Documentos/imgsem/06/0680/0680cfdb-3434-423f-8f98-793f94144941/5540e3e7-17af-4b2f-9b8e-f46e8350c39b.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="470" data-original-width="800" height="376" src="https://content3.cdnprado.net/imagenes/Documentos/imgsem/06/0680/0680cfdb-3434-423f-8f98-793f94144941/5540e3e7-17af-4b2f-9b8e-f46e8350c39b.jpg" width="640" /></a></div></i><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Aureliano de Beruete. Paisaje de Torrelodones. 1891</span> </div></span></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;"> </div></span></blockquote><div style="text-align: justify;">Al final el encuentro no pasó de ser una escaramuza que incluso llegó a ver la reina con un anteojo según el entonces coronel Fernández de Córdova.</div><p></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>Yo por mi parte monté a caballo y me reuní en Las Rozas al general D. Santiago Mendez Vigo, asistiendo a la acción que sostuvo con el enemigo, que no pasó de las inmediaciones de este pueblo, y que S.M. la Reina presenció con ayuda de anteojo desde los balcones de Palacio.</i></div></i><div style="text-align: justify;">Fernando Fernández de Córdova. Mis Memorias Íntimas</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div>Al día siguiente, 12 de agosto, el ejército del general Espartero entró en Madrid.</div><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Ayer á las cinco de la tarde llegaron á esta capital y desfilaron por delante de palacio á vista de SS. MM. las valientes tropas al inmediato mando del señor conde de Luchana </i>[general Espartero]<i>, compuestas de 11 batallones y algunos escuadrones de lanceros de la guardia, húsares de la princesa y polacos. El aspecto guerrero de las tropas y el buen orden de su marcha escitaron el contento y el entusiasmo de los numerosos espectadores, que por todas partes acudían ansiosos á contemplar el marcial espectaculo, y á complacerse en ver de cerca los atezados rostros de los bizarros vencedores de Bilbao. Los cuerpos desfilaron en columna de honor, dando los vivas á ISABEL II, á la REINA GOBERNADORA y á la CONSTITUCIÓN. El pueblo saludó á los soldados con mil aclamaciones de entusiasmo y de gratitud, y en seguida al bizarro gefe que los manda. Al apearse este para entrar en palacio se vio rodeado de una inmensa muchedumbre que le detuvo larguísimo rato, esclamando en mil vivas á la libertad, á la constitución, al general Espartero, al vencedor de Luchana &c.</i></div><div style="text-align: justify;">Eco del Comercio, 14/08/1837</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://s1.eestatic.com/2020/07/10/cultura/historia/Historia-Correos-Historia_504211184_155519076_1706x960.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="800" height="225" src="https://s1.eestatic.com/2020/07/10/cultura/historia/Historia-Correos-Historia_504211184_155519076_1706x960.jpg" width="400" /></a></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;">Antonio Maria Esquivel. El general Espartero. 1841</div><div style="text-align: center;"><br /></div></span><div><div style="text-align: justify;">Asegurada la ciudad de Madrid con el ejército de Espartero, Méndez Vigo procede a expulsar a los carlistas de los lugares que habían ocupado. Entra en un Torrelodones ya evacuado por los carlistas que se dirigen hacia la sierra para pasar a Segovia, no sin abastecerse antes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Hoy ha entrado en Galapagar una partida corta de rebeldes, y ha recojido el tabaco y dinero que había en el estanco. Algunas mas se nos dice que han estado en Cercedilla y otros pueblos del puerto de Navacerrada á recojer las raciones que tenían pedidas.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Eco del Comercio, 12/08/1837</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El ejército de Espartero se acantonó en el Pardo y Pozuelo de Aravaca. Allí la oficialidad de la brigada mandada por Antonio Van Halen se sublevó reclamando un cambio de Gobierno pero Van Halen siguió con solo la tropa y los pocos oficiales que quisieron acompañarle, en dirección a Segovia donde se suponía que estaban los carlistas. Los oficiales sublevados no fueron castigados y la Reina, teniendo en Madrid el apoyo de Espartero, aceptó gustosamente la renuncia de José María Calatrava como presidente del consejo de ministros, quien le había sido impuesto después de la sublevación de la Granja el año anterior a consecuencia de la cual tuvo que reinstaurar la Constitución de 1812.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Las tropas de Zaratiegui se retiraron hacia Segovia, que también abandonaron, y se internaron en Castilla la Vieja. Según los carlistas, esta expedición no tenía por objeto ocupar Madrid —tampoco tenían tropas suficientes para ello— sino atraer hacia Castilla la Vieja al ejército cristino para favorecer a la expedición principal que estaba teniendo lugar, la llamada Expedición Real en la que iba Carlos de Borbón con su jefe de ejército el infante Sebastián de Borbón.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/a/a4/General_Zaratiegui.jpg/220px-General_Zaratiegui.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="316" data-original-width="220" height="400" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/a/a4/General_Zaratiegui.jpg/220px-General_Zaratiegui.jpg" width="278" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;">El general Zaratiegui</span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;">En mayo de 1837 partió de Estella la Expedición Real. Carlos de Borbón reunió a 12.000 soldados y recorrió Navarra, Aragón, Cataluña y Castilla hasta Madrid. En el transcurso de la larga Expedición Real hubo varias batallas: Huesca y Barbastro (victorias carlistas), Grá y Chiva (victorias cristinas) y finalmente Villar de los Navarros, una rotunda victoria carlista que dejó despejado el camino hacia Madrid. En Alarcón se les unió Cabrera con sus tropas y juntos avanzaron por Tarancón hasta Arganda.</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i>Por la puerta de Alcalá y la de Atocha entraban multitud de carros que conducían á la Milicia Nacional y á soldados de caballería de los depósitos inmediatos, situados en la dirección de los pueblos de Cuenca y Guadalajara. Mucha gente comprometida en ellos se refugiaba en Madrid. La alarma iba en aumento, y todos en realidad participábamos de ella.</i></div><div style="text-align: justify;">Fernando Fernández de Córdova. Mis Memorias Íntimas</div><i><div style="text-align: justify;"><br /></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i>¿Para cuando reservamos esa energía, esa actividad que ha de salvarnos si algo nos salva ya? ¿Esperamos para arrepentirnos á que nos veamos al pie de un patíbulo ó en las cabernas de la inquisición? ¡qué error! ¡qué locura!.... El tiempo pasa, las filas enemigas se engruesan, dominan provincias, se apoderan de plazas fortificadas, se aproximan á la capital, ponen en consternacion sus inmediaciones, meditan acaso apoderarse de ellas... y bien ¿qué hacemos nosotros entretanto? ¿en que se ocupa nuestro gobierno? ¿qué fuerzas oponemos á las suyas?... ¿qué esperamos?</i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i>El Castellano, 11/09/1837</i></div></i></blockquote><p></p><div style="text-align: justify;">Por Real Decreto del 11 de setiembre se restablece el del 6 de agosto por el cual se declaró en estado de guerra el distrito de la Capitanía general de Castilla la Nueva. Además se establece la censura militar.</div><p></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>De orden del Excmo. Sr. capitán jeneral se hace saber que todo periódico que hable de movimientos militares, será tratado su editor responsable como si tuviera comunicación con los enemigos, y juzgado en consecuencia por el consejo de guerra; entendiéndose que solo durará esta prohibición mientras dure el estado de guerra en que se halla este distrito.</i></div></i><div style="text-align: justify;">Diario de Madrid, 13/09/1837</div><i><div style="text-align: justify;"><br /></div></i></blockquote><div style="text-align: justify;">Desde Arganda, Cabrera y el infante Sebastián de Borbón se adelantaron hasta el portazgo de Vallecas a la espera de la orden para entrar en Madrid.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBNImVrh_8kYJ3mLUd8oiqicmQ82GMIVn7cRi-jgu6yuOy-YTpW2OK2G5weAnEODHnc__W8jdXoY2rO2ZqtduQj5pOiRsm7SQ2au5zTrGjaGhqOt2yPTpEPN36a7K_gZZdkCkWSw-e-Ls/s663/CARLISTAS2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="423" data-original-width="663" height="408" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBNImVrh_8kYJ3mLUd8oiqicmQ82GMIVn7cRi-jgu6yuOy-YTpW2OK2G5weAnEODHnc__W8jdXoY2rO2ZqtduQj5pOiRsm7SQ2au5zTrGjaGhqOt2yPTpEPN36a7K_gZZdkCkWSw-e-Ls/w640-h408/CARLISTAS2.jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;">Los carlistas a las puertas de Madrid. A la derecha la iglesia de la Virgen de Atocha.</div><div style="text-align: center;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Nos reunimos con Cabrera en Vallecas y subimos a todo correr a una pequeña colina; entonces pudimos contemplar a nuestros pies el altivo Madrid, silencioso y triste </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i> Madrid parecía tan abandonado, tan humillado, tan poco defendido que no teníamos más que abrir sus puertas para hacernos dueños de él </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i> Algunos escuadrones de Cabrera avanzaron por la carretera hasta unos mil pasos de la puerta de Atocha; se hicieron dueños del puesto de la Aduana, llamado Cadena del Buen Retiro. Todo permanecía tranquilo; la puerta siguió cerrada y la ciudad como envuelta en un profundo sueño </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i> De pronto los tejados y terrazas de Madrid se llenaron, no de soldados, sino de pacíficos habitantes de ambos sexos, que nos miraban con curiosidad. Los rayos del sol reflejaron millares de puntos brillantes que provenían de los anteojos dirigidos hacia nosotros. Después se armó un toldo sobre una terraza del Buen Retiro, Palacio del Emperador Carlos V, y pudimos contemplar una dama vestida de color azul celeste, que, a juzgar por su brillante cortejo, era la viuda de Fernando VII, que estaba mirando a los defensores de su real cuñado.</i></div><i><div style="text-align: justify;"><i>Bien pronto la puerta de Alcalá se abrió; seis escuadrones de la guardia real de Isabel II salieron al paso y se colocaron entre nosotros y la ciudad; nos contemplamos tranquilamente durante un cuarto de hora, hasta que un escuadrón de granaderos de Don Carlos avanzó por la carretera aceptando el combate. Madrid y nuestro ejército eran espectadores de este duelo. El escuadrón del Turia, que estaba frente a la Aduana, avanzó hacia nuestros granaderos, que fueron arrollados por la violencia del choque. No olvidaré jamás a su coronel, que caracoleaba negligentemente delante de sus soldados; su caballo, blanco como la nieve, cayó al suelo y fué hecho prisionero con 16 soldados y un oficial; el resto volvió bridas y la puerta de Atocha fué el refugio de los fugitivos.</i></div></i><div style="text-align: justify;">Príncipe Félix Lichnowsky. Recuerdos de la guerra carlista </div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"></span></blockquote></blockquote><p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://imagenes.elpais.com/resizer/lZQBnJcFqUoLvj-fXYZ71_h7kwE=/768x0/arc-anglerfish-eu-central-1-prod-prisa.s3.amazonaws.com/public/BOHVSL4MLHXP7MF5HIIOAWOLQQ.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="512" data-original-width="768" height="427" src="https://imagenes.elpais.com/resizer/lZQBnJcFqUoLvj-fXYZ71_h7kwE=/768x0/arc-anglerfish-eu-central-1-prod-prisa.s3.amazonaws.com/public/BOHVSL4MLHXP7MF5HIIOAWOLQQ.jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Enfrentamiento entre las tropas cristinas y las carlistas el 12 de septiembre de 1837. A la derecha la iglesia de la Virgen de Atocha</span> </div></span><p></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><i><div style="text-align: justify;"><i>Cuando llegué á la esquina ó ángulo que forman las tapias del Retiro, mi asombro no tuvo límites al considerar todo el ejército enemigo á la vista y todo el peligro que corrían en aquel momento la Reina Gobernadora, sus augustas hijas, el Ministerio, la capital y la causa misma de la libertad. Recordé al propio tiempo la previsión de mi hermano, que creía nuestra causa perdida por un movimiento posible de las fuerzas carlistas, y por la ceguedad de los hombres del Gobierno y del ejército.</i></div></i></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><i><div style="text-align: justify;"><i>El enemigo se presentaba á nuestra vista en la forma siguiente: ocho columnas, cuyas cabezas se veían con claridad, ocultaban su fondo en las alturas que atraviesa el camino de Vallecas. Esta infantería formaba en línea de masas con intervalos de medios batallones y ocupaba el terreno más elevado. Otra columna de caballería apoyábase en el camino real, en el que sólo tenía dos ó tres escuadrones; el resto ocultábase también entre los repliegues del terreno. Pero delante de la posición, al pie de su descenso y apoyados en un espeso olivar, habían desplegado en guerrilla uno ó dos batallones con sus correspondientes reservas, que se tiroteaban contra un escuadrón de granaderos de la Guardia, inmediato al arroyo de Abroñigal: combate inferior para nuestras armas, en el que numerosas guerrillas de infantería se batían contra débiles y reducidas fuerzas montadas y armadas de tercerolas de poquísimo alcance. Las balas llegaban hasta las tropas que tenía á mis órdenes y que había detenido al lado de las tapias del Retiro, por mi propia autoridad, sin ejercer en realidad ninguna. Pero no habiendo allí otro jefe más graduado para cederle el mando, y considerando el inminente riesgo que corría la capital en aquel instante, me decidí á tomarlo yo bajo mi única responsabilidad. Entonces envié un oficial al cuartel de artillería del Retiro para mandar que volviese la batería que momentos antes se había retirado.</i></div></i><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">[...]</span></div><i><div style="text-align: justify;"><i>Así estuve largo tiempo, sin que el enemigo se moviese de sus posiciones. Unos y otros nos observábamos por distintas causas. Cabrera parecía esperar el resto de las tropas de D. Carlos ó un movimiento carlista en el interior de la capital. Yo por mi parte no podía adelantar con tan cortas fuerzas. El mando que ejercía me lo había yo mismo adjudicado, y para tomar alguna resolución decisiva faltábame hasta la autoridad moral.</i></div></i><div style="text-align: justify;">Fernando Fernández de Córdova. Mis Memorias Íntimas</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://img.rutasconhistoria.es/1387_maqueta_de_diego_gil_de_palacio_13.jpg:first" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="598" data-original-width="800" height="478" src="https://img.rutasconhistoria.es/1387_maqueta_de_diego_gil_de_palacio_13.jpg:first" width="640" /></a></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;">Esquina del Retiro con la Puerta de Atocha en 1830 según la maqueta de Gil de Palacio. Museo de Historia de Madrid</div></span></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><br /><i style="text-align: justify;">El estado de la capital era imponente. Cerradas casi todas las tiendas y talleres por hallarse sus dueños y operarios en las filas de la Milicia nacional, ó de los patriotas alistados para la defensa de la población, parecia un dia festivo, sin mas diferencia que hallarse á cada paso paisanos que venían de recibir armas, y una calma que es poco común en Madrid. No recordamos un dia de alarma, de los muchos que hemos presenciado en estos últimos tiempos, en que haya habido igual tranquilidad.</i></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>Gaceta de Madrid, 14/09/1837</i></div></i></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><br /><div><i>Las tropas acamparon delante de Madrid; cada minuto se hacía largo como una hora, y este 12 de septiembre de 1837, que hubiera podido cambiar la faz a la mitad del mundo, tiene un lugar en la historia como ejemplo inaudito de la más amarga decepción. Cabrera se asemejaba a un león enfurecido y conjuraba al Infante para que ordenara el asalto sin perder momento y sin comunicarlo al Rey hasta que la villa estuviera tomada. Se enviaron ayudantes de campo, uno tras otro, al campo real para obtener un consentimiento tan ardientemente deseado.</i></div><i><div style="text-align: justify;"><i>¡Por fin a las ocho de la tarde llegó la orden de retirar todas las avanzadas y de volverse a Arganda!</i></div></i><div style="text-align: justify;">Príncipe Félix Lichnowsky. Recuerdos de la guerra carlista<i style="font-style: italic;"> </i></div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://zaragozabuenasnoticias.com/wp-content/uploads/2015/08/ramon_cabrera.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="750" data-original-width="657" height="400" src="https://zaragozabuenasnoticias.com/wp-content/uploads/2015/08/ramon_cabrera.jpg" width="350" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Daguerrotipo del general carlista Ramón Cabrera. 1850</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Cabrera se desesperaba porque pasaban las horas y no recibía la orden de atacar y entrar en Madrid, pero es que había algo que Cabrera no sabía. Parece que el objetivo de esta expedición no era militar sino político. Según un documento hallado en el archivo de Carlos de Borbón, la asustada reina regente María Cristina había negociado secretamente desde hacía meses con el pretendiente ante el miedo a perder el trono a manos de los radicales que tras sublevarse en 1836 le habían impuesto la Constitución de Cádiz. La Junta Carlista de Madrid había impreso clandestinamente una proclama, la cual fue repartida furtivamente entre algunos de sus miembros y que el historiador liberal Antonio Pirala consultó en el archivo de don Carlos, actualmente en la Real Academia de la Historia. Quizá no llegó a circular por la capital.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Castellanos: las armas vencedoras del invicto Carlos, se preparan a venir sobre la capital del reino, para salvaros del ominoso yugo de un puñado de ambiciosos y cobardes, manchados con todos los crímenes más horrorosos. El general de nuestro siglo, el vencedor de Morella </i>[Cabrera]<i>, ocupará muy en breve esta corte, pero no temáis; todo está definitivamente arreglado, por la mediación de las potencias del Norte: el príncipe de Asturias empuñará el cetro español, que su augusto padre le cede, conservando el gobierno de la Monarquía; la hija de Fernando VII será su esposa, y la augusta viuda </i>[María Cristina]<i> marchará a Italia a disfrutar lo que de derecho la corresponde. Olvido de los errores pasados, indulto de los delitos políticos, reconciliación sincera entre los partidos, asegurará para siempre la paz, el orden y la justicia, de que tanto necesita esta desgraciada Monarquía, harto trabajada por los horrores de una guerra fratricida y asoladora.</i></div><i><div style="text-align: justify;"><i>Castellanos: oíd la voz de la razón y de la clemencia; una sola bandera tiene España, rey, religión, y patria, bajo ella pueden acogerse todos los hombres amantes de la prosperidad nacional.</i></div></i><div style="text-align: justify;">Antonio Pirala. Historia de la Guerra Civil y de los partidos Liberal y Carlista</div></blockquote><p></p><div style="text-align: justify;">Según el acuerdo, la Reina María Cristina debía salir de Madrid con sus hijas y reunirse con Carlos de Borbón que la estaba esperando, pero al cabo de unas horas los pocos dirigentes carlistas que se encontraban al tanto del proyecto de transacción debieron comprender que, por el motivo que fuese, la Reina María Cristina no se iba a presentar en sus filas. No solo eso sino que visitó a los defensores de Madrid para infundirles ánimo. Antes, el general Isidro que estaba a cargo de la Puerta de Atocha y que tenía instrucciones de permitir el paso de las tropas carlistas, había sido relevado de ese puesto por orden de María Cristina.</div><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Ayer salió por tarde en carretela descubierta y sin escolta alguna S.M. la augusta Reina Gobernadora, acompañada de sus escelsas hijas doña Isabel II y doña Fernanda. Recorrió la mayor parte de los barrios de la capital y puntos ocupados por tropas y milicia nacional, inspirando en todas partes el mayor entusiasmo espresado por las mas vehementes y reiteradas aclamaciones que jamás se vieron en Madrid.</i></div><div style="text-align: justify;">El Castellano, 13/09/1837</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/a/a1/Fortuny_La_reina_Maria_Cristina.jpg/800px-Fortuny_La_reina_Maria_Cristina.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="525" data-original-width="800" height="421" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/a/a1/Fortuny_La_reina_Maria_Cristina.jpg/800px-Fortuny_La_reina_Maria_Cristina.jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;">Mariano Fortuny. La reina María Cristina y su hija Isabel II pasando revista a las baterías de artillería que defendían Madrid en 1837</div><div style="text-align: center;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;">Es probable que la proclama de Carlos de Borbón hubiese sido interceptada y que a eso se refiriese el diputado Sr. Infante en la sesión de las Cortes del 11 de setiembre.</div><p></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>Estoy de acuerdo con su señoria en que dentro de la capital es donde acaso se promueven los males que han traido hasta cerca de ella á don Carlos; pero sobre esto ¿no habrá tomado el gobierno disposiciones? Hace pocas noches que tomó una que aunque no resulte ningun cargo contra los culpables, yo tengo ei convencimento moral de que ha hecho un gran servicio a la capital, porque destruyó las tramas de nuestros enemigos. No se podrá convencer de culpables quiza a los que han sido detenidos; pero yo he visto ciertos documentos, y de ellos infiero moralmente que aquellos eran tan conspiradores como los que estan con don Carlos.</i></div></i><div style="text-align: justify;">Cortes Constituyentes de la Nación Española. Diario Oficial de las sesiones de setiembre de 1837.</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><div style="text-align: justify;">Un indicio de que la proclama no llegó a circular es que el periódico <i>Eco de la Razón y de la Justicia</i>, simpatizante carlista, publicó en Madrid dos artículos en los que en uno atacaba a las Cortes por no apoyar al pretendiente y en el otro contaba un proyecto para apartar a Isabel II del trono que no era el que aparece en la proclama. No he hallado estos artículos que fueron citados por <i>Eco del Comercio</i>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Otro artículo con el epígrafe de comunicado importantísimo trae el mismo número; y es á la verdad importantísimo, pues como se propuso echar el resto, no ha perdonado medio para su objeto. Este articulo, todo frances y en el interés de aquel monarca, en el sentido en que este interés se entiende en los salones de la corte, está fundado en la noticia de que el duque de Aumale </i>[Enrique de Orleans]<i style="font-style: italic;">, quinto hijo del rey de los franceses, habrá de casarse con nuestra legítima reina la señora doña Isabel II, según el convenio cuyos preliminares dice haberse firmado, por noticias que se dan por ciertas en los salones diplomáticos de esta corte.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Eco del Comercio, 12/09/1837</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El órgano oficial carlista también contribuía con un rumor para aumentar los temores de la Reina Gobernadora.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>hay un proyecto muy avanzado para separar de los negocios á María Cristina, o a lo menos para agregarle cuatro personas que compongan la regencia, dejándola en este caso una presidencia nominal. El plan es de Fermin Caballero, de acuerdo con la mayoría de las cortes. El punto se ventilará en sesión secreta. Los candidatos para la regencia son Arguelles, Gil de la Cuadra, Sancho y Caballero. Todos pertenecen al partido de Mendizabal.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Gaceta Oficial, Oñate, 15/09/1837</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Por horas la situación se estaba tornando difícil para el pretendiente porque el general Espartero con su ejército había llegado a Alcalá de Henares y los carlistas no podían intentar entrar en Madrid sin antes haber eliminado esa amenaza militar tan cercana; tampoco había visos de producirse una insurrección carlista en la ciudad. Después de la vuelta a Arganda y deliberar esa noche con sus consejeros, la retirada de Madrid se confirmó cuando al día siguiente los oficiales carlistas ordenaron a sus soldados emprender la marcha hacia Mondéjar mientras la división de Cabrera marchaba a Pastrana. Desde Mondéjar la expedición real pasa por Santorcaz, es hostigada por la caballería de Espartero en Anchuelo y dispersada a cañonazos en Aranzueque.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOAyqxAdBC5EjtGu-pBdPDKIIPEgE-GJ9fZenUt36ntn1gIHUs6XISlZ9IG0UIKg_1zgSXYKgcb-XFeBvrTiEyzeU723IlmqzxLr7i5EjFz_r6bVvxeb_HlSAM1MIHIC55orVBPazOE5s/s1600/BANDERA+DE+CABRERA.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOAyqxAdBC5EjtGu-pBdPDKIIPEgE-GJ9fZenUt36ntn1gIHUs6XISlZ9IG0UIKg_1zgSXYKgcb-XFeBvrTiEyzeU723IlmqzxLr7i5EjFz_r6bVvxeb_HlSAM1MIHIC55orVBPazOE5s/w400-h300/BANDERA+DE+CABRERA.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: x-small;">Bandera de Cabrera</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">El órgano oficial carlista se resiste a publicar que Carlos de Borbón se ha retirado cuando estaba a las puertas de la capital y lo justifica aparentando ignorancia de lo que sucede: faltan ya cuatro correos de Madrid dice. Finalmente lo cuenta sin dar detalles y despreciando a Espartero.</div></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>El Cuartel Real, dejando la posición de Arganda, se dirigió á Mondejar el dia 15; el 18 se puso en marcha para Brihuega, sin que se sepa el objeto de este movimiento. El 19 un escuadrón de caballería y seis compañías de infantería destacadas del cuartel general de Espartero atacaron en Aranzueque á cinco compañías de un batallón realista aragonés, que se defendieron bizarramente; pero tuvieron que retirarse por no tener mas que 40 caballos que las protegieran. Este es el encuentro que motivó el repique general de campanas, salvas y otras demostraciones. Espartero da un parte equívoco para engañar al público, como lo tiene de costumbre.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Gaceta Oficial, Oñate, 03/10/1837</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A partir de aquí la expedición fue cruzando Castilla hasta reunirse en Aranda de Duero con la otra expedición carlista dirigida por el general Zaratiegui. Ante el acoso al que les sometieron las tropas de Espartero, Carlos de Borbón divide la expedición en dos grupos, uno bajo el mando del infante Don Sebastián y otro bajo su propio mando. El 26 de octubre entraba el pretendiente junto a 5.000 hombres en territorio carlista poniendo fin a la expedición.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">¿Por qué María Cristina no se presentó ante las fuerzas carlistas? Porque la sublevación de los oficiales en Pozuelo y Aravaca y el apoyo de Espartero le habían demostrado que aún podía contar con la adhesión de un importante sector del ejército para promover una conspiración moderada que expulsó a los liberales exaltados Calatrava y Mendizábal del gobierno. Conseguido esto ya no resultaba necesaria una transacción con Carlos de Borbón.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://docplayer.es/docs-images/66/55704478/images/321-0.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="710" height="254" src="https://docplayer.es/docs-images/66/55704478/images/321-0.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">La Reina Regente María Cristina recorre la línea de defensa madrileña animando a la </span><span style="font-size: x-small;">resistencia a la Milicia Nacional frente a las tropas de don Carlos</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Nada más efectuarse la retirada del pretendiente, Maria Cristina comunicó al capitán general de Castilla la Nueva su agradecimiento.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Adición á la orden jeneral de la plaza de hoy 13 de setiembre de 1837</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Al recibir á las 8 de esta noche la orden de S.M. la Reina Gobernadora, ha tenido á bien prevenirme manifieste á los cuerpos de esta guarnición y de su benemérita Milicia Nacional, cuan satisfecha se halla de la lealtad, decisión y bizarría con que se han presentado para combatir al príncipe rebelde y sus secuaces, defendiendo el trono de su augusta Hija y la Constitución </i>[de 1837]<i style="font-style: italic;">. S.M. me manda les dé á todos las gracias en su real nombre, y muy particularmente á los Nacionales de los pueblos comarcanos que abandonando sus familias é intereses han corrido á la capital en defensa de tan sagrados objetos, cuya noble conducta y patriótico desprendimiento son dignos del mayor aprecio y de la tierna solicitud con que S.M. desea recompensarlos.</i></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Antonio Quiroga</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Diario de Avisos de Madrid, 14/09/1837</div></div></blockquote><br />Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-4027545483637316372020-10-20T13:09:00.028+02:002023-10-08T19:08:25.315+02:00El fondista Emilio Lhardy<div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqUkMSlWxxZefL6JI8j4UtZ2bmJBxfzSPGXadFXRl86lcSb04rg0CVIGE3ylT6LrOCUZqIUd8h-t0jYB3eaKyVp42ooEI9zx8Ueeu9nuE7D5u9zahELyXz7M4V30R4_yy03REvr2jUzOM/s1080/LHARDY4.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="647" data-original-width="1080" height="384" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqUkMSlWxxZefL6JI8j4UtZ2bmJBxfzSPGXadFXRl86lcSb04rg0CVIGE3ylT6LrOCUZqIUd8h-t0jYB3eaKyVp42ooEI9zx8Ueeu9nuE7D5u9zahELyXz7M4V30R4_yy03REvr2jUzOM/w640-h384/LHARDY4.jpg" width="640" /></a></div></div></div>Lhardy en la Carrera de San Jerónimo desde 1839</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Émile Huguenin hizo su aprendizaje como repostero en Besançon, completando luego sus conocimientos en París, e instalándose más tarde en Burdeos. Allí conoció a muchos de los exiliados españoles que habían huido de Fernando VII tras el Trienio Liberal. De su amistad con Prosper Mérimée cabe la posibilidad de que fuera este escritor francés quien le sugiriese montar un negocio en Madrid. Se ha dicho que el nombre del establecimiento vendría sugerido por el del famoso Café Hardy, del Boulevard de los Italianos, de París, que más tarde se convertiría en la Maison Dorée.<a href="https://en.geneanet.org/public/img/gallery/pictures/cartes_postales/8a/5235294/large.jpg" style="font-size: x-small; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="507" data-original-width="800" height="405" src="https://en.geneanet.org/public/img/gallery/pictures/cartes_postales/8a/5235294/large.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Café Hardy en París<br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Lhardy se instaló en 1839 en la Carrera de San Jerónimo, una calle de moda, junto a otro establecimiento famoso, La Fontana de Oro. La referencia más antigua que he encontrado sobre Lhardy se publicó a los pocos meses de su inauguración. Parece que ya desde el principio el dueño, Émile Huguenin, se hacía llamar Lhardy (o Lardi según el periodista).</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El día 8 del actual á las 5 de su tarde, se robaron de la habitación de doña Engracia Lacosta, en la Carrera de San Gerónimo, núm, 12 cuarto principal, en ocasión que aquella se hallaba en la pastelería de Emilio Lardi, en el piso bajo de la propia casa, como dependienta de dicho establecimiento, las prendas siguientes ...</i></div><div style="text-align: justify;">El Corresponsal, 11/01/1840</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">Para ampliar el negocio a fonda (restaurante) debió asociarse con un tal Sevie. A partir de 1844 aparece siempre en la prensa como "fonda de Sevie y Lardy" (sin hache). Sin embargo en el aspecto gastronómico las crónicas siempre se refieren a Lardy, como si Sevie fuese únicamente el socio capitalista. En aquel Madrid falto de restaurantes modernos, en poco tiempo Lhardy se convirtió en "el" sitio para celebraciones.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">En celebridad del feliz regreso de la augusta Reina Madre á esta corte tuvieron anteayer tarde una espléndida comida en la fonda francesa de Sevie y Larde el inspector general del cuerpo de carabineros del reino con todos los gefes y oficiales de la inspección, comandancia de Madrid y algunos transeúntes para otras del cuerpo </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i style="font-style: italic;"> La brillante música del regimiento infantería de Galicia hizo mas amena la esplendidez de la función, tocando escelentes piezas durante la comida, en la que reinó á la par de la alegría propia de su objeto , la mas fina urbanidad de una parte , la afabilidad de otra y el entusiasmo de todas </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i style="font-style: italic;"> La comida empezó á las cinco y media de la tarde y concluyó sin el menor intervalo en el júbilo general cerca de las diez de la noche. Numeroso gentío escuchaba las escogidas piezas que tocó la música.</i></div><div style="text-align: justify;">El Corresponsal, 30/03/1844</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Los progresistas han tenido un modo singular de celebrar el Dos de Mayo, el día de las víctimas de la patria. Mientras que sus periódicos vestían el riguroso luto y reproducían las viñetas de ordenanza, sus prohombres manifestaban su dolor bebiendo Champaña y Jerez, y no podían contener sus lágrimas patrióticas ante los suculentos platos de Lardy. Cada bocado era, sin duda, una expiación por los dolores de la patria; cada trago una libación á la memoría de las víctimas. Este nueva sistema fúnebre es ingeniosísimo y probablemente contribuirá tanto al descanso de los difuntos, como al bienestar de los vivos.</i></div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Pero lo que mas llama la atención en este convite, suculento y fúnebre al mismo tiempo, es la circunstancia de haberse celebrado en una fonda estranjera, francesa nada menos. Los progresistas, tan nacionales, tan esclusivamente españoles en todo, tan murmuradores de la afición á lo estranjero, no debían haber comido trufas ni bebido Champaña á la salud de las víctimas de Mayo, sobre todo contribuyendo de esta manera al fomento de los intereses de un cocinero de </i>estranjis<i style="font-style: italic;">. Solo concebiríamos que esto fuese patriótico, si los progresistas se hubieran propuesto comer bien y no pagar; aquí se notaría el deseo de obtener una compensacíon de un francés, en pago de un mal que nos hicieron sus compatriotas.</i></div><div style="text-align: justify;">El Heraldo, 06/05/1847</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://vramon1958.files.wordpress.com/2013/12/emilio-lhardy-por-madrazo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="397" data-original-width="321" height="400" src="https://vramon1958.files.wordpress.com/2013/12/emilio-lhardy-por-madrazo.jpg" width="323" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Retrato de Emilio Lhardy por Federico Madrazo. 1867</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div>El prestigio que adquirió Lhardy en poco tiempo también trajo consigo un aumento de precios.<br /><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>ACADEMIA DE FRANCÉS - El que quiera soltarse á hablar en este idioma puede concurrir á la fonda de Sevie y Lardy, donde no se gasta de otro. Esta nueva enseñanza será la causa sin duda de haber aumentado hasta treinta reales (esto es lo único español que se exige) el precio de los cubiertos, que antes eran de á veinte.</i></div><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 11/10/1846</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div>Sin embargo este aumento de precio apenas duró un par de meses.<br /><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Aviso a los Gastrónomos - Tenemos el placer de anunciar á los aficionados que en la acreditada fonda-pastelería de Sevie-Lardy, se ha establecido el popular cubierto á 20 rs. vn.</i></div><i><div style="text-align: justify;"><i>Felicitamos al director de este célebre establecimienlo culinario por una reforma tan reclamada por sus numerosos parroquianos y que tanto ha de redundar en su beneficio.</i></div></i><div style="text-align: justify;">El Español, 19/12/1846</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">Incluso el lejano Mesón de Fuencarral, aún existente, aprovechó la ocasión para anunciarse a costa de Lhardy.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El dueño de la fonda del camino de Fuencarral, sabiendo que la fonda pastelería de Lhardy, sita en la Carrera de San Gerónimo, ha vuelto á poner los precios de comidas á veinte rs. vn., ofrece al público la misma comida á diez rs., por ser mas arreglados los comestibles en las afueras; se obliga á dar, si no con tanto lujo, tan bien y tan finamente preparado, como lo tiene acreditado dicha fonda de Lhardy.</i></div><div style="text-align: justify;">Diario de Madrid, 20/12/1846</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Es posible que esta fluctuación en los precios fuese motivada por desavenencias entre los socios porque a partir de ese momento desaparece el nombre de Sevie y se dice "fonda de Lardy". En aquellas décadas aparecía casi siempre el nombre de Lardy en lugar del Lhardy que se fue imponiendo con posterioridad. Parece que el establecimiento pasa por una crisis que se refleja en la prensa.</div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: justify;"> </div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="font-style: italic; text-align: justify;"><i>Al hablar ayer de las muchas fondas sucias que existen en esta corte, no tuvimos presente el hacer una honrosa escepcion, además de las conocidas de Lardy y del Príncipe, en favor de la nuevamente establecida en la calle de la Montera y titulada Hotel de San Luis. De hoy mas, los gastrónomos tendrán un sitio donde satisfacer su pasión favorita , y donde la delicadeza de los manjares compite con la elegancia y prontitud del servicio. El Hotel de San Luis ha venido muy oportunamente a despertar la emulación de sus rivales las fondas de Lardy y del Príncipe que iban decayendo de su antigua fama. Por ahora el Hotel se lleva la ventaja, preciso es confesarlo: en él se come bueno y bien servido. Esperamos de la concurrencia que haya en breve tres buenas fondas en que escojer.</i></div><div style="text-align: justify;">El Español, 02/05/1847</div></blockquote><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuqc6MTaOFCvYyo9RJ1OwgYvgvN842ovQEdTj1XMzFaUDzDmY6mrj6XfICeAakwcJxs7yMEBsWHGTQpvnFf4xjtKXTD0P2U4SI-ewtfPGRmvBz2UxbtRqsbJSVZO5ZC6CfC62I1-Z-GeY/s565/LHARDY8.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="472" data-original-width="565" height="334" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuqc6MTaOFCvYyo9RJ1OwgYvgvN842ovQEdTj1XMzFaUDzDmY6mrj6XfICeAakwcJxs7yMEBsWHGTQpvnFf4xjtKXTD0P2U4SI-ewtfPGRmvBz2UxbtRqsbJSVZO5ZC6CfC62I1-Z-GeY/w400-h334/LHARDY8.JPG" width="400" /></a></div>La visita a Lhardy aparece en una composición sobre costumbres navideñas<br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">El marqués de Salamanca fue el primer cliente importante que tuvo Lhardy en sus comienzos y les unía una buena amistad. En la Nochebuena de 1846 se produjo un episodio muy comentado que fue narrado de forma detallada por uno de sus asistentes, que con el nombre de Barón de Parla-Verdades, lo publicó en el libro "Madrid al daguerrotipo" y fue reproducido por <i>La Ilustración</i>.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>La noche de Navidad se hallaban en el café Suizo unos cuantos jóvenes de buen humor, departiendo precisamente sobre la dura precisión en que se veian todos de cenar separados, faltando en esto á la patriarcal y santa costumbre de celebrar en familia el nacimiento del Redentor. Después de un ligero debate uno de los amigos interpeló á sus compañeros en esta forma: «Señores, puesto que deseamos á toda costa cenar en familia, y que para ello hay algunos inconvenientes, creo que todo queda zanjado si nos ponemos de acuerdo con el señor de Salamanca, á quien ninguno de nosotros tiene el honor de conocer, pero qué recibirá sin duda una especial satisfacción en relacionarse por este motivo con unos jóvenes tan apreciables...» Inmediatamente aprobaron el proyecto los demas colegas, y diez minutos después entraban todos (eran siete) en la casa del señor Salamanca. Recibióles este caballero con la finura que le distingue, y después de escuchar el sucinto discurso de aquellos señores, que iban á pedirle lisa y llanamente una cena de Navidad, los contestó con la mayor amabilidad que tenia una satisfacción en obsequiarles de la manera que deseaban.</i></div></i><div style="text-align: justify;">El Español, 26/12/1846</div></blockquote><p></p><div style="text-align: justify;">El marqués de Salamanca envió a un empleado suyo a Lhardy para avisar y dijo a los jóvenes que podían cenar allí por cuenta suya.</div><p></p></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><p></p><div style="text-align: justify;"><i>Mr. Lhardy hizo á los jóvenes amigos los honores de su casa en nombre del banquero, con toda la galantería de un diplomático, con toda la finura de un francés. Ya sea por el interés que pudiera reportarle el buen desempeño de aquella comisión, ya por el deseo de agradar al desprendido señor que habia delegado en él sus facultades, ó bien porque una y otra consideración influyeran en su ánimo, ello es que el fondista no hallaba medios de servir dignamente á los convidados, á quienes dispensaba todo género de atenciones. Estos, por su parte, que se habían impuesto el deber de aceptarlo todo sin exigir nada, correspondían á las reiteradas invitaciones de los fámulos, que hacían circular por la sala preciosas bandejas con cigarros habanos y anchas copas de vino de Bermut por via de entretenimiento y como medio de despertar el apetito. Antes de sentarse á la mesa colocaron nuestros jóvenes enfrente de la puerta de entrada , y sobre un pequeño velador de caoba, una caja de pistolas inglesas, cuyos lucientes cañones se dejaban ver distintamente fuera de la estancia por los vidrios de la mampara, en uno de los cuales habían fijado con anticipación un enorme cartel, que en caracteres bien inteligibles decia de este modo: EL QUE OSE PENETRAR EN EL SALÓN SIN PREVIO CONSENTIMIENTO DE LOS QUE LE OCUPAN, TENDRÁ QUE BATIRSE UNO POR UNO CON SIETE JÓVENES QUE SE HALLAN SENTADOS Á LA MESA</i></div></div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis9a9em9m8enVzLuHK8oONkiemHAp8BE-d6duQlW52PfhJ-p8KpdvtdHzN7N7LXq1KQ4ghPR4qnwKVqZ-w5JK1U0l2rU3qha4VmxSAAiv6j5lQJ6-9nv3nJ0tquU1AQfIo4MxV778JYbnnGezZbZdpjki87zXoOd632mhRTzPEJ-CQHL7l-Mypc7DcUZs/s800/CONVITE%20LHARDY.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="696" data-original-width="800" height="348" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis9a9em9m8enVzLuHK8oONkiemHAp8BE-d6duQlW52PfhJ-p8KpdvtdHzN7N7LXq1KQ4ghPR4qnwKVqZ-w5JK1U0l2rU3qha4VmxSAAiv6j5lQJ6-9nv3nJ0tquU1AQfIo4MxV778JYbnnGezZbZdpjki87zXoOd632mhRTzPEJ-CQHL7l-Mypc7DcUZs/w400-h348/CONVITE%20LHARDY.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p></p><div style="text-align: justify;">La cena fue opípara. Comenzó con pirámides de ostras y continuó con las mejores aves, carnes, mariscos y postres, todo regado con los mejores vinos. Al final hubo entusiastas brindis dirigidos naturalmente a su benefactor.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>— ¡A que antes de seis meses sea ministro de Hacienda el generoso banquero que en este sitio nos reúne!! Para contestar todos con entusiasmo: — ¡¡¡A que lo sea!!!</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">[...]</span></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Mr. Lhardy, á quien conocemos ya como dueño del establecimiento, y cuyas simpatías hacia el sugeto aludido en el brindis eran bien manifiestas, no habia conceptuado oportuno permanecer pasivo en medio de la enérgica y animada manifestación que acababa de hacerse; por lo que desde el lugar que ocupaba en su despacho y puesto de pié lo mismo que los demás circunstantes, apuró á su vez una copa de licor que al efecto tenia preparada, dando á entender así que se hallaba animado de iguales sentimientos que los jóvenes convidados. No fué solo el dueño de la fonda quien tributó este homenage de consideración y afectuoso respeto á la persona agraciada en el brindis; sino que los camareros ocupados entonces en la asistencia de la mesa, no pudiendo contener sin duda el deseo de remojar sus fauces con tan plausible motivo, se empinaban en otro estremo de la estancia el residuo de las botellas, abundante por cierto, merced á la presteza con que habiau procurado retirarlas á medio vaciar. Todos, pues, bebían en aquel instante dominados por una misma influencia, gozosos por una misma causa, y á costa y en memoria de una misma persona. Siguiéronse otros brindis en prosa y verso como de costumbre es en casos semejantes, no sin haber dedicado uno, el mas notable de todos, al gran príncipe de los ingenios españoles: á Cervantes, de quien nadie se acordaría probablemente á aquella hora y en aquella noche: brindis tanto mas justo y merecido cuanto que se tributaba por jóvenes todos dedicados al cultivo de las letras.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">La Ilustración, 08/09/1849</div></div><div><i><div style="text-align: justify;"></div></i></div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">En aquellos años Lhardy dio un nuevo impulso al negocio al desarrollar una línea de "catering" que llegó a tener una enorme capacidad si la siguiente noticia no exagera.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Se ha suspendido el suntuoso banquete con que el gobierno pensaba obsequiar mañana á los oficiales de la guarnicion. Ayer se quitaron las tiendas de campaña que al efecto fueron colocadas en el Retiro. Según nos ha dicho el fondista encargado de la comida, era monsieur Lardy quien tenia órden para preparar hasta 1,000 cubiertos de 80 reales cada uno. Siendo exacta esta noticia parece ahora natural que Mr. Lardy pida y el gobierno le conceda una buena indemnización.</i></div><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 28/04/1848</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></blockquote><div style="text-align: justify;">Probablemente esta suspensión supuso un grave quebranto económico para Lhardy que puso un anuncio en la prensa:</div> <span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>En la fonda de Lhardy, Carrera de San Gerónimo, donde, a pesar de las circunstancias críticas que atravesamos, se ha continuado, á costa de grandes sacrificios, sirviendo al público con el esmerado celo que tiene bien acreditado, se ven obligados á avisar qué en adelante, por hallarnos en la época de verano que es la fatal para las fondas, no se servirán comidas sueltas ni por lista, y solo comldas de varios cubiertos de encargo en la misma fonda ó mandadas para llevarlas á las cásas avisando de antemano. La pastelería y despacho de vinos generosos, como los estranjeros de Champagne, Burdeos, etc. y licores seguira con el cuidado que acostumbra.</i></div><div style="text-align: justify;">El Heraldo, 04/07/1848<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></blockquote><div><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh15CpPdyg-6Js5KjSx3GVLi1FeQAKVMDnMH-Cj6RRWNn2yyEnqxGT__MvvmpxGxpUz0Rs1A_wMfNESUz7Fnvyt6bJ_ls3GA3yyGttCiCRlwQ4zTkw2o_vrwhQolz1FTsBdZ4XynXFcj4U/s403/LHARDY9.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="403" data-original-width="403" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh15CpPdyg-6Js5KjSx3GVLi1FeQAKVMDnMH-Cj6RRWNn2yyEnqxGT__MvvmpxGxpUz0Rs1A_wMfNESUz7Fnvyt6bJ_ls3GA3yyGttCiCRlwQ4zTkw2o_vrwhQolz1FTsBdZ4XynXFcj4U/w400-h400/LHARDY9.png" width="400" /></a></div>Publicidad de un chocolate que se vendía en Lhardy</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Como sus clientes eran adinerados, en verano se notaba mucho su ausencia cuando se iban a los balnearios y playas del norte.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Necrología. La fonda de Lhardy, situada en la Carrera de San Gerónimo, ha fallecido; los gastrónomos sueltos, es decir, los que desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche tenian la seguridad de hacer algunas concesiones a su estómago medíante una cantidad menor de 19 rs., han perdido ya aquella viña, puesto que en lo sucesivo, y en atención á estar en el verano, (palabras del pastelero) época fatal para las fondas, (y para los fondos), no se servirán comidas sueltas, ni por lista, sino únicamente de cierto numero de cubiertos, avisando con anticipacion, bien sean para dentro del establecimiento, ó bien para llevarlas a las casas. El ramo de pasteles no se ha contagiado y sobrevive por consiguiente a la epidemia reinante. Felicitamós pues a estos, y damos el pésame a los purées, á las cotelettes, á la papillot, a los pie de mouton a la Sainte-Mene-hould, á los </i>[ilegible]<i style="font-style: italic;">, á los fricandeaux y a otra porción de platos franceses menos gratos quizá y de seguro menos confortables que nuestra olla podrida y nuestros deliciosos pistos: conservelos Lhardy en su cartera hasta principios de invierno, (aquellos se entiende) y continue entreteniendo los estómagos públicos con bizcochos al rom y pastaflora.</i></div><div style="text-align: justify;">La España, 06/07/1848</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: justify;"> </div></span><div style="text-align: justify;">Al aproximarse aquel verano un periódico decía que algunas fondas "debían" cerrar pero no explicaba el motivo.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Según dice un periódico, ha corrido entre los gastrónomos la voz de que las fondas de Lardy y de la calle del Príncipe, </i>item mas<i>, los andaluces de la Calle de Carretas, deben cerrarse próximamente. </i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Heraldo, 10/06/1848</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Aquel año Lhardy cerró hasta Navidad, ¿por un cierre impuesto, por circunstancias críticas por las que atravesaba, por una reforma?</div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: justify;"> </div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>FONDA DE LARDY. Se advierte al público de esta corte que á contar del dia 23 del corriente mes de diciembre, se volverá á abrir la fonda de Lardy, en la que se servirán como anteriormente todas clases de comidas, con el esmero y esactitud que le han merecido la confianza de las personas que le favorecen con su concurrencia.</i></div><div style="text-align: justify;">Diario Oficial de Avisos de Madrid, 25/12/1848</div></blockquote><p></p><div style="text-align: justify;">Era una época difícil, incluso Emilio Lhardy tenía algún conflicto con un convecino porque instó un juicio de conciliación.</div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: justify;"> </div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Por providencia del señor don Gabriel Seco de Cáceres, teniente de alcalde constitucional de dicho distrito, se cita, llama y emplaza á don Eduardo Manby, de esta vecindad, y cuyo paradero se ignora, para que por si ó por medio de persona competentemente autorizada, asociado de su hombre bueno, comparezca el dia 17 del corriente á las doce del mismo, en la audiencia de su señoría, sita en la plaza de la Constitución, piso bajo de la casa núm. 5, á celebrar el juicio de conciliación á que és demandado á instancia de don Emilio Lhardy, su convecino, pues de no verificarlo le parará el perjuicio qua haya lugar.</i></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Madrid 1º de setiembre de 1849.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Diario Oficial de Avisos de Madrid, 07/09/1849</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">A pesar de las dificultades Lhardy había conseguido ser considerado el restaurante donde mejor se comía en Madrid. Incluso sirvieron comidas al nuevo embajador francés —de nombre sorprendente— cuando llegó.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Ayer llegó á esta corte Mr. Napoleon Bonaparte, ministro de la república francesa cerca de nuestra reina. Se alojó en la Carrera de San Gerónimo, casa del marques de Santiago, sirviéndosele el almuerzo y la comida de la pastelería francesa de Sevie y Lardy.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Época, 08/04/1849</div></div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: justify;"> </div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El lunes último se dio en casa del fondista Lardy una comilona de las llamadas de moco de pabo. El gasto de este obsequio, en que se apuró cuanto de mas esquisito ha inventado ia ciencia culinaria, y en que los vinos mas especiales de Europa se disputaron la preferencia. Parece que salió del repleto bolsillo del general Domínguez, conde de San Antonio. Entre los convidados se hallaban los generales Gallegos, Llanos, Caminero y Tello, el conde de Chinchilla , los señores Dumont, Díaz Martin (la hidra del parlamento) y Martinez, el celebérrimo homeópata Nuñez , y el señor Larios. Aunque la broma no era entre jóvenes, parece que todos se acordaron de haberlo sido. Esta picara vida es preciso pasarla á tragos...</i></div><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 13/04/1849</div></blockquote><p style="text-align: justify;">A Alejandro Dumas no le impresionó Lhardy según lo que cuenta en sus cartas de octubre de 1846. Su testimonio es tan confuso que uno se pregunta si realmente llegó a comer en Lhardy cuando estuvo en Madrid.</p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>En cuanto a la comida, Mr. Monier nos había indicado un restaurador italiano </i>[!]<i> llamado Lardy, en cuya casa debíamos encontrar una comida honorable. En Italia, donde se come mal, los buenos restauradores son franceses: en España, donde no se come mal del todo, los buenos restauradores son italianos.</i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">[...]</span></div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Yo, que ejerzo funciones públicas, señora, doy el ejemplo, y os anuncio en alta voz, a fin de que vuestro huésped lo oiga, que os dejo para ir a comer a la embajada. Todos nuestros compañeros van comer a casa de Lardi, dirigidos por Teófilo Gautier, a quien han encontrado errante por estas calles, y que ha pretendido conocer mejor la España que los mismos españoles. En consecuencia, les ha pronosticado que comerán muy mal.</i></div><div style="text-align: justify;">España y África. Cartas selectas escritas en francés por Alejandro Dumas. Madrid 1847</div></blockquote><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgisBv7249ZXvNJoLNZJTf3DhapgSTSQCIak_naUhHUJuUl3lDZUxnmc13IDR3iIdKrLlfjhUY6k8bDg_3WjjD2G7JvczU0jJ8UCiESRIrXS9paj2IhJqROPlq-H1vErSKnj7d7xx9KkQo/s300/LHARDY6.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="222" data-original-width="300" height="296" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgisBv7249ZXvNJoLNZJTf3DhapgSTSQCIak_naUhHUJuUl3lDZUxnmc13IDR3iIdKrLlfjhUY6k8bDg_3WjjD2G7JvczU0jJ8UCiESRIrXS9paj2IhJqROPlq-H1vErSKnj7d7xx9KkQo/w400-h296/LHARDY6.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Cocina de Lhardy</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Lhardy se había instalado en el edificio contiguo a la famosa Fontana de Oro que a mediados del XIX ya se encontraba en mal estado. En 1856 el edificio de la Fontana se hundió sin afectar afortunadamente a Lhardy.</div><p></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Entre una y dos de la madrugada de ayer ha venido completamente al suelo la parte de la antigua casa que fue Fontana de Oro, y en donde por tantos años ha existido la librería de Monier, casa en que aun se conservaba el depósito de libros perteneciente á los acreedores de este. El hundimiento ha sido en la parte que da á la calle de la Victoria, habiendo quedado en pie la que mira á la Carrera de San Gerónimo, incluso el ángulo de la casa ocupado por la tienda de la Estrella Oriental. A pesar de haberse hundido por entero esa parte de edificio y de haber ocurrido el suceso en las primeras horas de la madrugada, hay que dar gracias á la providencia de que no haya habido que lamentar desgracia alguna personal.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">La España, 13/03/1856</div></div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: justify;"> </div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>RUINAS Y ESCOMBROS.—Estamos deseando que ocurran en Madrid algunos hundimientos mas, para que el Ayuntamiento y sus arquitectos den señales de vida y hagan derribar tanta jaula apolillada como ahora afea las mejores calles. A consecuencia del hundimiento de la Fontana, el fondista Lhardy ha tenido que echar á correr, porque su casa amenaza ruina. Es probable que al derribarla haga una genuflexión su amiga la inmediata, que á su vez habrá de derribarse por desquiciada, fea y envejecida. El bello ideal del vecindario seria que se propagaran los hundimientos hasta las Cuatro Calles </i>[actual Plaza de Canalejas]<i>, para ver renovada una de las peores manzanas, aunque de las mejor situadas en la corte.</i></div><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 12/04/1856</div></blockquote><p style="text-align: justify;">Nada más ocurrir el hundimiento corrió el rumor de que Lhardy se iba a trasladar al nuevo edificio que se iba a construir.</p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>En el edificio que va á levantarse sobre el solar de lo que fue Fontana de Oro, parece que se dispondrán magníficos comedores y salones para el fondista Lhardy, que trasladará á él su establecimiento.</i></div></i><div style="text-align: justify;">La Época, 18/03/1856</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">El escaparate de Lhardy era famoso por el espectáculo de viandas que mostraba. Eran frecuentes los chistes en la prensa sobre hambrientos transeúntes que se detenían a admirar aquellos productos riquísimos que no estaban al alcance de sus posibilidades. Hasta se utilizó para la confrontación política la imagen del escaparate de Lhardy con productos ficticios.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>El que en su tienda repara,</i></div></i></div></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>en apetito se enciende</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>y la vista no separa;</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>por eso lo que nos vende</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>cuesta un ojo de la cara.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Manuel del Palacio y Luis Rivera. Cabezas y Calabazas. Madrid 1864</div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://valenciaplaza.com/public/Image/2019/5/mundocomico1_NoticiaAmpliada.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="619" data-original-width="768" height="515" src="https://valenciaplaza.com/public/Image/2019/5/mundocomico1_NoticiaAmpliada.jpg" width="640" /></a></div></span></div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Talento culinario. El conocido y bien reputado culinario Lhardy, ha restaurado su confortable establecimiento de la Carrera de San Jerónimo con los mas suculentos manjares que se conocen en las cocinas europea y americana, incluso el famoso pudhing á la chipolata inventado y tanto tiempo monopolizado por el Sr. Vatel, de feliz memoria para todos los amantes de la fortaleza del estómago. No faltan en el escaparate del Sr. Lhardy, cabezas de oso blanco del polo á la salsa picante, ni trompas de elefante á lo Borbon, ni pavos reales escabechados á la española, ni ríñones de caballo á lo Vicalvaro, ni otras menudencias por el estilo. El Sr. Lhardy es todo un cocinero de talento. Ha sabido que el 11 del corriente se abren las Cortes, y ha dicho para su capote: Pinches y catasalsas, D Salustíano viene de París; preparemos la abundancia de comestibles suculentos. El glotón de los Campos Elíseos es con nosotros.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">La Discusión, 09/02/1869</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxOW-wv95Y_21ejMjtYI0M4RB2R8LIkgkSaqmvRNBIxk7D4CIDCDpThsZTt6yDxL0VUM5bpK3p9ZJ_qgZUFsAk22hTmJXjaNDGM6nuX6Dk73uyRkqz5mNfxKgYN_aN5iYvmAUnhzOXI8M/s321/LHARDY7.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="321" data-original-width="317" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxOW-wv95Y_21ejMjtYI0M4RB2R8LIkgkSaqmvRNBIxk7D4CIDCDpThsZTt6yDxL0VUM5bpK3p9ZJ_qgZUFsAk22hTmJXjaNDGM6nuX6Dk73uyRkqz5mNfxKgYN_aN5iYvmAUnhzOXI8M/s320/LHARDY7.JPG" /></a></div></span></div><div style="text-align: justify;">En 1869 un rumor sobre el coste fabuloso que iba a tener una cacería organizada por el general Prim incluía a Lhardy en el suceso. Durante días la prensa conservadora atacó al entonces jefe de gobierno.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>De algunos días á esta parte es objeto de todas las conversaciones la gran cacería que para las próximas fiestas se prepara en la posesión que tiene en los montes de Toledo el general Prim. Cuéntase que este potentado ha mandado disponer en su castillo feudal cuarenta y dos camas para otros tantos convidados; que el dueño del magnífico almacén de riquísimos muebles que hay en la calle de Alcalá, junto al café Suizo, se ha encargado de amueblar las habitaciones del dicho castillo; que la comida de los cazadores se ha ajustado en diez mil reales diarios; que invitado el Sr. Lhardy para ir en persona á dirigir la cocina y eí servicio de las comidas, se excusó, manifestando que no podía dejar en los dias de Pascua su establecimiento de la Carrera de San Gerónimo; pero que se ha removido este obstáculo ofreciendo al Sr. Lhardy una buena cantidad por indemnización de perjuicios, con lo cual se ha decidido dicho señor fondista á ir á la posesión de D. Juan Prim.</i></div></i></div></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Las comidas serán de toda etiqueta, asistiendo á éllas los convidados con frac y corbata blanca. Se ha habilitado la linea telegráfica que con motivo de otra cacería se estableció entre Madrid, Toledo y la posesión del general Prim. Se calcula que los gastos de la cacería ascenderán á cuarenta mil duros. Ignoramos si hay exactitud en todas estas noticias; pero si es cierto cuanto de público se dice acerca de la extraordinaria explendidez de D, Juan Prim, nada de cuanto digamos con relación á la cacería debe sorprendernos.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Pensamiento español, 20/12/1869</div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">¿Qué dirían </i>La Iberia<i style="font-style: italic;"> y el </i>Puente de Alcolea<i style="font-style: italic;"> y sus amigos si un Monarca gastase cuarenta ó cincuenta mil duros en una cacería, aunque fuera de su consignación particular, cuando tantos infelices cesantes y viudas están pereciendo en miserables boardillas, cuando los asilos del Pardo y de Aranjuez carecen de lo necesario para el alivio de los que en ellos se albergan, y cuando en el Hospital y en otros establecimientos benéficos no pueden satisfacerse los alimentos y medicinas indispensables?</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">[...]</span></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>El hijo del fondista Lhardy ha desmentido que vaya este á los montes de Toledo por estar enfermo hace tiempo; pero no ha desmentido el que sea su casa la que deba dar la comida, ni que cada cubierto cueste 2,800 reales, ni que se le den 10,000 reales diarios de indemnización. Que no sea el Sr. Lhardy sino el cocinero mayor ó el menor el encargado de dar de comer al general Prim, en nada disminuye pues lo que hoy se ha dicho sobre la cacería.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">La Regeneración, 23/12/1869</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Después de la cacería, nadie desmintió a un diario liberal cuendo publicó que todo lo que se había dicho con anterioridad había sido una patraña. Desde luego la cena no sería lujosa, pero sí abundante.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Un almuerzo de arroz con pollos ó conejos presentado en una caldera mónstruo y servido en platos de estaño y condimentado por el cocinero que tiene el general hace muchos años, (gallego por mas señas). Un vino comun, servido en vasos del mismo precioso metal, y que á las veces tenia el mérito de ser de la cosecha de casa, y un postre do queso, constituían el aristocrático almuerzo del Regente del Reino lo mismo que el del último ojeador.</i></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Una sopa, un cocido con su chorizo y su tocino correspondiente, un par de principios, una ensalada cocida y un asado, con postres de pasas y almendras, y el vino comun á pasto, una copa de Jerez á la mitad de la comida y Champagne á los postres eran el festin nocturno del moderno Lúculo.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Imparcial, 01/01/1870</div></div></blockquote><p style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"></span></p></div></div><div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRiopvp2LhbGy7EN2D4996Wrl3NGAiFVQ3C1jlTymUWKpXWF_yCLzwGcIbOAMH0Aew5wZJRHXfnKeMBTZwSjdc9uHv7o1nW3g8iI7CvCWJorrFrzexrb5v_fC1ysJyzO8uypKLkgXAAhc/s1440/LHARDY3.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1440" data-original-width="1440" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRiopvp2LhbGy7EN2D4996Wrl3NGAiFVQ3C1jlTymUWKpXWF_yCLzwGcIbOAMH0Aew5wZJRHXfnKeMBTZwSjdc9uHv7o1nW3g8iI7CvCWJorrFrzexrb5v_fC1ysJyzO8uypKLkgXAAhc/w640-h640/LHARDY3.jpg" width="640" /></a></span>En algún momento de la década de los 1880 se instaló la lujosa decoración que Lhardy aún hoy ostenta. Según diversas fuentes, el decorador fue Ramón Guerrero —padre de la actriz María Guerrero y bisabuelo del actor Fernando Fernán Gómez— que figuraba en aquella época como tapicero, decorador y escenógrafo del Teatro de la Comedia.</div></div></div><div><p></p></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El gusto del segundo Imperio, dotado de esa elegancia de alta burguesía que vuelve ahora a cautivarnos, se perfiló en el diseño de la fachada de Lhardy, construida con magnífica madera de caoba de Cuba, como símbolo de las que fueron nuestras provincias de ultramar. La decoración interior de la tienda, con sus dos mostradores enfrentados y el espejo al fondo, sobre la opulenta consola que sostiene la “bouilloire” y la fina botillería, permanece intacta, como fue proyectada y llevada a cabo por Rafael </i>[sic]<i> Guerrero. Los comedores, concebidos como Salón Isabelino, salón Blanco y Salón Japonés, conservan los revestimientos de papel pintado de la época; las chimeneas, guarniciones y ornatos, citados en las obra de Galdós, Mariano de Cavia, Azorín o Ramón Gómez de la Serna.</i></div><div style="text-align: justify;">https://lhardy.com/historia/<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></blockquote><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFB3JTcjlSEHGm8SMeCLNG5QTZ2SLcBdCsDwBWfukWbQARLT8qhPzwL-uBnI5vyZTg8XRNIOknS9J6Ui9Ovt4waIp1oAx3dugXYA5hFgNIF7tWiNxkQy7nnk_jNFNkI3rgAk8EZQw92OM/s1080/LHARDY1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="966" data-original-width="1080" height="573" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFB3JTcjlSEHGm8SMeCLNG5QTZ2SLcBdCsDwBWfukWbQARLT8qhPzwL-uBnI5vyZTg8XRNIOknS9J6Ui9Ovt4waIp1oAx3dugXYA5hFgNIF7tWiNxkQy7nnk_jNFNkI3rgAk8EZQw92OM/w640-h573/LHARDY1.jpg" width="640" /></a></div></span></div><div><div style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;">Extrañamente no aparece en la prensa esta reforma del local ni el momento de su inauguración. Sin embargo sí aparecen otras reformas que hizo Ramón Guerrero como la de la Cantina Americana, Café de la Iberia, Café de Fornos, Teatro de la Comedia y Teatro Español.</span></div><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Bajo la inteligente dirección de don Ramón Guerrero han empezado las obras de restauración del teatro Español. La sala será empapelada con papel blanco de seda, los antepechos de los palcos serán de paño blanco, y las butacas estarán cubiertas con tela de la misma clase, adornadas con franjas rojas de </i>peluche<i>. Los antepechos serán sustituidos por otros de hierro colado, y la alfombra del centro y los pasillos de las butacas será también blanca. Con estas obras el teatro Español será uno de los más elegantes de Europa. </i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Crónica de la música. 12/07/1882</div></div></blockquote><p style="text-align: justify;">Con la nueva decoración Lhardy introduce algo nuevo en su restaurante, lo que se llamó el Diner Lhardy.</p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Los establecimientos industriales de Madrid hacen sus reformas para el invierno durante la época veraniega en que la mayor parte de los consumidores viajan. Casi todos introducen mejoras para atraerse el público, presentándole novedades. Pero este año lo que va á llamar verdaderamente la atención ha de ser la reforma de Lhardy. Como que esta acreditada casa privilegio de los ricos en más de cuarenta y seis años, coloca algunos cuartos de su ponderado restanrant al alcance de más modestas fortunas. Hasta ahora, para comer en Lhardy era preciso reunirse lo menos media docena de personas, que encargaban la víspera su menú. Ahora se individnaliza, siguiendo las corrientes del progreso. Esta año el conocido industrial establece para todos los dias platos especiales, con los que pueden servirse comidas sin que el gourmet haya tenido necesidad de tomarse el trabajo de encargarlas de antemano. Y uno solo que vaya al restaurant encontrará, como en los establecimientos de igual género del extranjero, el servicio especial de la casa de Lhardy, con buena </i>carte<i style="font-style: italic;">, que se publicará diariamente, con sus medios ó cuartos de botella, sea de Borgoña, Champagne, Bordeanx, etc. Los aficionados á la buena cocina están de enhorabuena.</i></div><div style="text-align: justify;">La Iberia, 15/09/1886<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAz7DdjB2pqKl-z-GY-qhS0hYKvqW5FRn0tBXmGiIXB-Y9dBlfMsVk9Bn0QDRjqBr7Uk1zlLobBHcbGsNrM0NSBJSxKMQ9Wky6ueM0TNB60hrR1A8zOGiLaBvRkTXee41V6XQdkYXwiEw/s1440/LHARDY2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1199" data-original-width="1440" height="533" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAz7DdjB2pqKl-z-GY-qhS0hYKvqW5FRn0tBXmGiIXB-Y9dBlfMsVk9Bn0QDRjqBr7Uk1zlLobBHcbGsNrM0NSBJSxKMQ9Wky6ueM0TNB60hrR1A8zOGiLaBvRkTXee41V6XQdkYXwiEw/w640-h533/LHARDY2.jpg" width="640" /></a></div></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>La afamada casa Lhardy ha resuelto ofrecer diariamente á las personas que echan de menos en Madrid una excelente mesa, sin necesidad de avisos previos, un número reducido de cubiertos con menú distinto todos los dias, compuesto de: 1 potaje; 1 relevé de boucherie; 1 entree; 1 roti; 1 legume; 1 entremet; dessert. Un cuarto de botella de Jerez, (González Byais); media de Burdeos, (Saint Julien Lhardy), y un cuarto botella de Champagne, marca Roeder, por persona. Los cubiertos se servirán en el salón de la casa Carrera de San Jerónimo, y en mesas para una, dos ó más personas, y al precio de 20 pesetas por cubierto, incluyendo los vinos. Como no será posible servir mas de 20 cubiertos por falta de local, podrá pedirse durante todo el dia que se reserven las mesas, bien en la tienda, bien por el telefono núm. 705. El Diner Lhardy se inaugurará del 1º al 10 de Noviembre. Todos los dias se publicará en los principales diarios de la noche, el menú del dia siguiente, y en los de la mañana el de la comida del dia.</i></div><div style="text-align: justify;">El Liberal, 22/10/1886<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></blockquote><p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_zFeq0LQON3Jo4XoAhw_-3bKnQ-Jltt_1LO7XLtpXNO6HM2j9bJputcyO-CSW0ba3xdT9ScQaN0NPy9mJk6oZ8vRroEuNq-EhkYISU_33BzERJlZMkR667ZgyJtLAZK37Qo0_W3lhnnA/s510/LHARDY+MOSTRADORES.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="349" data-original-width="510" height="438" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_zFeq0LQON3Jo4XoAhw_-3bKnQ-Jltt_1LO7XLtpXNO6HM2j9bJputcyO-CSW0ba3xdT9ScQaN0NPy9mJk6oZ8vRroEuNq-EhkYISU_33BzERJlZMkR667ZgyJtLAZK37Qo0_W3lhnnA/w640-h438/LHARDY+MOSTRADORES.jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: x-small;"><div style="text-align: center;">Lhardy con sus mostradores y el espejo</div></span><p></p><div style="text-align: justify;">Efectuada la reforma del local, y en marcha las novedades que había introducido su hijo Agustín, el señor Emilio Lhardy que ya estaba prácticamente retirado, falleció.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div><div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div><i>Los que pasaban anoche por la Carrera de San Jerónimo encontraban que faltaba algo al brillo y animación de la calle. Era que uno de sus establecimientos estaba cerrado. El afamado restaurant de Lhardy no exhibía, como otras noches, entre las luces del gas á la admiración de los gastrónomos su deslumbrante escaparate lleno de ricos manjares. Las persianas de hierro que le separan de la calle se veían corridas, y en la puerta decía un letrero, escrito sobre un papel blanco: «Cerrado por fallecimiento del dueño» Con efecto, ayer á las siete y media de la noche dejó de existir, después de dos días de permanecer en cama, Mr. Emile Lhardy, fundador de la conocida casa que lleva su nombre. A la avanzada edad de ochenta y dos años, después de una vida trascurrida en medio del trabajo más tenaz, baja á la tumba este hombre que debió la fortuna y reputación que coronaron al fin su inteligente actividad á sus solos personales esfuerzos </i><span style="font-size: x-small;">[...] </span><i>siguiendo sus deseos de ver á España, vino á Madrid, agradándole extraordinariamente esta población, donde su profesión no encontraba una competencia temible. Asocióse á un francés, y en 1839 fundó el establecimiento que durante tantos años viene figurando a la cabeza, en Madrid, entre los de su género. La sociedad se deshizo al poco tiempo, y Lhardy se quedó solo al frente de su restaurant. Bajo su dirección prosperaba cada día más la casa, y entonces, derribado el antiguo edificio en que se hallaba instalada, vino á sustituirle un local nuevo, hermoso, levantado con arreglo á las exigencias del gusto contemporáneo.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">[...]</span></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>La Casa Lhardy ha venido siendo, en los últimos años, el lugar obligado de los banquetes más suntuosos. De dicha casa se trasladaban también las comidas más exquisitas á hoteles y palacios, donde la alta sociedad celebraba alguna de sus fiestas brillantes. No había inauguración de camino de hierro, baile de máscaras, festividad alguna mundana adonde la cocina de Lhardy no fuera reclamada. A la muerte de este hombre, que en medio de la rudeza da sus trabajos sabia poner de relieve exquisitas prendas de carácter, la casa fundada por él quedará á cargo de su hijo el distinguido pintor D. Agustín Lhardy.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Época, 18/01/1887</div></div></blockquote><p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtguBtCC2Kifk7oWYXjGGlECXeeG5linVwUj3vsy8jjtlfydFnz-71_WIDFK2eQEvXuP1FiqGE57p6rcZN48beULXLqKbAKPrnJWuup0-FKWO4J-WvA2RCoeDmml6tKpsRRtOuwCkU_ec/s526/LHARDY+LORCA.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="526" data-original-width="526" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtguBtCC2Kifk7oWYXjGGlECXeeG5linVwUj3vsy8jjtlfydFnz-71_WIDFK2eQEvXuP1FiqGE57p6rcZN48beULXLqKbAKPrnJWuup0-FKWO4J-WvA2RCoeDmml6tKpsRRtOuwCkU_ec/w640-h640/LHARDY+LORCA.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: x-small;">Banquete homenaje a Gómez de la Serna. 1923. García Lorca aparece sentado en el suelo</span></div><p></p><div class="separator" style="clear: both;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2cXmkQLT65kI7CX0TJHzzmYoqTPfBGLd-MpIWW_s3RDFhN7x7Xy7biAFZvyxviahzsLOOZE6qbh-Jc-MgWBk8D4lGMIAKvrtiPu8Dob3u7h-5o2GatKQlsJqNeeuTJcsNBXqKyBSztozySeiPJgk8-ciK30-Z6aP4I1pF7oHUMcz-DSRxJ9MYGkskjho/s600/LHARDY%20AZORIN.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="377" data-original-width="600" height="402" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2cXmkQLT65kI7CX0TJHzzmYoqTPfBGLd-MpIWW_s3RDFhN7x7Xy7biAFZvyxviahzsLOOZE6qbh-Jc-MgWBk8D4lGMIAKvrtiPu8Dob3u7h-5o2GatKQlsJqNeeuTJcsNBXqKyBSztozySeiPJgk8-ciK30-Z6aP4I1pF7oHUMcz-DSRxJ9MYGkskjho/w640-h402/LHARDY%20AZORIN.jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: x-small; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both;"><ul><li>Banquete del P.E.N. Club. 1922. Azorín aparece con bigote sentado en la mesa a la derecha</li></ul></div></span></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;">La lista de todos los banquetes y homenajes que se han celebrado en Lhardy a lo largo de su historia es interminable. Por allí pasaron miembros de la Casa Real, la aristocracia, la alta burguesía, políticos, escritores y los viajeros ilustres que llegaban a Madrid. Durante la II República, Diego San José publicó un libro que con el título de "Vida ejemplar de Isabel II, la reina alegre y desaprensiva", eran unas falsas memorias de una dama de la corte de Isabel II donde se relata esta anécdota:</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Merece destacarse por su picante donosura la escena del reservado de Lhardy, donde la coronada hetaira, después de regodearse cumplidamente con «el pollo Antequera», se dejó olvidado el corsé. La historia —o historieta, si se quiere— es, en fin, tan ejemplar como en el título se anuncia. Y tan divertida como todas las de este escritor, maestro en el género.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Heraldo de Madrid, 13/08/1931</div></div></blockquote><div><br /></div><div style="text-align: justify;">De los objetos que todavía atesora Lhardy hay dos que se consideran emblemáticos: el samovar de plata para servirse un consomé y el espejo del que escribió Azorín lo siguiente:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>No podemos imaginar Madrid sin Lhardy. Lhardy resume la aristocracia y las letras. Y a su vez Lhardy es resumido por el espejo del fondo. Ese espejo, grande, con marco de talla dorada, está en el fondo de la tienda, sobre una consola con tablero de mármol blanco. En Lhardy, por sus concurrentes, por su historia, por lo selecto de su servicio, todo resulta noble. En los estantes nos miran las limetas, botellas y frascos de exquisitos vinos y licores, y el espejo lo abarca todo [...] En Lhardy, con un platito en la mano y en la otra un cuchillo de postre, un platito con pasteles, se encuentran Quevedo y su amigo Adán de la Parra, Don Fernando, el hermano de Carlos I, y su secretario el poeta Cristóbal de Castillejo, Don Juan de Austria y Cervantes. El espejo del fondo recoge las imágenes de todos.</i></div></i></div><div style="text-align: left;">Azorín. Madrid, la generación y el ambiente del 98. Madrid 1941</div><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguQPBtqzCrK7RlcxLSaJqAh6YzeC2A5TMlf7rDa3yZ3ldlcFT76lFcYGABZtzIJ_8EXbDyH1twz8p2BdtCtPo03LTcmZCRYLD0Di4mVpHzVJbRxSSog4MrpyCILD8LAEUvFX-d5xrDT9k/s800/LHARDY5.jpg"></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguQPBtqzCrK7RlcxLSaJqAh6YzeC2A5TMlf7rDa3yZ3ldlcFT76lFcYGABZtzIJ_8EXbDyH1twz8p2BdtCtPo03LTcmZCRYLD0Di4mVpHzVJbRxSSog4MrpyCILD8LAEUvFX-d5xrDT9k/s800/LHARDY5.jpg"><img border="0" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguQPBtqzCrK7RlcxLSaJqAh6YzeC2A5TMlf7rDa3yZ3ldlcFT76lFcYGABZtzIJ_8EXbDyH1twz8p2BdtCtPo03LTcmZCRYLD0Di4mVpHzVJbRxSSog4MrpyCILD8LAEUvFX-d5xrDT9k/w640-h432/LHARDY5.jpg" width="640" /></a></div></blockquote>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-46277007882925058302020-10-04T18:33:00.122+02:002020-10-28T16:12:53.167+01:00En torno a Larra y Dolores Armijo<div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://live.staticflickr.com/7044/6869175835_e19b5a9725_b.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="670" height="640" src="https://live.staticflickr.com/7044/6869175835_e19b5a9725_b.jpg" width="536" /></a></div>José Gutiérrez de la Vega y Bocanegra, Mariano José de Larra c.1835. Museo del Romanticismo<br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Larra se suicidó el 13 de febrero de 1837, lunes... Siempre se ha dicho que era lunes de Carnaval pero según los periódicos el carnaval se había celebrado la semana anterior.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>... la muchisima gente que recorría las calles, la numerosa concurrencia del Prado, las ratificaciones de los muchos tratados amorosos, los infinitos bailes de máscaras y el sentimiento que muchos tienen de no ir á ellos ó ir y no divertirse, se tendrá una cabal idea de lo que ha sido el domingo de carnaval en Madrid el año de gracia de 1837.</i></div></i><div style="text-align: justify;">Revista nacional, 06/02/1837</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>Hoy martes de carnaval se alquilan dominós á 6, 8 y 10 rs. en la puerta del Sol número 6, junto á la loteria, cuarto tercero.</i></div></i><div style="text-align: justify;">Diario de avisos de Madrid, 07/02/1837</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">El 12 de febrero, el día anterior a la muerte de Larra, se publica una composicion anunciando el fin del carnaval y el comienzo de la Cuaresma. La primera estrofa nos suena ahora extrañamente premonitoria de otra campana de la que hablará Zorrilla pocos días después.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>Con alegre carnaval / empezaba la semana; / mas la tétrica campana / ha mudado ya de son. / Kirie eleyson / Kriste eleyson</i></div></i><div style="text-align: justify;">Semanario Pintoresco Español, 12/02/1837</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">El nombre de la supuesta amante de Larra, Dolores Armijo, fue dado a conocer públicamente por Carmen de Burgos <i>Colombine</i> que escribió un libro sobre Larra después de entrevistarse con sus sucesores y descubrir objetos de Larra guardados por la familia, entre ellos documentación inédita.</div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/36/Posible_retrato_de_Dolores_Armijo_(Museo_del_Romanticismo_de_Madrid).jpg/465px-Posible_retrato_de_Dolores_Armijo_(Museo_del_Romanticismo_de_Madrid).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="465" height="400" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/36/Posible_retrato_de_Dolores_Armijo_(Museo_del_Romanticismo_de_Madrid).jpg/465px-Posible_retrato_de_Dolores_Armijo_(Museo_del_Romanticismo_de_Madrid).jpg" width="310" /></a></div>Posible retrato de Dolores Armijo. Museo del Romanticismo</div><div style="text-align: center;"><br /></div></span></div><div style="text-align: justify;">El día 13 muy temprano Larra recibe carta de Dolores Armijo anunciándole su visita. Larra contesta con una nota:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>He recibido tu carta. Gracias, gracias por todo. Me parece que si pudieran ustedes venir tu amiga y tu a la noche hablaríamos y acaso sería posible convenirnos. En este momento no sé qué hacer, estoy aburrido y no puedo resistir a la calumnia y a la infamia. Tuyo.</i></div></i><div style="text-align: justify;">Carmen de Burgos <i>Colombine</i>. Fígaro (revelaciones, "ella" descubierta, epistolario inédito). Imprenta de "Alrededor del Mundo". 1919</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Eugenio de Larra, tío del escritor, narró los hechos de aquel día en una carta dirigida a su hermano cuatro días después.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El 13, por la mañana, se manifestó muy diligente aquel infeliz con sus criados, previniéndoles limpiasen toda la casa, encendiesen más braseros, etc.: estaba, al parecer, más contento que otros días, muy agradable con la familia, y se vistió con la mayor elegancia, cortado y rizado el pelo de peluquero; a cosa de las tres de la tarde fué a visitar a Pepita en la casa en que se hallaba establecida de común acuerdo; observando ésta su alegría, diferente del estado que manifestaba hacía días, en que estaba triste, pensativo y hablando siempre de la muerte, le indicó sus deseos de ir a ver a Adelita aquella noche, a lo que replicó el difunto lo suspendiese hasta el día siguiente, que se la mandaría a comer y vendría él a los postres, a pretexto de estar ocupado esta noche con dos amigos en su casa.</i></div><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: xx-small;"> </span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i>A cosa de las siete y media de la misma (según consta de declaración de los criados) se presentaron en ella dos señoras, una más anciana que otra. La voz pública designa a la segunda por doña Dolores Armijo de Cambronero, quienes, después de una conversación acalorada, según los gritos que se percibieron, a cosa de las ocho, a consecuencia de un campanillazo, dió orden Mariano a su criado para que las acompañase; marcharon, cerrando él en seguida con un gran golpe las dos puertas intermedias a su despacho; a pocos momentos, y antes que regresara aquél (a quien despidieron ellas cerca de Santiago), oyó la criada un ruido confuso, que atribuyó a haber derribado su amo el velador con el juego de café, por ir acompañado del que produce la caída como de vidrios; así se lo manifestó al criado, añadiéndole: “¡Jesús, qué de mal humor ha dejado al amo esa visita.” Pero no atreviéndose a entrar sin ser llamados, según sus órdenes, aguardaron a que acabase de cenar la niña, y entró el criado con ella a dar las buenas noches a papá, según costumbre, a quien encontraron cadáver, tendido en medio de su despacho. El criado, asustado, y la niña gritando, salieron despavoridos y se lo dijeron a la criada, avisando en seguida al ministro de Gracia y Justicia, que vivía debajo.</i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: xx-small;"> </span></i></div></i><div><div style="text-align: justify;"><i>En el reconocimiento practicado por los facultativos ha aparecido el papel cuya copia es adjunta, el que, según noticias y presunciones fundadas, fué escrito pocos días antes al tratar de un desafio a muerte por esa misma mujer que no llegó a verificarse.</i></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>La autoridad judicial, como es indispensable en esos casos, tomó conocimiento desde el principio de tan desastroso suceso y llenó completamente sus deberes, no pudiendo nadie mezclarse hasta que concluyó sus funciones.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Carmen de Burgos <i>Colombine</i>. Fígaro (revelaciones, "ella" descubierta, epistolario inédito). Imprenta de "Alrededor del Mundo". 1919</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Si el marido de Dolores Armijo se había separado de ella y marchado a Filipinas, ese desafío <b>a muerte</b> ¿fue con un pretendiente o amante de Dolores? Es posible que esto la asustase y la impulsase a ver a Larra para romper con él definitivamente y tratar de evitar el duelo. Larra tenía un estuche con un par de pistolas, algo habitual entre los caballeros de la época. No las tenían como defensa personal sino para el caso de que surgiese un lance de honor, un duelo. Dado que en los duelos los padrinos solían examinar las armas y las cargaban, es improbable que las pistolas de Larra estuviesen cargadas.</div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.entredosamores.es/insolito%20madrid/imagenes/insolito357.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="466" data-original-width="800" height="233" src="https://www.entredosamores.es/insolito%20madrid/imagenes/insolito357.jpg" width="400" /></a></div>Pistolas de Larra. Museo del Romanticismo</div><div style="text-align: center;"><br /></div></span></div><div style="text-align: justify;">Se ha dicho que Dolores oyó el disparo bajando las escaleras desde el segundo piso, pero para cuando Larra tras unos momentos de desesperación, decidió suicidarse, cargó la pistola y disparó, Dolores debía estar ya en la calle. Además, dentro del propio piso tampoco oyeron claramente el disparo sino un estrépito de cosas que caían, incluyendo algunos cristales a la calle. Es probable que en la calle las dos mujeres acompañadas por Pedro el criado oyesen el ruido provocado por la furia de Larra. Sería en ese momento cuando Dolores según <i>Colombine</i> dijo: «Vuélvase usted... vuélvase, Pedro. Pueden necesitarlo...»</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Cuenta un descendiente de Larra que un banderillero que pasaba por la calle debió notar la agitación en la casa, se enteró de la muerte de Larra y divulgó la noticia.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Un conocido banderillero que pasaba en ese momento por la calle, "Mirandita", corrió al centro de Madrid para dar la noticia. Todos quedaron estupefactos al conocer su muerte. ¡Larra se ha "tirado" un tiro! ¡Un poeta tan joven, no es posible!</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Jesús Miranda de Larra. Larra: Biografía de un hombre desesperado</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">La prensa en un primer momento no quiso decir la causa del suicidio, aunque poco después decía que se debía a un "desengaño amoroso" pero sin llegar a decir el nombre de la mujer. </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>A las ocho menos cuarto de la noche de antes de ayer se suicidó de un pistoletazo nuestro distinguido escritor don Mariano José de Larra, bien conocido en el mundo literario por sus muchas y preciosas producciones, y cuya pérdida habrán de lamentar eternamente todos los que sepan apreciar nuestras glorias literarias, que tanto lustre han adquirido con las obras de este desgraciado joven. No nos atrevemos por delicadeza á manifestar la causa que ha motivado esta catástrofe.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Noticiosos sus muchos amigos de que habia de enterrarse su cadáver en la mañana de hoy y en sepultura de misericordia, por no haberse dado disposición alguna por ninguno de sus parientes para que se efectuase con el decoro debido á uno de nuestros primeros ingenios; se decidieron á costearle su entierro y sepultura, que tendrá efecto á las cuatro de la tarde de hoy, saliendo de la iglesia de Santiago donde está depositado, acompañándole hasta su última morada la juventud literaria de Madrid.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Eco del Comercio, 15/02/1837</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Un periódico explica porqué Larra habría sido enterrado en una sepultura de caridad si no llegan a intervenir sus admiradores. Además, Pepita Wetoret, la mujer de Larra de la que estaba separado, se encontraba en mala situación económica.</div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>... escepto la viuda, cuya situación, como se deja conocer, no le permitía atender á tales disposiciones, los demás parientes no tuvieron noticia de aquel funesto acantecimiento hasta pasadas 24 horas; y los padres, que sin duda eran los mas interesados, se hallan en Navalcarnero. Por esta causa no pudo ninguno personarse á tiempo y acordar lo necesario para dar sepultura al cadáver.</i></div></div></div><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Eco del comercio, 18/02/1837</div></div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Parece que la viuda del malogrado Larra se ha presentado á S. M., de quien ha sido recibida con el mayor agrado, habiéndole hecho la augusta Cristina la promesa de que uno de sus hijos </i>[el<i style="font-style: italic;"> </i>varón]<i style="font-style: italic;"> será educado á costa de S. M. </i></div></div><div><div>El Guardia nacional, 24/03/1837</div></div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://s3.amazonaws.com/s3.timetoast.com/public/uploads/photos/1606454/delarra2_1_.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="375" height="320" src="https://s3.amazonaws.com/s3.timetoast.com/public/uploads/photos/1606454/delarra2_1_.jpg" width="250" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXMi4Fr8DEO9cWt_Daz9IXG0RIP_yGbkXqR8H5n8vkz36vr5Q-pfALZk83tAm1pk_GZLSB8jbyo08J5R7CxvH78vy6MGyz8C4YeOcgfmRjjQaRyjhzGS3koYPB9cjIwGD8hsu2WqhDwQNc/s728/Adela+de+Larra+y+Wetoret.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="728" data-original-width="512" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXMi4Fr8DEO9cWt_Daz9IXG0RIP_yGbkXqR8H5n8vkz36vr5Q-pfALZk83tAm1pk_GZLSB8jbyo08J5R7CxvH78vy6MGyz8C4YeOcgfmRjjQaRyjhzGS3koYPB9cjIwGD8hsu2WqhDwQNc/w225-h320/Adela+de+Larra+y+Wetoret.jpg" width="225" /></a><br /><span style="font-size: xx-small;">Luis Mariano y Adela de Larra y Wetoret</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div><div style="text-align: justify;">Aparecen en la prensa algunas envidias y enemistades y por unos contradictorios comentarios de Roca de Togores se inicia una polémica en la que intervienen <i>Revista Nacional</i>, <i>El Español</i> y <i>Eco del Comercio</i>. Pero sobre todo Larra es muy atacado por haber optado por el suicidio.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>El joven don Mariano Josa de Larra conocido del público con el nombre de Fígaro, tubo la humorada la noche del 13 del actual de saltarse los sesos de un pistoletazo. Los títulos de aprecio que habia merecido hasta entonces á sus conciudadanos, como escritor público de un mérito mas que regular, han sido deslustrados de un solo golpe al cometer un crimen acaso el mas contrario á la sana moral y de un egemplo perniciosísimo cuyo recuerdo debe escitar un justo horror al delito, al paso que mueve á compadecer al desgraciado delincuente.</i></div></div></div><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">El Mata-moscas, 19/02/1837</div></div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">No indicaremos nosotros los motivos que le impulsaron, á tan violenta resolución: muévenos á ello la delicadeza y un sentimiento de compasión hacia aquel, que adornado de un talento brillante, no tuvo el suficiente para sobreponerse á las pasiones, y pereció víctima de ellas </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span> <i>Asi es la vida humana. Su exterioridad resplandeciendo con acciones generosas y sentimientos elevados es un sepulcro cubierto con una losa magnífica, que oculta dentro podredumbre y hediondez. Ideas exageradas ó una fantasía acalorada llevaron á Larra al sepulcro, que abrió con sus propias manos sin acordarse de que su vida no era suya, que debia consagrarla á su patria y á sus hijos; que su ejemplo seria tal vez pernicioso á esa sociedad, no tan estúpida ni tan corrompida como se pretende, y en la que aun brillan virtudes y sentimientos nobles á la par de acciones desinteresadas. ¿Y era asi como pretendía corregir los vicios?.,... ¿Asi como quiso demostrar la exactitud de sus doctrinas?....; Por fortuna esa sociedad, que se calumnia, que se llama estúpida y corrompida, no está tan desprovista de ilustración y de virtud que no se aparte de un ejemplo vivo de demencia, ni deje de reprobar altamente un acto que, si mueve á compasión, causa también horror, y estremece a la naturaleza.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">¿Qué buscaba Larra en el mundo, que no hallaba?... ¿No era padre, no era esposo?... ¿No tenía que cumplir con estas sagradas obligaciones?... ¿No encontró un amigo á quien amar? </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i style="font-style: italic;"> su muerte ha echado un borron á su gloria: su sangre vertida por él mismo, ha caido sobre sus obras y las ha deslustrado. Ha sido cual la mancha en la honra de una muger que nada es capaz de borrarla.</i></div></div>Gaceta de Madrid, 04/03/1837<br /></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://i.pinimg.com/originals/32/a2/a8/32a2a8148aa100074048940285619e62.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="600" height="400" src="https://i.pinimg.com/originals/32/a2/a8/32a2a8148aa100074048940285619e62.jpg" width="300" /></a></div>Levita que perteneció a Larra. Museo del Romanticismo</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Mesonero Romanos, que había hablado con Larra el día de su muerte, contó en sus memorias la impresión que le causó la noticia del suicidio.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>El día 13 de Febrero de 1837 me hacía una de sus frecuentes visitas D. Mariano José de Larra, el ingenioso Fígaro, que siempre me manifestó decidida inclinación, y en esta, como en todas nuestras entrevistas, giró la conversación sobre materias literarias, sobre nuestros propios escritos, sin celos ni emulación de ninguna especie, si bien asomando siempre en las palabras de Larra aquel escepticismo que le dominaba, y en sus labios aquella sarcástica sonrisa que nunca pudo echar de sí, y que yo procuraba en vano combatir con mis bromas festivas y mi halagüeña persuasiva: aquel día, empero, le hallé más templado que de costumbre, y animado, además, hablándome del proyecto de un drama que tenía ya bosquejado, en que quería presentar en la escena al inmortal Quevedo, y hasta me invitó a su colaboración, que yo rehusé por mi poca inclinación a los trabajos colectivos; pero en ninguna de sus palabras pude vislumbrar la más leve preocupación extraña, y hubiérale instado, como otros días, a quedarse a almorzar conmigo, si ya no lo hubiera hecho por ser pasada la hora.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>¡Cuál no sería mi asombro a la mañana siguiente, al presentárseme D. Manuel Delgado (el famoso editor que hizo su fortuna a costa de todos los ingenios de aquella época), diciéndome que la noche anterior, es decir, la del mismo día 13, en que había estado en mi casa, se había suicidado Larra en su propia habitación, calle de Santa Clara, número 3, y que él (Delgado) y otros amigos se habían encargado de tributarle los fúnebres honores, para lo cual allegaban en el acto por suscrición los fondos necesarios! -Contribuí, pues, inmediatamente, y en la misma tarde del 14 estábamos reunidos todos los amantes de las letras, o por mejor decir, toda la juventud madrileña, en la parroquia de Santiago, ante el sangriento cadáver del malogrado Fígaro; colocado que fue en un carro fúnebre, sobre el que se ostentaban cien coronas en torno de sus preciados escritos, seguimos todos a pie, enlutados y llenos de sincero dolor, tributando de este modo el primer homenaje público, acaso desde Lope de Vega, rendido entre nosotros al ingenio. Y llegados que fuimos al camposanto de la puerta de Fuencarral, y antes de introducir el ataúd en su modesto nicho, D. Mariano Roca de Togores (actual marqués de Molins) pronunció algunas sentidas frases en loor del desdichado suicida. Adelantose luego con tímido continente un joven, un niño aún, pálido, macilento, de breve persona y melancólica voz; pidió permiso para leer una composición, y obtenido, hízolo de un modo solemne, patético, en aquellos versos que empiezan:</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>«Ese vago clamor que rasga el viento </i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Es el son funeral de una campana!!...</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Aquella sentida composición sorprendió a los circunstantes; aquel niño inspirado hizo vibrar las fibras de nuestros corazones, y el nombre de José Zorrilla, circulando de boca en boca, consiguió inspirar desde aquel instante las mayores simpatías.</i></div></i></div>Mesonero Romanos. Memorias de un setentón. Capítulo XII<br /></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSKu_-LiuNZu-CiF8aYUNpGP8my_yLD-QE4PYIUzJhDb5woa3aPpFRFJz1vaERc58oWjD4-2uowMjKqTIhp4YJM4NW8CnsFDvLRlAEkryzhUoybujTtsFfRwGFwuvwiFmv5ZKzfr2V4AA/s640/EL+IMPARCIAL+30.11.1921cuartilla.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="472" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSKu_-LiuNZu-CiF8aYUNpGP8my_yLD-QE4PYIUzJhDb5woa3aPpFRFJz1vaERc58oWjD4-2uowMjKqTIhp4YJM4NW8CnsFDvLRlAEkryzhUoybujTtsFfRwGFwuvwiFmv5ZKzfr2V4AA/w472-h640/EL+IMPARCIAL+30.11.1921cuartilla.jpg" width="472" /></a></div></span></div><div style="text-align: justify;">La versión del propio Zorrilla se publicó primero en El Imparcial y después incluida en sus memorias "Recuerdos del tiempo viejo".</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Abordónos Joaquin Massard, que por Pedro Madrazo nos conocía, y nos dio de repente la noticia de que Larra se habia suicidado al anochecer del dia anterior. Dejónos estupefactos semejante noticia, y asombróle á él que ignorásemos lo que todo Madrid sabia, é invitónos á ir con él á ver el cadáver de Larra depositado en la bóveda de Santiago. Aceptamos y fuimos. Massard conocía á todo el mundo y tenia entrada en todas partes. Bajamos á la bóveda, contemplamos al muerto, á quien yo veia por primera vez, á todo nuestro despacio, admirándonos la casi imperceptible huella que habia dejado junto á su oreja derecha la bala que le dio muerte; cortóle Alvarez un mechón de cabellos y volvímonos á la Biblioteca, bajo la impresión indefinible que dejaban en nosotros la vista de tal cadáver y el relato de tal suceso</i></div></i></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/08/Madrid_-_Iglesia_de_Santiago_y_San_Juan_Bautista_01.jpg/800px-Madrid_-_Iglesia_de_Santiago_y_San_Juan_Bautista_01.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="800" height="300" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/08/Madrid_-_Iglesia_de_Santiago_y_San_Juan_Bautista_01.jpg/800px-Madrid_-_Iglesia_de_Santiago_y_San_Juan_Bautista_01.jpg" width="400" /></a></div></span><span style="font-size: xx-small;">Iglesia de Santiago donde estuvo el velatorio de Larra<br /> </span><br /><div style="text-align: left;"><i>Joaquin Massard, que en todo pensaba y de todo sacaba partido, me dijo al salir:</i></div></div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div><i><i>—Sé por Pedro Madrazo que V. hace versos.</i></i></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>—Sí, señor, le respondí.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>—¿Querría V. hacer unos á Larra? repuso entablando su cuestión sin rodeos; y viéndome vacilar, añadió: «yo los haría insertar en un periódico, y tal vez pudieran valer algo.» Ocurrióme á mí lo poco que me valdrían con mi padre, desterrado y realista, unos versos hechos á un hombre tan de progreso y de tal manera muerto; y dije á Massard que yo haría los versos, pero que él los firmaría. Avínose él, y convíneme yo; prometíselos para la mañana siguiente á las doce en la Biblioteca; y despidiéndonos á sus puertas, echó Massard hacia la plazuela del Cordón donde moraba, y Alvarez y yo por la cuesta de Santo Domingo á vagar como de costumbre. Pensé yo al anochecer en los prometidos versos y fuíme temprano al zaquizamí, donde mi cestero me albergaba con su mujer y dos chicos, que eran tres harpías de tres distintas edades. No me acuerdo si cenamos: pero después de acostados, metíme yo en mi mechinal, con una vela que á propósito habia comprado. En aquella casa no se sabia lo que era papel, pluma ni tinta; pero habia mimbres puestos en tinte azul, y tenia yo en mi bolsillo la cartera del capitán con su libro de memorias. Hice un kalam de un mimbre como lo hacen los árabes de un carrizo y tomando por tinta el tinte azul en que los mimbres se teñían. ... Hé aquí, Sr. Velarde, cómo se hicieron aquellos versos, cuya copia trasladé á un papel en casa de Miguel Alvarez á la mañana siguiente, y partí á entregar mi carta al director de El Mundo.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">[...]</span></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Así, el más triste de los que íbamos en aquel entierro, marchaba yo en él, envuelto en un sur tout de Jacinto Salas, llevando bajo él un pantalón de Fernando de la Vera, un chaleco de abrigo de su primo Pepe Mateos, una gran corbata de un fachendoso primo mio, y un sombrero y unas botas de no recuerdo quiénes; llevando únicamente propios conmigo mis negros pensamientos, mis negras pesadumbres y mi negra y larguísima cabellera.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Imparcial, 20/10/1879</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div>La famosa escena del cementerio la cuenta Zorrilla de esta forma:<br /><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div style="text-align: justify;"><i>El silencio era absoluto: el público, el más á propósito y el mejor preparado; la escena solemne y la ocasión sin par. Tenia yo entonces una voz juvenil, fresca y argentinamente timbrada, y una manera nunca oida de recitar, y rompí á leer pero según iba leyendo aquellos mis tan mal hilvanados versos, iba leyendo en los semblantes de los que absortos me rodeaban, el asombro que mi aparición y mi voz les causaba. Imaginéme que Dios me deparaba aquel extraño escenario, aquel auditorio tan unísono con mi palabra, y aquella ocasión tan propicia y excepcional, para que antes del año realizase yo mis dos irrealizables delirios: creí ya imposible que mi padre y mi amada no oyesen la voz de mi fama, cuyas alas veia yo levantarse desde aquel cementerio, y vi el porvenir luminoso y el cielo abierto y se me embargó la voz y se arrasaron mis ojos en lágrimas y Roca de Togores, junto á quien me hallaba, concluyó de leer mis versos.</i></div></div>El Imparcial, 20/10/1879<br /></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://pbs.twimg.com/media/DRwTZdhX0AAsi2M.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="779" data-original-width="800" height="389" src="https://pbs.twimg.com/media/DRwTZdhX0AAsi2M.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Placa en la esquina de la calle Fernández de los Rios con Escosura donde aproximadamente estuvo el Cementerio del Norte</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></span></div><div style="text-align: justify;">Siempre se ha contado que la lectura de los versos de Zorrilla se produjo espontáneamente en el último minuto cuando terminados los discursos iba a introducirse el féretro en el nicho. Pero al menos Roca de Togores estaba avisado. En 1920 se publicaron unos papeles de Joaquín Massard, el amigo italiano de Zorrilla que le acompañó en el entierro de Larra. En el borrador de una carta a Zorrilla durante la permanencia de éste en Italia, Massard, después de disculparse por su mal español, hace la siguiente descripción:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Un féretro se aviaba por el cementerio de Fuencarral, una imensa multitud de gente y artistas y pintores y escritores y poetas, en fin, todo lo que había en España y en Madrid de más escojido en letras y bellas artes, en la multitud marchaba inobservado ó más bien desconocido un joven que se apoyaba sobre el brazo de su amigo italiano por quien había compuesto la poesía por la muerte de Larra; composición que el amigo italiano escrupulosamente guardaba en su faltriquera. Durante el camino el joven italiano suelta el brazo de su amigo Pepe para sondar en aquella turba de ingenios qué se pensaba hacer en el momento en que el cadáver hubiese llegado á su postrera mansión; todos se encojieron de hombros y no sabían qué contestar, y primeros entre ellos Eugenio de Ochoa, los Madrazos y Roca Togores; entonces el italiano saca de su bolsillo el papel arugado que escrupulosamente guardaba, en que su amigo Zorrilla le había escrito la composición, y mostrándole á los sobredichos les dijo que el amigo Zorrilla para él había escrito aquellos versos; entonces fué que más bien por educación que por íntimo convencimiento del verdadero mérito, contestaron al joven italiano que Zorrilla no habiendo otra cosa preparada para aquella circunstancia imprevisa hubiese leído sus versos.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>—Querido Pepe, tú sabes lo que pasó en aquella tarde y luego en aquella noche y el tiempo y los días después. Sólo el italiano quedó en la sombra con los hojos llenos de lágrimas de ternura y cariño que tenía por el joven poeta á quien en los días de su soledad y abandono había sabido confortar con una palabra de consuelo y cariño.</i></div></i></div>Narciso Alonso Cortés. Zorrilla su vida y sus obras. Excmo. Ayuntamiento de Valladolid. 1920<br /></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://enlenguapropia.files.wordpress.com/2012/10/tumbadelarrapoemadezorr1.jpg?w=584" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="400" height="300" src="https://enlenguapropia.files.wordpress.com/2012/10/tumbadelarrapoemadezorr1.jpg?w=584" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Actual tumba de Larra en la Sacramental de San Justo</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></span></div><div style="text-align: justify;">Dolores Armijo Carrero nació en 1811 y se casó a los dieciocho años con el teniente de caballería de 27 años José María Cambronero García, hijo de un famoso jurisconsulto. Éste tenía como primer pasante a Juan Bautista Alonso que además de abogado era poeta. Probablemente a través de él fue como se conocieron Larra y Dolores Armijo en alguna reunión social en 1831. A pesar de todos los chismes escandalosos que circularon durante varios años, se considera que las relaciones entre ambos no pasaron de ser platónicas.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="font-style: italic; text-align: justify;"><i>Parece que esta joven era bastante coqueta y aun algo temeraria para que se creyese de ella lo más malo, aunque sin fundamento bastante, al menos respecto de Larra, según lo que éste dice, siempre quejándose de sus rigores.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Emilio Cotarelo y Mori. Los últimos amores de Larra. Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo del Ayuntamiento de Madrid. Tomo I (1924)</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Dolores Armijo, que tenía a su alrededor una corte de admiradores, con los que coqueteaba, haciendo valer para no comprometerse </i>su esquiva condición de esposa<i style="font-style: italic;">, debió sentirse halagada por el amor de un hombre de tanto mérito como Larra. ¡Ser la musa del escritor, de un escritor tan grande como Fígaro, debía colmar su vanidad, e indudablemente se complació en cultivar aquel amor, encenderlo y lucirlo como un prendido que adornara su hermosura!</i></div></div>Carmen de Burgos Colombine. Fígaro (revelaciones, "ella" descubierta, epistolario inédito). Imprenta de "Alrededor del Mundo". 1919<br /></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR127WDQ_rU70_hDdvpi-Do65S_vhT8hgmV-3NeS2TcPgKdMQfhJjTEfc6uPrxy29p3pdyYPG-uebjCoA-8ICTpOHu7JiRLhMkc9eGEuo-H0grAXWe5JjcCsbsP8wCybAUN_0iy7-wk8Gr/s640/7816det2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="538" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR127WDQ_rU70_hDdvpi-Do65S_vhT8hgmV-3NeS2TcPgKdMQfhJjTEfc6uPrxy29p3pdyYPG-uebjCoA-8ICTpOHu7JiRLhMkc9eGEuo-H0grAXWe5JjcCsbsP8wCybAUN_0iy7-wk8Gr/w336-h400/7816det2.jpg" width="336" /></a></div>José Gutiérrez de la Vega y Bocanegra. Detalle del Retrato de Dolores Armijo (antes de conocer a Larra). Sevilla 1828. Museo de Historia de Madrid<br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">En diciembre de 1837 en una carta de Luis Sanclemente a su hermano el marqués de Montesa se refiere a los rumores que circularon por Madrid en 1834 sobre <i>acontecimientos de inmoralidad novelesca entre el matrimonio Larra y el matrimonio Cambronero. </i><span style="text-align: left;">Además añade un hecho que, de ser cierto, resultaría decisivo.</span></div></div><div><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Hace más de un año que estando celosa la mujer de Larra, notó que éste recibió un billete y que lo metió en su pupitre. Resuelta a aclarar sus sospechas encontró modo de abrir el pupitre y leyó el papel, que era en efecto una cita que la de Cambronero daba a Larra para fuera de Puertas en un coche simón. La celosa determinó vengarse y remitió el billete de la citadora a su marido Cambronero. Este se fué a consultar a una querida que tenía. Esta tan prudente y juiciosa, quiso evitar un lance, y le dijo: «Mira, tú estás faltando a tu mujer, no des escándalo porque ella te pague con la misma moneda». No obstante, el señor Cambronero, acudió a la cita y encontró a su mujer y a su amante Larra, </i>et il éclata.</div></div><div><div style="text-align: justify;">Varela Iglesias, J.L. "Dolores Armijo, 1837. Documentos nuevos en torno a la muerte de Larra". Studia Hispanica in Honorem R. Lapesa. Separata. Gredos. Madrid, 1972.</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;"><div>Dolores Armijo es repudiada por su marido que la envía a Badajoz con unos tíos de ella. El marido, destinado en la Secretaría de Estado y del Despacho de la Guerra, solicita el 28 de enero de 1835 nuevo destino en la Secretaría de la Capitanía General de Manila; el traslado es concedido el 8 de febrero de 1835 con el grado de Teniente Coronel de Caballería.</div><div><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div>Dolores había vivido con sus tíos casi todo el tiempo antes de casarse. Alfonso Carrero, hermano de su madre, había comenzado su carrera en la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla como un absolutista al servicio de Fernando VII, pero con la llegada del nuevo régimen se declaró liberal, por lo que tuvo que aguantar ataques como éste:</div><div><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>... llamamos la atención de S. E., al Diario de Sevilla núm. 2375 del martes 8 de setiembre de 1835, que esplicándose á cerca de los males que causará en su respectivo puesto, cada empleado público que no sea de acreditada y jamas desmentida adhesión á la causa de la libertad y del trono constititucional de Isabel II </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i> Tal ha sido la conducta del buen empleado Carrero que no la desmintió desde el año 33 hasta el 35 que apostatando del bando realista se quiso presentar en el liberal </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i> le fué fácil al cándido Carrero pasar á ser contador de la provincia de Badajoz; á poco venir de intendente á Avila y por ultimo á vocal de la junta inmortal y perenne de aranceles en esta corte, porque ya se ve, bueno es que haya uno que entienda algo de tabacos aunque de comercio y aduanas nada sepa, pero cae el sueldo integro bajo aquel pretesto</i></div></div></div><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Revista Nacional, 26/09/1836</div></div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Larra intentó ver a Dolores en Badajoz y Ávila pero no lo consiguió. En Ávila, posiblemente para estar cerca de ella o para intentar impresionarla, consiguió por medios torticeros resultar elegido en segunda vuelta diputado por los moderados —parece como si le diese igual el partido que fuese— pero la "sargentada" de La Granja consiguió que esas elecciones fuesen anuladas a los pocos días. Larra perdió de golpe todo su prestigio como escritor liberal al haberse presentado por los moderados y tal como escribió en la mañana de su último día, tuvo que aguantar "calumnias e infamias", incluso anónimas. El darse cuenta de que se había traicionado a sí mismo por culpa de su obsesión con Dolores Armijo tuvo que sumirle en una depresión y amargura reflejada en dos de sus últimos artículos, "El día de Difuntos de 1836. Fígaro en el cementerio" (<i>El Español</i>, 2 de noviembre de 1836) y "La Nochebuena de 1836. Yo y mi criado. Delirio filosófico" (<i>El Redactor General</i>, 26 de diciembre de 1836).</div><div style="text-align: justify;">En este último su criado ya borracho le dice:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> <br /></span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div><div style="text-align: justify;"><i>Cuando yo necesito de mujeres, echo mano de mi salario y las encuentro, fieles por más de un cuarto de hora; tú echas mano de tu corazón, y vas y lo arrojas a los pies de la primera que pasa, y no quieres que lo pise y lo lastime, y le entregas ese depósito sin conocerla. Confías tu tesoro a cualquiera por su linda cara, y crees porque quieres; y si mañana tu tesoro desaparece, llamas ladrón al depositario, debiendo llamarte imprudente y necio a ti mismo.</i></div></div></div></blockquote><div><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">La visita de Dolores el 13 de febrero en la que le pedía sus cartas, se despedía definitivamente de él y probablemente le comunicaba su marcha a Filipinas debió ser la gota que colmó el vaso.</div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: justify;"> </div></span></div><div style="text-align: justify;">En una crítica literaria a las poesías de Juan Bautista Alonso —la persona que los presentó— Larra nombra de pasada a Dolores. El artículo se publicó unos meses después de su ruptura con ella, por eso al final del artículo podemos intuir hoy un posible significado oculto para los lectores de aquel momento.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Como modelo de facilidad en la versificación las quejas del moro es romance inimitable y en punto á romances, aunque son buenos el retrato de Rosana, el del cumpleaños de la señora doña María de los Dolores Armijo de Cambronero el de Anfriso á Dalmíro; campea sobre todos El Consejo </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i style="font-style: italic;"> Poeta franco y libre, suelta la rienda á su inspiración y escribe demasiado. El talento no ha de servir para saberlo y decirlo todo; sino para saber lo que se ha de decir, de lo que se sabe. Esa superabundancia de vena, suele dañar al efecto, desliendo demasiado ideas que ligeramente apuntadas resaltarían doble: porque en las artes de imaginación suele querer decir de mas lo que se dice de menos </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i style="font-style: italic;"> FÍGARO</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Revista Española, 19/02/1835</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDuofvf4AI6FIiBoKOLS4USF7ggJXi9uW0BegainyOt8UeRSXeHWbnUR2I1gZenIOsA6EoC0WGi2luI07RBBqNS9MCn8rhtrkGCRCbiKoKSKbvelyTQhDsLd884VNDQwtcAyec4lM79BbR/s826/J.B.Alonso.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="826" data-original-width="808" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDuofvf4AI6FIiBoKOLS4USF7ggJXi9uW0BegainyOt8UeRSXeHWbnUR2I1gZenIOsA6EoC0WGi2luI07RBBqNS9MCn8rhtrkGCRCbiKoKSKbvelyTQhDsLd884VNDQwtcAyec4lM79BbR/w391-h400/J.B.Alonso.jpg" width="391" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Juan Bautista Alonso (1801-1879)</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></span></div><div style="text-align: justify;">Como en la época de los hechos no suele aparecer nombrado el marido de Dolores, Cotarelo se pregunta la razón de esta ausencia.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="font-style: italic; text-align: justify;"><i>Quizá un documento oficial nos pruebe cualquier día si se hallaba o no en Filipinas su marido cuando el suceso que tanto perturbó la vida de ella y de su enamorado; no dejaría de ser importante el hallazgo.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Emilio Cotarelo y Mori. Los últimos amores de Larra. Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo del Ayuntamiento de Madrid. Tomo I (1924)</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Entre 1835 y 1841 aparecen en la prensa varias noticias sobre un José María Cambronero ocupando cargos políticos en Salamanca, Soria y otras provincias, pero no se trata del marido sino de un primo con el mismo nombre. Cuando fallece, su viuda llamada Blasa Maury solicita una pensión.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>SOCIEDAD DE SOCORROS MUTUOS DE JURISCONSULTOS. Comisión del distrito de Madrid.</i></div></div></div><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>Esta comisión ha acordado abrir el juicio contradictorio que previene el artículo 32 de los estatutos de la sociedad para la declaración de la pension que ha solicitado doña <b>Blasa Maury</b>, viuda del señor don José María Cambronero, abogado qué fué del ilustre colegio de esta corte, que nació en la misma a 23 de febrero de 1804, y falleció en ella el 10 del corriente, habiéndose inscripto en la sociedad á la edad de 36 años, el 29 de enero del mismo. Las personas que tuviesen que presentar alguna reclamación contra la exactitud de los hechos arriba citados, ó contra el derecho que alega la interesada para el goce de la viudedad, la dirigirán dentro del término de un mes a la secretaría de la comisión, calle de Atocha, número 35, cuarto principal. Madrid 20 de setiembre de 1841. Por acuerdo de la comisión, José Sanz y Barea, vocal secretario.</i></div></div></div><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Eco del comercio, 22/09/1841</div></div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">El marido de Dolores aparece citado varias veces en algunas de las guías de la época. En la <i>Guía de litigantes y pretendientes. 1831</i> como abogado de los tribunales de Guerra y Marina y domicilio en la <i>Caba </i>[sic]<i> de San Miguel á las Platerías </i>[calle Mayor]; en 1834 en la misma guía aparece con domicilio en la plaza de Santa Catalina de los Donados y en dos guías, el <i>Estado</i> <i>militar de España. 1834</i> y el <i>Kalendario manual y guía de forasteros en Madrid. 1834</i>, figura como destinado en la Secretaría de Estado y del Despacho Universal de la Guerra.</div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/ef/Cayetano_palmaroli-Retrato_de_Manuel_Mar%C3%ADa_Cambronero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="594" height="400" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/ef/Cayetano_palmaroli-Retrato_de_Manuel_Mar%C3%ADa_Cambronero.jpg" width="297" /></a></div>El famoso jurisconsulto Manuel María Cambronero (1765-1834), suegro de Dolores Armijo<br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Además he encontrado una referencia sobre su estancia en Manila cuando murió Larra. En septiembre de 1836 se firma en Filipinas un acuerdo entre el Sultán Mahamad-Diamalul-Quirám y un representante de la Capitania general. El documento de ratificación viene firmado, tres semanas antes de la muerte de Larra, por el entonces gobernador en funciones y por el Secretario de S.M. José María Cambronero.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="font-style: italic; text-align: justify;"><i>Y con estas modificaciones ó aclaraciones prometo en nombre de S. M. Católica la Reina de España cumplir y hacer cumplir exactamente todo lo que va estipulado y competa al Gobierno de S. M. En fé de lo cual firmo la presente ratificación, sellada con el escudo de mis armas y refrendada por el señor Secretario de S. M. con ejercicio de decretos y de este superior Gobierno y Capitanía general, en el real Palacio de Manila á 20 de Enero de 1837.—Pedro Antonio Salazar.—José María Cambronero.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">JOLÓ. Relato histórico-militar desde su descubrimiento por los españoles en 1578 á nuestros días. Diario Oficial de Avisos de Madrid, 20/04/1890</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">A esto hay que añadir un pasaporte otorgado en 1837 en el que se ve que la segunda firma es la de José M. Cambronero.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>... Por el presente concedo libre y seguro pasaporte al Subteniente del Regimiento Infanteria de Fernando VII 2º de linea D. Pedro Ramiro empleado en la comisión de Vigilancia Pública, que pasa a la Provincia de Ylocos Sur en comisión del servicio de S.M. Por tanto ordeno y mando a los Alcaldes mayores y demás Ministros de Justicia de los Pueblos del transito no le pongan ni consientan poner impedimento ni ..."</i></div></i></div>https://en.todocoleccion.net/antique-documents/filipinas-manila-1837-pasaporte-pedro-antonio-salazar-salazar-firmado~x131679718#sobre_el_lote<br /></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://cloud10.todocoleccion.online/documentos-antiguos/tc/2018/08/27/10/131679718.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="574" src="https://cloud10.todocoleccion.online/documentos-antiguos/tc/2018/08/27/10/131679718.webp" /></a></div></span></div><div style="text-align: justify;">La cuñada de Dolores Armijo, Manuela Cambronero, que la acompañó en la visita a Larra, posiblemente habría mediado para conseguir la reconciliación entre los esposos. Dos meses después de la muerte de Larra, Dolores embarcó para Filipinas en la fragata Nueva San Fernando. El viaje en este pequeño buque solía durar entre cuatro y cinco meses; una travesía pesada e incómoda aunque la naviera ofreciese a sus pasajeros <i>escelentes comodidades en sus dos elegantes cámaras recien construidas en Liverpool.</i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>El 17 del corriente al medio dia dió la vela para las islas Filipinas la fragata nueva S. Fernando, que conduce al señor general Camba y otros varios militares y empleados. A las seis de la tarde hallándose á tres leguas y media al S. O. de esta ciudad, le fueron entregados por el buque guardacosta, de que hicimos mención en nuestro número anterior, los reos que formaron la titulada junta carlista de Córdoba. </i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Gaceta de Madrid, 28/04/1837</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;"><div>Circula una versión de que Dolores Armijo murió en un naufragio en el que no habría habido supervivientes, pero no he hallado en la prensa ese supuesto naufragio. Es un rumor que contaba por carta Luis Sanclemente a su hermano.</div><div><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>El barco viejo mercante en que iba a Filipinas Camba naufragó hacia el Cabo de Buena Esperanza. En él iban Pepe González (pariente de las Lardizábal) y la que fue querida de Larra (Fígaro, el que se suicidó) y otros; y todos han perecido, según cuentan...</i></div></div></div><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Carlos Montilla. «Tres cartas inéditas de 1837: A los ciento veinte años de la muerte de Larra», en: Ínsula, 12, n.º 123 (1957)</div></div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div>Pero esto lo desmiente el propio general Camba en una exposición que hace a la reina.</div><div><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">... <i>yo lo verifiqué el 17 de abril en la española Nueva-San Fernando, embarcando en el propio buque y en virtud de expresa real órden á los tres individuos de la junta de Córdoba que se hallaban presos y sentenciados en aquella plaza. La navegación fué de las regulares en tan largo, penoso y arriesgado viaje, y el 24 de agosto echamos el ancla en la barra de Manila: el 25 desembarqué y el 27 tomé posesión del mando superior que V. M. me había confiado.</i></div></div></div><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Andrés García Camba. Los diez y seis meses de mando superior de Filipinas. Cádiz. 1839</div></div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><div style="text-align: justify;">También en esta exposición de Camba aparece la firma de José María Cambronero en un documento sobre festejos a realizar con motivo del santo de Isabel II. Lleva la fecha de 7 de noviembre de 1837, cuando Dolores Armijo ya debía estar en Manila. El último documento que he localizado con la firma de José María Cambronero es de 1840, ya con el nuevo gobernador.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>Habiendose instruido espediente acerca de la modificación de algunos artículos del bando de 7 de marzo de 1838, y aclaración de dudas que respecto de otros se ofrecían; oídos el Sor. Fiscal de S. M. y asesor de gobierno; de conformidad con lo manifestado por la real audiencia en sus acuerdos del 21 de octubre y 16 de diciembre últimos, he venido en aprobar, como suplemento y modificación del referido bando los artículos siguientes </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i> Dado en el Palacio de Manila á 7 de febrero de 1840, Luis Lardizabal — José Mª Cambronero, Secretario</i></div></div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;">http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000056696&page=6</div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En 1840 murió José María Cambronero, así que lo más probable es que ella regresase a España.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>El final de Dolores Armijo, en cambio, no lo conocemos </i><span style="font-size: x-small;">[...]</span><i> </i><i>Allí vivió hasta la prematura muerte de su marido, el 7 de octubre de 1840, a causa de "un espasmo". Es de suponer que poco después Dolores volviera a embarcarse para España pero el empleo del marido no le da derecho a pensión, por lo que hay que pensar que busque acomodo de nuevo en casa de sus tíos, el intendente Alfonso Carrero y su esposa Josefa Mateo con quienes había pasado gran parte de su vida. Su tío, una vez jubilado, se había vuelto a vivir a su ciudad natal, Ocaña en Toledo en donde residió hasta su fallecimiento en 1855. Sabemos que su viuda se vuelve a vivir a Sevilla, donde cobrará su pensión, pero a partir de esa fecha, no tenemos ninguna otra noticia de la familia.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">http://cuadernodesofonisba.blogspot.com/2016/11/gutierrez-de-la-vega-retratos-para-la.html</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Y cuando una sombra anuble</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>De tu juventud los años,</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Aun te quedarán laureles</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Que oponer al orbe vano.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">"Al cumpleaños de la señorita Doña María de los Dolores Armijo de Cambronero, mi amiga" en Poesías de Don Juan Bautista Alonso, individuo del Colegio de Abogados de Madrid. 1834</div></div></blockquote><div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">Si Dolores volvió poco después de la muerte de su marido, bien pudo llegar en julio de 1841 en la Sabina.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="font-style: italic; text-align: justify;"><i>La fragata Sabina, que acaba de llegar de Manila con cuatro meses y medio de viage, buque comodo y de muy buenas circunstancias por su seguridad y ser uno de los mas acreditados en dicha carrera, admite carga y pasageros para el citado puerto de Manila hasta el 20 del próximo agosto, en que se dará á la vela.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Corresponsal, 10/07/1841</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En la sección "ecos y vida de sociedad" del periódico <i>La Tierra de Segovia</i> de 4 de octubre de 1919 aparece la sorprendente noticia de que entre los visitantes que habían llegado a la ciudad se encontraba Dolores Armijo. Naturalmente no puede ser nuestra protagonista que, de vivir entonces, tendría 108 años. Probablemente fuese Dolores Armijo y Armiñán, baronesa viuda de Torrefiel, que a su vez tenía una hija llamada Dolores. La esquela de esta señora se publicó en <i>La Voz de Aragón</i> el 12 de enero de 1929. Lo curioso de esta noticia es que parece como si en alguna familia Armijo hubiese la tradición de llamar Dolores a alguna de las hijas; pero lo más seguro es que esto sea pura casualidad porque el nombre Dolores o "Lola" era entonces más corriente que hoy en día.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">El pequeño barrio donde vivía Larra fue totalmente arrasado entre la plaza de Ramales y la calle del Espejo durante el reinado de José I <i>Pepe Botella</i>. Posteriormente se trazó una nueva trama urbana en cuadrícula y se construyeron elegantes edificios después de la guerra. Larra no llevaba mucho tiempo viviendo allí según una rectificación que envió a un periódico el año anterior a su muerte.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div style="font-style: italic; text-align: justify;"><i>Dijimos que el Sr. de Larra vivía en la casa de baños de Monnier, calle del Caballero de Gracia, y aunque anduvimos cerca en las señas, no por eso acertamos; pues el mismo autor del folleto dice que en donde vive es en la calle del Caballero de Gracia, num. 21, cuarto principal.</i></div></div>Revista Española, 06/02/1836</blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://live.staticflickr.com/7218/7342175948_219f2f18b5_b.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="403" data-original-width="800" height="323" src="https://live.staticflickr.com/7218/7342175948_219f2f18b5_b.jpg" width="640" /></a></div>Último domicilio de Larra en la calle Santa Clara número 3, piso segundo haciendo esquina<br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Ese mismo año, el atildado Larra se mudó a la casa de reciente construcción sobre el solar del antiguo convento de Santa Clara, junto a unos baños como en la casa anterior.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="font-style: italic; text-align: justify;"><i>La casa de baños de la Estrella, contigua á la iglesia de Santiago, queda abierta para el servicio del público. La entrada es por la calle de Sta. Clara desde 1.° de setiembre hasta fin de mayo del año siguiente y por la fachada del norte en los tres meses de junio, julio y agosto. Se llevarán baños á las casas á todas horas.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Diario de avisos de Madrid, 09/10/1832</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En 1909, centenario del nacimiento del escritor, se colocó una placa en la fachada del edificio.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://static.abc.es/media/hemeroteca/1909/03/23/7285449-t6w--620x688.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="688" data-original-width="620" height="400" src="https://static.abc.es/media/hemeroteca/1909/03/23/7285449-t6w--620x688.jpg" width="360" /></a></div><span style="font-size: xx-small;">ABC (25/03/1909).Momento de descubrir la lápida conmemorativa en la casa donde vivió y murió Mariano José de Larra "Fígaro"</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span><span style="font-size: x-small;"><br /></span></div></div><br /></div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-11785200210821922992020-09-27T11:39:00.009+02:002020-10-17T09:01:15.654+02:00El embarcadero de Atocha<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://docplayer.es/docs-images/71/64597661/images/23-0.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="407" data-original-width="640" height="407" src="https://docplayer.es/docs-images/71/64597661/images/23-0.jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;">Primitivo embarcadero de Atocha en 1851. El edificio del fondo es el actual museo Reina Sofía</div></span><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Cuando se proyectó la primera línea de ferrocarril de Madrid, la que iba a Aranjuez, una de las cuestiones capitales era donde instalar la estación o embarcadero como se llamaba entonces. El lugar tenía que reunir varios requisitos básicos: tenía que estar lo más cerca posible del centro de la ciudad; hasta llegar a la estación la línea tenía que atravesar una zona poco urbanizada para evitar costosos y largos procesos de expropiación, y no había que salvar grandes desniveles. Encontraron un lugar adecuado en Atocha.</div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Sucede con la industria lo que con las revoluciones, Asi como estas ponen en evidencia á personas oscuras, así aquella dá importancia á sitios en que antes nadie reparaba. No hay nada que poco ha fuese mas humilde que el sitio en que se ha construido el embarcadero y nace el ferro-carril. La ley de los niveles le señaló por tristísima cuna juntó á la puerta de Atocha, un campo de hortaliza, regado por un arroyuelo, cuyas aguas se niegan á toda descripción. Allí no se asomaba nadie, y ahora irá todo el mundo.</i></div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;">Eco literario de Europa. 1851, n.º 2, página 78</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>La línea de Madrid á Aranjuez, partirá desde un punto situado á 150 varas de la puerta de Atocha, entre el camino de Vallecas y el cerrillo de enfrente, donde se establecerá el embarcadero. Atravesará el arroyo abroñigal por un viaducto dé cinco arcos de medio punto, de 30 pies de diámetro, sostenidos por pilas y estribos de 30 de altura.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Español, 13/02/1846<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdIfF_ZTjnqrgRguUDeJSOIV2heM8k1pgSkZx9frZy532cu1jvyvSPzt3ncMg4_2n9i9dhI3og-6UXkNldPkCzDUSKFhoIO713fnTF3MxbzhcFx5SErk5ZF4bwLeb6_eQ5EZ6zssktu6gK/s1263/Archivo_Puerta%252520de%252520Atocha%252520%252528Madrid%252529.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="864" data-original-width="1263" height="438" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdIfF_ZTjnqrgRguUDeJSOIV2heM8k1pgSkZx9frZy532cu1jvyvSPzt3ncMg4_2n9i9dhI3og-6UXkNldPkCzDUSKFhoIO713fnTF3MxbzhcFx5SErk5ZF4bwLeb6_eQ5EZ6zssktu6gK/w640-h438/Archivo_Puerta%252520de%252520Atocha%252520%252528Madrid%252529.jpg" width="640" /></a></div>Final del Paseo del Prado. Fuente de la Alcachofa y Puerta de Atocha</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Las primeras concesionarias no solo construían las líneas sino también su propia estación en Madrid. Una concesionaria que aspiraba a explotar el ferrocarril de Madrid a Valencia presentó tres posibles localizaciones muy céntricas para su estación.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">... ha presentado también algunas indicaciones y datos para la construccion del embarcadero de Madrid, entrando por junto á la puerta de Alcalá, ya en el paseo de Recoletos, ya en el convento del Carmen Descalzo </i>[calle de Alcalá]<i style="font-style: italic;">, ya por último en la misma Puerta del Sol.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Heraldo, 15/03/1846</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Las empresas que aspiraban a una concesión tenían un plazo para presentar un detallado proyecto técnico, un plan económico que mostrase la viabilidad del proyecto y demostrar que disponían de la suficiente financiación obtenida mediante la emisión de acciones. Transcurrido el plazo, se les retiraba la concesión si no habían cumplido con los requisitos. Un modesto inversionista escribió a un periódico mostrando su preocupación.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Muy señores mios: Cuando no hay número de su apreciable periódico en que dejen de anunciarse nuevos proyectos de caminos de hierro próximos á realizarse, observo con tanto disgusto como pesar que la tan decantada empresa del de Aviles á Leon y Madrid, de la que tantos beneficios nos prometíamos, se ha sepultado, pues que no dá el menor síntoma de vida. Inspirándome la mayor confianza los respetables nombres de los sugetos que en esa figuraban como directores, no titubeé en inscribirme por diez acciones, y pagué por consiguiente 200 reales por cada una, ó sean 2,000 rs. que prevenía el prospecto, sin que hasta ahora se haya vuelto á hablar de tal empresa. Si se ha dado principio á algunos trabajos ¿cómo es que los periódicos, particularmente el de Vds. tan interesado en mejoras materiales, no nos lo dicen? Si, como se asegura, se ha disuelto la compañía ¿por qué no se nos devuelve el dinero depositado?</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Heraldo, 29/07/1846</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Después de que fuese cancelada una primera concesión de la línea de Aranjuez a la empresa Camino de Hierro de María Cristina, otra empresa impulsada por el marqués de Salamanca se hizo con la concesión y comenzaron las obras.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Por fin tenemos la satisfacción de ver que se ha dado principio á los trabajos del ferrocarril que ha de enlazar á Aranjuez con la corte; circunstancia que formará época en los anales mercantiles de la nación, y que será el punto de partida de esos grandes adelantos que nos han de poner al nivel de otras naciones que han hecho mas progresos que nosotros en la carrera de la civilización.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Heraldo, 07/05/1846<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://bestwesternhotelarosa.files.wordpress.com/2014/03/image00325.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="523" data-original-width="798" height="419" src="https://bestwesternhotelarosa.files.wordpress.com/2014/03/image00325.jpg" width="640" /></a></div>Puente de los Tres Ojos sobre el arroyo Abroñigal. Actual zona de Entrevías</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">El revolucionario nuevo sistema de transporte despertaba un gran interés en la gente, así que muchos iban a ver las obras.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Es sumamente crecido el número de personas que por las tardes salen por la puerta de Atocha para Ir á ver los trabajos del ferro-carril. Sin duda para que no molesten ni distraigan á los operarios se han puesto guardas á grande distancia de donde se practican las esplanaciones, los cuales impiden que nadie se acerque á presenciar el orden y marcha de los trabajos. Esto daba ayer lugar á que algunas personas se quejasen de semejante medida, que no permite satisfacer la curiosidad de que van animados todos los que emprenden el paseo con aquel objeto, y mucho mas la de algunos que van creyendo encontrar ya las máquinas y waghones en movimiento.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Heraldo, 14/05/1846</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Pero a pesar de haber comenzado las obras todavía había que salvar un inconveniente. El proyectado embarcadero de Atocha no estaba realmente dentro de la ciudad, sino fuera de la "muralla" o cerca de Felipe IV. Para entrar en la ciudad había que pasar por la Puerta de Atocha, un fielato donde había que pagar un impuesto por las mercancías que se introducían en Madrid. No se consideró conveniente hacer pasar a través de esa estrecha puerta a todos los viajeros y carruajes atraídos por la estación, así que parte de la cerca y la puerta se trasladaron más al sur, frente al comienzo del actual Paseo de Santa María de la Cabeza, y se pensó reformar urbanísticamente toda la zona, aunque finalmente no se realizó.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Sabemos que ya está aprobado por el gobierno el proyecto de ensanchar la población de Madrid por la parte de Atocha, y que en su consecuencia principiarán muy pronto las obras para llevarlo á cabo. La puerta de este nombre y toda la tapia que sigue hasta el cuartel de Inválidos desaparecerá. La nueva muralla partirá desde la esquina esterior del hospital </i>[actual museo Reina Sofía]<i style="font-style: italic;"> hasta la ronda por detrás del referido cuartel. El hospital quedará dentro de la población, asi como el embarcadero del camino de hierro de Aranjuez, y todo el terreno agregado se embellecerá con preciosas casas y amenos paseos. El cerrillo de San Blas y parte de las alturas del Botánico se desmontarán y se formará una cómoda subida al Observatorio por medio de rampas, cuyo desnivel no esceda de un seis por ciento. Es pues de esperar que aquella parte de Madrid sea dentro de poco tiempo la mas agradable, y por lo tanto la mas concurrida á las horas de paseo.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Heraldo, 23/03/1850<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/2/29/Puerta_de_Atocha%2C_Maqueta_Hist%C3%B3rica_de_Madrid_de_1830_realizada_por_Le%C3%B3n_Gil_de_Palacio.jpg/800px-Puerta_de_Atocha%2C_Maqueta_Hist%C3%B3rica_de_Madrid_de_1830_realizada_por_Le%C3%B3n_Gil_de_Palacio.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="545" data-original-width="800" height="436" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/2/29/Puerta_de_Atocha%2C_Maqueta_Hist%C3%B3rica_de_Madrid_de_1830_realizada_por_Le%C3%B3n_Gil_de_Palacio.jpg/800px-Puerta_de_Atocha%2C_Maqueta_Hist%C3%B3rica_de_Madrid_de_1830_realizada_por_Le%C3%B3n_Gil_de_Palacio.jpg" width="640" /></a>Puerta de Atocha y cerca de Felipe IV en 1831 según la maqueta de León Gil de Palacio. Museo de Historia</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></span></div><div style="text-align: justify;">En 1850 terminaron las obras de la línea y se inició la construcción del embarcadero que contaba con un andén para salidas y otro para llegadas.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Éntrase por la fachada principal en un espacioso átrio en donde se encuentran á la vez los despachos de billetes para viajeros y el de equipajes: desde aqui marchando sobre la izquierda se baja por una anchurosa y cómoda escalera, colocada á mano derecha, á una galería que da paso á las salas de espera. En estas, y con separación de clases según el billete que se hubiese tomado, deben esperar los viajeros el momento en que, abriéndose las puertas que las ponen en comunicación con el anden general ó muelle de embarque, puedan salir á este para ocupar los carruajes que les correspondan. Al frente de este anden hay otro enteramente igual que sirve en la llegada para desembarcadero, desde el cual se pasa al salón de registro y despacho de equipajes, saliendo de aqui por una galería y escalera iguales á las de entrada al átrio del edificio. En el embarcadero propiamente dicho están las vías de entrada y salida, otras de servicio y las plataformas giratorias para carruajes y locomotoras </i>[...]<i style="font-style: italic;"> asi como también los retretes á la inglesa independientes para señoras y caballeros.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Manual del ferro-carril de Madrid a Aranjuez. Imprenta del Semanario Pintoresco y de la Ilustración. 1851</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En noviembre comenzaron los viajes de ensayo, con gran expectación entre el público que acudió a verlo.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Ayer se corrió por primera vez y por via de ensayo la línea desde Aranjuez á Madrid. El numeroso gentío que salió fuera de la puerta de Atocha tenía ya noticia de ese fausto acontecimiento, y las personas mas notables de la corte, que esperaban en el embarcadero la llegada del convoy, presenciaron el justo entusiasmo con que fueron recibidos los señores Salamanca y Miranda. El convoy partió de Aranjuez á las dos y media de la tarde, y terminó su espedicion á las cuatro y media, después de haberse detenido en todas las estaciones, recogiendo en todas ellas nuevos convidados, entre los que se contaban el alcalde de Valdemoro y otras personas de distinción. El convoy se componía de la locomotora, del tender, un waghon de tercera clase y otro de primera, trasportando entre todas unas cuarenta personas.</i></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Cuando se celebre la inauguración del ferro-carril, que tememos que no pueda ser, como se ha dicho, el día 19 del corriente, hablaremos con detención de las obras ejecutadas en la línea, y del lujo de los carruajes, que nada tienen que envidiar á los de Bélgica, país predilecto en esta clase de vías de comunicación.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Observador, 12/11/1850</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Aunque para la historia haya quedado el 9 de febrero de 1851 como fecha oficial de inauguración, algunos privilegiados ya habían viajado en esa línea. La reina madre María Cristina debía estar muy impaciente por probar el tren porque tres días después del primer viaje de ensayo ya viajó a Aranjuez.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">FERRO-CARRIL DE ARANJUEZ. Ayer se verificó verdaderamente la inauguracion de esta línea, según vamos á dar cuenta sucintamente á nuestros lectores. Se nos había dicho que S. M. la Reina y la duquesa de Riánsares tenían dispuesto su viaje á dicho sitio real por el ferro-carril: los preparativos que vimos en la estación de Atocha asi lo demostraban. A las doce del día vimos salir el tren de vanguardia compuesto de una locomotora con su tender y un wagón con repuesto de los útiles que pudieran necesitarse en una avería cualquiera </i>[...]<i style="font-style: italic;"> Deseosos de presenciar el regreso, volvimos al anochecer, y vimos á S. M. la Reina que se hallaba esperando á su augusta madre en el anden de la estación: á las seis llegó el tren de vanguardia y cerca de las seis y media el que conducía á doña María Cristina </i>[...]<i style="font-style: italic;"> el servicio de la línea se hizo con admirable precisión, habiendo en todo el camino un cordón casi no interrumpido de espectadores maravillado de la celeridad de los trenes </i>[...]<i style="font-style: italic;"> La estación de Atocha, asi como todas las inmediaciones, estaba cubierta de un inmenso gentío.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Clamor Público. 15/11/1850</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Antes de ayer por la mañana salió un tren de seis coches por el camino de hierro de Aranjuez, en el que iban una porción de señoras que habian sido invitadas por la dirección de la empresa, y á las que se les obsequió en el real sitio con un espléndido almuerzo. Al arrancar el tren de la estación de Madrid, uno de los coches se salió de la vía, ocasionando en el arrastre alguna descompósicion en el camino que al momento fué reparado. Como la maquina no había empezado á andar con celeridad, no tuvo que lamentarse desgracia alguna de este ligero accidente.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Heraldo, 01/01/1851<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.torresquevedo.org/LTQ10/images/thumb/10174544.jpg/800px-10174544.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="630" data-original-width="800" height="504" src="https://www.torresquevedo.org/LTQ10/images/thumb/10174544.jpg/800px-10174544.jpg" width="640" /></a></div>Locomotora Isabel II</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Dado que la gente no se hacía una idea clara de la velocidad que alcanzaba el tren, no sabía calcular el tiempo de que disponía para cruzar la vía o apartarse; esto provocó algunos accidentes en los primeros tiempos. Un periódico puso un ejemplo de la velocidad que permitía llegar a Aranjuez con una rapidez desconocida.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Según los cálculos de un periódico inglés, un cigarro puro de buena calidad y regular tamaño, encendido en un camino de hierro y marchando el tren con un movimiento regular, corre mientras se consume muy cerca de seis leguas. De manera, que cuando el ferrocarril de Aranjuez esté corriente, encendiendo un buen cigarro al salir del embarcadero de Atocha, casi llegará uno fumando á aquel real sitio.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">La Patria, 16/04/1850</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Lo único que hacemos ahora es recomendar al público que modere su curiosidad , y no se muestre indócil á las justas exigencias de los celadores del ferro-carril. Ayer, como día de prueba, la locomotora enfrenó mucho su velocidad; de otro modo tendríamos que lamentar muchas desgracias por la imprudencia del inmenso gentío que se agolpaba sobre el carril.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Observador, 12/11/1850</div></div><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;">El día de la inauguración fue un día de fiesta en Madrid; el tiempo era primaveral y una gran multitud se dirigió a Atocha.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">La apertura de un camino de hierro es considerada en todos los países como un acontecimiento importantísimo; pero cuando esta vía de comunicación es la primera que parte de la capital de una nación, y casi la única de que tienen que felicitarse el comercio y la industria de un reino, entonces el suceso toma proporciones colosales </i>[...]<i style="font-style: italic;"> Desde muy temprano estaba invadida la parte esterior del embarcadero de Madrid por un gentío inmenso, que se agrupaba en todas las cercanías del trozo de camino que arranca de la puerta de Atocha, y en las alturas, que aunque á larga distancia, dominan la vía. El embarcadero se hallaba dispuesto en los términos que marcaba el programa de que fuimos los primeros á dar conocimiento á nuestros lectores. Cubrían las paredes del gran salón que da paso á los andenes del embarcadero, magníficos tapices, guirnaldas y colgaduras encarnadas </i>[...]<i style="font-style: italic;"> en iguales términos estaba adornado el interior del embarcadero; en el estremo izquierdo de él se habia colocado un altar para la bendición de las máquinas y del camino y estas y los carruajes estaban preparados en la esplanada que hay frente al edificio.</i></div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.antiquemapsandprints.com/ekmps/shops/richben90/images/spain-opening-of-the-madrid-and-aranjuez-railway-antique-print-1851-243251-p.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="788" height="487" src="https://www.antiquemapsandprints.com/ekmps/shops/richben90/images/spain-opening-of-the-madrid-and-aranjuez-railway-antique-print-1851-243251-p.jpg" width="640" /></a></div></span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both;"><div style="text-align: justify;"><i>A las once y media, las músicas de la guarnición y una batería colocada frente al hospital general anunciaron la llegada de SS. MM. y AA.; un cuarto de hora después estaban dentro del embarcadero todas las locomotoras, vistosamente adornadas con coronas y flores; acto continuo el señor cardenal arzobispo de Toledo bendijo las máquinas y el camino; concluido este acto ocupó S. M. el suntuosísimo carruaje que se la ha destinado </i>[...]<i> hállase dividido este coche en un saloncito, un gabinete, un retrete y tocador: el salón está tapizado de raso azul celeste con colgaduras de terciopelo del mismo color ricamente bordadas; en los cuatro ángulos hay cuatro preciosos sillones, y en el medio un elegante diván circular </i>[...]</div></div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgrAvc1Gb_EFtL5XP3PES9Rv9tN-Vofoa_pNvgadW-kMjuiAEn7XQAtHFzxIkpiHgUM1Vl8_7lZVcMytozGBHHit6ZLsnDXAY3q2Axtd6jiHleml2mWIxrrYXB36N4etj7S0S5D77I7js/s900/ARANJUEZ3.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="566" data-original-width="900" height="402" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgrAvc1Gb_EFtL5XP3PES9Rv9tN-Vofoa_pNvgadW-kMjuiAEn7XQAtHFzxIkpiHgUM1Vl8_7lZVcMytozGBHHit6ZLsnDXAY3q2Axtd6jiHleml2mWIxrrYXB36N4etj7S0S5D77I7js/w640-h402/ARANJUEZ3.jpg" width="640" /></a></div><div style="font-size: x-small; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><a href="http://apuntes.santanderlasalle.es/historia_2/webs_historia/siglos_xix_xx/ferrocarril/madrid_aranjuez_vagon_de_la_reina.jpg" style="font-size: x-small; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"></a></div></div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">A las doce menos un minuto salia del embarcadero el tren regio, compuesto la máquina Isabel II, un carruage de tercera clase, el coche de S. M., otro magnífico que ocupaban las mesas del senado y del congreso, los ministros y las primeras autoridades civiles, militares y eclesiásticas, y de otros tres coches mas en que iba la servidumbre de las P. R., los accionistas del camino y muchas notabilidades políticas y literarias. Es imposible dar una idea del espectáculo que en este momento ofrecía el embarcadero: la agrupación de todas las locomotoras, encendidas y dispuestas á partir, la de los otros dos trenes que debían seguir al de S. M., la concurrencia escogida que se agolpaba en los andenes, y la multitud inmensa que cubría las alturas del Observatorio, del cerro de san Blas, del camino de Vallecas y todas las tierras cercanas al arroyo Abroñigal, formaban un vastísimo y animado panorama de que no ha habido ejemplo en Madrid: el estampido del cañon, los ecos de las músicas militares y los de los coros del teatro de Oriente que entonaban la marcha real </i>[...]</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://i.pinimg.com/originals/5b/f7/55/5bf7559bce4877cfd5961b39a2cc2e11.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="386" data-original-width="500" height="309" src="https://i.pinimg.com/originals/5b/f7/55/5bf7559bce4877cfd5961b39a2cc2e11.jpg" width="400" /></a></div>Escena de la película "El marqués de Salamanca"</span></div></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">La travesía de este tren, en que tuvimos el honor de viajar duró una hora y dos minutos; bien que deben descontarse de este tiempo los dos minutos empleados en una pequeña detención mas allá del puente largo. A la una y un minuto entraba el convoy en el palacio de S. M., pues el señor Salamanca ha querido proporcionar á la reina la ventaja de que pueda apearse desde su coche para poner el pié en la escalera, llevando el ferro-carril desde el embarcadero de Aranjuez hasta el patio mismo del palacio: llenaba también la plazuela principal de este edificio una concurrencia numerosa, y se hallaban formados un piquete de ingenieros con música y bandera y el brillante regimiento de coraceros </i>[...]</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">El señor Salamanca obsequió á los convidados con un abundante y bien servido buffet preparado en la sala de estación de Aranjuez. El día templado y hasta caluroso por la mañana, volvióse desapacible y frio por la tarde, lo cual, unido á lo atrasando de la estación, quitaba todo su atractivo á los jardines; las personas reales salieron sin embargo de palacio en carretelas tiradas por dos caballos, regresando para marchar á las 5 y 10 minutos. Ocupados todos los trenes, el primero entró nuevamente en palacio, para que SS. MM. ocuparan su carruaje, y partió de Aranjuez á las 5 y 17 minutos, en medio de los vivas de la población y de las personas que formaban parte de los trenes segundo y tercero </i>[...]</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Todas las estaciones de la línea se hallaban adornadas con gusto y las poblaciones enteras de la inmediaciones de la línea aparecían á los lados del camino saludando con victores la inauguración del ferro-carril </i>[...]<i style="font-style: italic;"> En Pinto, donde se hizo una larga parada, las demostraciones de júbilo fueron también estremadas. Desde este pueblo hasta Madrid, los centinelas que de corto en corto trecho cubrían el camino, tenían hachas encendidas cuyo resplandor prestaba al viaje algo de fantástico. En el embarcadero de Madrid infinitas luces daban á la llegada del convoy la claridad del dia, y á pesar de lo avanzado de la hora (las ocho y cuarto) y lo frio de la noche, la concurrencia que daba animación á aquel espectáculo realzado por las bandas de música, era numerosa. Así terminó esta magnífica fiesta que debe formar época en la historia de Madrid, y que tan gratos é indelebles recuerdos deja en todos los que la presenciaron.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Ilustración, 15/02/1851<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://museo.getafe.es/omeka/files/original/BendicionLocomotorasEnAtocha.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="523" data-original-width="800" height="418" src="https://museo.getafe.es/omeka/files/original/BendicionLocomotorasEnAtocha.jpg" width="640" /></a></div></span></div><div style="text-align: justify;">Naturalmente, después del día de inauguración el público se volcó en conseguir billetes para la nueva atracción.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Una concurrencia numerosa, mas numerosa todavía de lo que permitían los muchos carruajes que tenia dispuestos la empresa del ferro-carril, acudió ayer á la estacion de Madrid ansiosa de esperimentar la grata impresion de un viaja en camino de hierro. Según estaba anunciado, salieron tres espedicíones; a las diez, á las once y a las doce, y en todas ellas se quedaron muchas personas con el sentimiento de no alcanzar billetes, porque los diez carruajes de que constaba cada tren se llenaron por los mas madrugadores ó por los mas esforzados, porque hasta esfuerzos hubo que hacer para lograrlos </i>[...]<i style="font-style: italic;"> las pruebas de civilización que dio una parte del pueblo de Pinto, que agolpado al tren que se detuvo no cesó de lanzar sandeces y de burlarse —como es capaz de hacerlo una cuadrilla de idiotas— del ferrocarril y de los viajeros. Afortunadamente encontraron entre estos quien les tratara, de palabra por supuesto, como se merecían, ya que no hubo un alcalde ni autoridad local que impusiera silencio á los que en su crasa ignorancia no saben reconocer los inmensos beneficios que debe reportarles este camino.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Heraldo, 11/02/1851</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Había billetes de cuatro clases, desde 20 reales a 4 reales; claro que había una gran diferencia entre la primera clase y la cuarta.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Los de primera ó de 20 reales por persona en viaje de Madrid á Aranjuez y vice-versa, admiten 24 viajeros, repartidos en tres compartimentos de á 8 cada uno: están cubiertos y cerrados por los costados con cristales y cortinillas, y tienen unos anchos asientos ó butacas de almohadon de una comodidad, que en nuestro pais, acostumbrado solo á malas sillas de posta y diligencias, es completamente desconocida.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Los carruajes de segunda clase, ó de 14 reales, reciben 32 personas, en cuatro compartimentos de á 8 cada uno; son también cubiertos y cerrados por los costados, y sus asientos, sino tan buenos como los de primera clase, son mucho mas confortables que los que hasta el dia nos han proporcionado las empresas de transporte mejor montadas.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Los de tercera clase, ó de 8 reales, admitirán 40 viajeros en cinco departamentos; están cubiertos por la parte superior, abiertos por los costados, y con asientos ó bancos corridos de tabla.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Los de cuarta clase, ó de cuatro reales, en fin, son wagones semejantes á los del transporte de mercaderías, completamente descubiertos y sin asientos; en ellos se viajará de pié, permitiéndose llevar una carga no muy voluminosa en la cabeza.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">La España, 09/01/1851<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhd8G8hdZz2jIIVHnDfRHxGGRdmE_txbBiFO9KnNUm31ubX1HSGlx4R86JQEg-Hoooiwjjlti2uApps71qWXDEODSEoeksMQHYZd0pjMC9jWjrzQuvszRT6vFuI_p5CBxJsPK9srGjKnoc/s560/ARANJUEZ1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="366" data-original-width="560" height="418" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhd8G8hdZz2jIIVHnDfRHxGGRdmE_txbBiFO9KnNUm31ubX1HSGlx4R86JQEg-Hoooiwjjlti2uApps71qWXDEODSEoeksMQHYZd0pjMC9jWjrzQuvszRT6vFuI_p5CBxJsPK9srGjKnoc/w640-h418/ARANJUEZ1.jpg" width="640" /></a></div></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Vagón de la Reina</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Aunque la mayoría de los viajes se efectuaron sin incidentes, también hubo averías. Una lectora que encontró frustrante su primer viaje lo contó humorísticamente.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Entramos en el coche vecino á la máquina, y aguardamos con ansiedad á que sonase el silbato que á las doce en punto debia dar la señal de partir; pero no sonó. Pasaron quince minutos y continuó el silencio. El público que iba en el tren empezó á sacar la cabeza por las portezuelas. Una santa mujer, que no tenia idea alguna de lo que iba á pasar, creía de buena fé, que ya íbamos andando, y manifestaba su admiración de que no se percibiese el movimiento. </i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>— No te decía yo, le esplícaba á su hija, como es lo mismo que nos contaba el señor francés, estarán VV. andando y no lo creerán.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>— Y no lo creo, contestó la niña.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Efectivamente, no era estraño que la niña no lo creyera, porque el público tampoco lo creía. El convoy permanecía en su sitio; el silbato no resonaba ni aun después que pasaron otros quince minutos, y la gente se decidió á echar pié á tierra para ir á averiguar la causa de aquella detención. Las noticias fueron vagas. Unos decían que el rey se habia llevado la máquina Isabel II que debia conducir al público, y que el público no podía marchar. Otros decían que la máquina se habia descompuesto. ¿Quién iba á saber la verdad? El resultado fué que dió la una, y que continuábamos anclados. </i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">[...]</div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>al fin resonó en el aire un grande alarido. El demonio de la máquina, que no solo no era Isabel II, sino que era anónima, agarró al convoy y se llevó al público arrastrando. Entonces empezó á realizarse la ilusión que yo me habia formado acerca del vapor. Corríamos con tanta rapidez, que parecía la tierra una esfera que giraba sobre sus ejes para presentarnos toda su faz bajo un mismo punto de vista, como si dominando nosotros al mundo, los hombres y los animales, y las plantas que aparecían á un lado y otro del camino fuesen figuras de movimiento colocadas allí para divertirnos. Nada mas gracioso que el rostro de los campesinos al pasar nosotros. Las mulas del arado salían espantadas y ellos aun mas espantados que las mulas no se cuidaban de detenerlas sino de contemplar el espantoso monstruo que atravesaba los campos lanzando temerosos gritos, vomitando llamas y arrastrando su inmensa cola.... Pero esta maravilla cesó bien pronto porque á las dos leguas el locomotor anónimo se detuvo.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">[...]</div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Los revoltosos juraban que aquello no era lo pactado y opinaban que se debian traer los bueyes que estaban por allí arando para agarrarlos al convoy. No faltó quien presentara el proyecto de poner á contribución las fuerzas del público tirando alternativamente medio público del otro medio. Los hubo aun con ideas mas hostiles.... Yo me senté con las señoras sobre la mullida tierra de la zanja hasta ver en qué terminaba aquella escena, no sin echar una mirada de envidia á la labradora que cruzaba sobre su borrico y que seguramente llegaría á Aranjuez antes que nosotros. </i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">La Ilustración, 15/02/1851</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU_0dVUg4dtFTqJtWPBMkMtr2VCv123jl6y81f1K14ddNp8Vs4-In1MzORWATGeNx3qkfe_3ZQ_CmerOoyACybT5s7y3lpxOG5SjF3pWnSZrGLo4VUBMBfQrrX83g6k7LscgVIf26-U50/s512/ARANJUEZ2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="512" height="438" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU_0dVUg4dtFTqJtWPBMkMtr2VCv123jl6y81f1K14ddNp8Vs4-In1MzORWATGeNx3qkfe_3ZQ_CmerOoyACybT5s7y3lpxOG5SjF3pWnSZrGLo4VUBMBfQrrX83g6k7LscgVIf26-U50/w640-h438/ARANJUEZ2.jpg" width="640" /></a></div></span><span style="text-align: justify;"><div style="text-align: left;">Otro viajero contó su vuelta en un día de carnaval.</div></span></div><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Al llegar á Valdemoro se descompuso la locomotiva del convoy que nos precedía; no sabemos si por lo que tiene de loca ó por qué. Inmediatamente avisó el telégrafo y tuvimos que detenernos viendo desaparecer el día, cosa que nos hacia poca gracia. Con esta detención se acabó el agua á la máquina como á nosotros la paciencia.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">[...]<i> </i></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>la noche estendia sobre nosotros su manto estrellado, y cada cual iba temiendo llegar tarde á sus citas y compromisos. «¿Qué le he de decir á mi mujer, decía un marido escarriado, á quien la he dicho que estaba de guardia en mi oficina?» — «Vaya un apuro, decía una señora, si le estuviera á usted esperando el niño sin mamar desde las nueve de la mañana como á mí, podría V. quejarse» — «pero el niño no la reñirá á V., y mi mujer tiene un genio» ... «¿Pues y yo que llevo encima los billetes de teatro para toda mi familia?» con estas y otras conversaciones dieron las 9 y las 40 y las 11. Entonces comenzaron á gritar como desesperados unos jóvenes que apenas se habían entretenido en comer porque pensaban cenar opíparamente en las máscaras donde tenían sus correspondientes citas. Pero la noche no hacia caso de nuestros compromisos ni de nuestros estómagos ni menos las locomotivas, ni los locomotores. </i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">La Ilustración, 08/03/1851</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Una revista de humor publicó una composición sobre el asunto que estaba de moda.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>¡Aranjuez! Hay tal porfía! / Por Dios que ya es pesadez, / Una y otra y otra vez, / Uno y otro y otro día / Dale que dale á Aranjuez!</i></div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Cargado por cierto estoy, / Pues si llego á hablar con mil; / Mil me han de hablar del convoy / del tren, del ferro-carril. / De si vengo ó de si voy.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>En todas las ocasiones, / Caigan mal ó caigan bien, / Han de salir los wagones, / Los andenes y estaciones, / La locomotriz y el tren.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Desde el pollo hasta el señor / Que usa calva ó canas peina. / Todos me citan ¡qué horror! / La casa del Labrador, / Y la cuesta de la Reina.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Y habla del puente colgante / El sexo bonito al par. / Que á Aranjuez, si es elegante. / No hay una ya á quien su amante / No haya llevado á almorzar.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Hasta mi abuela, que empieza / A rayar en la chochez. / Porque se le logre reza. / Pues se le entró en la cabeza / El viajecillo á Aranjuez.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Y aunque cuenta, en mi sentir, / Noventa y tres, salvo yerro, / «No me quisiera morir / Me dice siempre, sin ir / En el camino de hierro.»</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Y sus biznietos, que son / Diez hembras y ocho varones. / Siempre cual pollos piones / Están con el mismo son: / «¡Papa, papa... los wagones!»</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Iremos con la abuelita / Y con usted... ¿no es verdad? / Y en su cristiana humildad / En pro del caso se ajita / Mi tierna y cara mitad.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Y con mil gritos y mil / De noche y á todas horas, / Siempre están ¡voto á San Gil! / Papa... las locomotoras! / Marido... el ferro-carril!</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Y mientras mas á mi vez / Yo en decir que no me emperro, / Ellos con mas pesadez / Dale al camino de hierro, / Dale que dale á Aranjuez.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Pero no es solo en mi casa / ¡Voto á la espada del Cid! / Donde lo que cuento pasa; / Pues con diferencia escasa, / Tal pasa en todo Madrid.</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Y que me aprieten la nuez, / Lo juro por Santa Eufemia, / Si no pienso que tal vez / No es afán, sino epidemia. / Ese afán de ir á Aranjuez. </i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Enano, 03/03/1851</div></div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://i.pinimg.com/originals/f2/67/d5/f267d58e40e5ba6e12e8f67bf8d8d3f7.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="479" data-original-width="800" height="383" src="https://i.pinimg.com/originals/f2/67/d5/f267d58e40e5ba6e12e8f67bf8d8d3f7.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">La zona de mercancías aparece ya cubierta. Foto de Laurent. 1858</div></div><div style="text-align: center;"><br /></div></span><div><div style="text-align: justify;">Este ferrocarril tuvo un gran éxito y ante la prolongación de la línea hasta Alicante se vio la necesidad de ampliar el embarcadero. En 1857 se prolongaron los edificios existentes y se construyó una nueva entrada lateral que incluía vestibulo, despacho de billetes y buffet.</div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://i.pinimg.com/originals/37/f8/ba/37f8ba789d7ecd1d73dc161e3320aa3d.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="574" data-original-width="800" height="459" src="https://i.pinimg.com/originals/37/f8/ba/37f8ba789d7ecd1d73dc161e3320aa3d.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Embarcadero de Atocha hacia 1870</div> </span></div><div style="text-align: justify;">En años sucesivos se fueron construyendo varias instalaciones y edificios alrededor del embarcadero hasta que a finales de la década de los 1880s la antigua estación se derribó y se construyó la gran estación de Mediodía bajo un proyecto del ingeniero y arquitecto Alberto de Palacio.</div></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://i.pinimg.com/originals/be/51/58/be515801aa37b7a4ae1c393aac5abb47.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="570" data-original-width="800" height="456" src="https://i.pinimg.com/originals/be/51/58/be515801aa37b7a4ae1c393aac5abb47.jpg" width="640" /></a></div>Construcción de la nueva estación hacia 1889</span></div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-73596191377819825922020-09-21T12:57:00.005+02:002021-02-17T19:14:50.447+01:00Llega la I República<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/c/ce/Alegor%C3%ADa_de_la_Primera_Rep%C3%BAblica_Espa%C3%B1ola%2C_por_Tom%C3%A1s_Padr%C3%B3.jpg/443px-Alegor%C3%ADa_de_la_Primera_Rep%C3%BAblica_Espa%C3%B1ola%2C_por_Tom%C3%A1s_Padr%C3%B3.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="443" height="640" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/c/ce/Alegor%C3%ADa_de_la_Primera_Rep%C3%BAblica_Espa%C3%B1ola%2C_por_Tom%C3%A1s_Padr%C3%B3.jpg/443px-Alegor%C3%ADa_de_la_Primera_Rep%C3%BAblica_Espa%C3%B1ola%2C_por_Tom%C3%A1s_Padr%C3%B3.jpg" width="472" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> Alegoría de la República Española. La Flaca, 6 de marzo de 1873</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">En 1873 España sufría la tercera guerra carlista, la interminable guerra de Cuba y una continua crisis política. El rey Amadeo de Saboya, sintiéndose incapaz de continuar, presentó su abdicación "haciendo de ella renuncia por mí, por mis hijos y sucesores".</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;">[...]<i> Dos años largos ha que ciño la corona de España y la España vive en constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo. Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha, entonces al frente de estos soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra, agravan y perpetúan los males de la nación, son españoles, todos invocan el dulce nombre de la Patria, todos pelean y se agitan por su bien; y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cual es la verdadera y más imposible todavía hallar el remedio para tantos males. Lo he buscado ávidamente dentro de la ley, y no lo he hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien ha prometido observarla </i>[...]</div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Amadeo. Palacio de Madrid, 11 de febrero de 1873</i></div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">El 11 de febrero, a la una y media del mediodía, llega el documento al Congreso. Abierta la sesión, un secretario lee la renuncia de Amadeo de Saboya. El presidente dispone que se mande un mensaje al Senado para que reunido con el Congreso se tome el acuerdo conveniente. A las cuatro y media el Senado entra en el recinto del Congreso. El presidente del Senado toma asiento a la derecha del presidente del Congreso que declara quedar constituida la Asamblea Nacional de la nación española. El ministro de Estado anuncia que el Gobierno resigna sus poderes en la Cámara y el presidente del Congreso pregunta si las Cortes soberanas admiten la renuncia de D. Amadeo. Los diputados se ponen casi todos de pie en señal de afirmación. El Congreso acuerda inmediatamente dirigir un mensaje a D. Amadeo de Saboya dando cuenta del acuerdo de las Cortes. A tal efecto se elige una delegación para que acuda a palacio a entregar el mensaje y a su regreso se reanuda la sesión.</div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://static2.elnortedecastilla.es/www/multimedia/201907/30/media/cortadas/republica-kuRB-U80827350471ADD-1968x1216@El%20Norte.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="494" data-original-width="800" height="395" src="https://static2.elnortedecastilla.es/www/multimedia/201907/30/media/cortadas/republica-kuRB-U80827350471ADD-1968x1216@El%20Norte.jpg" width="640" /></a></div>Proclamación de la I República por la Asamblea Nacional. La Ilustración Española y Americana.</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">El mensaje de contestación, cuya redacción fue atribuida a Castelar, es un texto muy respetuoso, casi afectuoso en algunos momentos:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>LA ASAMBLEA NACIONAL Á SU MAGESTAD EL REY DON AMADEO I.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Señor; Las Córtes soberanas de la nación española han oído con religioso respeto el elocuente mensaje de V. M., en cuyas caballerosas palabras de rectitud, de honradez, de lealtad, han visto un nuevo testimonio de las altas prendas de inteligencia y de carácter que enaltecen á V. M , y del amor acendrado á esta su segunda pátria, la cual, generosa y valiente, enamorada de su dignidad hasta la superstición, y de su independencia hasta el heroísmo, no puede olvidar, no, que V. M. ha sido jefe del Estado, personificación de su soberanía, autoridad primera dentro de sus leyes, y no puede desconocer que honrando y enalteciendo á V. M., se honra y se enaltece á sí misma.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Señor; Las Córtes </i>[...]<i> se contuvieron dentro del limite de sus prerogativas y respetaron la voluntad de V. M. y los derechos que por nuestro pacto constitucional á V. M. competían. Proclamando esto muy alto y muy claro, para que nunca recaiga sobre su nombre la responsabilidad de este conflicto que aceptamos con dolor, pero que resolveremos con energía, las Córtes declaran unánimamente que V. M. ha sido fiel, fidelísimo guardador de los respetos debidos á las Cámaras; fiel, fidelísimo guardador de los juramentos prestados en el instante en que aceptó V. M. de las manos del pueblo la corona de España, mérito glorioso, gloriosísimo en esta época de ambiciones y de dictaduras</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Pensamiento español, 12/02/1873</div></div><div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: xx-small;"> </span></i></div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;">El tono del mensaje da a entender que le respetan pero que tampoco van a insistir para que se quede.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;">[...]<i> si algún humano fuera capaz de atajar el curso incontrastable de los acontecimientos, V. M., con su educacion constitucional, con su respeto al derecho constituido, los hubiera completa y absolutamente atajado. Las Córtes, penetradas de tal verdad, hubieran hecho, á estar en sus manos, los mayores sacrificios para conseguir que V. M. desistiera de su resolución y retirase su renuncia. Pero el conocimiento que tienen del inquebrantable carácter de V. M., la justicia que hacen á la madurez de sus ideas y á la perseverancias de sus propósitos, impiden á las Córtes rogar á vuestra majestad que vuelva sobre su acuerdo </i>[...]<i> cuando salgamos de las dificultades que trae consigo toda época de transicion y de crisis, el pueblo español, que mientras permanezca V. M. en su noble suelo ha de darle todas las muestras de respeto, de lealtad, de consideración </i>[...]<i> no podrá ofrecer á V. M. una corona en lo porvenir, pero le ofrecerá otra dignidad, la dignidad de ciudadano en el seno de un pueblo independiente y libre.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Pensamiento español, 12/02/1873</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.nuevatribuna.es/media/nuevatribuna/images/2020/05/25/2020052511552469358.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="437" data-original-width="640" height="437" src="https://www.nuevatribuna.es/media/nuevatribuna/images/2020/05/25/2020052511552469358.jpg" width="640" /></a></div><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Amadeo I se dirigió en tren especial a Lisboa desde donde partió hacia Italia. A pesar de lo dicho en el mensaje, la despedida en la estación fue fría y de eso se quejó un periódico</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Es verdaderamente vergonzosa la conducta que con los reyes han observado sus servidores de ayer, y nosotros protestamos contra ella á fuer de caballeros. Ni un ministro, de los que hoy lo son de la república y ayer lo eran de la monarquía, ni una autoridad, ni una comisión bajó á la estación á despedir á los reyes, y sobre todo, á la reina, enferma: de la comision nombrada por el Congreso, solo estaban el Sr. Ulloa, el Sr. Moncasi, el Sr. Seoanne y alguno otro: la frialdad de la atmósfera no era mayor que la frialdad de la despedida: ni siquiera se habia cumplido con el acto rudimentario de cortesía de enviar alguna tropa que custodiase á las reales personas. Dícese que después, á instancias del Sr. Topete, se telegrafió á Aranjuez para que se incorporaran al tren real algunos guardias civiles. Desde su soledad, el rey Amadeo, que ha conocido cuan tristemente rodeado estaba, y que no quiso recibir á alguno de los ex-ministros, ha podido escuchar los vivas á la república de sus consejeros responsables.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Época, 12/02/1873</div></div><div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: xx-small;"> </span></i></div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;">A partir del momento en que se conoció la abdicación del rey las autoridades tomaron medidas para evitar que se alterase el orden público porque todavía no se sabía lo que iban a hacer las Cortes y era grande la expectación. Incluso la Cruz Roja envió una comisión al presidente del congreso "por si ocurriera algún conflicto y fueran útiles sus servicios".</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Desde las primeras horas de la mañana de ayer los alrededores del Congreso fueron el punto de reunión de una multitud que, á medida que avanzaba la tarde, crecía en número </i>[...]<i> los grupos llegaban hasta la iglesia llamada de los Italianos, quedando la parte de la Carrera de San Jerónimo que hay desde la mencionada iglesia hasta el Congreso, y la calle del Sordo </i>[actual calle de Zorrilla]<i>, completamente obstruidas por la gente </i>[...]<i> como las ordenes dadas á los porteros eran terminantes, y no entraba ni salía nadie en el Congreso que no llevara su correspondiente papeleta </i>[...]<i> los grupos comenzaron á impacientarse, saliendo de entre ellos, á las cinco de la tarde, algunos vivas á la República. El tumulto llegó á tomar tales proporciones, que el señor Figueras se decidió á salir, como lo hizo, arengando á los grupos, y encareciéndoles que tuvieran calma y cordura, pues á nombre de la minoría federal les aseguraba que él y sus compañeros saldrían del Congreso «con la República ó muertos» </i>[...]<i> A las nueve de la noche </i>[...]<i> continuaba la efervescencia y se oian gritos de «¡Viva la República!»</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Iberia, 11/02/1873</div></div><div><div style="text-align: center;"><i><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieNrU-8C4ojva5W_4NyF26yzEfMQekjmKG-GN9Y52x1shyLTUoRBfXkLmrgai8oenkYLjE-XFFoJuHhUoUraBg8IooD4nutczA-iDop8Cg_-p1dDtdi1YBPaokYxQhI2F1axGCRAbCaE0/s1320/EXTERIOR+CONGRESO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="973" data-original-width="1320" height="472" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieNrU-8C4ojva5W_4NyF26yzEfMQekjmKG-GN9Y52x1shyLTUoRBfXkLmrgai8oenkYLjE-XFFoJuHhUoUraBg8IooD4nutczA-iDop8Cg_-p1dDtdi1YBPaokYxQhI2F1axGCRAbCaE0/w640-h472/EXTERIOR+CONGRESO.jpg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></span></i></div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Si como decimos anteriormente, el órden no llegó anoche á turbarse, no por eso dejaron de notarse síntomas algún tanto significativos. A la una de la noche hallábanse reunidos en la plaza de Santo Domingo unos grupos como de 30 hombres, que por su ademan y las circunstancias del dia hacían suponer que obedecían á algun pensamiento concreto. Mas tarde fueron retirándose. También en la red de San Luis, á la entrada de las calles da Fuencarral y Hortaleza, vimos un grupo como de unos 40, </i>preparados<i> algunos, según nos pareció, y que más tarde se retiraron. Al decir de las gentes, este grupo lo componía no sabemos qué comité de distrito. Y por último, prescindiendo de los barrios extremos, el punto más concurrido anoche de una á dos, fué la consabida plaza de Antón Martin. A unos 200 se hacía subir el número de los allí congregados, preparados los más, y aún al decir de las gentes, posesionados de algunas esquinas, si bien estos extremos no pudimos comprobarlos.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Sin embargo de esto, la tranquilidad material es absoluta.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Pensamiento español, 11/02/1873</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/6/6b/Cafe_Suizo_Madrid_ca.1873.JPG/800px-Cafe_Suizo_Madrid_ca.1873.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="582" data-original-width="800" height="466" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/6/6b/Cafe_Suizo_Madrid_ca.1873.JPG/800px-Cafe_Suizo_Madrid_ca.1873.JPG" width="640" /></a></div><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Ese día no se registraron incidentes y el comportamiento pacífico de los madrileños fue alabado por toda la prensa.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>El dia de ayer fué de ansiedad para el pueblo de Madrid. Desde las primeras horas de la mañana se veían por las calles muchos grupos de curiosos qua discurrían sin dirección fija, comentando en todos sentidos los graves sucesos del dia. La actitud de la población fué tan sensata como pacífica. La plaza de las Cortes, á la hora que nos dirijíamos á la tribuna, estaba llena de gente; pero la Guardia civil, los voluntarios de la Libertad, los agentes de Orden público y algunas fuerzas de cazadores custodiaban las avenidas del Congreso, manteniendo despejada la calle de Floridablanca. Los aparadores de las tiendas y cafés se veían cubiertos, y eran contadísimos los coches particulares que circulaban. La Carrera de San Jerónimo,—como dice La Época,—presentaba el mismo aspecto que en dia de Viernes Santo.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Iberia, 12/02/1873</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Causa verdadera admiración á las gentes la frialdad con que ha sido acogida la proclamacion de la república. No podía creerse que en Madrid, donde hay muchos republicanos, donde el pueblo es impresionable, donde las novedades se acogen siempre con calurosas demostraciones, se recibiera con tanta calma un cambio completo de Gobierno y el triunfo de la forma republicana </i>[...]<i> Acaso esta tarde se entreguen las masas republicanas á trasportes de alegría y entusiasmo; mas hasta el presente no hay señal alguna de ello.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Pensamiento Español, 12/02/1873</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Al día siguiente, cuando se supo que esa madrugada se había proclamado la República por 256 votos contra 32, las calles empezaron a animarse. Se había proclamado la República, sí, pero no se había decidido si república federal o unitaria; eran dos modelos cuya diferencia tenía una importancia trascendental.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>A las tres y media ha salido del café Helvético una ciudadana vestida de república federal, con una espada en una mano y una bandera en la otra. Subió en una carretela cubierta de encarnado, cuyos cocheros llevaban gorros frigios y escoltada por varios hombres armados ha recorrido las principales calles. Engrosada esta manifestación con cuatro hombres á caballo y una música á pié ha excitado grandemente la curiosidad del público.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Pensamiento español, 13/02/1873</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/f1/La_R%C3%A9publique_%C3%A0_Madrid%2C_Sc%C3%A8nes_des_rues_dans_la_soir%C3%A9e_du_11_F%C3%A9vrier%2C_de_Vierge.jpg/800px-La_R%C3%A9publique_%C3%A0_Madrid%2C_Sc%C3%A8nes_des_rues_dans_la_soir%C3%A9e_du_11_F%C3%A9vrier%2C_de_Vierge.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="570" data-original-width="800" height="456" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/f1/La_R%C3%A9publique_%C3%A0_Madrid%2C_Sc%C3%A8nes_des_rues_dans_la_soir%C3%A9e_du_11_F%C3%A9vrier%2C_de_Vierge.jpg/800px-La_R%C3%A9publique_%C3%A0_Madrid%2C_Sc%C3%A8nes_des_rues_dans_la_soir%C3%A9e_du_11_F%C3%A9vrier%2C_de_Vierge.jpg" width="640" /></a></div>Proclamación de la República en las calles de Madrid. Le Monde Illustré</span></div></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>En la Puerta del Sol se ha formado un imponente grupo que pedía se proclamase la República federal y la sustitucion de la bandera nacional por la roja. Grupos de mujeres adornadas de lazos rojos, y de estudiantes, han recorrido las calles de la capital dando aclamaciones á la república. No observamos atropello ni desmán alguno, las gentes acostumbradas ya á estos lances y bulliciosos sucesos, no andaban con ese aire de inquietad que inspira miedo al ánimo más sereno. Pero en cambio, tampoco hemos visto verdaderas demostraciones populares, arranques de público júbilo, espontánea y sincera alegría.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Pensamiento español, 13/02/1873</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Inmediatamente se planteó una cuestión de gran valor simbólico ¿Cuál iba a ser la bandera de la República Española? Muchos grupos que marchaban por las calles enarbolaban una bandera roja. También ondeaba en muchos edificios, a veces con un gorro frigio de color negro en el centro. Los periódicos avanzaban cómo iba a ser la bandera. <i>La Correspondencia de España</i> afirmaba que se conservarían los colores de la bandera nacional "si bien se suprimirán todos los signos heráldicos en ella". Para el periódico <i>El Gobierno</i> la bandera sería morada, blanca y roja.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>El Sr. Figueras ha perorado esta tarde en la Puerta del Sol, ha dicho que la bandera encarnada y amarilla, que ha cobijado á la monarquía, no puede ser la de la república </i>[...]<i> Mientras se sustituye con otra, la vieja bandera flota en los edificios públicos, pero agujereada, pues se ha cortado de ella el escudo de las armas españolas.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Pensamiento español, 13/02/1873</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>A las cuatro y media de la tarde atravesaron la Puerta del Sol dos individuos con una bandera roja, dirigiéndose por la calle de la Montera á la Plaza de Antón Martin. Agregáronseles pronto infinitos curiosos, lo cual produjo alguna alarma, y dió lugar á que se cerraran varias tiendas y casas. En la plaza de Antón Martin les esperaba un numeroso grupo, que prorumpió en vivas á la república al verlos llegar con la bandera, que colocaron en lo más alto de la fuente de dicha plaza con gran algazara y entusiasmo. La actitud era completamente pacifica.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Pensamiento español, 12/02/1873</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Dos periódicos pusieron a los lectores en antecedentes sobre los colores de la bandera:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>El pabellón rojo y amarillo, con las dos terceras partes de este color y la otra rojo, dividido en dos fajas laterales, se estableció por el rey D. Carlos IV como pabellón de guerra para los buques de la armada </i>[...]<i> Espartero, siendo regente, mandó en 1841 que todos los regimientos usasen pabellones en vez de banderas; es decir, el pabellón rojo y amarillo establecido por Carlos IV, si bien ningun regimiento le ha usado con las condiciones de ancho en los colores que hemos indicado mas arriba.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Por lo demás, convenimos en que debe conservarse la actual bandera ó pabellón, y que es una puerilidad y una inconveniencia cuanto se acuerde en contrario.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Época, 14/02/1873</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Hace unos treinta años, los colores que se consideraban á propósito para la bandera republicana española eran el verde, el amarillo y el encarnado </i>[...]<i> Y tanto es esto así, que al conceder el regente del reino en 12 de Agosto de 1841 la cruz de distinción por el pronunciamiento del 1º de Setiembre de 1840, se quiso hacer un alarde de republicanismo, ordenando que los ocho brazos dé la cruz estuviesen esmaltados de los colores nacionales, y que la cinta fuese verde, amarilla y encarnada, en tres divisiones iguales. Ignoramos de quién ha partido la iniciativa de los colores morado, blanco y encarnado, que </i>[...]<i> nada significan en España así reunidos.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Periódico para Todos, nº 15, 15/01/1873</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://preview.redd.it/4c0sbyynzsc01.jpg?auto=webp&s=6406f43a6457ce8eada019383ada318ed5201c1b" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="800" height="240" src="https://preview.redd.it/4c0sbyynzsc01.jpg?auto=webp&s=6406f43a6457ce8eada019383ada318ed5201c1b" width="400" /></a></div>Propuesta de bandera para la República Española</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Al escudo de la bandera vigente se le quitó la corona real, pero durante la corta vida de la República no se consiguió aprobar una nueva Constitución ni un posible cambio de los colores de la bandera.</div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/56/Pabell%C3%B3n_usado_durante_la_Primera_Rep%C3%BAblica_Espa%C3%B1ola.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="533" data-original-width="800" height="267" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/56/Pabell%C3%B3n_usado_durante_la_Primera_Rep%C3%BAblica_Espa%C3%B1ola.png" width="400" /></a></div>Bandera utilizada durante la I República<br /> </span></div><div style="text-align: justify;">El primer presidente, con el título de presidente del Poder Ejecutivo, fue Estanislao Figueras que tuvo que enfrentarse al problema de qué modelo republicano se iba a implantar: el de república federal, defendido por él mismo y Pi i Margall, o el de república radical y unitaria, defendido por Castelar y Salmerón.<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://lacritica.eu/fotos/5/RepublicaFederal.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="654" data-original-width="800" height="524" src="https://lacritica.eu/fotos/5/RepublicaFederal.jpg" width="640" /></a></div>¿Cual será? La Flaca, 1 de marzo de 1873</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Según se cuenta, tras varios meses de interminables y estériles reuniones de políticos incapaces de llegar a ningún acuerdo, Figueras se levantó de la mesa y dijo «señores, voy a serles franco: estoy hasta los cojones de todos nosotros», cogió la puerta y se fue. Al día siguiente, como no conseguían entrar en contacto con él, fueron a su casa y se enteraron de que había montado en un tren y se había ido a Francia donde permaneció un año. Ni siquiera se molestó en presentar su dimisión. Tuvieron que nombrar con urgencia otro presidente, puesto que recayó en Pi i Margall.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Cuando estas noticias se comentaban en el Congreso llegó otra aún mucho más grave. El presidente del Poder ejecutivo, Sr. Figueras, el hombre á quien la Cámara en reunión privada había elegido para que formase ministerio, depositando en él su confianza, había huido de Madrid sin explicar siquiera el motivo de su fuga. Esta nueva causó el efecto que era de esperar; el terror se apoderó de todos los ánimos, y las más fuertes censuras se aplicaron al fugitivo jefe del partido republicano español. Ante el peligro que este hecho significaba, la Cámara, en sesión secreta, acordó un ministerio de conciliación con los nombres primeros que se pusieron en lista, sin fijarse siquiera en su talla política, ni en los principios que representaban. Los rumores de insurrección de la guardia civil, y los carteles rojos fijados frente al mismo Congreso, en los que se excitaba al pueblo contra los representantes, acabaron de decidir la cuestión, y un ministerio que dos dias antes hubiera sido ocasión de un tremendo escándalo en el Congreso, fué aprobado casi por unanimidad en sesión pública.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Independencia Española, 13/06/1873</div></div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://live.mrf.io/statics/i/ps/revistadehistoria.es/wp-content/uploads/2016/11/figueras.jpg?width=1200&enable=upscale" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="658" data-original-width="800" height="526" src="https://live.mrf.io/statics/i/ps/revistadehistoria.es/wp-content/uploads/2016/11/figueras.jpg?width=1200&enable=upscale" width="640" /></a></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;">Estanislao Figueras y Francesc Pi i Margall</div></span><p style="text-align: center;"><br /></p><p> </p><p> </p>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-2825862953932567232020-09-17T12:25:00.009+02:002020-10-28T16:07:21.522+01:00Tiempo de carnaval (II)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.meisterdrucke.uk/kunstwerke/500px/Robert%20Walker%20Macbeth%20-%20On%20Pleasure%20Bent%20a%20Street%20Scene%20in%20Madrid%20during%20the%20Carniva%20-%20(MeisterDrucke-255649).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="479" data-original-width="700" height="438" src="https://www.meisterdrucke.uk/kunstwerke/500px/Robert%20Walker%20Macbeth%20-%20On%20Pleasure%20Bent%20a%20Street%20Scene%20in%20Madrid%20during%20the%20Carniva%20-%20(MeisterDrucke-255649).jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Robert Walker Macbeth. On Pleasure Bent, a Street Scene in Madrid during the Carnival</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">De la prohibición oficial hace años se ha pasado a organizar bailes de máscaras hasta para los niños en el mismo Palacio Real.</div><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>BAILE DE NIÑOS EN PALACIO. En la noche del domingo 10 se verificó el segundo baile de máscaras que la Reina Doña Isabel ha dado en el palacio, y al que han concurrido sobre unos ciento treinta niños de las principales familias de la capital. La suntuosidad y el brillo han competido con la franqueza y amabilidad con que la augusta Reina Gobernadora agasajaba á los niños, y la benevolencia con que conversaba con los concurrentes. Varios niños de muy corta edad por sí solos se dirigieron á la Reina Gobernadora, y solicitaron el honor de bailar con sus augustas Hijas, distinción que obtuvieron, y que siempre concedía la Reina Madre, cuidando de arreglar y llevar cuenta de los turnos la Excma. Sra. aya de S. M . la marquesa de Santa Cruz. Bailaron con S. M . y A . , entre otros, los hijos de los marqueses de Santa Cruz, de Torrejon, de Malpica, y los de los Sres. Onís, Pita Pizarro, Muñoz Maldonado y Fernandez del Pino, estos dos últimos de apenas seis años de edad. El ambigú fue correspondiente á las circunstancias de la función, en la que se vieron variados y primorosos trages, no obstante la espresa prevención que se hizo en nombre de S. M . á los invitados para que evitasen todo gasto, pues la reunion debia tener un carácter franco y casi familiar. Terminó la función á la una, y cada niño recibió al marchar un primoroso cajoncito de dulces que les distribuyeron los empleados del real ramillete.</i></div><div style="text-align: justify;">El Correo Nacional, 12/02/1839<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/5/5f/Baile_de_ni%C3%B1os_celebrado_en_la_la_regencia_el_d%C3%ADa_26_de_febrero_pr%C3%B3ximo_pasado.jpg/790px-Baile_de_ni%C3%B1os_celebrado_en_la_la_regencia_el_d%C3%ADa_26_de_febrero_pr%C3%B3ximo_pasado.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="790" height="486" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/5/5f/Baile_de_ni%C3%B1os_celebrado_en_la_la_regencia_el_d%C3%ADa_26_de_febrero_pr%C3%B3ximo_pasado.jpg/790px-Baile_de_ni%C3%B1os_celebrado_en_la_la_regencia_el_d%C3%ADa_26_de_febrero_pr%C3%B3ximo_pasado.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;">Baile de niños . La Ilustración Española de Madrid</div><div style="text-align: center;"> </div></span><div style="text-align: justify;">Pero después de muchos años con los mismos bailes de máscaras, la gente quiere novedades y comienza a pedir los nuevos bailes surgidos en Europa.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>En el último baile de máscaras de Villahermosa, á la hora del amanecer, hubo algunos desórdenes causados por cierto número de caballeritos que querían bailar el cancan, contraviniendo á las órdenes de la autoridad cívil que tiene mandado á sus dependientes no toleren semejante baile. Interpelados los cancanistas (en número de unos veinte) por el comisario, señor de Sansernin, que en este acto usó de la mayor prudencia, no hicieron caso ninguno de sus palabras, é insistieron en bailar el cancan. Entonces el comisario, después de consultar al teniente alcalde señor de Laplana, hizo se presentasen en la puerta del salón los agentes de S. P., alguaciles y piquete de la guardia civil que daban el servicio. En vista de que la cosa se iba formalizando, y conociendo que el celador estaba dispuesto á hacer respetar su misión, los cancanistas desistieron de su propósito, pero al poco rato se pronunciaron de nuevo, para que en lugar del cotillón con que debia finalizar él baile, se tocase una Polka. Firmes en su propósito, parece se dirigieron á don Sebastian Iradier, compositor de música y gefe de la orquesta, á fin de que se oyesen los acentos de la apetecida Polka. Intervino el mismo comisario nuevamente, y exigió se concluyera el baile con cotillón, según estaba mandado, y por ser ya la hora de finalizar el baile.</i></div><div style="text-align: justify;">El Español, 24/02/1846</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://www.tebeosfera.com/pics/ART-F197-704-612-344.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="527" data-original-width="708" height="476" src="https://www.tebeosfera.com/pics/ART-F197-704-612-344.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;">Se introduce una novedad que se extenderá a todos los bailes de máscaras: el juego de la piñata. Se hará tan popular que el baile de Piñata será el que cierre los bailes por carnaval.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Gran Baile de Piñata en el Nuevo Recreo. Dará principio á las once de la noche, y durará hasta el amanecer; será dirijido por un profesor de los de mas fama, y habrá su correspondiente orquesta; estarán bien servidos el ambigú, tocador de señoras, guardarropa, mesa de villar y pieza de juegos permitidos: en uno de los salones habrá dos vistosas piñatas, una de estas se romperá a las dos de la madrugada y la otra al amanecer; siendo esta operación solo para las señoras; los caballeros solo presenciarán esta diversión sin tomar parte en la ejecución: la señora que rompa la piñata con los ojos vendados se la dará el premio de una libra de dulces. No se permite entrar en el salón con armas, bastones, capas, capotes, espuelas ni fumar.—Precio de cada billete 4 rs., que se despachan en el mismo local.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Diario de avisos de Madrid, 17/02/1839</div></div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://cflvdg.avoz.es/default/2018/02/10/00121518288481776715756/Foto/HF12C4F1_1946331.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="800" height="360" src="https://cflvdg.avoz.es/default/2018/02/10/00121518288481776715756/Foto/HF12C4F1_1946331.jpg" width="640" /></a></div></span></div><div style="text-align: justify;">El fin de fiesta para las clases populares sigue siendo el entierro de la sardina, a pesar de que la Iglesia suele mostrar su oposición por considerar que el día de la celebración, el Miércoles de Ceniza, ya forma parte de la Cuaresma.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Lánzase el pueblo de Madrid fuera de su recinto, descompuesto el vestido, parte cubierto de harapos, parte vestido de fiesta, dirijese al Canal; allí vá cada uno con su mujer y sus hijos, y su anciano padre, y su perro, y su botita de vino, y su sardina, y su tortilla, y sus naranjas; porque es preciso que la fiesta sea completa. Alli bebe la última gota de su vino, alli come el último bocado de su pan; no le ocurre la idea de que al volver á su casa no encontrará tal vez una cama donde acostarse, un vestido con que cubrirse, un pedazo de leña con que calentarse: no se acuerda de que todo lo ha empeñado, de que todo lo ha vendido. Era preciso disfrutar del Carnaval, era preciso enterrar la sardina; ¿qué importa lo demas?</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Corresponsal, 18/02/1844</div></div></blockquote><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/38/Espagne%2C_le_mercredi_des_Cendres_de_1873_%C3%A0_Madrid%2C_l'enterrement_traditionnel_de_la_sardine%2C_de_Vierge.jpg/800px-Espagne%2C_le_mercredi_des_Cendres_de_1873_%C3%A0_Madrid%2C_l'enterrement_traditionnel_de_la_sardine%2C_de_Vierge.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="566" data-original-width="800" height="453" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/38/Espagne%2C_le_mercredi_des_Cendres_de_1873_%C3%A0_Madrid%2C_l'enterrement_traditionnel_de_la_sardine%2C_de_Vierge.jpg/800px-Espagne%2C_le_mercredi_des_Cendres_de_1873_%C3%A0_Madrid%2C_l'enterrement_traditionnel_de_la_sardine%2C_de_Vierge.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Le Monde Illustré. Enterrement traditionnel de la sardine</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div><div style="text-align: justify;">La prensa empieza a reflejar cierto hastío en el público. En las siguientes décadas aparecerán de vez en cuando comentarios sobre la decadencia de los bailes de máscaras, pero éstos, aunque con altibajos, continuarán todavía por mucho tiempo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div><div style="text-align: justify;"><i>¿Por qué van cayendo las máscaras en desuso? ¿Por qué las madres y las hijas, aun las mas dadas al siglo, miran casi con horror á los Orientales y á Villa-hermosa? ¿Por qué los jóvenes llegan al carnaval con indiferencia, se cansan desde el primer dia, y es todo lo mas si se dejan arrastrar por él con hastio y como con remordimiento? ¿Por qué? ¿Es que somos acaso mas sábios? ¿Es que son las hijas mas virtuosas y las madres mas prudentes? — Ah! no! es que hemos sustituido á la orgía pública, á la orgía autorizada por las leyes, la orgía secreta, la orgía que solo está en nosotros prorogar hasta lo infinito. Es que nos gusta tanto la careta de carne que no queremos cubrirla con la de cartón, porque la de cartón finge la mentira, y la de carne finge la verdad </i>[...]<i> ¿Para qué ha de ir á Villa-hermosa la joven que puede engañar á su amante en su misma casa? ¿Para qué la vieja verde que vende su conciencia por un mantón ó un schal, sí en todas partes puede egercer su comercio? ¿Para qué el joven libertino que sabe que no han de salir los colores á su careta diaria por una seducción de serio, seducción que por otra parte no necesita para ser mas posible del vértigo del carnaval? Sí, el carnaval muere, porque debe morir </i>[...]<i> porque ha conseguido que no nos estrañe una nueva careta; porque nos ha infiltrado su vertiginosa saciedad de placeres impúdicos; y porque para nada necesitamos del carnaval nosotros que vestimos de máscara todo el año.</i></div></div></div><div><div><div style="text-align: justify;">La Ilustración, 09/02/1850</div></div></div></blockquote><p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://i.pinimg.com/564x/cd/e1/d0/cde1d0c9c5d82a63e19c7941a6a7eeda.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="454" data-original-width="563" height="516" src="https://i.pinimg.com/564x/cd/e1/d0/cde1d0c9c5d82a63e19c7941a6a7eeda.jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;">Muhin. Le Dame Masquée</div><div style="text-align: center;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;">Las máscaras siguen teniendo aceptación; lo que parece que va en desuso son los disfraces tradicionales.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>Gracias a la seriedad altamente ridícula de nuestro siglo, va desapareciendo de Madrid la costumbre de asistir con disfraces a los bailes de máscaras </i>[...]<i> Cediendo a las leyes de esa tiranuela y risible moda, apenas os acordáis ya de que vuestras abuelas volvían locos a sus admiradores cuando se disfrazaban de pastorcitas manchegas, de saladas manolas o de provocativas gitanas. Dichosos tiempos aquellos en que la mujer, llegado que era el Carnaval, adquiría el prestigio de una diosa de la mitología, porque la facultad que tenía de disfrazarse a su antojo hacía de ella un ser infinitamente nuevo, múltiple, ideal ¡Ah! entonces, sumisa bajo el traje de la beata, candorosa y tímida con el velo de la vestal, fresca y lozana, como una rosa de mayo, bajo la saya popular de la aldeana apasionada y bella bajo el rebocillo tentador de las damas de Calderón, y esbelta y heroica bajo el severo jubón de la edad media, entonces, repetimos, la mujer cumplía con su importante misión en los bailes de mascaras. Cubierto el rostro, disimulada la voz, aumentados sus atractivos con el disfraz y autorizada para lucir su ingenio, iba, venia, chillaba, se dejaba ver, observada daba bromas, pedía celos, y prometiendo mucho y no cumpliendo nada, concluía por convertirse en una especie de vision vaga, indefinible, pero audaz, severa, galana, arrebatadora.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Almanaque Literario del Museo Universal para el año 1860, 01 Enero 1860</div></div></blockquote><p style="text-align: justify;">En 1860 el empresario del Teatro Real anunció que no habría bailes de máscaras, pero la demanda debía ser todavía suficientemente alta porque volvió a organizarlos. Un periódico resume la oferta que había:</p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">El Teatro Real es el mas concurrido el mas lujoso y elegante de los bailes de máscaras. Las gentes del buen tono, el mundo que se apellida </i>fashionable<i style="font-style: italic;"> se reúne allí, y mujeres que se avergonzarían de entrar en Capellanes tienen á gala presentarse en el Teatro Real </i>[...]<i style="font-style: italic;"> Los bailes de máscaras de la Zarzuela compiten en elegancia y buen gusto con los del Teatro Real; pero la concurrencia no es tan numerosa ni tan brillante aunque algo mas que la de los bailes del Príncipe </i>[...]<i style="font-style: italic;"> Los bailes de Lope de Vega, ocupan el último rango entre los de máscaras, son el término de transición á Capellanes, á Paul y demás bailes de equívoca estofa. Las orgías comenzadas en el Real y la Zarzuela van á concluir generalmente á la Fuente Castellana </i>[actual plaza de Emilio Castelar]<i style="font-style: italic;">, al Cisne </i>[actual paseo de Martínez Campos]<i style="font-style: italic;"> ó en casa de Lhardy, mientras que las bromas de los otros bailes terminan en la Rueda, en los Andaluces, en la pastelería Suiza ó en el colmado de José María.</i></div><div style="text-align: justify;">El museo universal, Año VI Número 10, 09/03/1862<span style="text-align: left;"> </span></div></blockquote><p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMvPov4t2sgYNxpSVM00oj3c6pxYBo_iDTzZE-ue3cph3br-rMb6Ri-lVz8aPPpAOnfYugq0sRadGpT6FvKhhijveXNurSy9mZF81x5hLyH_QkV_uBzgCCNhgJdRQZ58oJrvgg_t-bvXI/s600/CARNAVAL+PALCO+TEATRO.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="429" data-original-width="600" height="458" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMvPov4t2sgYNxpSVM00oj3c6pxYBo_iDTzZE-ue3cph3br-rMb6Ri-lVz8aPPpAOnfYugq0sRadGpT6FvKhhijveXNurSy9mZF81x5hLyH_QkV_uBzgCCNhgJdRQZ58oJrvgg_t-bvXI/w640-h458/CARNAVAL+PALCO+TEATRO.jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;">Carnaval en un palco del teatro. La Ilustración Española y Americana</div></span><div style="text-align: center;"> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.meisterdrucke.uk/kunstwerke/500px/Ricardo%20Balaca%20-%20The%20Baile%20de%20Capellanes%20-%20(MeisterDrucke-1319).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="550" data-original-width="800" height="440" src="https://www.meisterdrucke.uk/kunstwerke/500px/Ricardo%20Balaca%20-%20The%20Baile%20de%20Capellanes%20-%20(MeisterDrucke-1319).jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Ricardo Balaca. El baile de Capellanes</div></div></span></div><p></p><div style="text-align: justify;">En la segunda mitad del siglo XIX la tendencia es que los aristócratas organicen bailes privados en lugar de asistir al Teatro Real. Los bailes públicos se habían hecho demasiado populares, así que las personas <i>distinguidas</i>, para <i>distinguirse</i>, empiezan a organizar sus propios bailes de máscaras a los que solo se puede acudir por invitación.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUqcSB9SrcU3IVHxU3a4aUr8pHLiXIVGmo9w_glrcaIqGQztZZF4X_MOzSsFSXpElC-MHHGHF_wFqnTFj52sqbCfug35Hv8ARFdQqc3p0bTjPpD-nMrKABaO_3Zo_hxQoP5cW3tQTRNvA/s1000/CARNAVAL2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="646" data-original-width="1000" height="414" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUqcSB9SrcU3IVHxU3a4aUr8pHLiXIVGmo9w_glrcaIqGQztZZF4X_MOzSsFSXpElC-MHHGHF_wFqnTFj52sqbCfug35Hv8ARFdQqc3p0bTjPpD-nMrKABaO_3Zo_hxQoP5cW3tQTRNvA/w640-h414/CARNAVAL2.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: justify;">Las recepciones y bailes de los duques de Fernán Núñez en su palacio de la calle de Santa Isabel estaban considerados los más elegantes de Madrid. El edificio actualmente es la sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://ffe.es/palacio/vida_social/images/pfn_04_vidasocial_imagen01.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="585" data-original-width="800" height="468" src="https://ffe.es/palacio/vida_social/images/pfn_04_vidasocial_imagen01.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Baile de trajes en el palacio de Fernán Núñez. 1862</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Se puso de moda pasearse en carruaje para ver y ser vistos. Los paseos con múltiples paradas para saludar y conversar con los conocidos solían tener lugar en el Prado y Recoletos, aunque algunos llegaban hasta la Fuente Castellana. Era tal la aglomeración de coches que en 1860 el ayuntamiento tuvo que dar las primeras normas para que los carruajes circulasen manteniendo la fila. Además el numeroso número de asistentes a pie hacía que a veces casi no pudiera darse un paso. En los laterales del Prado se alquilaban sillas, que eran muy solicitadas, para ver el espectáculo de esta riada humana.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>Muchas señoras nos han escrito rogandonos que insistamos cerca del señor alcalde para que la carrera de los coches durante las fiestas del Carnaval se arregle al itinerario que indicábamos, con lo cual la animación aumentarla y desaparecerían las eternas paradas en sitios desiertos.</i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i>«Dos mil reales, nos dice una preciosa pollita, cuesta este año el coche para los cuatro días, y no es justo que después de este sacrificio apenas podamos pasar una vez por el Prado. ¿Qué inconvenientes puede ofrecer que los coches bajen por la Carrera de San Jerónimo, den la vuelta por el Prado y Fuente Castellana, subiendo por la de Alcalá hasta la Puerta del Sol, para volver á bajar por la Carrera? La estension de la linea suprimirla las paradas: las que no se atrevieran á emplear 100 duros en este gasto, disfrutarían desde los balcones del paseo de los coches; las máscaras preferirían estacionarse en las calles, y asistiríamos á algo mas animado que esa interminable hilera de carruajes parada durante las mejores horas de la tarde.»</i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i>Nuestra discreta comunicante tiene razón, y merece ser complacida, con lo cual lo serian también las muchísimas personas que se esponen á una pulmonía en las sillas del Prado, y podrian estar cómodamente colocadas en los balcones del tránsito. Que se acceda á nuestro ruego ó se nos den razones para perseverar en la rutina acostumbrada.</i></div></i><div style="text-align: justify;">La Época, 13/02/1876<span style="font-size: x-small; text-align: center;"> </span></div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyTamhctHWXuECIDtNOKVHRD2MQFsIRzL7K162mnwF-xN987haJP7eMAU6jcPgnRQ7iXORHUEXSsujQPYjE4fegUnfQ0z2KMBxeZ_Lb2z544T8Ost41lUw5V_0jdS8hFwMd15q3hvwM4Q/s1000/CARNAVAL3.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="737" data-original-width="1000" height="472" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyTamhctHWXuECIDtNOKVHRD2MQFsIRzL7K162mnwF-xN987haJP7eMAU6jcPgnRQ7iXORHUEXSsujQPYjE4fegUnfQ0z2KMBxeZ_Lb2z544T8Ost41lUw5V_0jdS8hFwMd15q3hvwM4Q/w640-h472/CARNAVAL3.jpg" width="640" /></a></div></span></div><div style="text-align: justify;">Los carnavales que daban envidia a los madrileños eran sobre todo los de Niza y Roma. Todos los años los periódicos publicaban crónicas de ellos haciendo palidecer a los carnavales de Madrid. Del de Roma se copió una costumbre que tuvo mucho éxito, el lanzamiento de confetti y serpentinas.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El carnaval de Niza no se ha parecido en nada al último carnaval de Madrid. Los periódicos de aquella hermosa ciudad vienen llenos con las descripciones de lo que ha sido alli la alegre temporada que acaba de pasar. Entre nosotros hay tres dias —cuatro con el miércoles de Ceniza— de espansion y jolgorio: en Niza son seis, porque el jueves gordo — segun se nombraba antes en España al que precede á las Carnestolendas — comienzan á orillas del Paillon la gresca y la algazara. Por la tarde acude toda la high life cosmopolita en lujosos carruajes al Paseo de los ingleses y alli se verifica el divertido y elegante combate de las flores. En lugar de los confetti con que en Roma y otras poblaciones italianas es costumbre «apedrearse» durante el Carnaval -con grave peligro de los ojos y de otras partes del individuo, - en Niza se tiran violetas, jacintos, claveles, etc., unos á otros los combatientes desdo los coches, no librándose de la florida lluvia ni siquiera los que van á pie, pues reciben también su contingente.</i></div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 06/03/1884</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><div><div style="text-align: justify;">Por su parte, el entierro de la sardina se había ido convirtiendo con los años en un día de merienda al aire libre, una diversión familiar en la que ni siquiera se menciona que se hiciese funeral a sardina alguna.</div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: justify;"> </div></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>La pradera del Canal, sitio clásico donde, desde muy antiguo, las clases de! pueblo, especialmente, se dan cita en esto dia, para enterrar la sardina, ofrecia esta tarde un animado y pintoresco aspecto. Numerosas familias con sus respectivas meriendas, puestos de comestibles, por todas partes; por todas partes borracheras pacíficas, comparsas ó estudiantinas, consumiendo alegremente la última peseta recaudada en los tres anteriores días; algunas pequeñas reyertas que terminaron de una manera honrosa, todo esto ha habido en el Canal. Las parejas de la guardia civil y demás agentes de la autoridad encargados del órden público, han cumplido perfectamente su cometido. </i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 23/02/1887</div></div></blockquote><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhidG98n38IDeiV1e1mhovsNMveXuQiJUbD7yESBzE91Hj7RU2MO-iB1sXFVR6zASYaPkDWs9nphGCWcrmDdY3yAd1OITiqnf81NRIJj3FXvZpHwCIVrWs0ZrgvseRJoG_HFvqKA7CQquQ/s1600/12312.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1194" data-original-width="1600" height="478" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhidG98n38IDeiV1e1mhovsNMveXuQiJUbD7yESBzE91Hj7RU2MO-iB1sXFVR6zASYaPkDWs9nphGCWcrmDdY3yAd1OITiqnf81NRIJj3FXvZpHwCIVrWs0ZrgvseRJoG_HFvqKA7CQquQ/w640-h478/12312.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">A diferencia de otras ciudades como Barcelona o Murcia, en Madrid no había desfile de Carnaval. A los habituales lamentos sobre la decadencia de la fiesta se unían voces pidiendo una cabalgata, una batalla de flores o algo así para revitalizar en Carnaval. A veces, como en 1890, se anunciaba un desfile de Carnaval que nunca llegaba a materializarse.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both;"><div><div><div style="text-align: justify;"><i>Laméntanse algunos periódicos de la decadencia que se observa respecto de las fiestas de Carnaval: la mayoría de la prensa declara muerta esta tradicional fiesta </i>[...]<i> Hay, á juicio de la Epoca, medios de sostener el interés de la fiesta por lo que hace á su esplendor en las calles y paseos. En la mayoría de las capitales de Europa, y muy principalmente en Italia, las municipalidades no se desdeñan de intervenir, más ó menos diréctamente, en estas fiestas populares, haciendo con semejante intervencion, que los sitios públicos se conviertan por breves días en agradable y bella esposicion de tan lindos cuanto caprichosos trajes, ora en lucida cabalgata, ora én comparsas alegóricas ó alusivas, nunca escasas de intencionado gracejo. Miéntras aquí no se haga lo mismo, el Carnaval irá de año en año decayendo.</i></div><span style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 07/02/1883</span></div></div></div></blockquote> <br /><div style="text-align: justify;">En 1890 los bailes de máscaras están de capa caída. Será a partir del año siguiente cuando el Círculo de Bellas Artes revitalice esta costumbre con un baile que ha llegado hasta nuestros días.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Ya hace muchos años que no sucedía en Madrid lo que ha pasado en este tristísimo invierno; llegar al domingo de Carnaval sin haberse celebrado un gran baile </i>[...]<i> Sólo dos fiestas se destacan á la consideración del cronista: el baile de máscaras que en el teatro Real ha dado la Sociedad de Escritores y Artistas, y el baile que la víspera de Carnaval ha dado, siguiendo una antigua costumbre, el Círculo de la Unión Mercantil. El primero es el que conserva en parte las tradiciones del dominó y de la careta; y digo en parte, porque es indudable que los bailes de máscaras han llegado á una visible decadencia </i>[...]<i> hoy que nos encontramos en sociedad con tanta frecuencia, que con la cara descubierta y detrás del abanico se dicen las cosas que pueden pasar por más arriesgadas, ¿qué necesidad tenemos ni del baile de máscaras ni de la careta?</i></div><div style="text-align: justify;">La Última Moda, 16/02/1890</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">El Círculo de Bellas Artes fue fundado en 1880 pero no trasladó su sede al edificio de la calle de Alcalá hasta 1926. Como en la antigua sede de la calle de Barquillo no había sitio para organizar un gran baile, los primeros que organizaron fueron en el Teatro de la Comedia y el Teatro Real.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i><div style="text-align: justify;"><i>El Baile de Máscaras del CBA es algo más que una fiesta de carnaval. No solo porque el Círculo de Bellas Artes sea quizás una de las instituciones precursoras de esta fiesta, de la que se cumplen 129 años desde su inauguración en febrero de 1891 en el Teatro de la Comedia, sino porque se convirtió además en un fenómeno social relevante en Madrid y vital en la incursión y asentamiento del cartelismo y la ilustración gráfica en España.</i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i>Desde que en 1892 se encargara el primer cartel del baile al pintor valenciano Cecilio Plá, el interés por las ilustraciones que acompañaban la organización de este evento social, tanto en forma de cartelería, obsequios para las mujeres asistentes, ilustraciones en los billetes de entrada o en los programas de mano, derivó en la celebración de un concurso anual a principios del XX, al que se presentaban los mejores artistas de la época. Adquirió tal renombre que en 1936, por ejemplo, contó con alrededor de doscientas obras presentadas a concurso.</i></div></i><div style="text-align: justify;">https://www.circulobellasartes.com/blog/tag/historia-del-carnaval-en-madrid/</div></blockquote><p style="text-align: justify;">La colección de carteles para el baile del Círculo de Bellas Artes, tanto los ganadores como los otros presentados a concurso, es una magnífica muestra de lo mejor de la ilustración gráfica española del siglo XX hasta la guerra civil.</p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"></blockquote><span><div class="separator" style="clear: both; font-size: small; text-align: center;"><a href="https://ep00.epimg.net/ccaa/imagenes/2012/02/15/album/1329302216_067249_1329303595_album_normal.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="482" data-original-width="484" src="https://ep00.epimg.net/ccaa/imagenes/2012/02/15/album/1329302216_067249_1329303595_album_normal.jpg" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Cartel de Rafael de Penagos</span></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"></blockquote><span style="font-size: x-small;"><div style="text-align: center;"><br /></div></span><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://ep00.epimg.net/ccaa/imagenes/2012/02/15/album/1329302216_067249_1329303636_album_normal.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="410" height="400" src="https://ep00.epimg.net/ccaa/imagenes/2012/02/15/album/1329302216_067249_1329303636_album_normal.jpg" width="205" /></a><a href="https://ep00.epimg.net/ccaa/imagenes/2012/02/15/album/1329302216_067249_1329302847_album_normal.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="673" data-original-width="484" height="400" src="https://ep00.epimg.net/ccaa/imagenes/2012/02/15/album/1329302216_067249_1329302847_album_normal.jpg" width="288" /></a><br />Carteles de autor desconocido y Bernardo Mezquita</div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://ep00.epimg.net/ccaa/imagenes/2012/02/15/album/1329302216_067249_1329303413_album_normal.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="658" data-original-width="484" height="400" src="https://ep00.epimg.net/ccaa/imagenes/2012/02/15/album/1329302216_067249_1329303413_album_normal.jpg" width="294" /></a><a href="https://ep00.epimg.net/ccaa/imagenes/2012/02/15/album/1329302216_067249_1329303185_album_normal.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="661" data-original-width="484" height="400" src="https://ep00.epimg.net/ccaa/imagenes/2012/02/15/album/1329302216_067249_1329303185_album_normal.jpg" width="293" /></a></div><div style="text-align: center;">Carteles de Enrique Ballesteros y Francisco Ribera</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><br /></div></span><div style="text-align: left;"><br /></div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-86444731689360602742020-09-11T22:08:00.008+02:002020-10-28T16:03:05.710+01:00Tiempo de carnaval (I)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.meisterdrucke.uk/kunstwerke/500px/Pieter%20Brueghel%20the%20Younger%20-%20The%20Battle%20between%20Carnival%20and%20Lent%20%20-%20(MeisterDrucke-101997).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="479" data-original-width="700" height="438" src="https://www.meisterdrucke.uk/kunstwerke/500px/Pieter%20Brueghel%20the%20Younger%20-%20The%20Battle%20between%20Carnival%20and%20Lent%20%20-%20(MeisterDrucke-101997).jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Pieter Brueghel el Viejo. 1559. La lucha entre Carnaval y Cuaresma</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">La palabra 'carnestolendas', que aparece frecuentemente en los periódicos del siglo XIX, proviene del latín y tiene el significado de 'retirada de la carne'; se refiere a los días previos al miércoles de ceniza que es el comienzo de la cuaresma. Las madrileños esperaban con impaciencia esos días de carnaval en los que se toleraba cierta subversión social. Los enamorados encontraban oportunidad de tratarse sin la vigilancia de una madre o un tutor; en los matrimonios, el hombre o la mujer podían acudir a un baile de máscaras para flirtear o citarse con su amante, confiando cándidamente que el otro no hiciese lo mismo; las chicas jóvenes podían acudir a sus primeras fiestas; bajo el anonimato del disfraz se podían gastar bromas más o menos pesadas a los conocidos, por pura diversión o por consumar una pequeña venganza; los subordinados con máscara se permitían tutear a sus superiores y soltarles alguna pulla; había francachelas públicas con comida y bebida...</div><div style="text-align: justify;">Como sucede en todas las celebraciones, las diversiones iban cambiando con los tiempos. </div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>La ilustración que de pocos años acá adelanta prodigiosamente en nuestro pueblo, va desterrando de Madrid ciertas prácticas carnavalescas de mal género, de las cuales aun quedan algunos rezagos en los barrios bajos. Una de ellas es saludar á los pasageros con bombas de agua de jabón, en plantarles mazas y rabos, consistiendo aquellas en un redondo ó careta recortada de paño, impregnada en polvos de yeso, que se arroja al descuido sobre la espalda del prógimo distraído, y estos en largos trapos ó papeles que con un alfiler hecho gancho se prenden á los vestidos para mover á risa á los que lo ven, y saludar á los chasqueados con una grita ó cencerrada, ó con los cantares de «saca la maza que la lleva, el borriquito que va á la plaza, ó saca el rabo etc.» Empero aun mas pesadas eran estas burlas en lo antiguo, pues que aun en el siglo pasado se divertían las criadas de las casas en desplanchar las valonas de los caballeros á geriganzos que les tiraban desde los balcones y ventanas por entre las celosías; en arrojar los jóvenes á las damas huevos llenos de agua de olor, y en insultar la plebe á las damas que iban en sillas de manos y mofarse de sus rodrigones, que así llamaban á los lacayos, que las acompañaban á caballo; asi como también el chasquear en los convites y el preparar monedas clavadas en el suelo para burlarse y dar una estrepitosa cencerrada al crédulo que se bajaba á cogerlas.</i></div><div style="text-align: justify;">Museo de las familias, 25/02/1847</div></blockquote><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.infobae.com/new-resizer/lo0RvRuzEvPrF4GIlXQ3-uYbxkg=/1200x900/filters:format(jpg):quality(85)//arc-anglerfish-arc2-prod-infobae.s3.amazonaws.com/public/K4R4WQPHSFAHBI6IDC2N7V4X2M.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="800" height="480" src="https://www.infobae.com/new-resizer/lo0RvRuzEvPrF4GIlXQ3-uYbxkg=/1200x900/filters:format(jpg):quality(85)//arc-anglerfish-arc2-prod-infobae.s3.amazonaws.com/public/K4R4WQPHSFAHBI6IDC2N7V4X2M.jpg" width="640" /></a></div></span><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Los 'gallos de carnaval' era una de las diversiones tradicionales que seguía celebrándose; era como el juego de la piñata pero más cruento.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>los gallos de carnaval que hemos visto estos años en Madrid á las lindas manólas del Lavapies, el cual consiste en atar seis ó siete de dichas aves en una cuerda tirante de una á otra acera, y vendadas las jóvenes citadas, dirígense con un espadín desnudo hacia el parage donde vienen á caer los gallos descargando un tajo hacia ellos para alcanzar el premio, siendo la diversión el que ó antes de llegar ó después de pasar, descarga el golpe la que marcha á la suerte y queda burlada lo que promueve á risa generalmente.</i></div><div style="text-align: justify;">Observatorio pintoresco, 10/09/1837</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">El manteo del pelele, que fue inmortalizado por Goya en un cartón para tapiz, es una diversión que recientemente ha sido recuperada en el carnaval de Madrid.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Una de las diversiones mas grandes del Carnaval, han sido hasta nuestros dias los peleles. Eran estos unas figuras de hombre y de muger que se colocaban en los balcones y ventanas de las personas de buen humor, ó en las puertas de las festivas y graciosas manólas del Avapies y demás barrios bajos. Si los de los balcones no tenían otro objeto que el de provocar la risa por sus caretas y disfraces, los de estas servían para diversión de las graciosas y saladas hijas del Manzanares, que se entretenían en mantear al pelele al compás de festivos cantares hasta que le destrozaban, concluyendo por quemarle el martes en la noche antes de empezar sus airosos bailes.</i></div><div style="text-align: justify;">Museo de las familias, 25/02/1847</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; font-size: x-small; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/01/El_pelele.jpg/250px-El_pelele.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="435" data-original-width="250" height="400" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/01/El_pelele.jpg/250px-El_pelele.jpg" width="230" /></a><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/7c/1898-02-19%2C_Blanco_y_Negro%2C_Madrid_se_divierte%2C_El_pelele%2C_Huertas.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="553" height="400" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/7c/1898-02-19%2C_Blanco_y_Negro%2C_Madrid_se_divierte%2C_El_pelele%2C_Huertas.jpg" width="277" /></a></div><div style="font-size: x-small; text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La fiesta popular más ruidosa era el famoso 'entierro de la sardina' que entonces se celebraba en la llamado pradera del Canal. Este paraje actualmente corresponde con Madrid Río por los alrededores del puente de Praga.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El miércoles por la tarde tuvo efecto el pomposo entierro de la Sardina, en la pradera del Canal </i>[...]<i> Multitud de carruajes particulares y de alquiler, calesas, tartanas, caballos y gentes á pié llenaban el espacio que media entre la puerta de Atocha y el embarcadero, desde la una de la tarde hasta las ocho de la noche </i>[...]<i> Los que ocupaban las orillas del rio y del Canal se entretenían en bailar y comer con el mayor orden, y sin que haya habido que lamentar la menor desgracia. El verdadero entierro de la Sardina se hizo con grande ostentacíon y aparato. Rompían la marcha, á guisa de batidores, seis moros montados en pollinos, tocando cornetas, pífanos y atabales y marchaba detrás el carro fúnebre tirado también por dos jumentos y acompañado por unos cuantos enmascaradog á pié; á quienes precedía un estandarte negro. La caja de la sardina era un pellejo pequeño de vino, dentro del que se veía el pescado cadáver. Inútil es decir que el numeroso cortejo que iba luciendo el duelo, se mostraba orgulloso en estremo, al ver que su plan funerario obtenía la aprobación unánime de los concurrentes, manifestada por fuertes gritos de contento y por repetidos aplausos.</i></div><div style="text-align: justify;">El Clamor público, 20/02/1847</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdlVKRzyg9ofYvH8Tbr2_Fe5I9Nl8Cw_SMJqqoqSWIpQViwCrzzhJhUXVWXxxeMdu8MciKd_Xab32IVEX49rh_AhQt8m1YwMRKioqp4CxeH_aLCsZvU4PDFMbI0uPnUXyMYZTLHYbNLAc/s640/Grabado+antiguo+%25281870%2529+-+Xilograf%25C3%25ADa+-+Madrid.-+El+Carnaval++El+Prado+De+San+Ferm%25C3%25ADn+Y+La+Pradera+Del+Canal+%252820x30%2529%252C+Desconocido.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="429" data-original-width="640" height="429" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdlVKRzyg9ofYvH8Tbr2_Fe5I9Nl8Cw_SMJqqoqSWIpQViwCrzzhJhUXVWXxxeMdu8MciKd_Xab32IVEX49rh_AhQt8m1YwMRKioqp4CxeH_aLCsZvU4PDFMbI0uPnUXyMYZTLHYbNLAc/w640-h429/Grabado+antiguo+%25281870%2529+-+Xilograf%25C3%25ADa+-+Madrid.-+El+Carnaval++El+Prado+De+San+Ferm%25C3%25ADn+Y+La+Pradera+Del+Canal+%252820x30%2529%252C+Desconocido.jpg" width="640" /></a>Con el fin de hacerse popular entre los madrileños, en 1811 el rey José I —conocido popularmente como Pepe Botella— autorizó los bailes de máscaras por carnaval en el teatro de los Caños del Peral, antecesor del Teatro Real en la actual plaza de Isabel II. Los bailes empezaban a las 8 de la noche y concluían a las 6 de la mañana al son de dos "primorosas" orquestas que tocaban alternativamente. Se publicó un reglamento con normas que debían cumplir los asistentes.</div><div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Reglamento del baile de máscara que se há de hacer en el teatro de los Caños del Peral en los días 21, 24, 25 y 26 de febrero de 1811.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>1.° Qualquiera persona podrá entrar en el baile con disfraz ó sin él.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>2.° Ninguno que se haya presentado de máscara ya en el baile podrá descubrirse en él, ni quitarse el disfraz por ningun motivo; y para hacerlo deberá ser en el guardarropa.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>3.° Habrá dos piezas separadas, destinadas para guardarropa, y vestirse el que lo necesitare, una para hombres, y otra para mugeres, con perchas numeradas, en que se colocarán por dependientes de entera satisfaccion que habrá en él las ropas y armas que los concurrentes les entreguen, á quienes darán un billete que exprese el número de la percha en que estan colocadas las ropas, y las devolverán á qualquiera hora que el dueño de ellas se presente con el billete en el mismo sitio. Dichos dependientes serán responsables de lo que se les hubiese entregado.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">[...]</div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>11.° Ninguna persona, de qualquiera clase ó condición que sea, podrá entrar en él baile con espada, sable, bastón ni otra arma alguna; y las que por su empleo ó profesión pudieren usar armas, deberán dexarlas en el guardarropa. </i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Diario de Madrid, 21/02/1811</div></div></blockquote><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0 0 0 40px; padding: 0px;"><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijZDEwq5pFJRUxf1rC3S20gBgNGm1GwzlRu9tGdOzphvbGzR-H0OYLKRhhDVkpDWM_kKNu-w_VbUxe6eBieE7cOwurg6odZYGHTPpEXxlaNznWNhJ8sV-fz9Uud0KIktAIgMcIcMicG0M/s550/CA%25C3%2591OS+DEL+PERAL.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="442" data-original-width="550" height="321" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijZDEwq5pFJRUxf1rC3S20gBgNGm1GwzlRu9tGdOzphvbGzR-H0OYLKRhhDVkpDWM_kKNu-w_VbUxe6eBieE7cOwurg6odZYGHTPpEXxlaNznWNhJ8sV-fz9Uud0KIktAIgMcIcMicG0M/w400-h321/CA%25C3%2591OS+DEL+PERAL.jpg" width="400" /></a></div></span></div></div></blockquote><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Fachada del Coliseo de los Caños del Peral, en 1788. Madrid. Dibujo del arquitecto Francisco Sánchez</div></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los bailes fueron un éxito. Se volvieron a celebrar otros tres en abril después de Semana Santa, y se volvieron a organizar otros después del verano en noviembre y diciembre. Entonces surgió un pequeño negocio en torno a esos bailes.</div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: justify;"> </div></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>En la casa n.° 16, junto al coliseo de los Caños del Peral, quarto principal, se alquilan vestidos para máscaras de hombre y muger, mui primorosos, y para niños y niñas, y máscaras de todas clases adequadas á los vestidos. Estará abierto toda la noche hasta que se finalice el baile, para que puedan vestirse y desnudarse á qualquiera hora que gusten con las comodidades de braseros y demás que ofrece un quarto habitado. El caballero ó señora que guste pasar antes á escoger trage, se le guardará apartado dexándolo pagado, y habrá piezas separadas para vestirse con sirvientes de ambos sexos; y para que á qualquiera hora no se dude la casa y quarto, habrá en el balcón un farol de colores. Se guardará la ropa que se desnuden, dando contraseña para recogerla.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Diario de Madrid, 25/12/1811</div></div></blockquote><div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">Otro establecimiento en la calle de los Tintes ofrecía para alquilar trajes femeninos de <i>maja, gitana,</i> <i>jardinera, serrana, armenia y antigua</i>. Y además algo sorprendente para la época, un traje femenino con pantalón: el de turca.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">En 1814, tras la expulsión de José I y la llegada de Fernando VII se volvieron a prohibir las máscaras. Primero durante las navidades y después en carnaval.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>BANDO. Que para conseguir el debido buen orden en las noches próximas á la de Navidad, y que las diversiones no le turben, ni sean ocasión de excesos y ofensas no se use el trage de máscaras y disfraces, con los quales provoquen é insulten á persona alguna, ni profieran expresiones obscenas y provocativas, ni se excedan en cometer acciones indecentes, y demostraciones impuras é impropias de la religión y cristiandad de los vecinos y habitantes de Madrid </i>[...]<i> pero se permite en celebridad de las presentes fiestas el uso de los panderos, y demás instrumentos que se llaman rústicos, con tal de que en estas inocentes diversiones se guarde la moderación y conpostura que corresponde.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Diario de Madrid, 15/12/1814</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>El noble carácter de esta nacion y su loable y constante decision en favor de la buenas costumbres, ha tenido el dolor de ver introducir durante la dominación de los enemigos varias novedades en perjuicio del buen órden y decoro debidos á los sanos principios que siempre han distinguido á los verdaderos españoles. Entre otras de las máximas subversivas se adoptó en aquella aciaga época la de que hubiese máscaras públicas y privadas durante el tiempo de Carnaval; pero ya que la Divina Providencia ha auxiliado los esfuerzos de esta valerosa nación hasta el punto deseado de verse en pacifica tranquilidad, báxo el gobierno de su legitimo y amado Monarca, conviene imperiosamente adoptar las providencias convenientes á fin de que las buenas costumbres reciban su antiguo esplendor evitando por todos medios qualquiera abuso que pudiera perjudicarlas; por lo tanto MANDO:</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Que ninguna persona, sea de la clase, que fuese, pueda ponerse disfraz de máscara ni pública ni privadamente, baxo el pretesto del actual tiempo de Carnaval, ni baxo otro alguno.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Diario de Madrid, 22/01/1815</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.dominicastuc.org/wp-content/uploads/2019/03/chica.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="448" data-original-width="624" src="https://www.dominicastuc.org/wp-content/uploads/2019/03/chica.jpg" /></a></div></span></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;">Carl Spitzweg. Miércoles de ceniza</div></span><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;"> </div></span><div style="text-align: justify;">Durante el Trienio Liberal (1820-1823) en el que rigió la Constitución de Cádiz, se volvió a autorizar los bailes de máscaras. El primero tuvo lugar en enero de 1822 en el Teatro del Príncipe, actual Teatro Español en la plaza de Santa Ana.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>El Domingo 27 de este mes se tuvo el primer baile de máscara á consecuencia del permiso que el gobierno concedió para esta diversión pública tan agradable á la juventud. Hemos oido hablar á todos con elogio del buen orden, y de la perfecta armonía que se notó en los concurrentes, asi como del buen gusto en los trajes, y de las graciosas invenciones de muchos de ellos. No obstante varias señoras salieron poco satisfechas de la disposición del tablado del teatro del príncipe, que á causa de la mala unión de las tablas las hizo frecuentemente tropezar y sacarles el zapato.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">Periódico de las damas. 1822, n.º 5</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Esta nueva etapa no comenzó con buen pie porque durante el baile del 3 de febrero se hundió parte del tablado resultando heridos algunos asistentes. Como la demanda era alta, empezaron a celebrarse bailes también en otro teatro de Madrid, el de la calle de la Cruz.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>La empresa de los teatros de esta capital, agradecida á los muchos favores que merece á este heroico pueblo, y atendiendo á la estrechez de la localidad del teatro del Príncipe para que en él puedan contenerse todas las personas que desean disfrutar de los bailes de Máscara, ha obtenido del Gobierno la correspondiente licencia para que éstos puedan también celebrarse en el coliseo de la Cruz. Con este motivo se previene al público que mañana domingo 17 del corriente se verificará en el indicado coliseo de la Cruz un gran baile de Máscara igual á los del teatro del Príncipe; y en este último el séptimo de los que se siguen dando con motivo de las festividades del Carnaval. Los carteles del día anunciarán el orden establecido para la función, y el parage y método con que sé expenderán los billetes.</i></div></div><div>Diario de Madrid, 16/02/1822</div></blockquote><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://espanafascinante.com/wp-content/uploads/teatro_cruz.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="800" height="400" src="https://espanafascinante.com/wp-content/uploads/teatro_cruz.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Teatro de la Cruz</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div> Los bailes de máscaras, siempre a merced de los vaivenes políticos, volvieron a ser prohibidos después del Trienio Liberal con la vuelta al absolutismo, pero parece que en los últimos años del reinado de Fernando VII se usaban máscaras y se celebraban algunos bailes porque fue necesario publicar bandos en 1830 y 1831 recordando la prohibición.<br /> <p></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div><div style="text-align: justify;"><i>BANDO. Manda el Rey nuestro Señor, y en su real nombre la sala de Alcaldes de su Casa y Corte: Que para evitar los desórdenes y abusos que sé han notado en los años anteriores con motivo de las máscaras, infringiéndose las leyes del reino en la materia, ninguna persona de cualquier clase, fuero ó condición que sea, pueda transitar por las calles, de día ni de noche, en traje de máscara, introducirse bajo ningún pretexto en las casas particulares ni se permitan en ellas gentes ni bailes con esos disfraces, bajo las penas prevenidas en las mismas leyes. También se prohibe alquilar ó vender vestidos y caretas para los disfraces, bajo la multa de 20 ducados y la pérdida de los efectos.</i></div></div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;">Diario de Avisos de Madrid, 27/01/1830</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En los últimos meses de reinado, estando ya enfermo Fernando VII, la reina consorte María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, actuando como regente, autorizó los primeros bailes de máscaras en Barcelona, una ciudad con muchísima afición a estos bailes y que había gozado de cierta permisividad. Después se autorizaron en Zaragoza y posteriormente en Madrid.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>Escriben de Barcelona que habiéndose ya principiado, con permiso del Gobierno, los bailes públicos de máscaras que en la época actual acostumbran á darse en aquella ciudad, todo anuncia que este año serán magníficos y muy concurridos, atendido el alborozo que reina en todos los habitantes por el feliz restablecimiento de la salud del Rey Nuestro Señor, y por el entusiasmo con que han sido recibidos los memorables Decretos de nuestra Augusta Soberana.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">La Revista española, 19/12/1832</div></div></blockquote><div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">El primer baile de máscaras en Madrid tuvo lugar en la calle San Bernardino y fue un éxito. Uno de los disfraces que más le gustó al periodista de El Correo fue el de "indio del Canadá".</div><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Bien han podido gozar de este inocente desahogo, que lleva consigo la diversión dc las máscaras, el copiosísimo número de señoras, y el no menos considerable de hombres que concurrieron al baile de la calle de san Bernardino en la noche del 5 al 6 de este mes. Se veian en él muchos trajes notables por su riqueza ó por lo caprichoso de su composicion; los que á nosotros nos han complacido mas han sido dos: uno de indio del Canadá y otro de beata ó monja, ambos de una esquisita propiedad. La sala de baile estaba adornada con sencillez, pero con buen gusto, y lo mismo puede decirse de las demás piezas, que con ser muchas y capaces no bastaban á contener la numerosa concurrencia que en ellas llegó á reunirse.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Correo, 08/02/1833</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En este último año de reinado los más conservadores manifiestan su disgusto por las fiestas de carnaval. El periodista Manuel Casal, más conocido por su seudónimo anagramático Lucas Alemán, publicó un artículo en forma de carta en el que criticaba, además de las máscaras, algunas diversiones como los peleles, los gallos martirizados, la persecución de los perros y...</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i><div style="text-align: justify;"><i>...el vistoso columpio de las jóvenes, que sin recato de lo reservado echan al aire el tinglado para que sea ventilado</i></div></i></div><div><div>El Correo, 11/02/1833<span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://cdn8.picryl.com/photo/2016/05/16/goya-508-el-columpio-fragmento-cliche-moreno-madrid-material-grafico-1e26eb-1024.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="645" data-original-width="800" height="516" src="https://cdn8.picryl.com/photo/2016/05/16/goya-508-el-columpio-fragmento-cliche-moreno-madrid-material-grafico-1e26eb-1024.jpg" width="640" /></a></div>Goya. El columpio (fragmento)</div><div style="text-align: center;"><br /></div></span></div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;">En el carnaval de 1833 se produjo una eclosión de bailes después de una década de prohibición. Un periódico expresó su satisfacción sobre el desarrollo de la fiesta.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>A medida que se acerca el término fatal de las carnestolendas se aumentan los saraos y diversiones de la estación. ¡Pero qué diferencia de tiempos á tiempos! A poner un pelele en el balcón, á comerse un ojaldre de postre al medio dia, y á asistir por la tarde al teatro á ver una comedia de magia, estaban antes reducidas por lo general las diversiones del pueblo de Madrid en el carnaval. A estos regocijos privados acompañaban desde las calles las ninfas del Avapies y Maravillas, manteando peleles y asaetando con los ojos vendados una porción de gallos colgados, cuyas sangrientas heridas celebraban y aun celebran con risa y algazara los tiernos y sensibles corazones de las manólas madrileñas. Los progresos de la civilización, que alcanzan á todas las condiciones de la sociedad como á todos los actos de la vida, han mejorado el gusto de los habitantes de la corte, y hoy no se divierten ya con lo que antes les arrebataba.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">[...]</div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>El que vaya á visitar una casa en estos dias puede estar seguro de encontrar á las señoritas, ó bien durmiendo para reponerse de la pasada fiesta, y prepararse para la venidera, ó bien desenterrando cofias, y briales, chupas y pelucones para acomodarlos á la presente temporada; y mientras cosen y descosen no hay quien las haga hablar sino de la orquesta, el dominó, el bastonero y la mazurca. Si sale uno á la calle á las diez de la noche, no encuentra mas que turcos y sultanas, vestales y arlequines con manólas y majas, acompañadas por contrabandistas y toreros de nuevo cuño. Por esta calle se ve atravesar un desvencijado y estrepitoso coche simon atestado de bailarines y caretas, cuyos enjutos caballos suspiran por el miércoles de ceniza, ó lo que es lo mismo, por el dia en que se los deje descansar: por aquella acera se descuelga una procesión dc dominóes, caperuzas y turbantes que llaman porfiadamente á una puerta, y mientras abren los de adentro se arma en la calle la bataola de soltar capas y ceñirse cardas, que con la prisa se truecan y enredan, causando la desesperacion de los que aguardan, aumentada por los sonoros ecos del violin y el acompasado pisar de los que se huelgan en la sala, olvidados de los que aspiran desde abajo á tomar parle en el regocijo.</i></div></i></div><div>El Correo, 18/02/1833</div></blockquote><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/cf/Raimundo_Madrazo_-_Fiesta_de_carnaval%2C_1879.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="468" data-original-width="800" height="375" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/cf/Raimundo_Madrazo_-_Fiesta_de_carnaval%2C_1879.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Raimundo Madrazo. Fiesta de carnaval</div></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></blockquote><div><div style="text-align: left;">Este año Larra publica en su revista El Pobrecito Hablador el artículo "El mundo todo es máscaras; todo el año es carnaval"</div></div><div><div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>¿Qué mejor careta ha menester don Braulio que su hipocresía? Pasa en el mundo por un santo, oye misa todos los dias y reza sus devociones; á merced de esta máscara que tiene constantemente adoptada, mirad cómo engaña, cómo intriga, cómo murmura, cómo roba:::: ¡Qué empeño de no parecer Julianita lo que es! ¿Para eso solo se pone un rostro de cartón sobre el suyo? ¿Teme que sus facciones delaten su alma? Viva tranquila; tampoco ha menester careta. ¿Veis su cara angelical? ¡Qué suavidad! ¡Qué atractivo! ¡Cuan fácil trato debe de tener! No puede abrigar vicio alguno.—Miradla por dentro, observadores de superficies: no hay dia que no engañe á un nuevo pretendiente; veleidosa, infiel, perjura, desvanecida, envidiosa, áspera con los suyos, insufrible y altanera con su esposo: esa es la hermosura perfecta cuya cara os engaña mas que su careta. ¿Veis aquel hombre tan amable y tan cortés, tan comedido con las damas en sociedad? ¡Qué deferencia! ¡Qué previsión! ¡Cuan sumiso debe ser! No le escojas solo por eso para esposo, encantadora Amelia; es un tirano grosero de la que le entrega su corazón. Su cara es también mas pérfída que su careta; por esta no estás espuesta á equivocarte, porque nada juzgas por ella.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">[...]</div></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>la fantasma despidió de sí un pequeño resplandor, semejante al que produce un fumador en una escalera tenebrosa aspirando el humo de su cigarro, y á su escasa luz reconocí brevemente á Asmodeo, héroe del diablo Cojuelo.—Te conozco, me dijo; no temas: vienes á observar el Carnaval en un baile de máscaras, ¡Necio! ven conmigo; do quiera hallarás máscaras, do quiera Carnaval, sin esperar al segundo mes del año. Arrebatóme entonces insensible y rápidamente, no sé si sobre algún dragón alado, ó vara mágica, ó cualquier otro vagaje de esta especie. Ello fue que alzarme del sitio que ocupaba y encontrarnos suspendidos en la atmósfera sobre Madrid, como el águila que se columpia en el aire buscando con vista penetrante su temerosa presa, fue obra de un instante. Entonces vi al través de los tejados como pudiera al través del vidrio de un escelente anteojo de larga vista. Mira, me dijo mi estraño cicerone. ¿Qué ves en esa casa? — Un joven de sesenta años disponiéndose á asistir á una "suaré"; pantorrillas postizas, porque va de calzón; un frac diplomático; todas las maneras afectadas de un seductor de veinte años; una persuasión sobre todo indestructible de que su figura hace conquistas todavía...</i></div></i></div><div><i><div style="text-align: justify;"><i>— ¿Y alli? — Una muger de cincuenta años. — Obsérvala; se tiñe los blancos cabellos ¿Qué es aquello? — Una caja de dientes; á la izquierda una pastilla de color; á la derecha un polisón.— ¡Cómo se ciñe el corsé! va á exhalar el último aliento — Repara su gesticulación de coqueta — ¡Ente execrable! ¡Horrible desnudez! —Mas de una ha deslumbrado tus ojos en algún sarao que debieras haber visto en ese estado para ahorrarte algunas locuras.</i></div></i></div><div><div style="text-align: justify;">El Pobrecito Hablador, 03/1833, n.º 12</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En la década de los 30 del siglo XIX se produce un furor por los bailes de máscaras. El salón de baile del Teatro Real, todavía en construcción, se abre para bailes de máscaras al exorbitante precio de 50 reales.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">BAILES DE MASCARAS EN EL SALÓN DE ORIENTE. Temeraria empresa habrá sido acaso la de disponer bailes públicos de máscaras en un salón que, por el lujo y buen gusto de su construcción, por la estension de sus dimensiones, y por el número de sus dependencias, es superior á cuantos edificios de esta clase se conocen en Europa; pues han debido crecer en razón de esta misma superioridad los gastos para muebles, alfombras, alumbrado y demás necesidades de tan vasto servicio, la dificultad de organizar una orquesta suficiente en número y pericia, y el compromiso de la dirección que trata de corresponder á la pública espectativa </i>[...]</div></div><div><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">En los departamentos destinados para tocadores, se venderán guantes y zapatos para señoras, y ramos de flores del tiempo y de mano. La orquesta se compone de 60 profesores de los mas acreditados, bien por haber pertenecido, los unos á la real cámara, bien por ser los demás casi todos individuos de las dos orquestas de los teatros de esta corte </i>[...]<i style="font-style: italic;"> Habrá espaciosas salas para el ambigú; salas de juego donde serán permitidos el ecarté y tresillo; gabinete de lectura donde se encontrarán periódicos franceses, ingleses, portugueses y españoles, y varios salones para paseo y descanso de los concurrentes. En el ambigú y en las salas de juego se podrá fumar, como igualmente en otras localidades especialmente designadas al efecto por rótulos fijados encima de las puertas. El dueño del almacén de trajes de máscaras de la calle del Príncipe, núm. 13, tendrá en el teatro depósitos de trajes, dóminos y capuchones para señoras y caballeros. Las personas que concurran al baile con prendas de dicho almacén tendrán la ventaja de poder variar de traje en el curso de la noche, con solo abonar la mitad del alquiler de cada traje qua muden. Los bailes se concluirán al amanecer.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Diario de Avisos de Madrid, 22/01/1836</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">A ese precio la asistencia a los primeros bailes fue escasa y la empresa se vió obligada a rebajar el precio a 30 reales. En un artículo sin firma, pero atribuido a Larra, se lee:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Por fin el público ha entrado de lleno en la cuestión de máscaras, y los bailes toman vida y alegría </i>[...]<i> Madrid se ha negado á sostener una función al precio de 50 reales, y no solamente ha sido preciso hacer la rebaja imposible, sino que por carambola nos hemos encontrado con la halagüeña verdad de que también el empresario del magnífico salón se ha equivocado. Se ha hecho en él una rebaja (que no se podía hacer) de un duro, reduciéndose el precio á 50 reales, y en el otro la de medio duro (ch'ra follia sperar), reduciéndose al de un duro. Bien se ha dicho siempre, que una verdad trae otra.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Español, 10/02/1836</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXo28-dDLOqaZLqr-RbgA9lTpUBRlXT-oJnmxJXgI5pUlH8nmtd5qiVSEN9iGj9JHsBhH_7TkHazdCqUPPiYOs5xtx1P1W5A3Tb27aaSNmJ4hRCc4P8SwTUIbie8zxM_p8aRsUjkscUig/s1000/CARNAVAL+TEATRO+REAL.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="714" data-original-width="1000" height="456" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXo28-dDLOqaZLqr-RbgA9lTpUBRlXT-oJnmxJXgI5pUlH8nmtd5qiVSEN9iGj9JHsBhH_7TkHazdCqUPPiYOs5xtx1P1W5A3Tb27aaSNmJ4hRCc4P8SwTUIbie8zxM_p8aRsUjkscUig/w640-h456/CARNAVAL+TEATRO+REAL.jpg" width="640" /></a></div></span></div><div style="text-align: justify;">Aquel año había donde elegir. El precio medio de los bailes solía ser 20 reales, pero los había más caros y más baratos.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>¿Gusta V. de un baile dado en suntuoso y magnífico local? Ahí está el teatro de Oriente que convida á satisfacer el deseo. Vaya V., seguro de hallar lo que en Madrid nunca se ha visto. ¿Prefiere V. un baile mas concentrado, digámoslo asi, mas á la mano, pero elegante también, y rozándose con el lujo. El salón de santa Catalina, dice: Aqui estoy; y se encuentra V. con lo que busca. ¿Le conviene á V. un baile, que aunque también sea grandioso, consienta sin embargo el pantalón de color y la levita? No hay entonces que titubear: vayase V. en derechura al coliseo del Príncipe, que alli está. Entran luego los bailes de la Cruz, de la Fontana, y otros muchos, mas ó menos floridos, mas ó menos provistos de concurrencia: pero todos alegres, todos proporcionan diversión al nivel de lo que cuestan y de lo que valen.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Revista Española, 02/02/1836</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Sobre los bailes más baratos decía un periódico satírico:</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>En cuanto á máscaras también somos nosotros de opinion de que no merecen tal nombre, ni aspiran á él, los caballeros de frac y clac ni lo merecen, aunque aspiren, los moritos que traen por turbante una tohalla, ni las vestales que traen por velo una sábana, ni los que se llaman marineros porque se han venido sin chaqueta y con pantalones de verano, ni aquellos discretísimos ingenios que se ponen la levita al reves, ó se forran de cucuruchos de papel, ó se envuelven en una colcha de indiana. Decimos, pues, que con estos y otros tales, ó nosotros tenemos trocado eÍ juicio, ó no se puede formar un gran baile de máscaras, sino una miserable turba de mamarrachos.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Nosotros 06/02/1838</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Incluso había baile en la plaza de toros. En este caso en la misma sesión había un batiburrillo de diversiones, algo habitual en las funciones de la época.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Las puertas de la plaza se abrirán á las dos de la tarde, y principiará el baile cuando lo disponga la autoridad presidente. Las bandas de música de la Guardia Nacional de infantería y provincial de Santiago, compuestas de ochenta y cuatro individuos, oportunamente colocadas, tocarán á un tiempo y sin mas descanso que el de diez minutos, los bailes siguientes: manchegas, galop, rigodon, jota aragonesa, mazowrka y contradanza. Al frente de cada música habrá un bastonero para la dirección y arreglo de las parejas con el encargo de formar el círculo que fuese necesario. A las cuatro de la tarde habrá un corto descanso, durante el cual, y si el tiempo lo permite, se elevará un magnífico globo aereostático de quince pies de altura, con pinturas alegóricas; y al propio tiempo se permitirá la subida á dos cucañas, que contendrán un pavo y cuatro docenas de chorizos la una, y un jamon y cuatro capones la otra, que servirán de premio al que tenga la destreza de llegar á alcanzarlo. El baile finalizará al ponerse el Sol, anunciándolo las músicas tocando todas el Himno de Riego.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Diario de Avisos de Madrid, 14/02/1836</div></div></blockquote></div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-47214741188269520122020-09-03T11:48:00.021+02:002022-12-30T09:28:16.665+01:00¿Quién mató a Prim?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://historia.nationalgeographic.com.es/medio/2016/12/27/el-atentado-de-prim_8d88ed42.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="468" data-original-width="800" height="375" src="https://historia.nationalgeographic.com.es/medio/2016/12/27/el-atentado-de-prim_8d88ed42.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Atentado contra el general Prim en la calle del Turco. La Ilustración española y americana</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">El asesinato del general Prim es un magnicidio sin resolver equivalente en España al asesinato de Kennedy en los Estados Unidos. Había muchas personas interesadas en la desaparición del entonces presidente del Consejo de Ministros, muchos intereses, muchos sicarios y cómplices. Una madeja muy compleja que al poder no le interesó desenredar porque finalmente los autores intelectuales quedaron impunes.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">El general Prim había conseguido que las Cortes Constituyentes aprobasen mayoritariamente la coronación de un nuevo rey, el italiano Amadeo de Saboya, duque de Aosta, que reinaría con el nombre de Amadeo I. Se oponían a ello el Duque de Montpensier, cuñado de Isabel II, que aspiraba al trono de España; el regente general Serrano que se veía apartado del poder y sus prebendas; los borbonistas que querían restaurar su dinastía con el rey Alfonso XII; los carlistas que querían coronar al pretendiente Carlos VII; los republicanos que se sentían traicionados por Prim al no haber optado por una república...</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.jotdown.es/wp-content/uploads/2016/01/oie_OlasyXSXWDb2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="616" data-original-width="699" height="564" src="https://www.jotdown.es/wp-content/uploads/2016/01/oie_OlasyXSXWDb2.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Amadeo de Saboya, duque de Aosta (Turín, 1845 – Turín, 1890)</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">A partir de los relatos de la prensa de la época se puede describir el atentado de esta forma:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">El 27 de diciembre de 1870, pasadas las 7 de la tarde, habiendo anochecido y nevando copiosamente, Prim salió del Congreso por la puerta de la calle Floridablanca. Después de charlar brevemente con Sagasta y otro diputado subió a su berlina acompañado por sus ayudantes Moya y Nandín. La berlina inició el camino hacia su residencia, el Ministerio de la Guerra que estaba en el palacio de Buenavista. La ruta era: calle de Floridablanca, calle del Sordo (actual Zorrilla), calle del Turco (actual Marqués de Cubas) y cruzando la calle Alcalá, calle del Barquillo donde frente al número 13 estaba la entrada a su residencia. Al llegar al final de la calle del Turco el cochero tuvo que frenar porque había dos vehículos interceptando el paso. Moya, sentado en la berlina frente a Prim y Nandín, se asomó por la ventanilla para ver qué sucedía. Vio venir un grupo de hombres armados y solo le dio tiempo a decir: "Agáchese mi general que nos hacen fuego". Del portal del número 1 habían salido varios hombres disparando e inmediatamente de los coches parados y de la taberna esquina con Alcalá salieron dos grupos de hombres que dirigiéndose a izquierda y derecha de la berlina hicieron fuego a corta distancia con armas de diverso calibre y escopetas cortas cargadas con posta de grueso calibre. Prim recibió impactos a corta distancia en el hombro izquierdo, codo y dedo anular de la mano derecha. Nandín sufrió graves heridas en una mano y Moya resultó ileso. El cochero de la berlina de Prim dando latigazos consiguió arrancar empujando y volcando uno de los coches que obstruía el paso; después cruzando a escape la calle de Alcalá entró en la calle de Barquillo hasta el Ministerio de la Guerra. Allí, según la prensa, Prim entró por su propio pie a pesar de las heridas. Los asesinos huyeron hacia el paseo del Prado en caballos que tenían preparados en la esquina de la calle de Alcalá.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://img.irtve.es/imagenes/impactos-metralla-berlina-prim-museo-del-ejercito/1346755564156.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="473" data-original-width="720" height="420" src="http://img.irtve.es/imagenes/impactos-metralla-berlina-prim-museo-del-ejercito/1346755564156.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Museo del Ejército. Berlina del general Prim en la que se aprecian impactos de postas</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">El gobierno y la prensa progubernamental quisieron desde el principio quitar importancia a las heridas de Prim.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>MINISTERIO DE LA GOBERNACION. El Excmo. Sr. Presidente del Consejo de Ministros ha sido ligeramente herido al salir de la. sesión del Congreso en la tarde de ayer por disparos dirigidos á su coche en la calle del Turco. Se ha extraido el proyectil sin accidente alguno, y en la marcha de la herida no hay novedad ni complicación.</i></div><div style="text-align: justify;">Gaceta de Madrid, 28/12/1870</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Desde que fueron conocidas las heridas que se infirieron anoche al noble conde de Reus, su casa ha estado constantemente invadida por todo lo más ilustre de Madrid, ansioso de conocer la importancia de las lesiones y de ser útil en aquellos momentos de tribulación. Hecha la primera cura, y estraidos cuatro de los ocho proyectiles que le penetraron en el hombro izquierdo y en el brazo y la mano derecha, operación que sufrió el general Prim con gran entereza, el ilustre enfermo quedó tranquilo.</i></div><div style="text-align: justify;">La Iberia, 28/12/1870</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.madrid.es/UnidadesDescentralizadas/UDCMedios/noticias/2012/12Diciembre/27Jueves/Notasprensa/BotellaPrim/ficheros/BotellaBicentenarioGeneralPrim003.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="531" data-original-width="800" height="425" src="https://www.madrid.es/UnidadesDescentralizadas/UDCMedios/noticias/2012/12Diciembre/27Jueves/Notasprensa/BotellaPrim/ficheros/BotellaBicentenarioGeneralPrim003.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">En 2012 se colocó una placa en el lugar del atentado</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Sin embargo parece falso que se hubiesen producido esas visitas. Según el examen del cuerpo realizado por la Comisión Prim en 2012 es muy probable que quedara inconsciente debido a un shock traumático y a la hemorragia que debió sufrir. Por las lesiones que presenta el cadáver tanto en la mano derecha como en el brazo izquierdo, al nivel del codo y del hombro, difícilmente podría haber realizado algún tipo de escrito o firma, incluso si hubiera estado consciente. Además el regente general Serrano había impuesto un férreo control para que nadie pudiese ver a Prim y saber el alcance de las heridas. Tan solo tenían acceso él mismo, el brigadier Topete al cual había nombrado presidente en funciones y el doctor Losada. Incluso la esposa de Prim tenía dificultades para verle. Años después, el juez García Franco contó su experiencia.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>En los primeros momentos del crimen, yo, que desempeñaba el Juzgado del distrito de la Universidad, fui llamado por el presidente del Consejo de Ministros al palacio de Buenavista, donde estaba reunido el Gobierno, y por el señor Ministro de Gracia y Justicia se me ordenó la formación de la correspondiente causa contra los autores de las heridas graves del General Prim. El sumario—añade después—se inició bajo algunos datos, que nunca pude prever fuesen tan provechosos para el descubrimiento de los autores del crimen, y alentado por tales circunstancias, ellas me daban fuerzas para, hora tras hora, perseguir el bello ideal de los que se dedican con fe inquebrantable al cumplimiento de su deber. Llegaron en esto las diligencias á un estado, que para proseguirlas con éxito, necesitaba examinar al general Prim y reconocer sus heridas tomando base de estas dos importantes actuaciones para las subsiguientes que habían de engrosar las indicaciones que el sumario arrojaba. </i></div><div style="text-align: justify;"><i><b>A pesar de insistir hasta con pesadez cerca del Consejo de Ministros</b>, que se hallaba cerca del ilustre herido en el palacio do Buenavista, para cumplir la misión que el cargo de juez imponia, sin duda la gravedad del general ó el temor de causarle una molestia que pudiera empeorarlo, lo cierto es que <b>no pude cumplir mi cometido</b>. Desde entonces expuse reverentemente que siendo excepcionales las diligencias que yo formaba, debían acumularse á las incoadas por el Juzgado del Congreso, y ser éste el que obrase bajo una sola acción.</i></div><div style="text-align: justify;">La Época, 13/08/1885</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Al día siguiente del atentado el brigadier Topete en un discurso en el Congreso admitía claramente que no contaba todo lo que sabía.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El señor presidente del Consejo de Ministros, el general Prim, ha sido herido en el día de ayer; no sé sí es grave ó leve la herida, no lo quiero saber en este momento; <b>aunque lo supiera, no lo diría desde este sitio</b> </i>[...]<i> un atentado que por sus circunstancias, por los momentos en que ha ocurrido, por las precauciones que se han tomado para perpetrarlo, no tiene ejemplo en la historia de ningún país del mundo. <b>Yo no lo quiero esplicar, porque no es este el momento de hacerlo</b>, siquiera sea por consideración á su familia, por consideración á sus amigos y dejando aparte la cuestión política </i>[...]<i> porque los asesinatos de la manera que ha venido el de ayer, no se preparan en un momento, necesitan la preparación que este ha tenido, necesitan los ausiliares de que no me quiero ocupar en este momento. <b>Yo tengo algún motivo para saber lo que durante estos últimos dias se predicaba en ciertos círculos y lo que se acordaba en ciértos sitios</b> </i>[...]<i> <b>Yo sé algo de lo que se ha acordado</b>; pero desde aquí les digo á los asesinos del general Prim, á sus cómplices, á sus encubridores á los que hayan podido aplaudir después ese atentado, que hagan lo que quieran; que obren de la manera que gusten, que al presidente de esta Asamblea, que al gobierno de S. A., que á las Cortes Constituyentes hallarán dispuestos á decir lo que decían los Girondinos en la república francesa: ¡Viva la libertad!</i></div><div style="text-align: justify;">La Época, 29/12/1870</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/f3/JuanBatistaTopeteYCarballoPorRafaelMonle%C3%B3n.jpg/1200px-JuanBatistaTopeteYCarballoPorRafaelMonle%C3%B3n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="602" height="640" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/f3/JuanBatistaTopeteYCarballoPorRafaelMonle%C3%B3n.jpg/1200px-JuanBatistaTopeteYCarballoPorRafaelMonle%C3%B3n.jpg" width="482" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Brigadier Juan Bautista Topete (San Andrés Tuxtla, 1821 – Madrid, 1885)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Casi dos meses después del atentado La Correspondencia de España reproduce un artículo del periódico inglés The Echo que publica una relación anónima, que dice proceder de un marinero norteamericano recién llegado a Londres desde Italia [!]. El periódico madrileño dice: <i>hemos copiado estos pormenores más por curiosos que por verídicos, pues no se nos alcanza cómo había de estar tan bien enterado el marinero que llevó al periódico inglés estas noticias. Lo sorprendente es que un periódico estranjero publique datos más o menos aproximados á la verdad, y que aquí nos hallemos enteramente á oscuras</i>. El relato, largo y bastante novelesco, entre otras cosas dice:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>el plan de los conspiradores era, después de asesinar al general Prim en su carruaje, llevar en éste el cadáver a la plazuela de la Cebada, promover allí una insurrección, a la que se asociarían cierto número de soldados y oficiales, y formar una junta revolucionaria </i>[...]<i> Cuando el coche del general fué detenido </i>[...]<i> tres hombres por cada lado se acercaron lentamente al carruaje, y uno de ellos, bajo de estatura, ancho de hombros y de barba negra, rompió el cristal del coche con el estremo de su trabuco, y apuntando dentro, dijo al general: «Prepárate, porque vas á morir» </i>[...]<i> Los asesinos, oyendo la voz de Prim después de los disparos, y las de los ayudantes del general, creyeron que habían errado el golpe. Prim no había muerto, y de consiguiente no pudo llevarse a efecto la segunda parte del plan, que era apoderarse del carruaje y llevar a la víctima á la plaza de la Cebada </i>[...]<i> Los actores que tomaron parte ostensible en el crimen fueron numerosos. Eran en primer lugar, los que formaban la línea desde las Córtes á la calle de Alcalá, que dieron la señal con fósforos. Luego los que bebieron en la taberna con el cochero, y los que dispararon contra el carruaje de Prim. Luego otros que había en un carruaje allí cerca en la calle de Alcalá, que debían ir á otra plaza, llamada de Santo Domingo, tan pronto como oyeran las descargas, é iniciar allí también la insurrección; pero á estos, segun parece, les faltó el valor y no cumplieron su compromiso </i>[...]<i> Los asesinos se separaron inmediatamente después de consumado el atentado. Los principales bajaron por la calle de la Greda </i>[actualmente los Madrazo]<i> al Prado, y por el Prado á la calle de Atocha, que subieron hasta cierta distancia, y luego torcieron hacia una taberna en los barrios bajos de la plaza de la Cebada. Allí aguardaron los asesinos tranquilamente á sus compañeros, que debían reunirse con ellos. Luego que llegó el último, mandaron disponer la comida, y mientras todo Madrid estaba en la mayor escitación, ellos tomaban un suculento cocido con pié de cerdo, pan y vino </i>[...]<i> ¿Quién preparó y ejecutó el crimen? En primer lugar, ciertos personajes de opiniones políticas indefinidas en unión con ciertos demagogos de guante blanco de Madrid. Entre los asesinos había uno alto, tuerto, de cabellos claros. Este mismo hombre había, pocos días antes del asesinato, insultado á algunos de los voluntarios monárquicos de cierto distrito de Madrid en un sitio donde tenian costumbre de reunirse, llamándolos realistas, esclavos, y desafiándolos á que riñeran con él uno á uno. Este hombre de señas particulares, y bien conocido en los barrios bajos, seria un hilo importante para cualquier policía que no fuese la de Madrid.</i></div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 24/02/1871</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En los días siguientes al atentado siguen apareciendo en la prensa mensajes tranquilizadores sobre el estado de Prim. Parece que el general Serrano quiere ganar tiempo para asegurarse de que controla la situación.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>A pesar de que los batallones republicanos entregaron durante el dia de ayer gran número de armas, parece que anoche ofrecía algunas dificultades el desarme completo, porque algunos de los batallones estaban resueltos á aceptar la provocación del gobierno, sin embargo de las exhortaciones pacíficas del Directorio republicano. Con este motivo y en vista de que se notaba bastante agitación en los barrios de la calle de Toledo, se tomaron grandes precauciones militares, no permitiendo apenas el tránsito por la Plaza Mayor, ocupada por un batallón de voluntarios de la libertad. Se retiraron de sus puntos las parejas de orden público, y parece que se convocaron los batallones monárquicos de la Milicia ciudadana. Por fin hubo de hacerse oir la voz del Directorio republicano, y la noche ha pasado con tranquilidad, sin que hoy se haya notado mas agitación que la que naturalmente producen las actuales críticas circunstancias.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>¿Se buscaba tal vez un pretesto para la aprobación del proyecto de suspensión de garantías constitucionales?</i></div><div style="text-align: justify;">La Esperanza, 30/12/1870</div></blockquote><p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1z4dbp8apMqjsiZThnl5tqBnYwFDoM7hswFHKEkFV0jHjSk-1j8ILlZpMXOArH_lJ9wRMg_E6zB1mL8PJKzA2NK61aaWB9eic8xW7gG_9d44NCfIra5VlkHVZ1I8jn2kGNX6MpIwlIME/s1172/Buena+vista+foto+hist%25C3%25B3rica.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="993" data-original-width="1172" height="542" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1z4dbp8apMqjsiZThnl5tqBnYwFDoM7hswFHKEkFV0jHjSk-1j8ILlZpMXOArH_lJ9wRMg_E6zB1mL8PJKzA2NK61aaWB9eic8xW7gG_9d44NCfIra5VlkHVZ1I8jn2kGNX6MpIwlIME/w640-h542/Buena+vista+foto+hist%25C3%25B3rica.jpg" width="640" /></a></div><span><div style="font-size: x-small; text-align: center;">Entrada al Palacio de Buenavista por la calle de Alcalá</div><div style="font-size: x-small; text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El día 30 se produjo la muerte de Prim que fue inmediatamente conocida. Al día siguiente apareció el anuncio oficial en la Gaceta.</div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><i>Anoche se esparció con la celeridad del rayo por todos los ámbitos de Madrid la noticia de que el señor general Prim habia sucumbido de resultas de sus heridas poco antes de las nueve. Las precauciones militares que se advirtieron en seguida confirmaron este triste suceso; los diputados se dirigieron apresuradamente al Congreso, y los exdiputados, que tienen derecho á penetrar en el salón de conferencias, se encontraron no poco sorprendidos de que se les prohibiera la entrada, sin adivinar qué causa pudiera motivar esta estraña medida. También estaba cerrada la tribuna pública, y sin embargo la vimos después poblada por algunas personas decentemente vestidas, que se nos dijo ser individuos de la Tertulia progresista. La sesión nocturna empezó poco despues de las diez, dándose desde luego la noticia del fallecimiento del señor general Prim.</i></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;">La Época, 31/12/1870</div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: xx-small;"> </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i>Según se manifestó en el dia de ayer 30, la fiebre consecutiva a las heridas recibidas por el Excmo. Sr. Presidente del Consejo de Ministros seguía su curso regular y en armonía con la importancia de dichas heridas. Durante el mismo dia la fiebre adquirió mayores proporciones, como era consiguiente á los grandes destrozos causados por los seis proyectiles que en la mano derecha, en el codo-y hombro del lado izquierdo fracturaron la mayor parte de sus huesos, rompieron sus articulaciones y desgarraron los tejidos blandos que les rodean. La reacción febril que estos destrozos debian producir se reflejó de una manera violentísima en el cerebro, determinando un estado congestivo cuyas funestas consecuencias muy pronto se habían de señalar. El estado de esta entraña, ya tan perturbada por los asiduos trabajos mentales del ilustre General, no podía menos de infundir muy sérias alarmas </i>[...]<i> Como consecuencia de estos graves trastornos sobrevino una intensa congestión cerebral, que produjo en breves horas la muerte ocasionada á las ocho y cuarenta y cinco minutos de la noche de ayer.</i></div><div style="text-align: justify;">Gaceta de Madrid, 31/12/1870</div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: xx-small;"> </span></i></div></blockquote><div style="text-align: justify;">El brigadier Topete, como presidente del Consejo en funciones desde el momento del atentado, había acudido a Cartagena para recibir a Amadeo de Saboya que llegó a bordo de la fragata Numancia el día 30, el día que murió Prim.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El presidente del Consejo Sr. Topete, los ministros y generales cumplimentaron al duque de Aosta después de fondear la Numancia en Cartagena. Refiérese que el Sr. Topete saludó friamente al jefe de la escuadra, y que fué recibido inmediatamente por el futuro monarca. Dícese que en la primera entrevista del electo rey y el Sr. Topete, ambos permanecieron silenciosos un momento; silencio que interrumpió el segundo cuando cuenta de los motivos que autorizaban su presencia.</i></div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 01/01/1871</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Después de un largo y penoso viaje en tren debido a la nieve y a las paradas en Albacete y Aranjuez, Amadeo de Saboya llegó a Madrid e inmediatamente se dirigió a la basílica de Atocha donde estaba expuesto el cadáver de Prim.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El rey se presentó sereno y tranquilo saludando con gran afabilidad á todas las persones. El regente díó el primer viva al rey, que fué contestado por todos los concurrentes </i>[...]<i> Después de descansar breves momentos en la estación la comitiva se puso en marcha, yendo el rey á caballo, a su derecha el regente, y detras ios directores de las armas, dirigiéndose á la basílica de Atocha, donde oró un momento y se encaminó después por el salón del Prado á las Córtes.</i></div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 02/01/1871</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/f5/Amadeo_I_frente_al_f%C3%A9retro_del_general_Prim_de_Antonio_Gisbert_1870.jpg/1200px-Amadeo_I_frente_al_f%C3%A9retro_del_general_Prim_de_Antonio_Gisbert_1870.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="528" data-original-width="800" height="422" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/f5/Amadeo_I_frente_al_f%C3%A9retro_del_general_Prim_de_Antonio_Gisbert_1870.jpg/1200px-Amadeo_I_frente_al_f%C3%A9retro_del_general_Prim_de_Antonio_Gisbert_1870.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Amadeo de Saboya frente al féretro de Prim</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Históricamente se ha señalado como principales sospechosos en este asesinato al diputado republicano Paúl y Angulo —enemigo declarado de Prim— como ejecutor material; Felipe Solís y Campuzano hombre de confianza del duque de Montpensier que sería quien financiaba la operación, y José María Pastor, jefe de la escolta del regente general Serrano. En 1876 el activo promotor fiscal Joaquín Vellando presentó el escrito de conclusiones fiscales donde decía:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>...á pesar de los trabajos incesantes de este juzgado para llegar á inquerir quiénes sean los autores del asesinato, </i><i><b>por mas que particularmente pueda tener el juzgado convencimiento</b></i><i>, no resultan pruebas bastantes para designar los autores entre todos los procesados; pero se ha llegado á demostrar por lo menos la complicidad en este hecho de <b>José María Pastor</b> y Rafael Porcel y Blanca, bajo cuyo concepto son responsables criminalmente. Lo son también en concepto de autores por el delito de tentativa de asesinato José López Pérez, Estéban Saéz Loza, Martin Arnedo Fernández, José Genovés Brugués, Pedro Acebedo y <b>D. Felipe Solís y Campuzano</b>...</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Pueblo Español, 13/09/1876</div></div></blockquote><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://i1.wp.com/vaventura.com/wp-content/uploads/2011/04/05.Gobierno.provisional.Sexenio.Democr%C3%A1tico.jpg?fit=1496%2C1030&ssl=1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="551" data-original-width="800" height="441" src="https://i1.wp.com/vaventura.com/wp-content/uploads/2011/04/05.Gobierno.provisional.Sexenio.Democr%C3%A1tico.jpg?fit=1496%2C1030&ssl=1" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">1869. Gobierno provisional. De pie, de izquierda a derecha, Sagasta, Prim mirando a la cámara, Serrano y Topete</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Según Pérez Abellán en su libro Matar a Prim, el sumario se tramitó hasta el 5 de octubre de 1877 que fue sobreseído.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Ayer tarde fué notificada la escarcelación á los presos en la cárcel del Saladero con motivo de la causa por asesinato del general Prim, Sres. Pastor, Acevedo, Porcel, Rodríguez y Alcina.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 06/10/1877</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En 1878 solo quedaba un procesado por la causa sobre el asesinato de Prim.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Ayer mañana se verificó la vista de la causa por el asesinato del malogrado general Prim, en la que ha habido un incidente digno de llamar la atención, no habiendo asistido el abogado defensor de don José López. Después del informe del fiscal, en que éste pidió el sobreseimiento respecto del único procesado don José López, y su inmediata excarcelación, éste pidió la venia al tribunal para hablar, y concedida que lo fué, manifestó que convencido ya de que se le haría justicia completa, estaba dispuesto á hacer importantes revelaciones. Ei presidente del tribunal, oído esto, suspendió inmediatamente el acto.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Iberia, 23/07/1878</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>José López, aquel procesado por la causa sobre el asesinato del general Prim, dijo ante la Audiencia dias atrás: «que si le garantizaban la vida hablaría» y con efecto, desde ayer se encuentra en el hospital herido de dos terribles puñaladas que recibió en el Saladero.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Iberia, 15/09/1878<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqu0v_6g8xBOKY19jOzEOTj3KQwyfjZr9L7saSfReHtoRQ4VwTulIOn1c08-Gavt4HcXWUNa4oqODgexIgQtdOWEneG2T1N1zI6RyUMR_6CdGZSUj2_PwVYImkOjUJ8cwJCeM_p7PtWznNbu0t1bGeakXuygHCFT6tCHWL34apzCZAfpH4YRpIcCHN/s450/DUQUE%20DE%20MONTPENSIER%20(2).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="287" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqu0v_6g8xBOKY19jOzEOTj3KQwyfjZr9L7saSfReHtoRQ4VwTulIOn1c08-Gavt4HcXWUNa4oqODgexIgQtdOWEneG2T1N1zI6RyUMR_6CdGZSUj2_PwVYImkOjUJ8cwJCeM_p7PtWznNbu0t1bGeakXuygHCFT6tCHWL34apzCZAfpH4YRpIcCHN/w255-h400/DUQUE%20DE%20MONTPENSIER%20(2).jpg" width="255" /></a></div></div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Antonio de Orleans, duque de Montpensier (Neuilly-sur-Seine, 1824 – Sanlúcar de Barrameda, 1890)</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Sin embargo López sobrevivió. Sobre el asunto de los implicados que habían sido eliminados también escribió Paúl y Angulo en el folleto exculpatorio que publicó en Francia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Seria curioso, sigue diciendo el señor Paúl, consignar como fué asesinado en la misma cárcel Ruperto Merino Alcalde, cuñado del citado López, y como murieron presos y heridos en el hospital otros tres encausados: José Ginovés, Clemente Escobar y José Roca; y cómo José Menendez falleció también á consecuencia de una paliza que le propinó al capturarle la Guardia civil, porque era tartamudo y no contestaba claro; y cómo fué asesinado de tres trabucazos, al llegar á su pueblo después de excarcelado, Tomás García Lafuente; y como fué asesinado también, en la misma cárcel del Saladero, Mariano González, después de haber sido excarcelado y siendo empleado temporalmente en ella.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Imparcial, 09/01/1886</div></div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj3RF-g1ipgipTpJjKrB28-kyQS5rb3BHa6cUCXyPU9__HPVsAduu_3H7UXCTUAVBQSy5cCERxEt5XUQcgl_L_FR43iqDVG7A7xjNwRfSWCbZPO0eqGn1Qed-SY3oP0J2VGDcmVkuB_2kxtdCgxAtjgZzpYVTw8kE6vyhlLy_k9ZP4Gn_3WlJlppCEV=s900" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="515" data-original-width="900" height="366" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj3RF-g1ipgipTpJjKrB28-kyQS5rb3BHa6cUCXyPU9__HPVsAduu_3H7UXCTUAVBQSy5cCERxEt5XUQcgl_L_FR43iqDVG7A7xjNwRfSWCbZPO0eqGn1Qed-SY3oP0J2VGDcmVkuB_2kxtdCgxAtjgZzpYVTw8kE6vyhlLy_k9ZP4Gn_3WlJlppCEV=w640-h366" width="640" /></span></a></div><div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">General Francisco Serrano, duque de la Torre (San Fernando, 1810 – Madrid, 1885)</span><br /><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Se averiguó que vinieron sicarios de La Rioja, Valencia y Sevilla; de algunos de ellos se perdió la pista en México y Argentina. Todos los que sabían algo de este complot callaron. Valle-Inclán escribió sobre el conde de Romanones:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>El conde de Romanones conoce, acaso como nadie, todo el misterio que oculta el asesinato del general Prim. Sabe tantas cosas que se asusta sólo de pensar en ellas, y le tiemblan las carnes con el temor de que algún día no pueda vencer la tentación de poner paño al púlpito. El conde de Romanones, como todo buen narrador, conoce la deliciosa fruición de desvelar secretos. ¡Y el diablo es tan enredador, y tan enlabiador, y tan buen compadre del conde de Romanones!...</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">AHORA, 02/07/1935</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">El conde de Romanones sobre Sagasta:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Una tarde del verano del 89, en San Sebastián, siendo huésped de don Manuel Alonso Martínez, ministro de Jornada a la sazón, con quien me unieran lazos de los más estrechos, en una pequeña tertulia que a su alrededor se formó, alguien recordó la muerte de Prim. Sagasta, que parecía abstraído y muy lejano de la conversación que se mantenía, como si despertara de un sueño, dijo: "Si ustedes supieran..." Y sin transición cerró los labios. Vanos fueron los requerimientos con que se le acució para que hablara; se negó en absoluto, mostrándose contrariado y arrepentido, quizá por primera vez en su vida, de haber dicho más de lo que quería.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">AHORA, 24/07/1935</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Galdós sobre Paúl y Angulo:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Es posible que no haya sido Paúl y Angulo... Es posible... Pero esas cosas no pueden decirse... En este episodio me hubiera gustado hablar de los negreros que financiaron la revolución... Luego Cánovas los hizo senadores vitalicios y títulos del reino... Tenia muchos datos, pero está todo tan reciente. Cuando publiqué "Narváez" recibí una carta llena de majaderías y ridículas rectificaciones del duque de Valencia. A Paúl y Angulo yo le conocí... Poco, pero le conocí. Don Nicolás Estévanez me ha escrito. Tampoco cree que haya sido el autor del asesinato. Para don Nicolás han sido los alfonsinos... Pero todo está tan reciente que no puede decirse...</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">AHORA, 20/09/1935</div></div></blockquote><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/fe/Los_diputados_pintados_por_sus_hechos%2C_Jos%C3%A9_Pa%C3%BAl_y_Angulo_(cropped).jpg/780px-Los_diputados_pintados_por_sus_hechos%2C_Jos%C3%A9_Pa%C3%BAl_y_Angulo_(cropped).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="609" height="640" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/fe/Los_diputados_pintados_por_sus_hechos%2C_Jos%C3%A9_Pa%C3%BAl_y_Angulo_(cropped).jpg/780px-Los_diputados_pintados_por_sus_hechos%2C_Jos%C3%A9_Pa%C3%BAl_y_Angulo_(cropped).jpg" width="488" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">José Paúl y Angulo (Jerez de la Frontera, 1842 – París, 1892)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Pío Baroja en sus memorias:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>… un día, por la tarde, hacia 1905 o 1906, acompañé a Galdós por las calles de Carranza y Luchana, y me contó una serie de detalles muy curiosos de gente que había intervenido en el asesinato de Prim: policías, masones, revolucionarios, aventureros y amigos de Montpensier y dos o tres contratistas de obras, que luego pasaron a ser editores, </i>[…]<i> años más tarde Galdós publicó su España trágica. </i>[…]<i> De cuanto me había contado no decía nada.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Pío Baroja. Desde la última vuelta del camino</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Unos meses después de morir Galdós, Roberto Castrovido publicó un artículo inverosímil titulado "En la calle del Turco mataron a Prim ..." en el que dice que presentó los asesinos supervivientes al escritor.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Para saber por qué y cómo mataron a Prim, leed el Episodio Nacional La España Trágica. Ahí está. Para escribir ese Episodio me buscó D. Benito, y quiso que le acompañara a ver y oír a los tres matadores de Prim que vivían entonces. Conocí a cinco </i>[...]<i> Don Benito Pérez Galdós gustaba de los documentos humanos y vivos más que de libros y papeles para escribir sus Episodios Nacionales. Para su primera serie se valió de hijos y nietos de guerrilleros, marinos, militares, héroes de la guerra de la Independencia, mártires de Madrid, Zaragoza y Gerona. Para escribir las otras series encontró supervivientes. Los hacía hablar. Los interrogaba hábilmente. Y sobre lo que oía levantaba el monumento de sus Episodios Nacionales.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Voz, 16/08/1920</div></div></blockquote><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://imagenes.elpais.com/resizer/p8P5ang8gpco_yvip89VZCZd4qs=/1500x0/filters:focal(506x218:516x228)/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com/prisa/U5AH4DRAFGWRANT7V23AJHNO3E.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="486" data-original-width="800" height="389" src="https://imagenes.elpais.com/resizer/p8P5ang8gpco_yvip89VZCZd4qs=/1500x0/filters:focal(506x218:516x228)/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com/prisa/U5AH4DRAFGWRANT7V23AJHNO3E.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Benito Pérez Galdós en el jardín de su casa</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Cánovas —que a su vez fue asesinado por el anarquista Michele Angiolillo en 1897— resumió la cuestión durante una conversación con Castelar:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>En una de las comidas celebradas en la Huerta hablaba Castelar de Historia contemporánea, y decía:</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>—Estos episodios de la historia contemporánea no los tienen presentes muchos que en cambio se saben de memoria toda la historia antigua. ¿Quién mató á César? Bruto... Nadie lo ignora. Pero nadie sabe quién mató á Prim...</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Cánovas le interrumpió diciendo:</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>—Eso puede que alguno lo sepa también. Quien positivamente lo ha ignorado hasta ahora es la justicia...</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Época, 26/05/1899</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Con motivo del bicentenario del nacimiento de Prim, en 2012 se formó la llamada Comisión Prim de Investigación dirigida por el periodista Francisco Pérez Abellán, que llevó a cabo una serie de estudios médico forenses del cuerpo momificado del general. Se sabía que el cuerpo de Prim había sido tratado para ser expuesto en la Basílica de Atocha durante los tres días de luto oficial antes de su inhumación. Además, en 1971, cien años después del atentado, se abrió el sepulcro con objeto de trasladar el mausoleo al cementerio municipal de Reus, su lugar de nacimiento. Ya en ese momento se pudo comprobar que el cuerpo se mantenía incorrupto.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>El doctor Simón ha sido el encargado de embalsamar el cadáver del general Prim, cuya operación ha practicado esta mañana por el sistema de inyeccion.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 31/12/1870</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Al abrir el féretro apareció el cadáver con ojos de cristal y vestido con el uniforme de gala de capitán general. La Comisión hizo impactantes fotografías de lo hallado.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.diariodesevilla.es/2013/02/11/sociedad/Prim-heridas-estrangulacion-suplantado-asesinos_669843156_18088811_1822x1024.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="800" height="360" src="https://www.diariodesevilla.es/2013/02/11/sociedad/Prim-heridas-estrangulacion-suplantado-asesinos_669843156_18088811_1822x1024.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="text-align: justify;">El estudio médico legal fue realizado por la Dra. María del Mar Robledo y D. Ioannis Koutsourais.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Del minucioso examen forense del cadáver Robledo y Koutsourais, deducen una secuencia de hechos sensiblemente diferente a la versión oficial. Según sus investigaciones, lo mas probable es que el General quedase inconsciente en el momento del atentado debido al dolor y la pérdida de sangre que le causaron las heridas. A su llegada al Palacio de Buenavista, y en contra de la versión oficial, el General no recibió atención médica de ningún tipo y los emplastes que presenta el cadáver no son sino reconstrucciones hechas en el embalsamamiento para dar consistencia al hombro y la mano derecha. Sorpresivamente, además, la momia presenta una herida de arma blanca en la zona superior de la espalda y un profundo surco en el cuello que, lejos de estar relacionado con la ropa que llevaba puesto el cadáver, es compatible con “las lesiones externas características de un estrangulamiento a lazo, siendo esta modalidad de estrangulación de carácter homicida”. Aquella noche era la última oportunidad para matar a Prim, antes de la inminente llegada del Rey Amadeo. Pese al amplio despliegue operativo que organizaron los asesinos, el atentado de la calle del Turco falló y eso era algo que los conjurados no se podían permitir. Así que le remataron, primero acuchillándole por la espalda con una bayoneta y después estrangulándole para evitar así que quedara ningún cabo suelto. Por supuesto nunca recibió atención médica, porque nunca estuvo en el ánimo de quienes le rodeaban salvar su vida.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">RAMHG. Valentín de Céspedes Aréchaga. El asesinato de Prim. Revisión de algunos aspectos de lo publicado</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">La Sociedad Bicentenario General Prim 2014 decidió conocer si era cierta la teoría del estrangulamiento, así que contactó con la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense para que volviera a hacer un análisis de la momia de Juan Prim. Tras un estudio exhaustivo, los responsables complutenses presentaron los resultados de su estudio en una rueda de prensa en la Facultad de Medicina de la UCM.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>La principal conclusión del estudio es que las marcas que presenta el cuello se corresponden con fenómenos post-mortem, debidos a la presión ejercida de forma prolongada, tras la muerte, por la vestimenta. José Antonio Sánchez, director del Museo de Antropología Forense y Criminalística, explicó que en las muertes con lazo suele haber fractura en tiroides y en el cartílago cricoides, algo que no se ve en Prim. Igualmente, Bernardo Perea, médico forense de la Escuela de Medicina Legal, aseguró que no existen signos radiológicos de aplastamiento de ningún tipo, y que lo único que se ve son lesiones traumáticas producidas por armas de fuego. Pérez Abellán, presente en la rueda de prensa, protestó de malas maneras por los resultados, pero cuando terminó la presentación, en lugar de hablar con los científicos, se marchó airado perdiendo una oportunidad de defender su, ahora endeble, hipótesis.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Tribuna Complutense, 30/01/2014</div></div></blockquote>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-26111677771379610242020-08-29T11:24:00.004+02:002020-10-28T15:54:20.468+01:00Proyectos para el Centenario del Descubrimiento en 1892<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/d/d7/Bierstadt_Albert_The_Landing_of_Columbus.jpg/800px-Bierstadt_Albert_The_Landing_of_Columbus.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="485" data-original-width="800" height="388" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/d/d7/Bierstadt_Albert_The_Landing_of_Columbus.jpg/800px-Bierstadt_Albert_The_Landing_of_Columbus.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Albert Bierstadt. Desembarco de Colón</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En 1887, faltando solo cinco años para el IV Centenario del Descubrimiento de América, todavía no se había pensado nada concreto sobre cómo celebrarlo. Tuvieron que ser las noticias llegadas de Estados Unidos las que sirviesen de impulso.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Á mediados de 1887 súpose que la América sajona se apercibía á conmemorar el aniversario del descubrimiento, y tal noticia causó en España una emoción en que se mezclaban la pena y el orgullo </i>[...]<i> Desde 1883 acariciábase tal pensamiento, enunciado por los Sres. D. Martín Ferreiro y D. Patricio Ferrazón, y acogido al punto por la benemérita Unión Ibero-Americana. Es lo cierto, no obstante, que la aspiración general manifestada en ocasiones y por conductos distintos no se había concretado en proyecto alguno, de realización posible é inmediata. El estímulo venido de afuera, tocando en la fibra más delicada de la conciencia nacional, determinó un generoso movimiento y dió motivo á que se resolviese en obra de pocos días una cuestión que de otra suerte tal vez hubiera seguido durante meses y años puesta en terrenos de litigio y sometida á penosas incertidumbres.</i></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;">El Centenario, Tomo I, 1892</div></blockquote><br /><div style="text-align: justify;">Unos meses después, el 28 de febrero de 1888, se creó la comisión oficial para conmemorar el Descubrimiento cuya primera reunión —para constituirse— tuvo que esperar hasta el mes de abril.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Ayer tarde á las tres se han reunido bajo la presidencia del Sr. Sagasta, como jefe del gobierno, la comisión organizadora del centenario de Colon. Su objeto ha sido constituirse, acordando que en las ausencias del presidente del Consejo ejerza las funciones de tal el primer vicepresidente duque de Veragua. Han sido también nombrados secretarios D. Juan Valera y D. Facundo Riaño</i>.</div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 17/04/1888</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En aquellos momentos se daba por hecho que habría una Exposición Universal en Madrid, aunque no quedaba mucho tiempo para organizar grandes eventos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El entusiasmo producido por el pensamiento de la Exposición universal que ha de verificarse en Madrid para el 12 de octubre de 1892, cuarto centenario del descubrimiento de América, puede calcularse por el ofrecimiento del señor de Paradela al presidente Sr. Taviel de Andrade, de 200.000 pies de terreno que lindan con el Retiro por Atocha y que completarán por aquel lado las instalaciones. El Sr. Taviel ha aceptado esta donación graciosa y con la cual los gastos de la exposición disminuirán notablemente, contribuyendo á su engrandecimiento y hermosura. Parece que iguales donaciones se van á ofrecer de los terrenos que rodean al Hipódromo.</i></div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 12/04/1890</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Había que hacer algo grandioso. Desde hacía muchos años el arquitecto José Marín Baldo venía diseñando un conjunto monumental dedicado a Colón que mediría 100 metros de lado y 59 de alto. Las dimensiones impedían erigirlo en ninguna de las plazas que había en Madrid en aquella época, así que proponía abrir un nuevo espacio en el ensanche de la ciudad, bien en la prolongación de la calle de Alcalá o en el Retiro. La plaza constaría de un diámetro de 400 metros y una superficie de unas 12,5 hectáreas, casi 13 campos de fútbol, con calles de 37 metros y edificios con soportales. El proyecto había sido presentado a la reina que tuvo que rechazarlo porque el coste era inasumible. Sin embargo los planos fueron presentados en la Exposición Universal de Filadelfia donde el proyecto obtuvo uno de los cinco premios que se otorgaban a arquitectos. El proyecto también fue presentado en la Exposición de Bellas Artes de Madrid.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Obra de tan colosales proporciones, bien merecía artículo aparte pero ni somos competentes para ello, ni lo colosal nos atrae por sí solo. Lo que hallamos mejor en esta obra, es el dibujo en que está presentada la sección del proyecto, que revela una gran habilidad </i>[...]<i> El principal defecto que lo halla el vulgo, entre el cual nos contamos, es el de ser irrealizable. Y aun cuando algún poderoso de la tierra, ó algunos poderosos, si se consideraba como obra internacional, se decidieran á ejecutarla, se tropezaría con el inconveniente de que no podría verse en conjunto, pues la distancia que sería preciso buscar no permitiría apreciar muchas cosas </i>[...]<i> A trueque de perder una obra que pudiera ser muy notable, si se hallara campo para colocarla y capitales para construirla, hubiéramos preferido que lo que se ha empleado en el proyecto se gastara en levantar un monumento á Colón mas modesto, pero mas realizable.</i></div><div style="text-align: justify;">La Época, 12/02/1867</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/f7/Proyecto_de_Don_Jos%C3%A9_Mar%C3%ADn_Baldo%2C_monumento_a_Col%C3%B3n%2C_en_Crist%C3%B3bal_Col%C3%B3n_Su_vida%2C_sus_viajes%2C_sus_descubrimientos.jpg/1024px-Proyecto_de_Don_Jos%C3%A9_Mar%C3%ADn_Baldo%2C_monumento_a_Col%C3%B3n%2C_en_Crist%C3%B3bal_Col%C3%B3n_Su_vida%2C_sus_viajes%2C_sus_descubrimientos.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="488" data-original-width="800" height="390" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/f7/Proyecto_de_Don_Jos%C3%A9_Mar%C3%ADn_Baldo%2C_monumento_a_Col%C3%B3n%2C_en_Crist%C3%B3bal_Col%C3%B3n_Su_vida%2C_sus_viajes%2C_sus_descubrimientos.jpg/1024px-Proyecto_de_Don_Jos%C3%A9_Mar%C3%ADn_Baldo%2C_monumento_a_Col%C3%B3n%2C_en_Crist%C3%B3bal_Col%C3%B3n_Su_vida%2C_sus_viajes%2C_sus_descubrimientos.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Proyecto de José Marín Baldo para monumento a Colón</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Por su parte la revista "La Ilustración española y americana" presentó otro colosal proyecto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El prodigio de construcción de hierro con que dotó á París en 1889 el ingeniero M. Eiffel, resolviendo problemas de diversa clase, ha despertado vanidades nacionales </i>[...]<i> nuestro compatriota arquitecto bilbaíno P . M. Alberto de Palacio concibió el proyecto de erigir un monumento á Colón, digno de la incomparable gloria del inmortal descubridor de América </i>[...]<i> Figuraos la colosal esfera montada sobre su base, de 80 metros de altura, coronada en su Norte por la carabela que condujo á Colón al Nuevo Mundo, y tendréis ante vuestra imaginación el más soberbio monumento que han ideado los hombres, resplandeciendo á la luz del sol con los colores de los continentes, mares é islas de la esfera terrestre; dividida por su Ecuador, consistente en una plataforma de 14 metros de ancho al exterior y un kilómetro de longitud; surcada por majestuosa espiral en el hemisferio Norte, que se desarrolla por la vía de 3,000 metros que desde el Ecuador conduce al Norte; brillando durante la noche con las líneas de luz que perfilan los continentes é islas, y arrojando sobre una populosa ciudad torrentes de claro fulgor; envuelta en brumas ó acariciada por las nubes, empequeñeciendo siempre con su inmensa mole á los edificios hasta hoy considerados como gigantescos; tendréis una ligera idea de esta creación soberbia de la industria moderna, en cuyo enorme seno hueco caben, como dijes en su estuche, las dos grandes pirámides de Egipto, la esfinge y los colosos </i>[...]<i> En la base, y bajo majestuosa rotonda central, se colocará una estatua gigantesca del gran descubridor, rodeada de los navegantes, conquistadores y misioneros que hicieron fecundo su descubrimiento...</i></div><div style="text-align: justify;">La Ilustración española y americana, 30/08/1890</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Las medidas del gigantesco monumento que da la revista parece que tienen como fin superar a la torre Eiffel. Diámetro de la esfera: 300 metros; elevación de la esfera sobre el suelo: 80 metros; altura total del monumento incluyendo una carabela en la cúspide: 400 metros. A continuación, la revista explica el plan económico.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Todo esto con absoluta separación é independencia de los lugares de recreo, tales como paseos, cafés y restaurants destinados á la multitud de más de cien mil personas que pueden visitar á la vez el monumento, y sin impedir en lo más mínimo la marcha ordenada de ascensores y tranvías </i>[...]<i> Siendo el negocio el estímulo más poderoso y único para la realización de estas asombrosas obras modernas, y contando con la excepcional curiosidad que ha de despertar en las gentes un monumento que á tan nuevos espectáculos é impresiones se presta, podemos hacer el cálculo siguiente: caben en él más de 100.000 personas, y pagando de entrada, como en la torre Eiffel, 5 pesetas, cada lleno producirá 500.000 pesetas, por lo menos, quedando en esta forma reintegrado el capital en sesenta y dos días de lleno, y esto sin contar con los distintos rendimientos de sus dependencias, como cafés, restaurants, etc., puesto que e! presupuesto total, comprendiendo máquinas elevadoras y todo género de aparatos, es de 31 millones de pesetas.</i></div><div style="text-align: justify;">La Ilustración española y americana, 30/08/1890</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFnNvS2sLWluPoyt0yaopkD1fqlAMx92gj6q6F7psfl3_w-jl9dDpbQuULK_y82XameNaiw6QHtC-LxxSsV_bmHT5AwnKGaiuAYtZvGS4PioBBP7TXvygdZaDAr57A0OXORbRAUqldEq0/s640/La+Ilustración%2BEspañola%2By%2BAmericana%2C%2B1891.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="456" data-original-width="640" height="456" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFnNvS2sLWluPoyt0yaopkD1fqlAMx92gj6q6F7psfl3_w-jl9dDpbQuULK_y82XameNaiw6QHtC-LxxSsV_bmHT5AwnKGaiuAYtZvGS4PioBBP7TXvygdZaDAr57A0OXORbRAUqldEq0/w640-h456/La+Ilustración%2BEspañola%2By%2BAmericana%2C%2B1891.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Proyecto de Alberto de Palacio para monumento a Colón en el Retiro detrás del Palacio de Cristal</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Este proyecto quedó en mera propuesta y parece que ni siquiera llegó a considerarse de forma oficial. En esas fechas las autoridades municipales ya debían estar pensando en otro proyecto para el parque del Retiro: la construcción de una nueva casa consistorial a la que el proyecto llamaba palacio municipal.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Los planos del palacio municipal que se proyecta construir en los Jardines del Buen Retiro, han sido examinados por el Ayuntamiento. Tan luego se reúnan las Cortes, nuestra corporación municipal solicitará la autorización que necesita para proceder á la tala y comenzar la construcción del edificio. Las Casas Consistoriales de la Plaza Mayor y de la Plaza de la Villa se sacarán á subasta y con el importe de esta se contribuirá á sufragar los gastos que ocasione la construcción. El edificio será de magnífica fachada y capaz para que en él se instalen todos los servicios del Municipio.</i></div><div style="text-align: justify;">La Unión Católica, 22/01/1891</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Finalmente, recordando el éxito de visitantes en 1887 de la Exposición sobre Filipinas en el Retiro, se puso en marcha en el parque otra exposición para el centenario, la Exposición Agrícola e Industrial.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Los planos de la futura Exposición, debidos al inteligente arquitecto Sr. Grases, reúnen todas las condiciones apetecibles bajo el punto de vista estético y práctico, y no nos parece que aventuramos nada al asegurar que será la Exposición agrícola é industrial uno de los principales atractivos que ofrecerá Madrid á los que nos visiten con motivo de las fiestas del Centenario </i>[...]<i> La verdad es que el lugar elegido para asiento de la Exposición es único. Las grandes avenidas del Parque de Madrid [Retiro] dan espacio más que sobrado para las instalaciones, y los jardines laterales proporcionan un fondo sin ejemplar, sobre el que han de destacar con gallardía suma las artísticas edificaciones proyectadas </i>[...]<i> Se proyecta también un gran edificio adosado al gran estanque, que será un verdadero monumento artístico </i>[...]<i> La Junta directiva de la Exposición se propone celebrar en los meses que dure el Certamen grandes fiestas y proporcionar atractivos á los visitantes. A este fin ha mandado traer de Venecia una preciosa góndola, que se halla ya en Barcelona, para S. M. ; va á construir una carabela idéntica á la Santa María, que flotará en las aguas del estanque grande; en éste se darán veladas artísticas magníficas, se celebrarán concursos internacionales de fuegos da artificio etc., etc.</i></div><div style="text-align: justify;">La Iberia, 21/04/1892</div></blockquote><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Las obras de la primera galería general quedarán terminadas en los primeros días de Mayo, en cuya fecha se estarán construyendo varios pabellones é instalaciones particulares, figurando entre los primeros dos magníficos que se levantarán respectivamente para las islas de Cuba y Puerto Rico, y otro que ya ha encargado la provincia de Baleares; y entre las segundas gran número de diversos comerciantes y fabricantes españoles </i>[...]<i> los planos de otras obras importantes que se van á realizar en el recinto de la Exposición, tales como un precioso y artístico pabellón destinado á SS. MM. y AA., otro para la prensa, un magnífico restaurant y una vaquería-modelo.</i></div><div style="text-align: justify;">La Unión Católica, 22/04/1892</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://artedemadrid.files.wordpress.com/2010/07/ilustracion.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="561" data-original-width="701" height="512" src="https://artedemadrid.files.wordpress.com/2010/07/ilustracion.png" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Palacio de Velázquez en el Retiro construido para la Exposición Nacional de Minería de 1883</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Una parte de la prensa inició una campaña contra este proyecto que consideraba perjudicial porque privaba al pueblo de Madrid de <i>la mejor parte del Retiro</i>. Se dijo que se habían talado árboles y que algunas estatuas habían sufrido daños. El asunto se discutió acaloradamente en el Congreso.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Los diputados que suscriben ruegan al Congreso se sirva aconsejar al gobierno de S. M. la conveniencia de impedir por cuantos medios le concedan las leyes ordinarias interpretadas en el mas lato sentido que pueda darse al art. 84 de la Constitución, la concesión otorgada con motivo del Centenario del descubrimiento de América de terrenos del Parque de Madrid para fines que, á juicio de los firmantes, no sólo no están comprendidos, sino que contrarían el decreto de 6 de Noviembre de 1868 elevado á ley por las Cortes Constituyentes, cediendo al Ayuntamiento de Madrid la antigua propiedad de la Corona, denominada Real Sitio del Buen Retiro.</i></div><div style="text-align: justify;">El Imparcial, 01/05/1892</div></blockquote><br /><div style="text-align: justify;">La polémica también estaba en el ayuntamiento. En la sesión municipal de 4 de mayo de 1892 se dio lectura á la siguiente proposición:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Los concejales que suscriben proponen al ayuntamiento se sirva acordar que no habiéndose cumplido por el concesionario de la Exposición que se intenta celebrar en el Retiro, la condición inexcusable que se le impuso, obligándole á presentar los planos y proyectos de las obras que hubiere de realizar, para que fueran previamente aprobados, se le ordene que reponga los paseos del Parque de Madrid al ser y estado que tenían antes de los trabajos comenzados, y no se le permita iniciarlos de nuevo ni practicar en aquéllos la menor alteración hasta tanto que presente los referidos planos y proyectos, determinando el emplazamiento de cada una de las instalaciones, y después de examinarlos con la detención debida, atendiendo á que no se prive al pueblo da Madrid del tránsito libre y expedito por sus paseos predilectos del parque, le sean aprobados conforme establece la concesión.</i></div><div style="text-align: justify;">El Siglo Futuro, 05/05/1892</div></blockquote><br /><div style="text-align: justify;">El ayuntamiento, muy presionado, se vió obligado a suspender las obras y multar al concesionario, Sr. Alba Salcedo, con 500 pesetas por no tener las obras dirección técnica. Después le propuso considerar otros terrenos dentro del Parque —probablemente el Paseo de Coches— para celebrar la exposición. El ayuntamiento dió ocho días de plazo para deshacer todo lo hecho hasta la fecha, pero debió parecerle que el concesionario remoloneaba porque dos días antes de cumplirse el plazo otorgado envió a los operarios de la Villa para que destruyesen los armazones levantados. Posteriormente no debió llegarse a un acuerdo para la instalación de la exposición en otros terrenos porque la Exposición Agrícola e Industrial no se celebró.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La oposición a este proyecto se debía al lugar de la celebración no al proyecto en sí, porque todos pensaban que en 1892 debía celebrarse algún tipo de exposición, como la Exposición Hispano-Lusitana, otro proyecto que tampoco cuajó. No sabemos el lugar de celebración previsto porque la noticia no lo dice.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Exposición Hispano-Lusitana. Se celebrará en esta corte, con motivo de los festejos para solemnizar el cuarto Centenario del descubrimiento de América. Concurrirán á ella las diferentes provincias peninsulares y uItramarinas de España y de Portugal, construyendo cada una un pabellón propio, dispuestos de suerte que formen una calle que se llamará de las Provincias, ó dos calles en cruz, una de España y otra de Portugal, con una plaza en el punto de intersección, con tal arte que, junto á los productos manufacturados de Barcelona, se vean los de Oporto v Covilha, y frente á las riquezas de Angola y Mozambique las de Cuba y Filipinas. La Comisión organizadora, que de acuerdo con la central del Centenario viene trabajando en el proyecto, ha enviado ya circulares á todas las provincias, convocándolas por medio de las principales autoridades y personas de mayor significación á secundar sus esfuerzos, y continuará en sus propósitos, en vista de las halagüeñas contestaciones que recibe. En Madrid, este patriótico proyecto ha sido acogido con verdadero entusiasmo, no sólo por el señor Rodríguez San Pedro y por el presidente de la Diputación, señor La Presilla, que han ofrecido á la Comisión su valioso concurso, sino también por algunas importantes Sociedades que formarán el pabellón madrileño, poniendo sin duda alguna á gran altura el crédito de la industria y del comercio de la corte de España, apreciado, por lo general, en mucho menos de lo que vale. Anoche á las nueve se reunió la Comisión organizadora de dicha Exposición para adoptar acuerdos de importancia.</i></div><div style="text-align: justify;">La Época, 14/04/1891</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/0b/Las_tardes_del_Retiro%2C_de_Samuel_Urrabieta_Vierge.jpg/800px-Las_tardes_del_Retiro%2C_de_Samuel_Urrabieta_Vierge.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="564" data-original-width="800" height="451" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/0b/Las_tardes_del_Retiro%2C_de_Samuel_Urrabieta_Vierge.jpg/800px-Las_tardes_del_Retiro%2C_de_Samuel_Urrabieta_Vierge.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Las tardes del Retiro. La Ilustración Española y Americana</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">También ocuparía un amplio espacio otro proyecto de carácter grandioso por su arquitectura. Su autor, que no ve problemas de financiación, tampoco propone un lugar para su instalación.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Entre los proyectos que se han presentado á la comisión del Centenario de Colón, figura el de instalar las exposiciones en edificios que simulen al exterior alguna de las maravillas del mundo, colocadas unas frente á otras, formando espaciosa plaza, y en él centro la estatua de Colón ó de la Fe sobre edificio á propósito, dominando en altura á todos. Los gastos no excederían en este caso de los presupuestos para otras construcciones al objeto, sin perjuicio de poder utilizar los de obras publicas, puesto que después de celebrarse las exposiciones podían servir para ministerios, direcciones, museos, etc.</i></div><div style="text-align: justify;">El Imparcial, 18/01/1891</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El tono épico solía ser corriente en las propuestas que se presentaban. Llama la atención que además aparecen cuando ya queda poco tiempo para el centenario por lo que no daría tiempo para construirlas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Creemos que así como se ha dispuesto la erección en Granada y Barcelona de dos monumentos alusivos á la unificación de la nacionalidad española y al descubrimiento del Nuevo Mundo, podría y aun debería erigirse en Madrid un grandioso edificio, que fuese como templo consagrado á la ciencia geográfica, en la que dió Colón aquel paso de gigante, y á la que puso el sello con su viajo, legendario casi, por la temeridad de la empresa, Juan Sebastián de Elcano, circunnavegando el planeta por la vez primera. Ese edificio, dedicado también á biblioteca y gabinete de geografía, hidrografía, astronomía y geodesia, se llamaría «Instituto geográfico colombino» y debería lucir sobre la balaustrada de su frente las estátuas del padre Marchena, Martín Alonso Pinzón, Vasco de Gama, Magallanes y Elcano; ostentando, allá en lo más alto de su cúpula central, la estátua de Cristóbal Colón, como signo elocuente de la gratitud nacional presentado á las venideras generaciones, en homenaje del inmortal navegante que nos dió el timbre de gloria más alto entre los pueblos quo han concurrido á la obra de la humana civilización.</i></div><div style="text-align: justify;">La Libertad, 30/04/1890</div></blockquote><br /><div style="text-align: justify;">Por último hay un proyecto del que sí sabemos dónde se pensaba desarrollar: en el río Manzanares. Aprovechando que desde hacía años se venían estudiando varios proyectos y presupuestos para el encauzamiento o canalización del Manzanares, Juan Bautista Díaz presentó en el registro del ayuntamiento una memoria descriptiva para tomar parte en los festejos del Centenario de Colón. Lo describía como <i>un proyecto para salubridad y embellecimiento de Madrid y navegación á vapor, creando además beneficios generales y rendimientos á perpetuidad</i>. Proponía dragar el río para hacer un canal navegable desde el Puente del Rey <i>hasta el puente del ferrocarril de Madrid á Alicante, Valencia y Andalucía.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Traeremos á dicho canal tres buques á vapor, ya de hélice ya de ruedas, de una eslora máxima de treinta metros, propios para la navegación de ríos, aparejados en goleta; los cuales se destinarán durante el período de festejos, á la condución de pasajeros de un punto á otro cualquiera del canal </i>[...]<i> Para la votadura [sic] de los tres buques é inauguración del canal, las gestiones que ya tenemos hechas </i>[...]<i> á fin de conseguir que cada una de las Naciones del Continente Americano y las Europeas y Asiáticas, asi como también alguna Africana, envíen al rio Manzanares en Madrid, un pequeño buque á vapor propio para navegar por rio de calado de tres metros y aguas de leve densidad, y por este medio realizar, que el día del Cuarto Centenario de Colón, al pie de los muros de la Capital de España, estén representadas en las aguas todas la Naciones, presentándose una numerosa flota de pequeños buques á vapor, en que ondeando los pabellones de todos los países de aquende y de allende los mares, saluden en la noble España la gloriosa página escrita por el inmortal navegante Cristóbal Colón </i>[...]<i> El buque, cuya construcción tenemos contratada y que ha de ser armado, bendecido y votado [sic] en las aguas del Manzanares, término jurisdiccional de Madrid, izará en su palo mayor el pabellón Español y en el de mesana el de Castilla; será comandado por el que subscribe y hará de Almirante, mandando las evoluciones que ha de ejecutar toda la flota.</i></div><div style="text-align: justify;">Memoria descriptiva para tomar parte en los festejos del Cuarto Centenario de Colón verificando la limpia de una trayectoria parcial del río Manzanares para... Establecimiento tipográfico de El Liberal. 1892</div></blockquote><p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1RB2eo5o4Q-kN2QWAVUvZwxnTPWl4CpRSQYQRx1SvUVArBW9p_vgg4yRq7KznGj-OjeuVfXWeKC3jaAP2A3vmvs6ttV7BfRVuB22b0dlBuxXhWJd-rrZhcjJPRtYK1Fuhr0raM8s1n-M/s600/DESCUBRIMIENTO1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="600" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1RB2eo5o4Q-kN2QWAVUvZwxnTPWl4CpRSQYQRx1SvUVArBW9p_vgg4yRq7KznGj-OjeuVfXWeKC3jaAP2A3vmvs6ttV7BfRVuB22b0dlBuxXhWJd-rrZhcjJPRtYK1Fuhr0raM8s1n-M/w640-h480/DESCUBRIMIENTO1.jpg" width="640" /></a></div></div><span style="font-size: xx-small;"><div style="text-align: center;">Vista del embarcadero del Real Canal de Manzanares</div></span><p></p><div style="text-align: justify;">Si se quiere atraer visitantes extranjeros hacen falta buenos hoteles. En estos años ya se nota la carencia de hoteles de lujo para alojar a los visitantes más adinerados, una necesidad que será acuciante en el futuro cuando haya que alojar a los invitados a la boda de Alfonso XIII y para ello se construyan el Palace y el Ritz. Pero Madrid todavía no contaba con esos hoteles y para el centenario surgen dos propuestas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>En el programa que la Sociedad IberoAmericana tiene en estudio para preparar con gran solemnidad la celebración del que será el más famoso de los Centenarios, aparece, según mis últimas noticias, la creación del Instituto Ibero-Americano y de un Museo Comercial. Ambos importantes proyectos pudieran combinarse con uno de los que he tenido la honra de someter á la Junta Nacional del Centenario. Me refiero á la construcción de un Gran Hotel en Madrid, para inaugurarse el 12 de Octubre de 1892: en el Archivo de 8 de Febrero último se publicó el referido proyecto con todos sus detalles. El Instituto, el Museo y el Hotel de América ó Colombia, ¿no podrían formar un solo y grandioso edificio? Así tendría un carácter monumental para conmemorar el acontecimiento que llenó de gloria imperecedera á España, y se elevaría también á Colón un monumento digno de su grandeza [...] Todo el confort, el lujo de París, Londres ó Nueva York, á que los hispanoamericanos están acostumbrados cuando van á aquellas capitales, lo encontrarían en el gran hotel de América ó Colombia, lo que hoy, por regla general, no puede ofrecerse en Madrid [...] Edificándose el hotel con las condiciones requeridas y en sitio céntrico, como el del solar de la casa de Riera en la calle de Alcalá [actual Círculo de Bellas Artes], ó en los que quedarán con el derribo del palacio de Medinaceli [actual Hotel Palace], podría arrendarse la parte destinada á hotel y formarse con sus rentas un capital consagrado á sostener con el brillo y la holgura que deben tener, el Instituto Iberoamericano y el Museo Comercial.</i></div><div style="text-align: justify;">Archivo diplomático y consular de España, 16/07/1890</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div> <blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><i>En su próxima sesión el ayuntamiento tendrá que discutir una proposición suscripta por la Sociedad internacional de coches camas y grandes expresos europeos, pidiendo á la corporación municipal la concesión de los terrenos situados en la esquina de la calle de Alcalá y del Prado, donde en la actualidad se encuentra el teatro Felipe, para construir un hotel con fachada monumental que haga </i>pendant<i> al edificio del Banco. Comprométese la empresa constructora, á cambio de la concesión gratuita de dichos terrenos durante sesenta años, á edificar un hotel en cuya construcción no invertirá menos de tres millones de pesetas, y un millón más en muebles y demás instalaciones. Al cabo de estos sesenta años, el hotel y todas sus dependencias pasarían á ser propiedad del Ayuntamiento, que se encontraría así, sin gasto alguno, dueño de un edificio que podría utilizar subarrendándole ó destinándole á otro objeto. La empresa reclama la urgencia para la discusión de este proyecto, pues caso de aprobarse, piensa dar tal impulso á las obras, que sería inaugurado el Gran Hotel del Prado en vísperas de la Exposición del Centenario.</i></div><div style="text-align: justify;">Diario oficial de avisos de Madrid, 16/10/1891 </div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://www.entredosamores.es/madrid%20antiguo/imagenesantiguo/madrid710.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="662" data-original-width="800" height="530" src="http://www.entredosamores.es/madrid%20antiguo/imagenesantiguo/madrid710.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Teatro Felipe donde actualmente está el Palacio de Cibeles</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Este último proyecto fue objeto de un gran debate en la prensa. El teatro Felipe era un pequeño teatro de verano, donde se representaban zarzuelas, que estaba situado rodeado de árboles en la esquina donde actualmente se encuentra el Palacio de Cibeles, sede del ayuntamiento. En aquella época el parque del Retiro llegaba hasta Cibeles, por lo que esta propuesta para construir un hotel allí suponía ceder gratuitamente una parte del parque para un negocio privado, una operación que además no proporcionaba ingresos al ayuntamiento. El teatro Felipe fue pronto derribado y los árboles adyacentes talados, aunque finalmente el hotel no se construyó y una parte del espacio liberado se dedicó a ampliar la plaza de Cibeles.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Madrid ya tenía un monumento a Colón que había sido costeado por un grupo de aristócratas y que iba a ser inaugurado por Alfonso XII el 4 de enero de 1886, pero la muerte del rey en noviembre de 1885 suspendió la ceremonia y el monumento quedó sin inaugurar. Un periódico nos cuenta una curiosa peripecia por la que pasó el mármol de la estatua.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Esta estátua tiene su historia. Se «sacó de puntos», como dicen los estatuarios, en Sarrara: envióse de alli á Génova, y en Génova se embarcó en un barco de vela (por no poder ir en vapor) con rumbo á Valencia. Estalló por entonces una violenta borrasca, y el barco, juguete de las olas, permaneció largo tiempo en el mar sin que supiese su paradero. Por fin llegó sana y salva á puerto, y ahora va á ser terminada por el mismo autor de la estátua, señor Suñol.</i></div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 22/01/1884</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://i.pinimg.com/474x/56/d8/af/56d8af753b87913a6a1ae892a6c3fb27--mosque-san-bernardo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="311" data-original-width="474" height="420" src="https://i.pinimg.com/474x/56/d8/af/56d8af753b87913a6a1ae892a6c3fb27--mosque-san-bernardo.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Monumento a Colón en el centro de la plaza</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Parecía que la celebración del cuarto centenario del descubrimiento era la ocasión propicia para la ceremonia de inauguración, pero por motivos desconocidos no se realizó entre los actos del centenario, quizá porque no tenía sentido inaugurar un monumento que ya llevaba varios años instalado en la plaza de Colón; sin embargo la entrega del monumento al ayuntamiento se hizo el 12 de octubre de 1892 pero de una forma casi clandestina. Aquel día por la tarde durante la solemne sesión municipal en el ayuntamiento el alcalde la dio a conocer.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El Sr. Bosch manifestó que una comisión compuesta de personas pertenecientes á la nobleza española le había hecho entrega por la mañana de la llave de la verja que rodea al monumento de Colón levantado á expensas de la nobleza á la entrada del paseo de la Castellana.</i></div><div style="text-align: justify;">El Siglo Futuro, 13/10/1892</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La situación financiera de España no permitió la organización de una gran Exposición Universal como la que se iba a celebrar en Chicago en 1893. Para los actos del cuarto centenario en Madrid no se levantaron edificios monumentales ni se realizaron reformas urbanísticas. Algunos edificios en construcción como el de la Bolsa o el de la Real Academia Española no consiguieron estar terminados a tiempo para el centenario. En 1891 comenzaron las obras de explanación y ampliación de la plaza de Cibeles pero el traslado de la fuente al centro de la plaza no se efectuó hasta 1895. El traslado de la fuente de Neptuno al centro de su plaza no se hizo hasta 1898.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/b/b4/1891-05-30%2C_La_Ilustraci%C3%B3n_Espa%C3%B1ola_y_Americana%2C_Estado_actual_de_las_obras_de_f%C3%A1brica_del_edificio_%C2%ABBiblioteca_y_Museos_Nacionales%C2%BB_(fachada_del_paseo_de_Recoletos)_(cropped).jpg/1024px-thumbnail.jpg?1598002016713" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="549" data-original-width="800" height="439" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/b/b4/1891-05-30%2C_La_Ilustraci%C3%B3n_Espa%C3%B1ola_y_Americana%2C_Estado_actual_de_las_obras_de_f%C3%A1brica_del_edificio_%C2%ABBiblioteca_y_Museos_Nacionales%C2%BB_(fachada_del_paseo_de_Recoletos)_(cropped).jpg/1024px-thumbnail.jpg?1598002016713" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">El Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales en obras</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Los principales actos del centenario en Madrid fueron las exposiciones y los congresos. La Exposición Histórico-Americana y la Exposición Histórico-Europea, que se refundieron posteriormente en la Exposición Histórico-Natural y Etnográfica, tuvieron lugar en el Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales —que no estaba entonces completamente finalizado— Este edificio actualmente alberga la Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico Nacional. La Exposición Internacional de Bellas Artes fue en el Palacio de la Industria y de las Artes que actualmente alberga el Museo Nacional de Ciencias Naturales y la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid. Los numerosos congresos que se celebraron durante el centenario tuvieron asiento en edificios ya existentes.</div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-30562844274830761292020-08-14T10:21:00.008+02:002020-10-28T15:50:15.739+01:00Los relojes de la Puerta del Sol (III)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIBuTBnjC7a7x59KBuBbMPfXATdQRJRpsAtiQerI2tIZAP-0Efi_CMOfBOVs9jG6eL-WF2umZ87RxLQUuoY0RrUWp5qvYrFkfGrZCSTpO5o_NkRmGePK9aJy4dooRs9a05w58rtaE-QlY/s1140/PUERTA+DEL+SOL4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="760" data-original-width="1140" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIBuTBnjC7a7x59KBuBbMPfXATdQRJRpsAtiQerI2tIZAP-0Efi_CMOfBOVs9jG6eL-WF2umZ87RxLQUuoY0RrUWp5qvYrFkfGrZCSTpO5o_NkRmGePK9aJy4dooRs9a05w58rtaE-QlY/w640-h426/PUERTA+DEL+SOL4.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">La Puerta del Sol en 1830 según la maqueta de Madrid de León Gil y Palacio. Museo de Historia</span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Una vez desmontado el reloj de la fachada del Buen Suceso los madrileños lo echaron de menos inmediatamente. Además, el derribo de la iglesia significaba el comienzo de la desaparición de una parte del centro de Madrid tal como la habían conocido toda su vida.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Desde que ha desaparecido el reloj de la Puerta del Sol son innumerables los chascos que llevan multitud de personas. Sabido es que dicho reloj era por el que arreglaban los suyos la mayor parte de los que lo tienen, y por el que se guiaban muchos también de los que carecen de él: conocida es la costumbre que en unos y otros había de confrontar sus cronómetros con levantar la cabeza para mirar qué hora era; pero desde que ha desaparecido, parece que todos se dan de ojo para mirar la hora, encontrándose con agujero en vez de esfera, y con unas vigas en lugar de minutero y horario. Sin embargo de esto, se repiten los chascos, y sabemos de personas que cuantas veces pasan por la Bolsa de los mineros, otras tantas dirigen sus miradas á la parte superior de la iglesia, volviéndolos á bajar tan enterados como antes.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Nación, 28/03/1854</div></div><div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Desapareció ya la iglesia del Buen-Suceso [...] Desapareció aquella modesta iglesia donde (según es fama) de una á dos de la tarde. oían misa algunos pocos restos de las tapadas de los tiempos de Tirso y Calderón, algunos pollos sin tradiciones en nuestro teatro ni en nuestra historia, muchos dormilones, no pocas pelanduscas, bastantes doncellas de labor, y un nubarrón espantoso de aguadores y mozos de cordel. Desaparecieron las misas de las miradas furtivas, de las citas paladinas, de los diálogos á media voz, de los piropos y chanzonetas, de los apretones de mano y de las pisadas insinuantes, de los empujones y apreturas, de los gritos y soponcios, del barullo y del escándalo. Los plantones de la plataforma de asfalto que agolpados á corta distancia de las gradas de la puerta, estudiaban atentamente las diversas escuelas de femenino calzado, tuvieron que desbandarse [...] Con la iglesia desapareció el reloj, símbolo del ojo de la policía, siempre abierto, alumbrado de noche, menos cuando se apagaba, desconcertado casi siempre: desapareció la campana del reloj, voz de la eternidad que estaña recordando sin descanso á tantos remolones, aquello tan sabido en otras partes de que el tiempo es dinero. Desapareció también la casa de beneficencia, y con ella el trozo de acera mas concurrido, mas peligroso para los bolsillos, más lleno de aguadores, fosforeros y empujones, el mas fecundo en requiebros y mentiras, en una palabra, el mas característico. Ha quedado en su lugar una verdad tremenda: el polvo.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 13/09/1854</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Algunos vecinos de la Puerta del Sol nos ruegan por vigésima vez que hagamos presente la necesidad de que el reloj que se hallaba antes en el Buen Suceso se coloque en el ministerio de la Gobernación para que pueda saberse en aquel punto de la capital la hora que es. Como es justa esta solicitud, esperamos que por ahora, no se atenderá.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 26/05/1854</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ante la gran necesidad que se sentía por saber la hora, un comerciante considera que es el momento propicio para anunciar la venta de relojes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>RELOJES MECÁNICOS. La industria adelantando cada día, hace combinaciones maravillosas con sus creaciones que después causan la admiración bajo cualquier forma que se las presente. Nuestra empresa en relación con el mejor, tal vez, relojero mecánico de París, tiene en su establecimiento:</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>1.º—Un reloj de fragua con ocho figuras que trabajan con toda precisión.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>2.º—Otro id. de pájaros, con un árbol de verde y oro, que cantan y saltan de rama en rama.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>3.º—El reloj de los monos, cuyo lienzo representa uno de estos animales enfermo en la cama, asistido de otros dos de su especie, vestido uno de doctor y otro de enfermero aplicándose una lavativa.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Esposicion estranjera, calle Mayor, núm. 10</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Nación, 21/03/1854</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Habrá que esperar un año hasta que se instale un reloj en la Puerta del Sol. Finalmente no será el que estaba en el Buen Suceso sino otro nuevo que construye Tomás de Miguel. El ayuntamiento ya le había pagado 20.000 reales por el reloj anterior que había resultado tan deficiente y el constructor veía comprometido su prestigio, así que parece que no cobró nada por el reloj nuevo, aunque cabe la posibilidad de que fuese el anterior pero reformado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>El reloj que se va a colocar en la antigua casa de Correos, ahora ministerio de la Gobernación, no es el que estaba antes en la fachada del Buen-Suceso, y sí uno que al efecto se está construyendo , pero que tendrá como aquel esfera trasparente, para que de noche pueda verse la hora.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Iberia, 13/05/1855</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En ese momento aparece la posibilidad de otro reloj, aunque parece ser una noticia publicitaria que no volverá a aparecer.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>EL MEJOR SERÁ EL PRIMERO —Puesto que el Ayuntamiento piensa colocar un reloj público en la casa de Correos, debemos hacerle una advertencia que le importará mucho. Parece que el relojero que vive en la calle Mayor, esquina en la Puerta del Sol, tiene hechos todos los preparativos para colocar un magnífico reloj en el tejado de la casa que habita, y como saben nuestros lectores es sitio mas á propósito aun que el de Correos, pues domina todas las calles inmediatas de tal modo, que siendo la esfera de dos caras, como parece natural, puede verse la hora desde medio Madrid. Según nuestras noticias, el citado relojero va hacer á una cosa muy notable, pues tiene encargado á Londres el reloj, de manera que el ayuntamiento podrá ahorrarse ese gasto, por ahora, que no vendrá mal. El tiempo es oro para todo el mundo, y para la villa en este caso mucho mas.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 29/04/1855</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Bueno, ya que la Puerta del Sol va a disponer de un nuevo reloj, hay que aprovechar para pedir algo sobre las campanas... o algo equivalente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>... la necesidad, mas que de otra cosa de gusto y bien parecer, de sustituir á las primitivas campanas otros instrumentos equivalentes, como muelles á propósito, con relación a las grandes proporciones del mismo, o bien abujas perfectamente bien templadas y aceradas, ó campanas chinescas, como sucede en alguno que otro país: así se habrían ahorrado los concurrentes á aquel centro de movimiento y circulación alguna súbita crispación ó ataque de nervios de los que solía producir en peores y menos cultos días el primitivo cencerro ó esquilón del susodicho reloj.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Nación, 15/05/1855</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En mayo ya se advierte actividad en el tejado de la Casa de Correos. El "tiempo de los besugos" debe referirse a Navidad, ya que era la cena tradicional de Nochebuena en los hogares de mayor poder adquisitivo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>¿Si será, si no será? Detrás del parapeto que se ha levantado en las alturas de la que fué casa de correos se divisaba ayer una campana. Esta campana se supone que sea para el reloj que ha de construirse. Hoy están ya colocados los pies derechos para el castillejo y todo revela que la obra camina con mas actividad que lo que se estila en esta tierra. Es probable que para cuando vuelva el tiempo de los besugos ya el reloj señale y dé la hora.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La España, 27/05/1855</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En junio y julio la prensa observa y va dando detalles sobre la instalación del reloj. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Con el objeto, dice un periódico, de que pueda verse la hora desde larga distancia y sin necesidad de situarse frente al edificio, parece se ha resuelto últimamente colocar en ambos costados del reloj de la Puerta del Sol dos esferas trasparentes iguales á la que se ha puesto en la fachada principal. Esta mejora importante será causa, tal vez, de que la obra sufra alguna dilación. Es preciso que el director del nuevo reloj tenga una cabeza muy parecida á una calabaza, pues a poseer siquiera un mediano cacumen se le habría ocurrido poner las dos esferas laterales. Apenas habrá un aguador en la Puerta del Sol á quien no se le ocurriese cosa tan sencilla.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Nación, 05/07/1855</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y llegó el día de la inauguración.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Estreno oportuno. Anoche á las ocho se verificó el del magnífico reloj de la Puerta del Sol, colocado como ya saben nuestros lectores, sobre el edificio de Correos. En el acto de dar las ocho la campana, se descorrió la cortina que ocultaba las tres esferas, y los numerosos concurrentes que presenciaron la inauguración, tuvieron una singular complacencia en ser los primeros en saludar tan útil reforma. Mucho celebramos que este soberbio reloj haya empezado á funcionar en la noche del 17 de julio, en medio de un pueblo lleno de gozo. Esperamos, sin embargo, que se hará desaparecer las diferencias que, sin duda por efecto de la prisa con que ha sido colocada la máquina, se advertían esta mañana entre la esfera principal y la que mira á la calle Mayor, pues la primera se adelantaba bastantes minutos á la segunda.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Iberia, 18/07/1855</div></div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="https://i.pinimg.com/originals/b9/c4/dc/b9c4dc044a8e15b5d063f7e86a0a43b0.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="603" data-original-width="800" height="483" src="https://i.pinimg.com/originals/b9/c4/dc/b9c4dc044a8e15b5d063f7e86a0a43b0.jpg" width="640" /></a><span>Fotografía de Charles Clifford. La Puerta del Sol en 1857. Todavía quedan muchas casas antiguas sin derribar</span></span></div><div><div class="separator" style="clear: both;"><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3ksRJ3KSSJ77D3vilT4HgjYdOLygCXMbgnq7TyHjQ28Ox7zQhJdTjsZ7iQj3JRPfGRBLoYitFC9N7ebH8uKGkbXSVs2_uPhVfrpSSLV941rsBtDApS7qisEGTeyIaWpU-8WzjESG5w14/s1242/PUERTADELSOL5.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1039" data-original-width="1242" height="536" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3ksRJ3KSSJ77D3vilT4HgjYdOLygCXMbgnq7TyHjQ28Ox7zQhJdTjsZ7iQj3JRPfGRBLoYitFC9N7ebH8uKGkbXSVs2_uPhVfrpSSLV941rsBtDApS7qisEGTeyIaWpU-8WzjESG5w14/w640-h536/PUERTADELSOL5.jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: x-small;">Fotografía de autor desconocido. El reloj de Tomás de Miguel ya instalado en la Casa de Correos. 1860</span></div></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero los paseantes por la Puerta del Sol siguen sin tener un reloj fiable.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Si el nuevo reloj de la Puerta del Sol continúa la marcha que en él se observa algunas veces, es seguro que á nadie dejará descontento, pues siendo enteramente distintas las horas que señalan las tres esferas, cada uno puede escoger á su gusto aquella que mas le acomode.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Iberia, 20/07/1855</div></div><div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Apunta y no da. Decimos esto porque anteayer á las doce pasábamos por la Puerta del Sol y vimos que el nuevo reloj del ministerio de la Gobernación señalaba las diez y media. No fué á nosotros solos á quienes nos chocó el desarreglo del reloj, porque un fosforero que pasaba también por allí se puso á cantar la siguiente seguidilla, sin duda de su cosecha: «Si tan exactamente—marcas el tiempo,—por Dios que mas valía—no haberte puesto.—Marchas en regla, —que á las doce señalas— las diez y media. Más tarde volvimos á pasar por el mismo sitio, y el reloj señalaba la hora que debía señalar. Nuestro conocido el fosforero, que debía ser un fácil improvisador, cantaba á la sazón: «Señalas la hora justa,—gracias al cielo,—que te encuentre arreglado—por un momento.—Al cielo plegue—que no como el gobierno—te desgobiernes.»</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La España, 22/07/1855</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Una curiosa noticia nos revela que había habitantes en buhardillas creadas sobre la Casa de Correos ¿Pensarían tender la ropa?</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>Muy reprensible es el que han cometido algunos de los habitantes de las bohardillas de la casa de Correos: apenas se ha concluido la torre del reloj, han colocado tres escarpias en el costado del Poniente, afeando así aquella fachada. Bueno sería que se mandaran quitar, y que se impusiera una multa, ó al menos se apercibiera á los culpables.</i></div><div>La Iberia, 10/08/1855</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Al año siguiente, las autoridades, conscientes de la importancia de saber la hora exacta, emiten una orden para intentar con medios modernos ajustar la hora diariamente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Con objeto de que se verifique, según está mandado, el arreglo de los relojes públicos de esta corte al tiempo medio civil, se hace saber á las personas encargadas de estos, que desde el día 1.º de diciembre próximo podrán observar la señal dada por el observatorio astronómico al paso del sol medio por el Meridiano. Cinco minutos antes de las doce servirá de señal preventiva la subida de una bola negra á la parte mas elevada del aparato de la torre telegráfica situada en el ministerio de la gobernación. En el momento del paso del sol medio por el Meridiano del observatorio, una corriente eléctrica, enviada desde aquel establecimiento, hará saltar instantáneamente el gatillo del disparador de la bola, y esta descenderá con movimiento acelerado y uniforme. Un reloj bien arreglado al tiempo medio civil, debe señalar las doce en el momento en que la bola empiece á descender.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Época, 26/11/1856</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Este reloj instalado en el ministerio de Gobernación nunca funcionó bien a pesar de sus múltiples reparaciones. Tomás de Miguel era un prestigioso industrial que presentó sus productos en exposiciones españolas y extranjeras, incluso en la Exposición Universal de París; la empresa que fundó hizo múltiples trabajos de herrería y cerrajería, y además consiguió por concurso público la construcción de muchas líneas de la naciente red española de telegrafía eléctrica; sin embargo se puede decir que no era un especialista en relojería.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Ese reloj tan fatal</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Que hay en la Puerta del Sol,</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Dijo á un turco un español,</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>¿Por qué anda siempre tan mal?</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>El turco con desparpajo</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Contestó, cual perro viejo:</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Ese reloj es el espejo</i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Del Gobierno que hay debajo.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Iberia, 12/08/1864</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los periódicos hacían elucubraciones sobre cómo sería la nueva Puerta del Sol que se iba a construir. Un nuevo reloj en un lugar prominente siempre formaba parte de ellas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>... Otros aseguran que se erigirá una columna de mármol á la altura del edificio que ocupa el ministerio de la Gobernación, y cuyo coronamiento será un reloj de cuatro faces, una de las cuales corresponderá á la calle de Carretas, otra á las de Alcalá y Carrera de San Gerónimo, otra á las de la Montera y del Carmen, y á la Mayor y á la del Arenal la última. El tiempo se encargará de decirnos lo que haya sobre el particular.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 02/03/1860</div></div></blockquote><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/04/Puerta_del_Sol_(Laurent).jpg/800px-Puerta_del_Sol_(Laurent).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="578" data-original-width="800" height="462" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/04/Puerta_del_Sol_(Laurent).jpg/800px-Puerta_del_Sol_(Laurent).jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Fotografía de Jean Laurent. La nueva Puerta del Sol recién construida, c. 1865</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No habría un reloj sobre una columna de mármol; el siguiente reloj fue el de Losada, el que todavía preside la Puerta del Sol desde la Casa de Correos. El relojero español José Rodríguez Losada tenía un prestigioso establecimiento en Regent Street, Londres. Había construido para la Armada española unos excelentes cronómetros marinos que eran imprescindibles para la navegación y en 1858 ya había regalado un reloj al ministerio de Fomento. El ministerio estaba instalado en el desamortizado convento de la Trinidad en la calle Atocha, entre las actuales calles Concepción Jerónima y Relatores. El edificio fue demolido en 1897 y supuestamente el reloj de Losada fue llevado a un depósito municipal en Coslada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Hoy por ser cumpleaños de S. M el Rey empezará á funcionar el magnifico reloj de torre que ha regalado al ministerio de Fomento el relojero español residente en Londres don José Ramón Losada, y que es, según los artistas que lo han examinado, una obra muy perfecta. El señor Losada ha sido tan generoso que ha satisfecho los gastos de conducción hasta esta corte. Su objeto es, que haya en ella una memoria de su amor á la capital de su patria. El encargado de colocarlo ha sido el relojero del mismo ministerio don Godofredo Hoefler, ventajosamente conocido por las obras de esta clase que ha ejecutado.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La España, 13/05/1858</div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://bloghistoriadelarte.files.wordpress.com/2015/09/convento-trinidad.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="671" data-original-width="536" height="640" src="https://bloghistoriadelarte.files.wordpress.com/2015/09/convento-trinidad.jpg" width="511" /></a></div></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Convento de la Trinidad en la calle Atocha según el plano de Teixeira. 1656</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Años después Losada es propuesto para una recompensa y ya se habla de otro reloj, el que se instalará finalmente en la Puerta del Sol.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Parece que se va á proponer para una recompensa que podrá consistir en una gran cruz al relojero español señor Losada, por el donativo que hace años hizo del magnifico reloj nuevamente colocado en el ministerio de Fomento, y cuyo valor no bajará de 6.000 duros. El mismo señor Losada ha prometido, según noticias, regalar otro reloj quizá mejor que este, para que se coloque en otro sitio á propósito.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 12/05/1865</div></div></blockquote><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://distritocastellananorte.com/wp-content/uploads/2019/12/foto-antigua-de-jose-rodriguez-losada-relojero-de-losada%C2%A9corazonleon.blogspot.com_-690x1024.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="539" height="640" src="https://distritocastellananorte.com/wp-content/uploads/2019/12/foto-antigua-de-jose-rodriguez-losada-relojero-de-losada%C2%A9corazonleon.blogspot.com_-690x1024.jpg" width="431" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">El relojero Losada en 1862</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El reloj, fabricado en Londres, fue enviado por vía marítima a Bilbao y de allí por ferrocarril a Madrid. Al llegar a la capital fue depositado sin desembalar en el patio de la Casa de Correos donde permanecería más de un año. Un mes después de la llegada del reloj llegaron por la misma ruta las campanas fundidas por Mears & Stainback de Londres.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Ya debe encontrarse en Madrid, según cartas recibidas de Bilbao, el magnífico reloj que regala el conocido fabricante español residente en Londres, señor Losada, y que probablemente será colocado sobre el edificio del ministerio de la Gobernación, en lugar del reloj que hay en la actualidad. Las campanas del nuevo, construidas con todas las condiciones que exige su colocación, á cuyo fin pidió los datos necesarios el señor Losada, se dejarán oír en un estenso radio, como se verán igualmente desde largas distancias las trasparentes esferas que deberán colocarse á los cuatro puntos cardinales sobre un templete de mejor gusto y mas elevado que la especie de bohardilla que ahora existe.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Contemporáneo, 15/07/1865</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pasan los meses y como da la sensación de que no saben qué hacer con el reloj regalado, un periódico aporta una idea.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Sería útil y no muy costoso que se colocara el reloj que ha regalado el Sr. Losada, y que existe empaquetado en el patio del ministerio de la Gobernación, en el centro de la Puerta del Sol, sobre una elegante aguja que pudiera hacerse de hierro, y colocando dos pequeñas fuentes en lugar de la que hoy existe allí. Así podrían utilizarse las cuatro esferas que tiene el reloj, y creemos que aprovechando los materiales la obra no subiría mucho.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Soberanía nacional, 03/03/1866</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Quince meses después de la llegada del reloj, por fin se activan las obras en la Casa de Correos para poder instalarlo. El motivo de tan súbita actividad es que se ha decidido inaugurarlo el 19 de noviembre, Santa Isabel de Hungría, día del santo de la Reina.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Es probable que á fines de esta semana estén concluidas y montadas en su lugar las columnas y armaduras que se construyen en la fábrica del Sr. Sanford para el nuevo reloj de la Puerta del Sol. La armadora se esta haciendo bajo la dirección del ingeniero D. Víctor Hugo, y consiste en ocho columnas sobrepuestas y fuertemente enlazadas entre sí. Las cuatro superiores están destinadas á llevar tres campanas. La armadura irá coronada de una elegante cúpula, y tendrá unos treinta pies de elevación.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 24/10/1866</div></div><div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Han quedado ya colocadas las campanas del nuevo reloj del ministerio de la Gobernación. Ayer se han estado fijando los martillos, y en breve se pondrán las tres esferas. La actividad con que se llevan los trabajos hace suponer que para el día 19 podrá lucir ya el magnífico regalo del Sr. Losada, relojero español en Londres.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">La Esperanza, 06/11/1866</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Por los pelos, pero se consigue instalar el reloj para la fecha prevista.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Ayer quedó colocado definitivamente en la Puerta del Sol el reloj últimamente regalado por nuestro célebre compatriota Sr. Losada. No podemos juzgar del mérito artístico de su máquina, pero basta saber la casa de donde procede para poder asegurar que estará bien construido. Por el pronto la campana tiene un sonido claro y se oye a distancias mayores que la de el anterior. Es de suponer que en adelante el pueblo madrileño podrá saber con seguridad que la hora en que vive es la marcada por el reloj fijado en el ministerio de la Gobernación.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">El Pensamiento español, 19/11/1866</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El día 19 de noviembre hubo por la mañana desfile militar por el paseo del Prado y la calle de Alcalá presidido por el rey consorte. Parece que Isabel II permaneció en palacio donde a las dos de la tarde se celebraba el <i>besamanos general de costumbre</i> con motivo de su santo. Extrañamente parece que no hubo ceremonia de inauguración del reloj en la Puerta del Sol pero los días siguientes acudieron muchas personas para conocer el nuevo reloj.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Llama estos días la atención de gran número de personas el reloj estrenado en la Puerta del Sol el día 19, que ha regalado nuestro compatriota el señor Losada, artífice español, cuyos productos han adquirido en Londres tan grande como merecida reputación.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">Diario oficial de avisos de Madrid, 22/11/1866</div></div></blockquote><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Siglo y medio después, el maestro relojero que cuida del reloj declaró:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i>Es un maravilloso aparato de precisión. Y sigue teniendo muy buena salud. Nunca se nos ha puesto malo pues, a su edad, conserva más del noventa por ciento de sus piezas originales.</i></div></div><div><div style="text-align: justify;">ABC, 31/12/2015</div></div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://fotografias.lasexta.com/clipping/cmsimages01/2016/11/19/053DDD6E-7FAD-4FBD-8C48-C0A96269C260/58.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="454" data-original-width="800" height="363" src="https://fotografias.lasexta.com/clipping/cmsimages01/2016/11/19/053DDD6E-7FAD-4FBD-8C48-C0A96269C260/58.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Maquinaria del reloj de la Puerta del Sol</span></div><p></p>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-46016731843182009042020-08-07T13:12:00.027+02:002020-10-28T15:41:51.025+01:00La cerveza en Madrid antes de Mahou<div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/93/Pieter_Claesz_-_Herring_with_bread_and_beer_-_1122_(OK).jpg/800px-Pieter_Claesz_-_Herring_with_bread_and_beer_-_1122_(OK).jpg" style="display: inline; padding: 1em 0px;"><img border="0" data-original-height="585" data-original-width="800" height="468" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/93/Pieter_Claesz_-_Herring_with_bread_and_beer_-_1122_(OK).jpg/800px-Pieter_Claesz_-_Herring_with_bread_and_beer_-_1122_(OK).jpg" width="640" /></a></div></div><div style="text-align: center;"><span style="text-align: left;"><span style="font-size: xx-small;">Pieter Claesz. Bodegón con cerveza, arenque y pan. 1636. Museo Boijmans Van Beuningen</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Cuando Carlos I se retiró al Monasterio de Yuste llevó consigo su propio maestro cervecero flamenco, Henrique van der Trehen, para que fabricase allí su bebida favorita. El médico del rey, Luis Lobera, en un tratado que escribió se refiere a las propiedades, clases, provechos y daños de esta bebida.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>La cerveza es agua cocida con trigo, cebada, avena y lúpulo [...] La que se usa es la que no lleva mucho lúpulo; ha de ser bien cocida en agua buena; clara y no turbia; purificada de heces y no acetosa. Es fresca y fría y produce gruesos humores, comparada con el vino [...] cualquiera que hubiera de beber cerveza ha de ser de la buena, y al principio de la comida o cena, y mire que tenga las condiciones susodichas, porque haga buenos efectos, y porque en España hay muy buenos vinos, y muy buenas aguas, y hay poca necesidad de cerveza, y no está en costumbre.</i></div><div style="text-align: justify;">Luis Lobera de Ávila. Vergel de sanidad que por otro nombre se llamaba Banquete de nobles caballeros. 1542</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">La cerveza que se producía estaba destinada a la casa real y a la pequeña colonia extranjera, embajadores y algunos comerciantes, que la solicitaban. A mediados del siglo XVII la elaboración y venta de cerveza en Madrid pasó a estar regulado por el procedimiento de estanco, una fórmula basada, mediante privilegio Real, en la concesión en exclusiva de la fabricación, el comercio y la distribución de un determinado producto. La Real Fábrica de Cerveza estaba situada al final de la calle Barquillo según vemos por el siguiente anuncio.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Se vende un Cavallo, de edad de quatro años y medio á cinco, su color negro, su altura de 7 palmos, poco mas, ó menos : para tratar de ajuste se acudirá á la calle de Santo Thomé, casa de Don Matías Blut, á espaldas de la Fábrica de la Cerveza. </i>Diario Noticioso Universal, 18/07/1760</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">A finales del siglo XVIII, ante la falta de competencia, la fábrica madrileña no se había ocupado en modernizar las técnicas de fabricación ni en incorporar los avances sobre fermentaciones. Sin embargo en Santander, un puerto autorizado a comerciar con las Indias, existía una pujante industria cervecera dedicada casi en su totalidad a la exportación, sobre todo a México. Su principal ventaja residía en la calidad de su cerveza, elaborada bajo la dirección de maestros cerveceros ingleses, que contrastaba con la deficiente calidad de la producida en Madrid.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Por el mérito que ha contraído D. Antonio del Campo, vecino y del comercio de Santander, en el establecimiento que hizo en aquella Ciudad de una fábrica de cerveza de la mejor calidad, con las gracias que para ello obtuvo de la piedad del Rey, y en atención al esmero y dispendios con que ha logrado perfeccionarla, como lo acredita el aprecio con que la buscan y consumen los que usan dicha bebida en estos Reynos y los de América, á donde se conducen grandes porciones de ella; se ha servido S. M. conceder á su citada fábrica el titulo de Real, y permitirle que ponga sobre las puertas de ellas y sus almacenes el escudo de las armas Reales, como lo ha propuesto la Junta general de Comercio y Moneda, dando á Campo esta señal pública de la soberana protección, á que se ha hecho acreedor por su arreglada conducta, y por el zelo con que ha dedicado sus fondos, conocimientos y diligencias al expresado útil establecimiento. </i>Mercurio de España, 12/1790</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Este negocio con las Indias era rentable pero inseguro debido a las frecuentes guerras con Inglaterra o Francia que interrumpían este comercio. Por ello a finales del XVIII los cerveceros de Santander pusieron sus ojos en Madrid y solicitaron la eliminación del estanco.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Calidad de la cervéza de Madrid. Su cervéza se vende en el estado mejor de fermentación, como lo prueba, que quando se destapa alguna botella hace un ruidoso estrépito, y una espuma que manifiesta á qualquier inteligente el grado de fermentación en que está. Toda bebida es perjudicialísima en este estado, y con todo la tragan los incautos, y los que no han probado otra que la de Madrid. Como estos están acostumbrados al ruido de la botella, y á la espuma, juzgan su bondad por estas circunstancias, sin conocer el daño que les puede resultar de ello.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Si no se bebe en el estado de fermentación, es tan insípida esta cervéza, que no hay término, ni voz con que explicarlo. No hay duda que si el Cervezéro de Madrid estuviese seguro, de que su cervéza era buena, no se opondría á que se vendiese otra, porque sería imposible que se consumiese, á causa de que no puede fabricarse cervéza buena al precio bajo que tiene la de Madrid, como lo manifiesta el precio de siete reales, que tiene la botella de primera suerte de Santander. </i>Eugenio Larruga, Memorias Políticas y Económicas. 1789</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">Finalmente, en 1791 el tribunal de Madrid estimó oportuna la cancelación del estanco de cerveza.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>He mandado que desde luego se permita la entrada en Madrid de la cerveza de otras fábricas y convengo en que se pase al Consejo de Hacienda todo el expediente para que me consulte si respecto al tiempo que se concedió y se ha disfrutado el privilegio y a las enormísimas utilidades que ha dejado a los tenedores de él, se está en el caso de que por mi Real Hacienda se reintegre el valor considerado. </i>AHN, Consejos, L. 11548, exp. 17. Esta Real Resolución se comunicó el 8 de abril de 1791.</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://cloud10.todocoleccion.online/arte-grabados/tc/2019/06/11/18/167846508.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px;"><img border="0" data-original-height="390" data-original-width="720" height="347" src="https://cloud10.todocoleccion.online/arte-grabados/tc/2019/06/11/18/167846508.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Tan solo un par de meses después de la eliminación del estanco de la cerveza, la de Santander ya estaba disponible en Madrid.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: xx-small; text-align: justify;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>En la Botillería de las Quatro Calles, en la Fonda de enfrente á San Sebastián, y en la calle de Francos numero 23 en el sótano, se halla de venta la cerveza de Santander de primera y segunda suerte, una y otra de superior calidad hecha por fabricante Inglés. </i>Diario de Madrid, 30/06/1791</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Pocos años después empiezan a instalarse fábricas de cerveza en Madrid y se anuncian los puntos de venta. En 1802 ya había cuatro fábricas.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Por Navidad se anunció al público por esté Periódico, haberse establecido en esta Corte y calle de S. Vicente alta, una nueva fábrica de cerbeza ai estilo inglés que había competente número de botellas llenas para empezar su venta; que se haría esta en la fabrica por mayor, y en el café imperial calle de la Abada por menor; que para ello había las licencias necesarias, y que se exigiría en la fábrica 4 rs. por cada botella de primera suerte por el licor solamente, y 3 por la segunda, y deseando proporcionar mas comodidad á los aficionados á esta bebida, se les hace saber haberse establecido otro parage ó casa de venta por menor en la calle de Alcalá, junto al Prado y puerta inmediata al jardín de la Duquesa dé Alba, en cuyo puesto, el del café y fábrica se venderá por ahora á dichos 3 y 4 rs., por menor, y por docenas en la fábrica se rebaxará un quartillo de real en cada botella. En dichas casas se compran botellas inglesas vacías. </i>Diario de Madrid, 22/04/1799</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Fábricas de Cerbeza existentes en esta Plaza y su distrito. Hay quatro en la Plaza, que corresponden respectivamente al Conde de Campo-Giro, á D. Joseph de Zuloaga, á D. Francisco Xavier Martínez, y á D. Pedro González, en las quales se fabrica cerbeza de excelente calidad. </i>Almanak mercantil o Guía de comerciantes. 1802</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">El dinamismo que muestra la industria cervecera local sin duda afectó a la antigua fábrica de la calle Barquillo porque, según un anuncio, parece que ya no existía en 1815.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;">[...]<i> la persona que los haya perdido acudirá á la calle Real del Barquillo, casa que fue fábrica de cerveza, n. 4. </i>Diario de Madrid 19/05/1815</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">En 1816 aparece la que será la fábrica de cerveza más importante de Madrid durante el siglo XIX; además esta fábrica de cerveza de Santa Bárbara será la de vida más larga ya que llegará hasta el siglo XX.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Los señores Gerónimo Kastler y compañía avisan al público de esta heroica villa que tienen establecido una fábrica de cerveza en la calle de Hortaleza, cerca de santa Bárbara, en la que se fabrica al estilo de Alemania y de Inglaterra, y se vende por mayor. También se admiten comisiones para enviar remesas fuera de Madrid. </i>Diario de Madrid 25/08/1816</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">La política comercial de la cerveza de Santa Bárbara fue la de distribuirla en muchos puntos de Madrid, lo que la convirtió en la más conocida y la de mayor consumo de la ciudad. Además creó sus propios puntos de venta alejados de la fábrica.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>En la calle Ancha de Majaderitos </i>[actual calle Barcelona]<i>, casa nueva se ha establecido el despacho de cerveza de Santa Bárbara, de Kastler y compañía por mayor y menor al precio corriente de la fábrica. </i>Nuevo diario de Madrid, 21/06/1822</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">Un madrileño aficionado a la cerveza nos cuenta su experiencia:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Cansado de dar vueltas del Neptuno á la Cibeles y de la Cibeles al Neptuno </i>[...]<i> en una de las cercanas botillerías; me dejé caer en una silla, agotadas las fuerzas por el cansancio y la sed; y después de hacer la acostumbrada pregunta al mozo, y de oir la prolongada retahíla de sustantivos con que me fue nombrando las diversas bebidas que había en el café á mi disposición, hube de decidirme por la feliz combinación de la limonada y cerveza (por supuesto de santa Bárbara): y al cabo de buen rato que me hizo esperar el barbudo Ganimedes, llegué por fin á humedecer mi agostada garganta con la fresca y deliciosa poción; gozando el inefable placer que dejo á la consideración de aquellos de mis lectores que gusten como yo de esta bebida en calurosa tarde del estío. </i>El Correo, 29/05/1833</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Otra fábrica de cerveza importante en la época fue la fundada por Antonio Martin Thym. Lo curioso es que ese mismo año un Antonio Martin Thym se anunciaba en Cádiz como propietario de una fábrica de fortepianos de Viena y ofrecía un surtido variado de estos instrumentos ¿Era la misma persona?</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>En la fábrica, sita en la casa que fue de Don Diego Godoy, junto á la fuente de la Cibeles, se vende desde mañana cerveza con espuma, al estilo de Alemania, de superior calidad, á 3 rs. la botella; id, sin espuma, de la misma calidad, á 2 rs. la botella, y á 12 cuartos el cuartillo; idem de ajenjos, á 2 rs. el cuartillo. También se servirán refrescos de buena calidad y á precios justos. Igualmente se hallará superior leche de vacas, á 3 rs. el cuartillo, desde las seis hasta las 11 de la mañana. </i>Diario de Madrid, 05/04/1817</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">En 1821 Thym se traslada a la calle Barquillo y crea otra fábrica y un jardín de recreo que será conocido como Jardín de la Primavera. La nueva fábrica de cerveza será conocida como San José.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Don Antonio Martin Tim dueño del antiguo establecimiento de fábrica de cerveza, café y botillería que estuvo situado en la calle de Alcalá casa que es hoy de la Inspección de Milicias, lo ha transferido á la calle Real del Barquillo núm. 1 habriendolo hoy Domingo al respetable público de Madrid. Se servirán bebidas frías, excelente cerbeza, café y licores. Habrá además un jardín basto </i>[sic]<i> y bien adornado á disposición de los concurrentes el cual se iluminará todas las noches del verano; en fin nada se omitirá para dar gusto al público. </i>Nuevo diario de Madrid, 22/04/1821</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://ep01.epimg.net/ccaa/imagenes/2019/08/19/madrid/1566212292_488527_1566224840_sumario_normal.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="360" src="https://ep01.epimg.net/ccaa/imagenes/2019/08/19/madrid/1566212292_488527_1566224840_sumario_normal.jpg" /></a></div><div style="text-align: justify;">La cerveza no solía venderse en tabernas ni en cafés, se vendía en un tipo de establecimiento que hoy llamaríamos horchatería o heladería. A falta de frío industrial, junto a la Puerta de Fuencarral existían los pozos de la nieve que ocupaban el espacio entre la actual calle Barceló y la glorieta de Bilbao. Durante el invierno, centenares de carretas traían nieve desde la sierra de Guadarrama para ser almacenada en esos pozos hasta ser utilizada en verano. Además algunos establecimientos de Madrid tenían sus propios pequeños pozos de nieve en el sótano que reponían con nieve de la calle cuando nevaba. La nieve debía tener un precio asequible porque aparte de utilizarse para los sorbetes y helados que se anunciaban continuamente, también se utilizaba para enfriar la cerveza.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Esta bebida fría era agradable en los meses de verano, pero su gusto amargo al que no estaban acostumbrados los españoles, hacía que su expansión no fuese tan rápida como les gustaría a los fabricantes. Como muchos bebedores tomaban la cerveza con refresco de limón, los fabricantes empezaron a experimentar para suavizar estas cervezas de alta fermentación y alto contenido alcohólico. Un anuncio de Santa Bárbara, además de las clases de cerveza disponibles, aporta un minúsculo dato histórico: las persianas del cuarto del embajador de Estados Unidos eran verdes.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><i>En el despacho de cerveza de Sta. Bárbara por el mismo fabricante y compañía establecido en la calle de Hortaleza, núms. 1 y 15, frente a la casa del señor embajador de los Estados Unidos, cuyo cuarto principal tiene persianas verdes, se hallan las clases de cerveza siguientes: de espuma, de marzo </i>[Märzenbier]<i>, alemana, inglesa, doble de Holanda y de damas. También se servirá limón del tiempo y agraz al momento que se proporcione; igualmente se tendrá el diario y la gaceta. </i>Diario de avisos de Madrid, 15/06/1828</span></div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">Santa Bárbara, que deseaba promover el consumo de cerveza entre las mujeres creó la "cerveza de damas" que fue un gran éxito.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Cerveza de damas. El fabricante de cerveza de Sta. Bárbara después de algunos ensayos ha conseguido perfeccionar esta cerveza de tal modo que parece vino de Champaña. No necesita mas recomendación que lo mucho que ha gustado á los que la han bebido, y lo agradable que es al beberla. Se vende á 3 rs. la botella grande y á 2 la chica en su despacho, calle de Hortaleza, esquina á la de Panaderos, casa que tiene seis rejas á la misma calle. También hay limón y naranja todo helado para los que gusten mezclarla. En dicha fábrica se compran botellas de Champaña. </i>Diario de avisos de Madrid, 09/07/1830</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Los anuncios en la prensa nos muestran que había una oferta de bebidas más amplia que lo que podíamos sospechar. Un despacho de bebidas situado en la calle de Toledo frente a la de Latoneros, dentro del grupo "cerveza, refrescos y otros", ofrecía <i>Cerveza de Santa Bárbara, Cerveza clara, Cerveza aromática, Cerveza de damas, Naranjada y limonada con gas</i>. En otro establecimiento hasta se vendía vino de arroz (!)</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Los dueños de la fabrica de licores del Andaluz iguales a los Puerto de Santa María, que se halla situada en la calle del Olivo bajo, núm. 10, cuarto segundo, han determinado para comodidad del público, establecer un puesto céntrico para su venta por mayor y menor, en el despacho nuevo de cerveza de las Covachuelas de san Felipe </i>[hoy, calle Mayor 1]<i>, frente al casino de la calle de la Duda, en el que desde este día habrá un completo surtido de botellas chicas y grandes de todas clases al precio de fábrica sin perjuicio de continuar en esta los pedidos que diariamente se la están haciendo. Igualmente se encuentra en el mismo local la acreditada limonada gaseosa; cerveza aromática, vino de arroz, ponche de cerveza de la fábrica de Lavapiés y agua doble de colonia </i>[¿cerveza, schnapps?]<i> ya anunciada anteriormente. </i>Diario de avisos de Madrid, 31/12/1839</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">La cerveza había adquirido un cierto aire de "distinción", algo distinto al vino y al aguardiente que se tomaba en las tabernas populares, por lo que frecuentemente las nuevas bebidas se llamaban "cervezas", pero no todas las novedades eran bien recibidas por la prensa.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Nuevo refresco. Con el inaudito nombre de yinyivia, se está ahora distribuyendo en los cafés de Madrid el ginger beer, ó cerveza de agengibre, y de que tanto uso hacen los ingleses como refresco. A las cualidades de tal reúne las de tónico moderado, que no irrita, y un sabor picante que no enardece ia sangre. El agenijibre, raíz de los climas ecuatoriales, es el ingrediente principal de esta agradable bebida, incapaz de producir embriaguez y que preserva de muchas dolencias. El introductor de este nuevo artículo merece la gratitud de los aficionados á la higiene, y en galardón le aconsejamos que perfeccione la elaboración y escasee algún tanto el principio sacarino. </i>La España, 09/07/1848</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Cerveza blanca de rosa. Siendo esta un nuevo descubrimiento, ha sido presentada á la junta de Sanidad de esta corte, la que habiendo hecho un detenido análisis, ha tenido á bien aprobarla en razón á que las materias de que se compone son todas alimenticias y medicinales, pudiendo beberse esta a la comida, antes y después de ella, con la que se consigue abrir la gana de comer y atemperar la sangre; siendo al mismo tiempo uno de los mejores refrescos tónicos qué pueden elegirse, juntándose á esto la cualidad de tener un sabor agradable </i>[...]<i> La fabrica se halla en la calle de la Ballesta, núm. 5, cuarto bajo. </i>Diario oficial de avisos de Madrid, 05/07/1850</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">Pero el tratamiento fiscal que debía darse a esta última bebida no estaba claro. Se elevó una consulta sobre cómo debería estar gravada y se publicó una Real Orden sobre los derechos que debía satisfacer la cerveza blanca de rosa. En resumen, se decía:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;">[...]<i> si al fabricante le acomoda expenderla bajo el nombre de cerveza blanca, debe pagar la cantidad que el gremio de la cerveza tiene concertado con hacienda. Que si no quiere sujetarse a esas condiciones, varíe entonces el nombre del producto, dándole el que con más propiedad corresponde, el de bebidas gaseosas, que no están sujetas al pago de los derechos de consumos. </i>El Faro Nacional. Revista Universal de la Administración Pública. 1851. Pág. 223</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">Desde hacía tiempo Hacienda estaba pendiente del sector cervecero porque sospechaba que no tributaba lo que le correspondía.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Según hemos oído, los fabricantes de cerveza que hasta ahora habían pagado una cantidad proporcionada a las utilidades que podía proporcionarles su industria, formando para ello un cálculo aproximado, tienen que presentar en lo sucesivo una razón exacta de las entradas y salidas del género, para que de este modo no haya la mas mínima equivocación á su favor. Al efecto, desde el día 1º del corriente y sin preceder aviso ninguno, parece se presenta en estos establecimientos por la mañana un dependiente ó comisionado que no se retira hasta muy entrada la noche, y el cual no solo presencia todas las operaciones de la fábrica, sino que por precisión ha de enterarse hasta de los asuntos domésticos. Semejante molestia es insoportable, y estamos seguros, por lo que nos han dicho, que los dueños de estas casas preferirían el que se les recargara la cuota que antes satisfacían, á tener siempre un testigo cual si hubieran cometido algún crimen. </i>El Clamor público, 05/01/1849</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">La cerveza no solamente era más cara que el vino sino que su precio se veía considerablemente aumentado por el precio del envase. Antes de que se inventase la "chapa" que hoy conocemos para sellar las botellas, se utilizaba un corcho sujeto con unos hilos y el proceso de apertura era similar al del cava actualmente. Como durante el transporte y almacenaje había un porcentaje bastante alto de rotura de botellas por estallido, el precio de la cerveza aumentaba considerablemente y la prensa muestra que había un activo comercio de botellas vacías para reutilizarlas. Pronto se vio que la importación de cerveza, con sus botellas respectivas, era una amenaza para la industria española del vidrio, por lo que se introdujo una medida proteccionista.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El Rey nuestro señor, en atención al notorio perjuicio que se está causando á nuestras fabricas de vidrio con la excesiva introducción de la cerveza en botellas, cuyo consumo únicamente se hace por las personas acomodadas, en razón á su calidad superior á la que se fabrica en España, se ha servido S. M. resolver que la expresada cerveza, que se introduzca en botellas de procedencia extrangera, pague cuarenta reales vellón cada arroba, viniendo en pabellón español, y cuarenta y cinco en extrangero ó por tierra, en lugar de los catorce y veinte y un reales que según la bandera tiene señalados por el arancel vigente. </i>Mercurio de España, 6/1829</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="547" data-original-width="720" height="486" src="https://cloud10.todocoleccion.online/arte-grabados/tc/2015/04/07/23/48745790.webp" width="640" /><span style="font-size: xx-small;">Fábrica La Deliciosa. Paseo de Santa Engracia</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Las industrias de la cerveza y los refrescos se entremezclaron. Los fabricantes de cerveza empezaron a producir refrescos y los de refrescos, cerveza. La fábrica de Lavapiés, que por volumen de ventas llegó a ser la segunda después de Santa Bárbara, fabricaba también refrescos. Su dueño en 1838 envió un largo escrito a los periódicos quejándose de un empresario de la competencia.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Para acreditar un establecimiento no es prudente ni justo desacreditar otro. En el Diario de 1º del presente mes he visto un anuncio que entre otras cosas dice:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>«Los dueños del establecimiento han trabajado mucho tiempo en la construcción de los aparatos que se requieren para hacerlo cual corresponde, y no presentar al público dichas limonadas y naranjadas adulteradas, como se ha observado ya en esta capital." Este modo de espresarse significa lo mismo que decir: «Todas las limonadas y naranjadas son malas menos las nuestras, y por consecuencia los que las fabrican hasta ahora engañaron al publico;" y para que este pueda juzgar de la lijereza del anuncio, como dueño de la fábrica de CERVEZA DE LAVAPIES , donde también se elaboran las espresadas y otras bebidas gaseadas, me tomo el pequeño trabajo de desmentir lo dicho </i>[...] Diario de avisos de Madrid, 9/12/1838</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">La fábrica de cerveza de Lavapiés ocupaba un terreno situado entre la plaza de Lavapiés y la calle Valencia. Estuvo en actividad hasta los últimos años del siglo XIX y cuando fue derribada a comienzos del XX se amplió la plaza de Lavapiés y se puso en contacto la calle Argumosa con la de Valencia. Parte de sus antiguos terrenos los ocupa actualmente el Teatro Valle-Inclán.</div><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">En el Jardín de la Primavera fundado por Thym hubo almuerzos fiambres por la mañana, por la tarde <i>toda clase de bebidas heladas, cerveza, café, licores, leche amerengada, sorbetes, crema de pistachos, espumilla de bergamota, quesitos helados, bizcochos</i> etc. y en ocasiones iluminación al anochecer y música de armonía militar. Sin embargo cerró al final de la temporada veraniega de 1827.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>En el jardín de la Primavera, calle Real del Barquillo, desde las ocho de la mañana á las dos de la tarde, y de las cuatro á las seis, se venden por menor todos los efectos y enseres de la fábrica de cerveza, de licores, del café, repostería, fonda, botillería y casa, por quererla habitar sus dueños </i>[...] Diario de avisos de Madrid, 16/09/1827</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">Otras fábricas importantes fueron las de la calle Leganitos, calle del Bastero y calle Libertad. En 1861 Gessner y Compañía abren una moderna fábrica en la calle Santa Isabel que consiguió el título de proveedores de la Real Casa.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Por personas que han visitado recientemente la fábrica de cerveza de Santa Isabel, se nos dice que esta acaba de montarse con arreglo á las mejores de Inglaterra y Alemania. La maquinaria está movida por el vapor, que tanta regularidad y baratura proporciona á toda industria. Parece que este establecimiento es el único en que se produce la llamada cerveza de Baviera. </i>La Iberia, 30/11/1862</div></blockquote><div><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En la segunda mitad del siglo XIX la venta y consumo de cerveza se había extendido ya de forma regular a los cafés.</div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Me hallaba yo en el café, dudando si echarme á perder el estómago con la cerveza de Baviera ó con la de Lavapiés, que es lo mismo. El mozo, á quien había llamado, tardaba en servirme, porque estaba mirando unas chicas muy guapas que pasaban por la calle. Y al mismo tiempo que miraba las chicas, tenia en la mano el cambio de un duro que esperaba otro caballero que estaba ya de pié para marcharse ¡Si viera V. qué cuadro tan bonito formábamos! El mozo con una mano en el bolsillo y el dinero en la otra, inclinado hacia adelante y siguiendo con los ojos el garbo de las chicas. El parroquiano mirándole con impaciencia. Y yo esperando á que acabase con las chicas, con el duro y el parroquiano para ver si se dignaba servirme. Porque nuestros mozos de café son todos personas de mucha importancia. Hay mozo, que si V. se impacienta, le suelta en seguida una fresca, y si le mira V. de reojo le pega un palo. </i>La Época, 11/07/1868</div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><div style="text-align: justify;">Sin embargo, no todos los tipos de cerveza habían arraigado en Madrid.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>La bebida generalmente acostumbrada, es la antigua cerveza, tal como la fabrican los franceses, no habiéndose introducido todavía entre nosotros el ale y el porter, el cual solo tienen personas acomodadas por el capricho de beberla, haciéndole traer de Londres y pagando por él un considerable precio, porque ninguna botella de esta clase se vende menos aquí de diez y siete á diez y ocho reales. </i>Museo de las familias. 1862, página 260.</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOvS-_lDLisqjKdbOHr0s2YQJahKnzYYdVopsAzGlsAl-xAmwxC3jlQ1Poj6bhU8uRxlO555jV1I7WqnszO7t7hcmkWnw1RhOXYKoVU2R5elTE-vOkQrxOD6LjIjiru_gyrxD-bcfZ2zSs/s650/003185_010+cervecer%25C3%25ADas+copia.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="650" height="433" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOvS-_lDLisqjKdbOHr0s2YQJahKnzYYdVopsAzGlsAl-xAmwxC3jlQ1Poj6bhU8uRxlO555jV1I7WqnszO7t7hcmkWnw1RhOXYKoVU2R5elTE-vOkQrxOD6LjIjiru_gyrxD-bcfZ2zSs/w640-h433/003185_010+cervecer%25C3%25ADas+copia.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: justify;">Las cervezas de baja fermentación comenzaron a vivir su época de mayor apogeo a partir de finales del siglo XIX con la invención de los mecanismos de refrigeración industrial, imponiéndose las lagers en los mercados internacionales. En Madrid las modernas fábricas de Mahou y El Águila consiguieron que el gusto por estas cervezas llegase a todas las capas de la población, pero como decía el tabernero de la película Irma la Dulce, ésa es otra historia.</div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-55714604662748809552020-08-03T08:32:00.004+02:002020-10-28T15:39:13.570+01:00Bañarse en el Manzanares (II)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-M1DTCIXP51A/T7yPsKiNekI/AAAAAAAABF0/EXZjDtqz7rc/s839/La+bombilla+1906+-+1914.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="550" data-original-width="839" height="420" src="http://4.bp.blogspot.com/-M1DTCIXP51A/T7yPsKiNekI/AAAAAAAABF0/EXZjDtqz7rc/w640-h420/La+bombilla+1906+-+1914.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">La Bombilla a comienzos del siglo XX</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ya en el siglo XX los baños se irán transformando en merenderos.</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Están las instalaciones —con una antigüedad que se pierde en la vida de las crónicas madrileñas—en frente de San Antonio de la Florida. Las Cuatro Estaciones, sigue al Arco Iris, luego El Sol, Venus, todo el sistema planetario. Diferencia notable entre ellos no hallaréis, por mucho que se fije vuestra atención... En la entrada, el título de los baños, una pendiente,, un lavadero y un ambigú. En el lavadero, algunas mujeres, en rudo trabajo; en el ambigú, productos exquisitos: sardinas asadas ó con tomate, mojama, pimientos fritos y trozos de bacalao... Todo se consume á la salida del baño, cuando el apetito, notablemente mejorado con el remojo, queda bien dispuesto á digerir estas y mayores porquerías. Y allí no hay platos ni cubiertos: los «dátiles» de cada socio son los únicos y precisos colaboradores, con los dientes, á engullir este pistaje exótico, esta horrible pitanza.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>«El cambio de comestibles ocasionaría, seguramente, la quiebra de mi establecimiento —dice el industrial— Estas gentes no quieren gollerías; nada de pasteles, ni dulces, ni cosa por el estilo; comida que «se pegue al riñón»: asadura con tomate ó mojama al natural.»</i></div><div style="text-align: justify;"><i>El Globo, 03/08/1903</i></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Desde hacía años se venían estudiando varios proyectos y presupuestos para el encauzamiento o canalización del Manzanares. En 1892 hasta hubo una propuesta para crear un canal navegable en un tramo del Manzanares. Juan Bautista Díaz presentó en el registro del ayuntamiento una memoria descriptiva para tomar parte en los festejos del Cuarto Centenario de Colón. Era un proyecto <i>para salubridad y embellecimiento de Madrid y navegación á vapor, creando además beneficios generales y rendimientos á perpetuidad. </i>Proponía dragar una parte del río para hacer un canal navegable apto para tres barcos a vapor, ya de hélice, ya de ruedas. Decía que tenía cerradas negociaciones para que le construyesen un vapor de doble hélice para ser armado a orillas del río y otros dos vapores de menor eslora. El incomprendido Juan Bautista ya se imaginaba cómo sería el día de la celebración del Centenario:</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El buque, cuya construcción tenemos contratada y que ha de ser armado, bendecido y votado </i>[sic]<i> en las aguas del Manzanares, término jurisdiccional de Madrid, izará en su palo mayor el pabellón Español y en el de mesana el de Castilla; será comandado por el que subscribe y hará de Almirante, mandando las evoluciones que ha de ejecutar toda la flota [...] Registro general del Excmo. Ayuntamiento, al núm. 25, fº 1.581, 19 de Enero de 1892.</i></div><div style="text-align: justify;">Memoria descriptiva para tomar parte en los festejos del Cuarto Centenario de Colón verificando la limpia de una trayectoria parcial del río Manzanares para ... Establecimiento tipográfico de El Liberal. 1892</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Aprobado por fin un proyecto que sería costeado por el gobierno, las obras de saneamiento y canalización del Manzanares comienzan en julio de 1914 para construir dos grandes colectores, paralelos a las márgenes del rio, y canalizar el río desde el Puente de los Franceses hasta el de la Princesa. Estas obras transformarán por completo la ribera; los merenderos se irán trasladando a una cota más alta y la zona, ya con el nombre de La Bombilla, se convertirá en un área "castiza" con merenderos, bailes con música de organillo y vida nocturna con ambiente popular. La línea de tranvías número 8 que pasaba por el Paseo de la Florida popularizó el dicho madrileño de "ser más chulo que un ocho". En 1919 ya no se instalaron los baños.</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Las construcciones fluviales—de algún modo las hemos de llamar —, á cuyo amparo se chapuzaba la gente pudorosa; los famosos baños madrileños [...] nos han castigado esto verano con su ausencia; y desde el Puente de los Franceses basta la Pradera de San Isidro, el viejo Manzanares no ha visto más bañistas, durante los últimos tres meses, que los quince ó veinte chicuelos desvergonzados que, en cueros vivos, le han visitado con bastante asiduidad mañana y tarde.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Antiguamente —hablo de hace veinte ó veinticinco años— se hallaban en todo su esplendor, desde fines de Junio á principios de Octubre, los baños del rio seco [...] los establecimientos hidroterápicos y de simple recreo alzados sobre la tan famosa como mezquina corriente, ascendían á respetable número, y sus propietarios, que solían explotar también algún merendero de la risueña vega, hartábanse de ganar dinero. Yo recuerdo perfectamente, de entre aquellos balnearios populares, el conocido con el nombre de El Arco Iris, punto de reunión de chiquillos y mozalbetes arriscados, porque en él había varios pellejos de vino llenos de aire para recreo y lucimiento de los aficionados al difícil arte de la natación [...] yo recuerdo del mismo modo, y nadie en Madrid puedo haberlos olvidado, ya que han desaparecido muy recientemente, los baños titulados, supongo que sin pagar lanzas ni medias aguatas, La Estrella, El Sol, Oriente y Los Jerónimos.</i></div><div style="text-align: justify;">Mundo Gráfico, 24/09/1919</div></blockquote><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.secretosdemadrid.es/wp-content/uploads/2015/06/tranvia-abarrotadol.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="418" data-original-width="541" height="494" src="https://www.secretosdemadrid.es/wp-content/uploads/2015/06/tranvia-abarrotadol.jpg" width="640" /></a></div></div><div style="text-align: center;"><font size="1">El tranvía de La Bombilla a su paso por la Glorieta de San Vicente</font></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En los años 30, con las nuevas teorías higienistas y la popularización de la natación, se crean establecimientos de otro tipo. El club Canoe promovió el moderno complejo de La Isla que fue construido junto al Puente del Rey sobre una isleta natural existente desde hacía siglos. Se tomó como referencia arquitectónica el Club Náutico de San Sebastián para simular un bello buque varado y el acceso se hacía a través de dos pasarelas peatonales, situadas en ambas orillas.</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Ayer tarde se celebró la inauguración oficial de las piscinas de La Isla, en las que los socios del Canoe tienen de manera oficial su sede náutica. Es algo que coloca a Madrid a la cabeza del mundo en estas construcciones, y que nuestra capital estaba obligada a disponer como una de sus galas urbanas. La parte alta del edificio semeja el puente de un trasatlántico, de líneas sencillas y elegantes [...] Fue tal la aglomeración de público en las distintas y amplísimas dependencias, que el festival organizado, a base de socios del Canoe, se llevó con una evidente confusión [...] La edificación está enclavada en </i><i>una isleta que hay en el río Manzanares, frente a la entrada principal de la Casa de Campo. Las amplias piscinas son tres: una popular; otra cerrada, para invierno, y otra abierta, de preferencia. El agua se toma directamente del rio, por ambos lados del terreno, por medio de dos arquetas provistas de una compuerta que regula la entrada.</i></div><div style="text-align: justify;">La Voz, 30/06/1932</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La Isla no era únicamente un club de natación donde incluso se celebraban campeonatos, también se anunciaba como un centro de ocio.</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>PISCINAS DE LA ISLA. Todos los días grandes atracciones. Vea los maravillosos VOLADORES SOBRE EL AGUA. Restaurante, almuerzos, tés y comidas americanas.</i></div><div style="text-align: justify;">Luz, 21/09/1932</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://s03.s3c.es/imag/_v0/770x420/9/d/2/ISLA5-770.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="420" data-original-width="770" height="349" src="https://s03.s3c.es/imag/_v0/770x420/9/d/2/ISLA5-770.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><font size="1">Piscina La Isla. A su derecha la Casa de Campo. 1932</font></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.madrid.es/UnidadesDescentralizadas/ProyectosSingularesUrbanismo/MadridR%C3%ADo/J_Multimedia/Fotos/AntesyDespues/003_Remodelaci%C3%B3n%20del%20Puente%20del%20Rey.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="618" data-original-width="800" height="494" src="https://www.madrid.es/UnidadesDescentralizadas/ProyectosSingularesUrbanismo/MadridR%C3%ADo/J_Multimedia/Fotos/AntesyDespues/003_Remodelaci%C3%B3n%20del%20Puente%20del%20Rey.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">A la izquierda, junto al Puente del Rey, estuvo la piscina La Isla</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">También en 1932, y con un enfoque más familiar, se inauguró la Playa de Madrid anunciándose como la mayor playa artificial de Europa. <i>Con motivo de la fiesta inaugural habrá grandes festejos náuticos; entre ellos la presentación de las seis nadadoras del Molitor de París, y al frente de ellas Mlle. F. Moreau, destacadísima figura de la natación</i>. </div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>En Fuentelarreyna, el lugar, sin duda, más agradable de la ribera del Manzanares, se celebró ayer la inauguración oficial de la playa de Madrid. Una playa artificial, montada con todos los adelantos modernos, en forma que las aguas permanezcan limpias constantemente por su constante renovación y con profundidades variables y progresivas, en las diversas secciones en que está dividida. Entre ellas hay una destinada a las mujeres y a los niños, con absoluta seguridad para el bañista, otra para la práctica de natación, y una, de gran profundidad, destinada a los saltos con trampolín. Tiene, además, la playa de Madrid cabinas, terrazas, pérgolas, toldos, solariums, duchas, etcétera, y posibilidad de cultivar intensa y extensamente los deportes.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Un servicio de autobuses recogerá desde hoy, fecha de la inauguración para el público, a cuantos quieran concurrir a la playa para bañarse o para asistir a las fiestas nocturnas y diurnas que formarán el programa de atracciones.</i></div><div style="text-align: justify;">Ahora, 13/08/1932</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero su entrada en servicio fue polémica por las deficiencias con las que se encontraron los asistentes. Lo peor es que hubo seis ahogados cuando todavía no habían transcurrido tres semanas desde su inauguración.</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>La inauguración fué anunciada para el 18 de mayo; luego fué aplazada y aplazada otra vez. hasta que por fin se abrió en agosto, pero sin deber abrirse, porque no hay derecho a anunciar tantas cosas, a implantar precios caros, para que luego. una vez que se ha soltado el dinero, encontrarse todo a medio hacer y sin organizar. Prueba de ello es que los trajes de baño se los ha llevado quien ha querido, que las nadadoras francesas no han acudido a tiempo, que la playa se ha estado anunciando todo el verano, como si funcionara, y no estaba aún inaugurada, y por fin lo más lamentable, ese número tan crecido de ahogados, que demuestra que el fondo es desigual, que han dejado los baches de las excavaciones, que no se han molestado en quitar las ramas por precipitación en querer explotar la playa, y, sobre todo, que el embalse no tiene más vigilancia que la necesaria para que los mozalbetes no salten les vallas y penetren sin pagar, pues de haber habido vigilancia no es posible que ocurrieran desgracias.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Se anunció también un magnífico servicio de autobuses desde distintos puntos de Madrid, y sín llegar a funcionar ni uno solo, por un motivo absurdo, tan brillante servicio se ha suspendido sin más explicación.</i></div><div style="text-align: justify;">La Tierra, 31/08/1932</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Al comenzar la temporada siguiente la empresa anuncia que en las instalaciones <i>se han introducido importantes mejoras, como la de alargar las dimensiones de la playa y suavizar el desnivel para evitar toda clase de riesgos </i>y en 1934 se anuncia ya como un sitio que podríamos llamar elegante.</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>PLAYA DE MADRID.— Dos restaurantes, té-baile, cenas americanas, deliciosa temperatura, embarcaciones y deportes, skating, patines. Autobuses: Avenida Dato, 22</i></div><div style="text-align: justify;">ABC, 13/07/1934</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.secretosdemadrid.es/wp-content/uploads/2016/06/La-playa-de-Madrid-a%C3%B1os-501-1024x516.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="403" data-original-width="800" height="323" src="https://www.secretosdemadrid.es/wp-content/uploads/2016/06/La-playa-de-Madrid-a%C3%B1os-501-1024x516.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><font size="1">Playa de Madrid. 1934</font></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero los que querían bañarse sin tener que pagar entrada podían bañarse y divertirse aguas arriba del Puente de los Franceses; llevaban su traje de baño y su toalla y no necesitaban casas de baño. Además de bañarse hacían paellas o bailaban, incluso en una ocasión organizaron un concurso de los que entonces estaban de moda: un concurso de misses.</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>"—Hombre, ¿y por qué no vamos a elegir nosotros una "miss"?"</i></div><div style="text-align: justify;"><i>"—¿Cuál?" "Pues... "Miss Manzanares" "—¡Hecho!" -Pues el domingo próximo vamos a traer unas bandas de honor y, celebraremos la elección..." Dicho y hecho.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Y ayer, domingo, por la tarde, comenzaron los preparativos para la elección de "Miss Río Manzanares". Mas cuando iba a constituirse el Jurado, y pensaba darse al acto la gravedad de unas oposiciones a la judicatura, el público reunido descubrió una muchacha que salía del agua: María Luisa Gracia.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Esa! ¡Esa! </i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Bueno, esperar, vamos a hacer la elección...</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Qué elección ni qué ocho cuartos! ¡Esa, la del "maillot" amarillo! ¡No hay otra! ¡Viva "Miss Río Manzanares"! ¡¡Viva!!</i></div><div style="text-align: justify;"><i>El Jurado quería celebrar la revisión. Insistía. Fué inútil. El público prorrumpió en aplausos, tomó en hombros a la nueva "miss" y la paseó en triunfo...</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Pero...—aún pretendió insinuar una excusa un miembro del Jurado.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Como protesten ustedes, van al rio!...</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Y tomando la banda que había de seleccionar a la "miss" la pusieron sobre el "maillot" amarillo de María Luisa Gracia, que, por elección popular, popularísima, quedó proclamada ayer "Reina del Manzanares".</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Confesemos, la verdad, que el "referéndum" dio muy buen resultado. Y digamos de paso que en esa elección no hubo ni compra de votos, ni pucherazos, ni falsificación de actas ni ninguna dé esas cosas feas que ocurren cuando se "hacen" concejales... </i></div><div style="text-align: justify;">La Voz, 15/07/1935</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5sUBEBGL_oLc3E7VCbjdUlZ8y5ykWQc-H6PNWCn4ttv_ShgtSN56QpVtk79fr40m4ucl2VE_Ww7lRjO258CYUbyxZSI4vjIi9cXH_gbrx_HdTIRaZOf4uVf9DBQbH516zBxs_gUThURfW/s400/1935+baños.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="254" data-original-width="400" height="406" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5sUBEBGL_oLc3E7VCbjdUlZ8y5ykWQc-H6PNWCn4ttv_ShgtSN56QpVtk79fr40m4ucl2VE_Ww7lRjO258CYUbyxZSI4vjIi9cXH_gbrx_HdTIRaZOf4uVf9DBQbH516zBxs_gUThURfW/w640-h406/1935+baños.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><font size="1">Bailando a orillas del Manzanares. 1935</font></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La piscina de La Isla sufrió algunos daños durante la guerra al ser bombardeada por la aviación franquista. Reconstruida después, aún funcionó varios años hasta que en 1954 la piscina, y la misma isla, desaparecieron por las nuevas obras de canalización del Manzanares. La Playa de Madrid también sufrió daños. En junio de 1948 se anuncia la inauguración de la temporada en la Playa de Madrid, <i>reconstruida y reformada. Mario Rossi y su orquesta, Julio Merino y su conjunto</i>. Después, en 1955, se construyó la gigantesca piscina del Parque Sindical en un sitio muy cercano. El auge de estas nuevas instalaciones y la contaminación del río hicieron que el embalse y zona de baños de la Playa de Madrid acabasen por ser abandonados.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En 1940 se designó como zona autorizada para baños "desde el puente del Generalísimo hasta Puerta de Hierro". El estrecho puente del Generalísimo construido durante el asedio a Madrid por necesidades de abastecimiento militar, estaba cerca del Puente de los Franceses, aguas arriba. Destruido ya ese puente del Generalísimo, en 1947 las Ordenanzas municipales designan como zona autorizada para el baño desde el Puente de los Franceses hasta Puerta de Hierro. También velan por <i>la debida moralidad en las ligeras ropas de baño.</i> <i>Varias decenas de personas que incumplen las ordenanzas han sido llevadas sucesivamente, conforme a sus detenciones, a la Dirección General de Seguridad, donde se les ha impuesto una multa expiatoria de sus desmanes. </i>A partir de este momento las restricciones irán aumentando hasta llegar a la prohibición.</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>La Alcaldía, en una nota que ha hecho pública, pone en conocimiento del vecindario que, por recomendación de las autoridades sanitarias, y como consecuencia de la escasez de agua que en esta época lleva el Manzanares, se prohíbe bañarse en su cauce. Añade la nota citada que la desobediencia de esta orden será severamente sancionada.</i></div><div style="text-align: justify;">ABC, 09/07/1950</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A pesar de las restricciones, hasta los años 60 siguieron siendo populares los baños en el Manzanares desde el Puente de los Franceses, pasando por Somontes, hasta El Pardo. En 1965 la Alcaldía recuerda la prohibición rigurosa de bañarse <i>en el sector del río Manzanares comprendido desde El Pardo hasta su desembocadura en el río Jarama, u</i>n sector que excedía el término municipal de Madrid.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://i.pinimg.com/originals/a8/e7/1e/a8e71ee50ae9ee432f2e02228f50fff2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="556" data-original-width="800" height="445" src="https://i.pinimg.com/originals/a8/e7/1e/a8e71ee50ae9ee432f2e02228f50fff2.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><div><font size="1">Baño en unas peligrosas pozas de la zona de Somontes abiertas después de unas excavaciones. 1962</font></div><div><br /></div></div><div style="text-align: justify;">Sin embargo en 1966 se anuncia un proyecto de gran envergadura:</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Gran transformación del Manzanares. Una playa artificial de 4 kms, la más grande de Europa; podrá practicarse la natación y toda clase de deportes náuticos, incluido el de la pesca y numerosas embarcaciones de todo tipo surcarán sus aguas limpias y transparentes. En El Pardo se construirá un embalse regulador.</i></div><div style="text-align: justify;">Hoja del Lunes, 31/10/1966</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La playa se construiría en el tramo entre el Puente de los Franceses y el de San Fernando. <i>Se trata de una extensión bordeada por abundantes frondas y arbolados. </i>Habría otra zona delimitada para barcas, piraguas y motoras. Existía un embarcadero al otro lado del Puente de Segovia y se iba a construir otro a la altura de la ermita de la Virgen del Puerto dedicado a la navegación deportiva. <i>Habrá también alegres y multicolores embarcaciones destinadas al recreo y diversión de los niños, barcos con sirenas y banderas que pasearán a la grey infantil que reclame sus servicios. </i>Finalmente el río se repoblaría con multitud de peces de diversas especies para los aficionados a la pesca.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Fue el último proyecto que permitía bañarse en el Manzanares y que como hemos visto quedó en un cajón. Más que las prohibiciones, fueron las piscinas y la progresiva contaminación de las aguas las que acabaron con los baños en el Manzanares.</div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-50479650066668113722020-08-01T06:55:00.009+02:002020-10-28T15:36:43.707+01:00Bañarse en el Manzanares (I)<div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/fc/Ba%C3%B1os_en_el_Manzanares_en_el_paraje_de_Molino_Quemado._Museo_de_Historia_de_Madrid_(detalle).JPG/800px-Ba%C3%B1os_en_el_Manzanares_en_el_paraje_de_Molino_Quemado._Museo_de_Historia_de_Madrid_(detalle).JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="533" data-original-width="800" height="426" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/fc/Ba%C3%B1os_en_el_Manzanares_en_el_paraje_de_Molino_Quemado._Museo_de_Historia_de_Madrid_(detalle).JPG/800px-Ba%C3%B1os_en_el_Manzanares_en_el_paraje_de_Molino_Quemado._Museo_de_Historia_de_Madrid_(detalle).JPG" width="640" /></a></div></div></div><div style="text-align: center;"> <font size="1">Baños en el Manzanares en el paraje de Molino Quemado. Museo de Historia de Madrid (detalle)</font></div><div><br /></div><div style="text-align: justify;">Los madrileños siempre tuvieron mucha afición por bañarse en el Manzanares, un humilde río objeto de innumerables burlas durante siglos. Todos los grandes escritores del Siglo de Oro dejaron algún escrito mofándose de él.</div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>Manzanares, Manzanares,</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>arroyo aprendiz de río,</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>[...]</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>tú que gozas, tú que ves,</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>en verano y en estío,</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>las viejas en cueros muertos,</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>las mozas en cueros vivos</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>Descubre Manzanares secretos de los que en él se bañan. Francisco de Quevedo. 1648</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>Luis Vélez de Guevara además hace referencia a la costumbre en aquella época de bañarse entre la puesta de sol y las once de la noche.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><div><div><i>Se llama río, porque se ríe de los que van a bañarse en él, no teniendo agua; que solamente tiene regada la arena, y pasa el verano de noche...</i></div></div></div></div><div style="text-align: justify;"><div><div><div>El diablo Cojuelo. Luis Vélez de Guevara. 1641</div></div></div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>Hombres y mujeres se bañaban juntos y normalmente desnudos. En 1626 visitó Madrid el cardenal Francesco Barberini enviado por el papa Urbano VIII y quedó escandalizado por los baños en la víspera del día de San Juan.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>gran parte de la ciudad y sobre todo las mujeres, va a aquel río Manzanares, al puente Segoviano, y allí gentes del populacho, tanto hombres como mujeres, se lavan entremezclados con poco recato para el servicio del alma [...] Acostumbran la mayoría de las mujeres a acudir aquí esta noche y al amanecer, desgreñadas, adornando las carrozas y los caballos con vegetación y flores, que en definitiva parece una arcadia, el Siglo de Oro respecto de la libertad y de la poca vergüenza. Entre estas se ve también a gentiles damas que con el pretexto de creer que el fresco de aquella noche hará bellas sus cabelleras y se las mantendrá, descienden de sus carrozas y con el acompañamiento adecuado, despeinadas, caminan paseando y pavoneándose.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>El Diario del Viaje a España del Cardenal Francesco Barberini escrito por Cassiano dal Pozzo. 1626</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.iagua.es/sites/default/files/images/manzanares-ba%C3%B1os.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="489" data-original-width="750" height="417" src="https://www.iagua.es/sites/default/files/images/manzanares-ba%C3%B1os.png" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Vista del Manzanares en la fiesta de San Juan. Anónimo del siglo XVII de la Escuela Madrileña.</span></div><div><br /></div><div>Ya en el siglo XVIII, varios anuncios por pérdidas o hurtos citan los baños frente a San Antonio de la Florida.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>El día 30 del próximo mes passado á las 11 del día, se desapareció de ios Baños que están frente de San Antonio de la Florida, una Borrica rucia, con las puntas de las orejas abiertas, lleva una albarda sobre badana musca, pretal, y estrivos de hierro, al parecer de Correo, y con dos tumores en el vientre azia donde cae la espuela : para la restitución se acudirá á la Lonja que llaman del Duque de Alba, en donde darán el hallazgo.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>Diario noticioso, curioso, erudito y comercial público y económico, 08/08/1761</div></div><div style="text-align: justify;"><div><i></i></div></div></blockquote><div> </div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>En la noche del día 10 al 11 del corriente, en los baños de la Florida, han faltado una chupa, calzones, camisa y botines del uniforme del Regimiento de Reales Guardias Walonas; se suplica al que lo haya hallado se sirva entregarlo en el Quartel de dicho Regimiento al Sargento de la Guardia.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>Diario de Madrid, 14/08/1792</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>En 1786 la publicación satírica El Apologista Universal contesta a una censura sobre los baños en el Manzanares y los paseos en el Prado. Lo curioso de esta noticia es la retahíla de personajes que recita.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>Presentad, pues, al supremo Tribunal del Juzgado casero un pedimento en que digáis que en virtud del Anatema de su Censura o Costalito de abejas han determinado no ir a los Baños de Manzanares, ni presentarse en el paseo nocturno del Prado, a lo menos en los nueve meses próximos, las Semi-Damas, las Viejas verdes o mozas locas de baja esfera, las fogosas Señoritas, las gorronas, las mozuelas, las cernícalas, las porconzuelas, los babosos, los animalitos, los monstruos de picaresca fortuna que se ponen de rifa, las aves de rapiña, las mujercillas de obscuras costumbres, y las comerciantas sin fondo etc.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>El Apologista Universal, número III, 1786.</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>Probablemente las costumbres que censura el autodenominado "tribunal del juzgado casero" provienen de posibles inmoralidades tanto en los baños como en el camino hacia ellos.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>LAVANDERAS. Las que concurren al rio de Manzanares, sus ayudantes y criados se abstengan de proferir juramentos, palabras obscenas é indecentes, y de injuriar de obra ó palabra á las personas que pasan por las márgenes del rio ó por los lavaderos, ni salgan de estos ni sus bancas á gritar y causar rumores ni quimeras, pena á los contraventores de que se les destinará por quince días á las obras públicas, y si fueren mugeres por igual tiempo á la reclusión de San Fernando.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>Bando de 29 de Abril de 1790 en Continuación y Suplemento del Prontuario de Don Severo Aguirre. Madrid. 1805</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>En el siglo XVIII, el de la Ilustración, las ciencias adelantan que es una barbaridad, una brutalidad, una bestialidad ...</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>INVENCIONES Y ADELANTAMIENTOS EN LAS CIENCIAS Y ARTES</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Mr. Estevenard, Maestro de Matemáticas en León </i>[Lyon]<i>, ha inventado una especie de Scaphandro cuyo uso es principalmente en los baños, aunque en un caso desesperado también dice que puede servir en el mar. Con él, el que toma los baños puede estar de pie en el rio, y entrar tan adentro como quisiere, se entiende sin riesgo de ahogarse, pasearse y andar muchas leguas rio abajo, tocar un instrumento, disparar una escopeta, &c. todas cosas indispensables en un baño, como ve el Lector. Para los de Madrid esta invención es absolutamente útil, porque tan seguros están de no ahogarse sin ella, como con ella; aún si sirviera para defenderse de las ballenas, ú de las cotillas...</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>Correo literario de la Europa, 23/11/1786</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjc0X23-QvhpZgPtxnz7Ist2Ar5d03pb1sZegSvZw4Bnw6-8rcwGKIWmKt8GzAA3WHZu8hLii3VQUtnmOGvI4DJtJRJ6Kp33CBPH-mVZTTdpWI5RaTigiIO68Tux-8NlSm2J03u6I5_-Bg/s640/Puente+de+Segovia+en+1753++por+Antonio+Joli.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="390" data-original-width="640" height="390" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjc0X23-QvhpZgPtxnz7Ist2Ar5d03pb1sZegSvZw4Bnw6-8rcwGKIWmKt8GzAA3WHZu8hLii3VQUtnmOGvI4DJtJRJ6Kp33CBPH-mVZTTdpWI5RaTigiIO68Tux-8NlSm2J03u6I5_-Bg/w640-h390/Puente+de+Segovia+en+1753++por+Antonio+Joli.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Antonio Joli. Puente de Segovia. 1753. Colección particular</span></div><div style="text-align: center;"><div><br /></div></div><div>En 1797 se anuncia la apertura de nuevos baños.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>En el Arroyo de Canta-Ranas, del Soto de Migas Calientes frente á la huerta de la Sra. Duquesa de Alba, se han abierto diferentes baños de aguas muy limpias y claras, para las personas que quieran servirse de ellos.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Diario de Madrid, 15/07/1797</i></div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>El arroyo de Cantarranas, ahora soterrado, desembocaba en la ribera izquierda del Manzanares en algún punto al norte del actual hipódromo. El Soto de Migas Calientes, grosso modo, era una zona que abarcaba desde San Antonio de la Florida hasta Puerta de Hierro y estaba atravesada por el camino a El Pardo.</div><div><br /></div><div>A comienzos del siglo XIX van apareciendo en la prensa otros baños, los de <i>antes de Carballo, y al presente de su viuda, </i>los de<i> puerta de yerro </i>y este de Jacinta Conde. Me pregunto si apareció lo que perdieron los señores Luengas.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>En la tarde del 19 del corriente se extravió una cruz de oro guarnecida de diamantes, con su cadenita también de oro para el cuello de señora, en los baños de Jacinta Conde, frente á San Antonio de la Florida : la persona que la haya encontrado la entregará en casa de los Señores Luengas, hermanos, portal del Peso Real, donde darán más señas y el hallazgo.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>Diario de Madrid, 30/08/1802</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>En estos años parece que los baños de Carballo son los más acreditados y los que más se anuncian.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>En los acreditados baños de Carballo [...] que son los primeros del rio Manzanares, frente al palacio de la Moncloa, se halla construido un baño grande en que se puede nadar, pues tiene 19 pies en quadro, y de agua por lo mas profundo la altura de un hombre regular, con una corriente y cascada de agua hermosa.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>Diario de Madrid, 29/07/1815</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>Los anuncios de estos baños <i>frente al Palacio de la Moncloa</i> se repiten varios años hasta que en 1830 se anuncia <i>que se ponen en el vado llamado de los Harineros</i> y en 1833 en el <i>sitio de la huerta de la venta del Cerero, mas arriba del vado de Harineros. </i>Estos cambios de ubicación podrían deberse a la cambiante disposición de las pozas y lenguas de arena que formaba el Manzanares durante el invierno. También podría ser por la pugna con otros competidores por ser "de primeras aguas", es decir estar aguas arriba respecto a otros para no recibir las aguas ensuciadas por los baños de la competencia.</div><div><br /></div><div>Casimir Monier era un inquieto empresario francés que tenía varios negocios en la calle Montera y en la de Caballero de Gracia, una librería y gabinete de lectura, baños al vapor y casa de baños templados, incluso ofrecía baños portátiles a domicilio. En 1835 publicó un prospecto buscando inversores para un nuevo negocio:</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>Habiendo pues determinado formar un nuevo establecimiento que en nada se pareciese a los conocidos hasta ahora en Madrid, hizo algunos diseños, levantó planos y los presentó al Ayuntamiento de esta capital, el que no solamente los aprobó sino que para llevar á cabo su egecución tuvo a bien concederle en propiedad el terreno que solicitaba en el Soto de Migascalientes. Esta concesión ha merecido la augusta aprobación de S. M. la Reina Gobernadora, que se ha dignado poner el establecimiento bajo su protección, y permitir al mismo tiempo que lleve el nombre de PORTICI nombre muy grato á S. M. por recordarle el sitio más ameno de Nápoles [...] Sin contar con los medios de recreo, egercicio é instrucción que ofrecerá el PORTICI á los concurrentes, hallarán también en él baños naturales, templados y minerales de las aguas conocidas hasta la fecha de chorro y lluvia; de modo que las personas que tenían que ir a tomar aguas minerales á largas distancias de la corte, hallarán en el PORTICI la salud que con mil incomodidades iban á buscar lejos de su casa y ahorrarán los crecidos gastos del viage.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Habrá en el Portici una escuela de natación con sus correspondientes maestros y efectos necesarios para la decencia y comodidad de los concurrentes, formada según el plan de la que existe en París, cuyos principios y reglamento interior servirán de norma para la que se quiere establecer.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Habrá igualmente unos barquitos de nueva invención á fin de pasearse en el Manzanares parte del año; un establo con vacas y burras de leche, fonda, café, y villar. Los aficionados a la lectura tendrán á su disposición una biblioteca de libros escogidos nacionales y estrangeros; y tan luego como haya cierto número de accionistas se establecerá para mayor comodidad en coche diligencia, á precios muy equitativos esclusivamenle destinado al servicio de los señores fomentadores de esta empresa española.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>Revista Española, 06/04/1835</div></div><div style="text-align: justify;"><div><i><br /></i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>PORTICI EN EL SOTO DE MIGAS CALIENTES</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Todos los días siguen saliendo las diligencias del gabinete de lectura Monier, Calle de la Montera, a las 7, 8 y 10 de la mañana [...] y volver a las 7, 8 y 9 de la noche, parando en la Puerta del Sol. En la fonda del Portici, al cargo de los dueños de la del Comercio, Calle de Alcalá, se hallarán almuerzos y comidas á todas horas. Hoy Jueves á las 5 de la tarde habrá una orquesta para bailar si el tiempo lo permite. El asiento de la diligencia es á 4 reales y la entrada al establecimiento á 2.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>Eco del Comercio, 28/05/1835</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYZijQuBcIAaMa1_sc4fuA2b8f4ogMtBBpYou4Cz2YN9a2ae5lJTUDpC1YfwaO21WaVjqQ4B_1c7FAJJYZ-MWzGNDse7w_dLoyPNXfTDydMzletPPfBX-UNhTin5x7yQh-5uAFBN9jwX0/s868/Portici+1833.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="593" data-original-width="868" height="437" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYZijQuBcIAaMa1_sc4fuA2b8f4ogMtBBpYou4Cz2YN9a2ae5lJTUDpC1YfwaO21WaVjqQ4B_1c7FAJJYZ-MWzGNDse7w_dLoyPNXfTDydMzletPPfBX-UNhTin5x7yQh-5uAFBN9jwX0/w640-h437/Portici+1833.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Proyecto de Portici en el Soto de Migas Calientes</span></div><div><br /></div><div>En posteriores anuncios se ofrecerá además una variada función, intermediada de juegos de física, baile y fuegos artificiales. Al año siguiente se ofrecerán nuevas atracciones ¿Se han olvidado de los baños?</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>Hoy domingo, si el tiempo lo permite, habrá función en dicho establecimiento, la que dará principio á las cinco y media de la tarde con una sinfonía que tocará la orquesta. En seguida se probará la destreza del Beticano en el Pedrero en un pecheo por un espacio regular; concluida esta lucha, y en tanto se presenta la segunda, tocará un himno la orquesta en loor del que haya manifestado más maestría.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Luchará el Lusitano á muerte con Sancho con puñalitos de acero para que de este modo los aficionados que gusten puedan hacer apuestas en favor del que mas les agrado, advirtiendo que con este objeto se ha formado un reglamento para poder decidir y evitar contestaciones.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Finalizada esta segunda lucha celebrará una tocata a la victoria que haya obtenido el mas bravo. En seguida pasará la orquesta al salón campestre, donde se dará principio al baile hasta el anochecer, que se continuará en el de la casa.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Diario de Madrid, 12/06/1836</i></div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>Por un anuncio posterior nos enteramos de que esas misteriosas luchas son peleas de gallos, y al final de otro anuncio aparece esta <i>Nota. Los baños llamados de Carballo se hallan este verano en el Portici</i>. El gran proyecto del Portici era demasiado ambicioso y fracasó. En marzo de 1837 se anuncia que <i>se alquila la fonda del Pórtici con todos sus muebles y enseres. Al que le acomode puede dirigirse al gabinete librería de Monier, calle de la Montera. </i>Al menos alguien se hace cargo de la fonda porque se anuncia que vuelve a abrir provista <i>de fiambres de varias clases, vino, licores, cerveza y demás, y se admiten encargos de comidas avisando un día de anticipación; </i>también los baños de Carballo vuelven a establecerse en Portici. En los años siguientes Carballo aparecerá ya como el director de los baños de Portici.</div><div><br /></div><div>En agosto de 1839 Monier <i>se ve obligado á avisar, con el fin de evitar las equivocaciones, que hace más de un año no le pertenece la librería estrangera de la calle de la Montera, ni los baños de la calle del Caballero de Gracia, ni el Portici.</i> Después parece que hubo una serie de pleitos por incumplimiento de las condiciones con las que se había otorgado la concesión del terreno.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>En 1867 parecen haber finalizado los pleitos con Monier, ya que se procede a la inscripción de dominio y posesión de la finca «Viveros de la Villa» (que ya han cambiado su denominación como podemos observar), que perteneció a los propios de Madrid.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>Los Viveros Municipales y el antiguo Soto de Migas Calientes. Carmen Añón Feliú. Revista Villa de Madrid. Núms. 97-98. 1988</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>En 1839 el ayuntamiento considera que <i>siendo los baños que durante los meses del calor se establecen en el rio Manzanares un objeto de utilidad pública, no puede menos de estenderse á ellos la vijilancia de la autoridad local; y para que en éstos haya el buen orden, decoro y comodidad que corresponde á un pueblo culto, se observarán con la mayor exactitud las reglas siguientes ... </i> Se establecen quince reglas entre las que destacan que <i>no se permitirá bañarse juntas personas de distinto sexo aunque manifiesten ser matrimonio -- los niños ó niñas de menos de doce años no podrán bañarse solos, sino que precisamente ha de haber á la vista una persona interesada que cuide de ellos y pueda prevenir una desgracia -- de la techumbre de cada baño penderán cordones ó cuerdas que lleguen al agua, de bastante fuerza para que las personas puedan asirse á ellas. </i>A partir de este año el bando, con algunos retoques y añadidos, se publicará todos los años en el mes de junio.</div><div><br /></div><div>En aquellos años la mayor preocupación del ayuntamiento es mantener la separación por sexos.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>Los atrevidos imberbes que, según hemos dicho ya en nuestro periódico, dieron en la gracia de disfrazarse con el trage del otro sexo, y cuya humorada le costó á alguno de ellos, como sabes nuestros lectores, una paliza decente, se disponen ahora a hacer una de las suyas, dirigiéndose á los baños del Manzanares con el obgeto de contravenir al justo bando del gefe político, referente á la prohibición de que se mogen juntos macho y hembra. Recomendamos, pues, la mayor vigilancia á los bañeros para impedir qué se perpetre esta calaverada de marca mayor, que podría dar margen á graves quid pro quos y conflictos, y para que antes de permitir á las faldas la entrada en los baños, estudien bien sus facciones y movimientos, y observen sobre todo sí la cabellera es postiza.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>La España, 06/07/1848</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>Al acercarse la mitad del siglo, la publicación burguesa Museo de las Familias considera, de forma irónica supongo, los baños como un lugar casi idílico en verano, sobre todo para los hombres.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>Una agradable y pintoresca vista presenta en esta alegre estación, el rio Manzanares en una estension de dos leguas, si bien mucho mas animada en la parte mas próxima á la capital. El centro del rio á lo largo es una prolongada calle de barracas de palos y esteras, en donde se hallan profundos y someros baños de corrientes aguas, á gusto de los que los buscan, diferenciándose unos de otros, por multitud de banderas flotantes sobre las grandes barracas ó salas de descanso. El alegre guitarrillo, el sonoro pandero, y las bulliciosas castañuelas, animan por lo general el ya animado cuadro, y los que van a bañarse al Manzanares gozan al propio tiempo que de los placeres que proporciona la ansiada frescura, los que son naturales a la alegría madrileña y jovialidad española, que pocas veces vuelven á sus hogares sin que les haya divertido alguna aguda canción, y recreado la vista el airoso cuerpo y graciosa cara de alguna hermosa, que salpicando sal y garbo al son de los festivos instrumentos, haya detenido los pasos de los que vuelven de los baños por la frondosa alameda de la Virgen del Puerto, para admirar la abundancia de gracias con que enriquece la pródiga naturaleza á las hermosas españolas.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>Museo de las Familias, 25/08/1846</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://content3.cdnprado.net/imagenes/Documentos/imgsem/69/6954/69540f2f-17d0-44cf-960a-4aaa1ea202d5/1e4504d9-5a99-46c8-89b6-20fb860de0db.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="637" data-original-width="800" height="509" src="https://content3.cdnprado.net/imagenes/Documentos/imgsem/69/6954/69540f2f-17d0-44cf-960a-4aaa1ea202d5/1e4504d9-5a99-46c8-89b6-20fb860de0db.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Manuel Rodríguez de Guzmán. Lavanderas en el río Manzanares en Madrid. 1859. Museo del Prado</span></div><div><br /></div><div>Los baños están de moda en 1850. La prensa dice que <i>la concurrencia que estos días acude á los baños del Manzanares es inmensa, y la animación y movimiento mayores que en ningún otro paraje de Madrid.</i> Hasta se cruzan apuestas:</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>Ayer en el café de la joven Esmeralda no se hablaba de otra cosa que de una apuesta singular que hubo el jueves entre dos famosos nadadores, el uno de ellos recién llegado de Cádiz. Parece que este, llamado Tolete, apostó con otro en el café de Levante veinte onzas de oro á quién resistía mas tiempo debajo del agua. Depositada la apuesta, partieron á uno de los baños del Manzanares en donde sentaron sus reales en compañía de varios amigos y testigos. Desnudos ya, se notó que Tolete envolvía en un cuero una tortilla con jamón, pan, queso y un bote de vino colgándotelo á manera do mochila. Preguntóle su contrincante el fin que se proponía con aquellas provisiones. No lo estrañe V. contestó Tolete, porque siempre que voy al fondo me gusta llevar que comer por el largo tiempo que estoy en él; pero le advierto a V. desde ahora que si no lleva V. algo, se quedará mirando, porque yo no convido. Al ver esta resolución, su contrario se intimidó de tal modo que empezó á vestirse dándose por vencido. Lo mas particular es que el tal Tolete en su vida se ha bañado.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>El Observador, 23/07/1850</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>Además de los baños grandes, los más caros, con los años los dueños de los lavaderos de ropa habían ido habilitando con lonas, tablas viejas y esteras sucias unos baños chicos muy deficientes y que son objeto de continuos ataques en la prensa.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>Porque baños que no corren </i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Y entré esteras y entre palos</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Ni ondas hacen ni se mueven</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Y siempre se están parados,</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>De lodo y otras frioleras</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Mas que baños son estancos.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>[...]</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Y el agua (y así en llamarla</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Bastante favor te hago)</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Que por boca ó por narices</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Bien contra mi gusto trago,</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Si á jalapa no me sabe,</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Porque nunca la he probado,</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Brebaje se me figura</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Compuesto por los diablos; </i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>[...]</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Mal hayan del Manzanares</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Mil y mil veces los baños.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Que mas que de baños de agua...</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Perdona, lector, lo callo.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>El Enano, 27/07/1852</div></div></blockquote><div><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Pocas personas habrá en Madrid que dejen de conocer á un capitalista de los mas sanos, cuyo sombrero descomunal puede cobijar á la sombra de sus alas mas gente que la campana de Toledo. Este avaro atesorador que tiene mas medallas de D. Félix Utroques que tramposos hay en la Granja y el Escorial, ha tomado la económica de dirigirse á los baños baratos del Manzanares con el triple objeto de ahorrarse la diferencia del precio entre estos y los de la corte, con el de refrescar sus acartonadas carnes, y con el de ver si pesca por último á alguno que otro calavera, á quien en mal hora prestó unos cuantos maravedises. En la tarde de ayer consiguió afortunadamente las tres cosas: habiéndose presentado en uno de los baños mayores que hay en el rio, tropezó en él con uno de sus deudores, á quien reconoció al vuelo á pesar de que se hallaba como lo parió su madre, y le apostrofó en tan descorteses términos, que montando en cólera el bueno del calavera cogió por el cuello á su acreedor y se lanzó con él al agua. Al ver nadando en la superficie, como lo estuvo en otro tiempo el arca de Noé, el mayúsculo sombrero del capitalista, muchos de los circunstantes tomaron el rábano por las hojas, y gritaban como demonios: la campana de los buzos; la campana de los buzos!</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Pero ¡ay! no era así, puesto que el que cayó debajo de ella, salió hecho una sopa.</i></div><div style="text-align: justify;">La España, 11/08/1848</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>La decadencia de los baños grandes en el Manzanares la iniciará el ferrocarril que facilitará el veraneo de la clase más adinerada en las playas del norte o en los balnearios de moda. Además el abaratamiento progresivo de las tarifas hará populares los trenes botijo que permitirán a otros grupos de población como los funcionarios y gente del comercio pasar unos días en el pueblo. A partir de 1858, con la inauguración del Canal de Isabel II, la situación de los baños en Madrid cambia de forma radical. Al no haber ya necesidad de aguadores, en el centro de Madrid se van abriendo grandes casas de baño en las que se puede disfrutar de agua limpia del Lozoya; los madrileños incluso contaban ya con nada menos que El Niágara.</div><div><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>EL NIAGARA. PASEO DE SAN VICENTE, NUM. 12</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Grandioso Establecimiento balneario, donde el público encontrará una pila de natación de 23 metros de larga por 8 de ancha, y uno y medio de profundidad, con agua de Lozoya, corriente continua, 23 grados de temperatura, por estar soleada. Precios 2 y 3 reales persona. Otra pila de menos dimensiones, para señoras, con iguales condiciones que la anterior, á 2 y 3 reales persona.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Diez y seis pilas particulares de 3 metros cuadrados y uno de profundidad, donde las familias pueden bañarse con completa independencia unas de otras, á 2 reales persona.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Once pilas para baños calientes, con espaciosas y ventiladas habitaciones, a 4 reales cada baño por abono de nueve.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Otras 12 pilas de mármol de grandes dimensiones y forma no conocida en Madrid, decoradas con gran lujo, con timbres eléctricos, tocador con pomada, aceite, colonia, polvos, cepillos de cabeza y </i><i>ropa y peines, á 6 reales por abono de nueve.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Magnífico jardín y restaurant a cargo de un fondista extranjero.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Baños medicinales de todas clases, á cargo de un profesor facultativo y otro farmacéutico.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>El Demócrata, 21/07/1880</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>Los que han perdido mucho con estas innovaciones son los pobres baños del Manzanares, que eran, antes de que los trenes de recreo acercasen las playas de San Sebastián, Bilbao y Santander, el gran recurso de los madrileños. Los concejales tenían sus baños privilegiados dentro del Vivero; seguían luego !os de los Cipreses, las primeras aguas para el público; continuaban luego los de los Jerónimos, y hasta el puente de Toledo marchaba el pobre Manzanares mojando los cuerpos flacos de las madrileñas y proporcionando las delicias de la natación á los madrileños. Cipreses, Jerónimos, San Antonio, Florida: todavía se conservan recuerdos de su antiguo apogeo; pero están llamados á desaparecer muy pronto.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div>El Día, 27/07/1890</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJx2_QIEnaCNnyMv-1bStHUvZkpi8-04SiK-UFxsKmkuaZxO34O3hhdRX8RPDdN_TwaUS4n5T7UYLs8ZsG0Y9p7ULa2KD_duvAdKW2PPYv1gr4P7jVO0oeUjcMNaoa1KPBTt_dsU6p7b0/s626/lavanderas-rio-manzanares-lavaderospublicos.net.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="466" data-original-width="626" height="476" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJx2_QIEnaCNnyMv-1bStHUvZkpi8-04SiK-UFxsKmkuaZxO34O3hhdRX8RPDdN_TwaUS4n5T7UYLs8ZsG0Y9p7ULa2KD_duvAdKW2PPYv1gr4P7jVO0oeUjcMNaoa1KPBTt_dsU6p7b0/w640-h476/lavanderas-rio-manzanares-lavaderospublicos.net.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Baldomer Gili Roig. Lavadero público c. 1915, Museu d Art Jaume Morera</span></div><div><br /></div><div>En 1897 un periódico nos da una visión muy negativa ¿o realista? de los baños en el río Manzanares.</div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div><i>Cada baño pertenece á un lavadero, llevando su nomenclatura. Anúnciase en la puerta con negras manos indicadoras ó con alegres banderolas nacionales, Y aunque todo aquello resulta como propio de un país de la miseria, no hay baño, ni lavadero, ni ventorrillo que no ostente un pomposo rótulo. Encontráis los baños del «Sol», de «Oriente», del «Arco Iris», del «Andaluz», del «Maragato», del «Siglo», de «San Antonio de la Florida», de «Los Jerónimos», del «Torero». Nombres, á cual más retumbantes, reveladores de los gustos ó de la natalidad del propietario, ó acaso de añejas tradiciones.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div><i>Desciéndese á los baños por la misma escalerilla que guía á los lavaderos [...] Gallinas y cerdos, cacareando ó gruñendo, escarban ú hozan en la tierra húmeda. Manadas de chiquillos, medio desnudos, se revuelcan jugando aquí y allá. Y á la entrada de los ventorros, sentados á la redonda y mugrienta mesa, característica de taberna, vagabundos y mozos de cuerda, mendigos y carreteros, comen silenciosamente alguna flaca pitanza [...] Si ese es el marco ¿cómo ha de ser el cuadro? [...] Allí están los baños, formados de tablas repintadas, cubiertos de esteras viejas [...] Cuelga á la entrada una cortina cualquiera, de yute deshilachado, de percal descolorido, de alfombra agujereada [...] Si son feos por fuera, son lúgubres por dentro. Los baños generales no disponen de otros adornos que unos bancos y unas perchas, que corren por los cuatro costados. Písase pelado el suelo, sin esterilla, clavándose la arena en las plantas. Estos estanques valen veinticinco céntimos. Y si pasáis á los baños reservados, que cuestan cantidad doble, no halláis tampoco mayores ventajas. La ropa de baño, sábana y calzoncillos, se estima en otros veinticinco céntimos [...] Los propios dueños de los baños reconocen estas desventajas. Ellos levantarían baños hermosos, elegantes, bien acondicionados. Colocarían utensilios para la toilette. Establecerían un botiquín para accidentes repentinos, tan frecuentes en todo balneario; organizarían un pequeño restaurant para tomar un refrigerio. Pero, sabido es que, en verano, las personas ricas se marchan á bañarse en otra parte. Queda, pues, el pobre Manzanares como recurso de sus iguales, los pobres.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Nuevo Mundo, 15/09/1897</div></div></blockquote>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-56209003410803394432020-07-17T21:09:00.016+02:002020-11-02T22:28:37.294+01:00El motín de las verduleras de 1892<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://i.pinimg.com/originals/36/a3/0b/36a30bfdef5d7ad5b523c12bbd2d1e7c.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="337" data-original-width="500" height="432" src="https://i.pinimg.com/originals/36/a3/0b/36a30bfdef5d7ad5b523c12bbd2d1e7c.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><font size="1">Verduleras junto al Mercado de la Cebada</font></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Las verduleras siempre han sido mujeres de armas tomar. Luchadoras por el pan de ellas y sus hijos no se arredraban ante nadie; su lenguaje popular, descarado y en ocasiones obsceno se ha convertido en un lugar común. Un periódico en 1846 nos cuenta la "prudencia y sigilo" que utilizaban.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>La funesta pasión de los celos, que tantas víctimas tiene á su cargo, ha llegado á penetrar hasta de la plazuela de San Miguel. Ayer á las ocho de la mañana dos verduleras que adolecían de esta enfermedad, trataron de desahogarse con aquella prudencia y sigilo que acostumbran. La primera insinuación fue tirar una de ellas á su rival una pesa de dos libras. En seguida se agarraron tan fuertemente del pelo, que entre ocho hombres no pudieron separarlas hasta que se quedaron con los mechones en la mano. Se golpearon á su placer, aturdieron el barrio á gritos, hasta el punto de causar un medio motín en tales términos, que á no haber acudido la policía, indudablemente las hubiera sucedido lo que á los dos famosos perros del matadero de Sevilla, que se comieron el uno al otro y solo dejaron los rabos. </i></div><div style="text-align: justify;">La Esperanza 18/10/1845</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El margen que les quedaba a las verduleras tras las ventas era escaso por los precios que les imponían los asentadores o mayoristas, así que no admitían regateos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Acercóse una señora á un puesto de fruta, y preguntó á la mujer que la vendía á cómo daba los melocotones.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—A dos reales, contesto esta.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Quiere Vd. a doce cuartos?</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Pues yo! a doce cuartos.... que barato compra Vd. señora... el demonio de la señora del trompón... cuando no la he tirao la pesa a la cabeza...</i></div><div style="text-align: justify;"><i>De esta manera y usando otras veces de las palabrotas mas obscenas y groseras, suelen provocar escandalosamente á los compradores hasta que se hallan á larga distancia. Este es un abuso muy antiguo en Madrid, donde los encargados de hacer guardar el orden en los mercados, parece se cuidan poco de evitar estas escenas repugnantes.</i></div><div style="text-align: justify;">El Español, 06/08/1846</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A lo largo de los años hubo muchos tumultos protagonizados por las verduleras. En 1885, en un momento de escasez de alcachofas, un día los acaparadores adquirieron al contado una gran partida de alcachofas para entregarlas luego a precio crecido a las vendedoras ambulantes. Se corrió la voz del abuso entre las verduleras e iniciaron un tumulto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Un grupo de 1.000 próximamente bajaron al sótano de la plaza, centro del mercado al por mayor, y repitió allí con más energía las protestas comenzadas en la calle. Algunas vendedoras, más atrevidas que sus compañeras, se arrojaron sobre los revendedores, arañándolos y dándoles de palos con tal furia, que en pocos momentos hicieron varios contusas y algunos heridos [...] Los revendedores se ponían precipitadamente en salvo; los guardias de orden público y municipales interponían inútilmente su autoridad siendo arrollados en distintas ocasiones, y las verduleras protestaban volcando infinidad de sacos de patatas y cestas de espárragos y otras verduras que pisoteaban ó arrojaban á los guardias. Todas las hortalizas que había en el sótano, cuyo valor ascendía á 10.000 pesetas próximamente, quedaron destrozadas.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Una vendedora joven, encarándose con un vendedor, le preguntó:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¿Cuánto vale la docena de alcachofas?</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Catorce reales.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Tómelos V., dijo; y levantando un palo de romana dio tantos y tales golpes al asentador, que á no quitárselo de las manos, hubiese dado de él muy mala cuenta.</i></div><div style="text-align: justify;">El Día, 21/03/1885</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pronto se personaron las autoridades para calmar los ánimos y negociar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>No recibieron por el pronto muy bien las amotinadas á las autoridades; pero merced á grandes esfuerzos, el gobernador penetró en medio de ellas, ó imponiéndoles silencio, logró hacerse escuchar.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡A ver, una comisión que me explique lo que pedís! ¡Esta y esta!...</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡No! ¡esa no! ¡Yo! y ¡yo!...</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Silencio!</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Por fin lo hubo. Una verdulera tomó la palabra:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Señor gobernador: nosotras sólo queremos justicia, que es lo que no se usa por esta tierra. Nosotras somos unas pobres y esos unos gandules, quo nos roban el pan de nuestros hijos. Diga usía, ¿es justo que esos... tíos ganen muchos días 40 duros y nosotras sudamos el quilo para ganar 40 céntimos? ¿No ha quitado usía los revendedores pa los espectáculos públicos? ¿Pues no es más preciso comer que divertirse? </i></div><div style="text-align: justify;">La Época, 22/03/1885</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En la calle de la Ruda se instalaban multitud de verduleras ambulantes para vender su mercancía. El paso solía quedar obstruido y la calle sucia por restos de verdura cuando se retiraban las vendedoras. Las quejas eran frecuentes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>MAS QUEJAS.—La calle de la Ruda se ha convertido en una mansión de furias, á juzgar por los descompasados gritos y obscenas palabras con que algunas verduleras allí situadas corrompen el aire, por medio del cual llegan sus inmorales dichos á oídos de jóvenes honestas y de la pacífica vecindad. Las referidas vendedoras impiden además el tránsito ó insultan á cuantas personas de ambos sexos tienen la desgracia de pasar, y de vez en cuando disputan unas con otras, resultando de semejantes contiendas una salva de puñetazos, tirones de orejas, repelones y zapatazos. Esperamos que la autoridad haga cuanto esté de su parte para evitar un mal de que se nos han quejado ya varios padres de familia. Bien es verdad que es propio de la época en que vivimos. Ahora por desgracia se piensa en comprimir el pueblo, no en educarle.</i></div><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 23/07/1853</div></blockquote><div style="text-align: center;"><font size="1"><br /></font></div><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5uX1jOufJAIgeo7XPkURv_DYom3RJcYYXdyF0Dqu6RxBDqVIdKsEkwehJ6EDYSjWP3wXrktZOwubNMsQXfjXYIooNS_2yUkSSOQSPv1eYS0pghRubNZJugczXcFjpjLuVcHdBzDJYA0M/s886/Verduleras1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="661" data-original-width="886" height="478" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5uX1jOufJAIgeo7XPkURv_DYom3RJcYYXdyF0Dqu6RxBDqVIdKsEkwehJ6EDYSjWP3wXrktZOwubNMsQXfjXYIooNS_2yUkSSOQSPv1eYS0pghRubNZJugczXcFjpjLuVcHdBzDJYA0M/w640-h478/Verduleras1.jpg" width="640" /></a></div><span style="font-size: x-small;">Verduleras en la calle Toledo esquina a la calle de la Ruda</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">En 1887 se produjo una gran disputa entre las verduleras del mercado de la Cebada y las de la calle de la Ruda.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Las verduleras de los puestos fijos, se quejaban de la escasez de venta y de la insostenible competencia que las hacían las vendedoras ambulantes, sus constantes enemigas. Estas palabras fueron oídas por algunas de sus competidoras, y contestaron con amenazas, injurias y unos cuantos patatazos. Los guardias municipales y de Seguridad quisieron poner paz entre las amotinadas, y entonces resultó lo que era de esperar: un tumulto espantoso y una gritería inmensa, que duró hasta las nueve de la mañana. A esta hora parecía que los ánimos de las amotinadas se habían calmado, pero como los municipales retenían las cestas recogidas á las vendedoras ambulantes, al ver que no se las entregaban, comenzó de nuevo la gritería y el motín se reprodujo con más brío que antes [...] el escándalo estaba en su período álgido; pero se había logrado interponer un fuerte pelotón de guardias al mando de sus jefes entre la calle de la Ruda, donde seguía arreciando la contienda, y las batalladoras verduleras tropezaron con el primer inconveniente: el aislamiento. El teniente alcalde del distrito, el delegado de mercados y el inspector, lograron interponerse entre las amotinadas, y fueron poco á poco aplacando su cólera.</i></div><div style="text-align: justify;">El País, 16/11/1887</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero fue en 1892 cuando las verduleras de la calle de la Ruda iniciaron el gran motín conocido "motín de las verduleras". Contra lo acostumbrado, todos los periódicos de la época publicaron detalladísimas crónicas sobre todos los incidentes producidos, destacando especialmente las de El Siglo Futuro, El Día y El Correo Español en los números publicados los días 2 y 3 de julio de 1892.</div><div style="text-align: justify;">El conflicto se originó por una brusca subida de arbitrios. La comisión del Ayuntamiento encargada de la redacción de la tarifa de arbitrios, formó otra que variase los precios, de 10 céntimos a una peseta, a través de una escala que se publicó.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Para que nuestros lectores puedan juzgar de la equidad que ha presidido al establecimiento de los impuestos en cuestión, hé aquí, tomados al azar, algunos artículos de los comprendidos en la tarifa que van a pagar:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>[...] </i></div><div style="text-align: justify;"><i>Pagarán 25 céntimos: vendedores de frutas, verduras y sal, por cada banasta, sera, bandeja, caja ó cualquier artefacto semejante.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>[...]</i></div><div style="text-align: justify;"><i>No necesitamos esforzarnos para demostrar que esto no es más que el impuesto sobre la miseria.</i></div><div style="text-align: justify;">El Correo Español, 02/07/1892</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El nuevo arbitrio entraba en vigor el 1 de julio pero la ineficaz burocracia del ayuntamiento hizo que no hubiesen llegado a las Inspecciones municipales los correspondientes recibos. El día 2 de julio comenzó en la calle de la Ruda el cobro.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>En cuanto los guardias empezaron con toda solemnidad, armados de lápiz y cartera, la cobranza, en aquel punto, empezó la batalla, que no acabó en todo el dia.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡No pagamos!</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Mueran los guardias!</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡No queremos dejarnos robar!</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Que nos dejen comer!</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Abajo el impuesto!</i></div><div style="text-align: justify;">El Siglo Futuro, 03/07/1892</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>La calle de la Ruda fué donde se originó el motin. Las verduleras que ocupan las dos aceras en toda extensión de la calle excitadas ante la tenacidad de los exactores del impuesto y movidas de un sólo impulso, retirando ó abandonando sus mercancías uniéronse todas para insultar a los guardias, y en medio de una gritería infernal obligaron a las que tenían puestos ó establecimiento fijo á cerrarlos, y se encaminaron á la plaza de la Cebada. El numero engrosaba por momentos, y dentro ya del gran mercado de hierro, suspendieron las transacciones, cosa que les fué muy fácil, porque muchas se les unían espontáneamente y otros vendedores aprovechaban la ocasión para eludir el pago por el dia de hoy. Los que se resistieron á cerrar vieron en un momento destrozadas sus mercancías. El mercado de la Cebada quedó desierto y los puestos y almacenes cerrados. La manifestación se organizó, ó para hablar con más propiedad, se improvisó delante del mercado; flotaron varias banderas con los colores nacionales, algunas ostentando inscripciones, y en derredor de ellas se agruparon las amotinadas.</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i>En la plaza de la Cebada, una rubia de buenos ojos y toda desgreñada, conocida, según se nos dijo, por la Sarasate, enarboló la bandera de la rebelión, llevando en la diestra mano una larga vara, en cuyo extremo ondeaba un pañuelo encarnado. Siguieron á esta insignia, en el primer momento, setenta vendedoras. He aquí el discurso de la Sarasate:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>«Compañeras de desgracia, compañeras ultrajadas por los de la plaza de la Villa, en estos momentos, ya en todas las plazuelas, están dispuestas á no pagar para vicios á los que tienen más dinero </i><i>que nosotras. Todas hemos de ir por diferentes calles de las más próximas á esta plazuela, á fin de obligar á todo el comercio á que nos secunde en nuestro propósito, y ¿sabéis cómo hacerle que cierren </i><i>las puertas? ¡Unión y nada más!» Multitud de voces de las asociadas: ¡Bravo! ¡Bien dicho! O semos ó no semos. Otra voz: ¡Chicas, á comprar varas y hacer banderas! La multitud se dirigió á una tienda donde veían dichas varas, é inmediatamente casi todas las mujeres ostentaban la señal de la insurrección.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Cuando la multitud estaba dispuesta á cumplir su programa, un guardia municipal tuvo el mal acuerdo de querer cobrar el impuesto á una vendedora, á inmediaciones de la calle de la Ruda. Entonces empezó el movimiento, y estalló el conflicto. El guardia tuvo que entrar precipitadamente en un portal para defenderse de las piedras que le dirigían las amotinadas.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Varias voces- Dejadle, chicas, él cumple con su deber [...]</i></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/92/1892-07-16%2C_La_Ilustraci%C3%B3n_Nacional%2C_La_%22Sarasate%22_arengando_a_las_verduleras_en_la_plaza_de_la_Cebada%2C_M%C3%A9ndez_Bringa_(cropped).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="604" height="640" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/92/1892-07-16%2C_La_Ilustraci%C3%B3n_Nacional%2C_La_%22Sarasate%22_arengando_a_las_verduleras_en_la_plaza_de_la_Cebada%2C_M%C3%A9ndez_Bringa_(cropped).jpg" width="484" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">La Ilustración Nacional. La Sarasate arengando a sus compañeras</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ante el cariz que tomaba la sublevación las autoridades municipales se asustaron y acudieron al gobernador.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Llegada del gobernador. Las nueve serían cuando el señor marqués de Bogaraya, enterado de lo que ocurría, se presentó en el lugar del suceso acompañado de su secretario y algunas autoridades. Empezó por aconsejar á las manifestantes que depusieran su actitud, y que fuesen á su despacho á manifestarle aquello que ellas creían perjudicial á sus intereses, que él las atendería en sus pretensiones, y que despejasen la vía pública, restableciendo con ello el tránsito de tranvías y carros que en cifra numerosa obstruían la calle de Toledo y adyacentes.</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i>Muchas de las manifestantes hablaban á la vez al gobernador, exponiéndole sus quejas y sus deseos, y en verdad que la situación era difícil para entenderse, pues no se oían más que estas ó parecidas </i><i>frases, acompañadas unas veces de silbidos y en varias ocasiones de aplausos:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Todos son lo mismo.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Siempre todo esto acabará pa ná.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—No somos españolas, no tenemos sangre en las venas, y los hombres son unos gallinas.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>[...]</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Después de conferenciar á duras penas el gobernador con las amotinadas, dentro del Mercado, que se abrió exclusivamente para el caso, sin que pudiera hacerse entender de ellas, salió de aquel </i><i>centro mercantil y dirigióse á pié por entre la masa de carne humana en dirección al Gobierno civil.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Una de las amotinadas que escuchó de labios del gobernador que todo se arreglaría, exclamó frente al instituto de San Isidro:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Compañeras, ¡viva el gobernador!</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Y la multitud exclamó:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Vivaaa!...</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Pero esto duró poco tiempo, pues cuando los vítores concluyeron, otra voz vino á turbar el relativo reposo. He aquí la voz que dio la Pelusa, una de las protagonistas del alboroto:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¿Sabéis lo que os digo? Que todo esto va á ser una coba.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Voces: ¡Abajo el arbitrio! ¡Abajo los abusos!</i></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Mientras una parte de las verduleras seguía al gobernador hasta el Gobierno Civil para negociar, otra gran parte empezó a recorrer las calles para imponer el cierre de los comercios. El único negocio que consideraron imprescindible y respetaron fueron las boticas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Para conseguir este propósito llegaban hasta la violencia, gritando con voces destempladas:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Fuera la venta!.... ¡A la calle todo el mundo!.... ¡Que se coman los codos de hambre todos los ricos!</i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: xx-small;"> </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i>Tocó en turno la tienda número 7 de la calle del Humilladero, y una mujer, dueña de la misma, que se hallaba con su hijo, joven de unos veinte años, se rebeló contra las exigencias de la manifestación, y á voz en grito exclamó: «¡No cierro, ni cerraré, y no es porque no esté conforme con vosotras; es porque creo que ningún provecho obtendré con complaceros!»</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Allí fué Troya.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Una voz.—Que cierre.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Varias voces.—Que esas puertas no permanezcan asi ni un momento.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>La dueña y el hijo.—No cerramos.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>La multitud.—¡A ellos!</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Y seguidamente piedras que llevaban en prevención las amotinadas, trozos de vasijas que rompían en la vía pública á los que las llevaban, pero con asentimiento de las poseedoras, todo fué lanzado súbitamente sobre el hijo y la madre. Estos, cada uno con un enorme garrote, hicieron frente á la multitud. Los defensores de su tienda, al ver la esposición que corrían, abandonaron el palo en señal de capitulación, y cinco minutos después aquella fortaleza quedó herméticamente cerrada.</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i>Un tabernero apodado El Che se negó á cerrar la tienda, diciendo:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¿A qué queréis que cierre? ¿Cómo vendo yo?</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—No hay más remedio, ó romperemos todo lo que haya en la tienda—contestó una verdulera.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Pues mira, que entren todas y que beban lo que quieran. Yo convido.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Como era natural, en vista de la invitación entraron aquéllas en el establecimiento y tomaron cuantas copas quisieron. Seguidamente El Che cerró su tienda y las verduleras empezaron á aplaudirle.</i></div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="text-align: justify;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="text-align: justify;">En el Gobierno Civil el marqués de Bogaraya fue entrado casi en brazos por los oficiales del cuerpo de Seguridad que tuvieron que arrancarle de entre las vendedoras que le acosaban estrechamente a fin de manifestarle sus cuitas y pretensiones.</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>—Dejadme—decía el gobernador;—ahora, en cuanto pueda penetrar en el edificio, recibiré á una comisión de vosotras, os escucharé y se arreglará todo.</i></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Un periódico dejó registrado para la posteridad los nombres de algunas de las que componían la comisión.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>He aquí el nombre de los que la formaron: Carolina Paraper, presidenta; y de las vocales Valentina Trejo, María Fernández, María Pintado, Manuela Gallo, Matilde Lago, María López, Alejandra López, Gregoria León, Matilde Yañez, Vicenta Cabanas, Josefa Serrano, Carmen Moya, Esperanza Tabaca, Manuela Ortiz y algunas otras cuyos nombres no recordamos, porque al preguntarlas ya dentro del gobierno civil como se llamaban, todas nos contestaron á la vez.</i></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Tras una corta conferencia el gobernador les aseguró que el incremento en el arbitrio quedaba anulado y que volverían a pagar la misma tarifa que el año anterior. En prueba de ello, el alcalde publicó un bando que fue fijado en las esquinas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Alcaldía-Presidencia del Ayuntamiento de Madrid.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Para que sea conocido con claridad por el público el verdadero alcance del impuesto llamado de vendedores ambulantes, esta Alcaldía-Presidencia hace saber que el citado impuesto se seguirá cobrando en la misma forma y por la misma cuota que durante el año económico anterior, pues no se ha introducido en esta materia variación alguna.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Madrid 2 de Julio de 1892.—El alcalde presidente, Alberto Bosch y Fustegueras.</i></div></blockquote><div> </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://urbancidades.files.wordpress.com/2008/06/mercado-de-la-cebada_1900_small.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="550" data-original-width="761" height="462" src="https://urbancidades.files.wordpress.com/2008/06/mercado-de-la-cebada_1900_small.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Verduleras junto al Mercado de la Cebada</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero ya era tarde para poder desactivar el motín. En la calle surgieron nuevas protestas y nuevos gritos: «No queremos eso tampoco: queremos la desaparición total del impuesto». Vista la imposibilidad de disolver el tumulto por la vía pacifica, el gobernador se puso de acuerdo con el coronel de la Guardia Civil, señor Fajardo, y ambos convinieron dar una carga, que ocasionó los sustos y carreras consiguientes. A partir de este momento las cargas se sucederían a lo largo del día porque el motín ya se había extendido por todos los mercados y calles céntricas de Madrid. Por la mañana se habían unido las lavanderas a las sublevadas, pero por la tarde ya se habían incorporado hombres, mujeres de todos los oficios y desocupados que se apuntaban a cualquier tumulto.</div><div style="text-align: justify;">Aún hubo otro intento de acabar con el motín cuando a las cinco de la tarde el gobernador publicó otro bando que ya no era conciliador.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>D. Gonzalo de Saavedra y Cueto, marqués de Bogaraya, gobernador civil de esta provincia.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Hago saber: Que habiéndose hecho por mi autoridad durante la mañana de hoy todo género de exhortaciones á los grupos tumultuarios que discurren por las calles de esta capital, sin que haya dado resultado alguno, prevengo á los revoltosos que estoy dispuesto á utilizar las facultades que la ley me concede contra los que no depongan inmediatamente aquella actitud, y usaré contra ellos de la fuerza armada, sin consideraciones de ningún genero, hasta dejar expedito el tránsito público y restablecido el orden. De la prudencia y cordura de los habitantes de Madrid espero todavía que habrán de evitarme la dolorosa necesidad de usar con todo rigor de los medios coercitivos más enérgicos; pero si así no fuese, desde luego advierto que la energía de la represión corresponderá á la violencia de las agresiones.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Madrid 2 de Julio de 1893.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>EL MARQUÉS DE BOGARAYA</i></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero en las calles ya se escuchaban otros cánticos y voces.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Desde la plaza de Antón Martín á la calle de la Magdalena, desembocó un grupo cantando la Marsellesa y produciendo bastante alboroto. Entonces, de la plaza del Progreso, salieron unos 20 guardias civiles de á caballo. Los portales se cerraron, hubo carreras. Pero el grupo se disolvió.</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i>De las verduras a «La Marsellesa»</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Lo que empezó esta mañana por una protesta de las verduleras contra la gestión del alcalde ha venido á parar ¡quién lo creyera! en vivas á la república y cánticos de «Marsellesa.»</i></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La Puerta del Sol y otros puntos principales fueron ocupados militarmente y la revuelta se extinguió al llegar la noche y vaciarse las calles; muchas estaban a oscuras porque todos los faroles estaban rotos. Al día siguiente hubo un tímido intento de reanudar la revuelta pero no prosperó.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i>Esta mañana á las ocho, un grupo de verduleras y algunas lavanderas intentaron promover nuevo alboroto en la plaza de la Cebada; pero las parejas de la Guardia civil, enviadas desde la madrugada en previsión de lo que pudiera ocurrir, han disuelto el grupo, sin que á la una y media de la tarde, hora en que cerramos nuestra edición de provincias, haya ocurrido ningún nuevo incidente. En los mercados, en la calle de Toledo y Embajadores hay parejas de la Guardia Civil por sí ocurriera algo durante la tarde de hoy.</i></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.fotomadrid.com/files/art_151/art_151_07.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="648" data-original-width="900" height="461" src="https://www.fotomadrid.com/files/art_151/art_151_07.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><font size="1">La calle de la Ruda en la actualidad. Al fondo la Plaza de Cascorro</font></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A MODO DE EPÍLOGO</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El motín de las verduleras fue un motín provocado por el incremento abusivo de un arbitrio. Al ser las verduleras trabajadoras autónomas no dependientes, este motín no puede encuadrarse en la lucha del movimiento obrero. Además, cuando las verduleras fueron a la Fábrica de Tabacos buscando el apoyo de las cigarreras, no lo consiguieron.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El grupo tumultuoso se detuvo frente al a Fábrica y prorrumpió en gritos y excitaciones para que salieran las cigarreras. Estas, en prueba de que no querían unirse al motín, cerraron las ventanas. Las cigarreras decían:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—Cuando nosotras tuvimos disgustos nadie nos ayudó, á nadie ayudamos nosotras.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Las vendedoras tiraron piedras á las ventanas y puertas.</i></div><div style="text-align: justify;">El Siglo Futuro 03/07/1892</div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i>Las vendedoras ó manifestantes [...] llegaron á donde querían, frente á la puerta de la Fábrica de Tabacos, á pedir auxilio á las cigarreras, que no sabemos con qué carácter iban á prestárselo, puesto que ellas ni son ambulantes ni vendedoras, que sepamos [...] visto por las manifestantes que no lograban su objeto, decidieron seguir la peregrinación.</i></div><div style="text-align: justify;">El Día, 02/07/1892</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Fue un movimiento popular fuera de los partidos políticos de la época.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Este no es movimiento fusionista, ni republicano, ni socialista, ni anarquista. Por el contrario, fusionistas -y republicanos—se entiende los que componen las minorías de ambas Cámaras—no son mejor tratados por el pueblo, pues de los primeros dicen que todo eso del debate político es una farsa, y de los segundos dicen que ni al aumento de las tarifas de ferrocarriles se opondrán sino por fórmula. Este es el alzamiento de un pueblo oprimido, á quien se ahoga con los nuevos tributos, y á quien la vida es ya una carga pesada bajo la dominación desastrosa del liberalismo.</i></div><div style="text-align: justify;">El Correo Español, 02/07/1892</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Fue un motín femenino —el feminismo aún no existía— porque las verduleras rechazaron la participación de los hombres que eran tildados de "gallinas" o "inútiles".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>En la calle de Traviesa, contigua al gobierno civil, un grupo como de una docena de mujeres sorprendió al coronel Morera, y aprovechando lo estrecho del sitio, que le impedía defenderse, descargó sobre él buen número de palos, de los que con dificultad logró librarse el jefe del Cuerpo de Seguridad.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Una manifestante decía, al ver que los hombres tomaban parte en el motín:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Fuera los hombres! Cuando las mujeres hacemos lo que es debido, no deben meterse los hombres en nuestras cosas.</i></div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 03/07/1892</div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i>En la Plaza Mayor la mujer que capitaneaba el grupo más numeroso luchó cuerpo á cuerpo con un guardia civil, diciendo á éste:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Pega, hombre! ¡Si no lo haces, no valdrás ni los once reales que ganas!</i></div><div style="text-align: justify;">El Siglo Futuro, 03/07/1892</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los periodistas adoptan un tono como si estuviesen relatando otro 2 de mayo, pero están interesados en resaltar el atractivo físico de algunas amotinadas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>La hija de la Pelos, una muchacha muy conocida en los puestos de la calle de los Tres Peces, estuvo hecha una brava disparando proyectiles, fabricados sobre el mismo campo de batalla con coles y repollos, hasta agotar todas sus municiones. Otra heroína, muy guapa por cierto, ha sido María Ugalde, que enarbolaba una bandera nacional, y como si fuera primer espada á quien le molestasen en la brega los de su cuadrilla, decía á grito pelado, con trágico ademan:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>—¡Fuera los hombres! Nos bastamos las mujeres.</i></div><div style="text-align: justify;">El Día, 02/07/1892</div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i>María Ugalde, una joven de unos veinte años de edad, rubia, delgada y de fisonomía muy simpática, era digna de llevar la bandera. Se la ha visto en los sitios de mayor peligro, muy serena. Cuando en las </i><i>postrimerías de la jornada la vimos en el gobierno civil estaba ronca, pero muy animosa. Petra Algarra, tipo completamente opuesto, muy morena, de ojos vivos y también joven, llevaba puesta una boina encarnada.</i></div><div style="text-align: justify;">El Día, 02/07/1892</div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i>Hermosísima era otra capitana que blandía en la diestra un hermoso bergajo, con el que se vanagloriaba que había dado muchos palos. Victoria Castro, que así se llama esta linda chiquilla, no es vendedora, ni verdulera; y si tomó parte tan activa en varios de los episodios de la jornada, ha sido á impulsos del amor filial. Victoria es hija de un anciano vendedor ambulante, que trabaja para que su hija sea la reina del barrio con lo que le produce su modestísimo comercio.</i></div><div style="text-align: justify;">El Día, 02/07/1892</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El símbolo más utilizado en las marchas de las verduleras aquel día fue una escoba o un palo con un trapo rojo o negro atado a su extremo. También utilizaron cuatro banderas con los colores nacionales en dos de las cuales aparecían estas inscripciones: ¡Vivan las vendedoras! ¡Abajo el impuesto! Los periodistas se fijaron en los símbolos que llevaban algunas manifestantes: una escoba, un palo de silla y una tabla de una cuna. Otra, en un palo, llevaba un delantal negro, en la punta del palo una vejiga y unos rábanos atados al pico del delantal. Sobre una horquilla de colocar cortinas había puesto otra un panecillo de los llamados redondos, un pedazo de percalina encarnada y unas flores.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Estas verduleras de armas tomar eran autónomas, muchas no tenían marido ni querían tenerlo, y en una época en la que las mujeres "decentes" tenían vetado acudir a los cafés elegantes, ellas acudían a los cafés populares de San Millán o del naranjero en la plaza de la Cebada. A pesar de todo sabían que estaban en el escalón más bajo de su autonomía, el de las que ni siquiera tenían concedido un puesto fijo en el mercado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-50163744955967526502020-07-15T22:37:00.008+02:002020-11-01T21:29:22.006+01:00El Congreso y sus leones<div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://artedemadrid.files.wordpress.com/2019/01/convento-espiritu-santo-antes-1834.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="741" height="518" src="https://artedemadrid.files.wordpress.com/2019/01/convento-espiritu-santo-antes-1834.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En el lugar que ocupa hoy el Congreso de los Diputados estuvo el convento del Espíritu Santo que fue destruído en 1823 por un incendio.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>Un incendio devoró ayer la iglesia y convento de los Clérigos Menores del Espíriíu Santo [...] ¿Pero quién ha sido su autor? la casualidad, efectos naturales dicen los preciados de liberales [...] ¿Conque la casualidad, he? Siete dias cuenta la semana, y fué cabalmente en domingo por casualidad. Hay millares de casas en Madrid, y fué á pegar á un convento, á una iglesia por casualidad. Son muchos los conventos é iglesias, y fue á parar á donde oye misa el serenísimo Sr. Duque de Angulema por casualidad : tiene veinte y cuatro horas el dia, y el incendio estalla justamcnte á la hora en que S. A. S. acaba de cumplir con este religioso deber, y antes que salieran del templo los concurrentes, ¿y todo por casualidad? Generalmente empiezan los incendios por algún descuido en las caballerizas, porque cayo alguna chispa, porque la criada dejó prender la estopa en la cámara, porque jugueteando los muchachos hacen alguna diablura de las que son tan frecuentes en los de su edad; pero en nuestro caso nada, nada de eso... la casualidad. Los incendios dan principio por un solo punto, se ceban progresivamente; pero aquí con la rapidez del rayo, apenas se advierte en la iglesia y encima del altar mayor donde se habia celebrado el augusto sacriflcio, apenas se advierte en el sitio perpendicular á la puerta por donde entra y sale el serenísimo Sr. Duque, cuando como fuego eléctrico arden los cuatro ángulos del convento cual si estuvieran llenos de alquitrán; todo, se supone, por casualidad. </i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">El Restaurador, 22/07/1823</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Como a casi todo el mundo aquello le parecía un atentado la policía tuvo que encontrar culpables.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>La Regencia del reyno, luego que tuvo noticia del incendio que destruyó en poco tiempo el convento é iglesia del Espíritu Santo, y de las circunstancias que acompañaron este atentado, tomó las providencias mas enérgicas para averiguar sus autores. Dio orden al superintendente general de policía, corregidor de Madrid y de la sala de alcaldes, para que procediesen con toda diligencia á esta averiguación. Las resultas de las disposiciones tomadas en este punto son las de 32 presos, á quienes se les han tomado las declaraciones convenientes. Se ha enviado á Getafe un capitán con orden de formar sumaria á los prisioneros hechos de resultas de la acción del 20.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">El Restaurador, 23/07/1823</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Después del incendio los frailes se trasladaron a otro convento en la calle del Desengaño. La fachada hubo de ser reedificada, derribadas ambas torres, y entre 1826 y 1828 fueron necesarias otras obras de reparación. En resumen, la construcción estaba muy deteriorada. Con la llegada en 1834 del régimen liberal, el gobierno moderado de Francisco Martínez de la Rosa decidió que sus reuniones se celebrasen provisionalmente en la iglesia del convento, así que se proyectaron una serie de reformas con el fin de que pudiera ser utilizado como Salón de Sesiones. Al finalizar la reforma, en la entrada se situaron por primera vez dos leones sobre pedestales. Los diputados fueron enviados por primera vez a la Carrera de San Jerónimo para asistir a la solemne apertura de las Cortes Generales del reino el dia 24 de julio de 1834. A partir de este momento esta calle estará unida al Congreso de Diputados.</div></div><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://artedemadrid.files.wordpress.com/2019/01/espiritu-santo-ilustracion.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="695" height="552" src="https://artedemadrid.files.wordpress.com/2019/01/espiritu-santo-ilustracion.jpg" width="640" /></a></div> <span style="font-size: xx-small;">Parece que ya hay dos leones a la entrada</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>Hemos tenido el placer de hallarnos presentes á la sesión regia. El salón estaba sencillo, aunque elegantemente adornado : el trono se hallaba bajo un dosel riquísimo : á los lados cuatro tribunas colgadas con gusto esquisito, todo bajo un artesonado magnífico, pintado al fresco, segun se nos ha dicho, por Jordan.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Mensagero de las Cortes, 25/07/1834</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Las Cortes constituyentes de 1836-1837 aprueban una nueva Constitución y la Reina Gobernadora jura la misma, acompañada de su hija Isabel, en otra sesión solemne.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>Llegadas SS. MM. al Palacio de las Cortes salieron á recibirlas los señores diputados á quienes cupo tan alto honor, y SS. MM. y A. A. ocuparon las posiciones anunciadas en el programa. El salón, á pesar de sus mezquinas dimensiones é incómoda distribución, presentaba uno de los mas variados y ricos cuadros que imaginarse pueden. Sin que sus imágenes se confundiesen entre los innumerables grupos que las rodeaban; sin quedar tampoco abandonadas y solas, servian las REINAS de visible centro al lienzo todo, y daban alma y vida á la pintura.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">El Español, 19/06/1837</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero el estado de la iglesia empeoraba; debido al deterioro de los cimientos y el efecto de las aguas subterráneas se llegó a temer por la seguridad del edificio. Se tuvo que pensar en trasladar a los diputados a otro lugar: el Salón de Baile del Teatro Real. En 1841 el convento fue declarado en ruina, y al año siguiente derribado. En 1843, la reina Isabel II puso la primera piedra del nuevo edificio que fue inaugurado el 31 de octubre de 1850. A última hora, para dar la debida solemnidad a la entrada del edificio se encargan dos leones a un conocido escultor, pero el presupuesto para esta última obra es escaso.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>Por encargo de la comisión directiva de las obras del palacio del congreso, el distinguido escultor Sr. Ponzano va á modelar en yeso los dos leones que deben colocarse á los lados de la escalera de la fachada principal.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">La Época, 03/10/1850</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/02/Madrid%2C_Carrera_de_San_Ger%C3%B3nimo_y_Palacio_del_Congreso_(Charles_Clifford).jpg/771px-Madrid%2C_Carrera_de_San_Ger%C3%B3nimo_y_Palacio_del_Congreso_(Charles_Clifford).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="599" data-original-width="771" height="498" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/02/Madrid%2C_Carrera_de_San_Ger%C3%B3nimo_y_Palacio_del_Congreso_(Charles_Clifford).jpg/771px-Madrid%2C_Carrera_de_San_Ger%C3%B3nimo_y_Palacio_del_Congreso_(Charles_Clifford).jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;">Foto: Clifford, 1853. Los leones de yeso no apoyan la pata sobre una bola</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Estos leones de yeso "provisionales" fueron pintados para que tuviesen un aspecto "metálico". Pasaban los años y numerosas voces pedían su sustitución, los leones se deterioraban por las inclemencias del tiempo y no solo del tiempo. Los sucesos revolucionarios de 1856 también afectaron al Congreso.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>El vecindario de Madrid y en especialidad los amantes de las artes, contemplan estos dias con dolor los estragos causados por las balas y la metralla que no han respetado siquiera el magnífico pórtico del Congreso, destrozando uno de los leones, las estrías de la columna de la derecha y hasta las figuras del gran altorelieve que cubre el tímpano del fronton. Gracias que el señor Ponciano no había concluido todavía de esculpir en mármol aquellas obras decorativas, subsistiendo en su lugar ios modelos de escayola, que en caso contrario hubiera sucedido lo mismo, destruyéndose una obra maestra que requiere cuatro ó seis años de trabajo.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 19/07/1856</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Finalmente en 1859 se encarga a Ponciano Ponzano la realización de unos leones en piedra caliza, la llamada blanca de Colmenar, pero presenta un presupuesto tan alto que tienen que buscar otro escultor. El elegido es el escultor José Bellver.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>AI ilustrado y joven escultor D. José Bellver, que fué pensionado por el Gobierno de S. M. a Roma, se le ha encargado la ejecución de dos grandes leones de piedra para sustituir á los de yeso que hoy figuran en el pórtico del Congreso de los diputados. Dicho artista ha salido ya para París con objeto de estudiar los modelos en la casa de fieras de dicha capital, pues en la del Retiro de esta corte no hay más que una leona. </i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">La Correspondencia de España, 27/05/1860</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Estudiados y esculpidos los parisinos felinos, fueron descartados por el arquitecto de la escalinata y las columnas del edificio porque habían perdido la escala, eran demasiado pequeños. Parece que incluso los leones se colocaron momentáneamente en el sitio que ahora ocupan los gigantes de bronce para comprobar el tamaño. No gustaron nada porque no solamente eran pequeños sino que en lugar de tener una imagen majestuosa tenían un aire de mansedumbre un poco infantil. Enviados al almacén permanecieron allí hasta 1864 cuando la suerte o la casualidad quisieron que el entonces senador vitalicio del reino Juan Bautista Romero, marqués de San Juan, se enterara de la existencia de las esculturas porque uno de los diputados le dijo que iban a vender los leones. Al rico prohombre valenciano se le ocurrió una idea: podía llevárselos al «Hort de Romero», un jardín que había construido entre 1849 y 1850 en Valencia y que aspiraba a convertir en un referente romántico: el actual Jardín de Monforte. Adquirió los leones por 3.500 pesetas de la época y fueron colocados al momento en una de las puertas de Monforte, donde aún permanecen impertérritos.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://valencialegendaria.files.wordpress.com/2012/08/dsc02235.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="640" height="480" src="https://valencialegendaria.files.wordpress.com/2012/08/dsc02235.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><font size="1">Los leones rechazados ahora están en Valencia</font></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El metal era la opción más adecuada y deseada para estos guardianes pero su coste era muy elevado y España por entonces no pasaba por uno de sus momentos más boyantes… pero la casualidad quiso que una batalla ganada por el ejército español en 1860, en la Guerra de África, fuera el origen de los actuales leones. En esta batalla las tropas españolas incautaron algunos de los cañones de la contienda librada. Un periódico aprovechó la ocasión para introducir una crítica política al presidente del Consejo de Ministros Leopoldo O'Donnell.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>Idea incompleta. La comisión del Congreso, a cuyo cargo está encomendada la decoración del templo de las leyes, parece que ha resuelto fundir dos leones de bronce, para colocarlos en el frontipício. Se ha propuesto la idea de que los cañones tomados á los marroquíes sirvan de materia á la fundición. El pensamiento no deja de ser oportuno y aceptable, pues de este modo le servirán al Congreso y al general de vivo recuerdo, trayendo á la memoria de las Cortes las facultades amplias de que gozó el conde-duque en todo lo relativo á la campaña, y á este el uso que hizo de su omnipotencia como generalísimo para dirigir la guerra y arreglar las paces. A la idea de la comisión nosotros quisiéramos que se añadiese el pensamiento de que entraran en la fundicion con los cañones marroquíes algunos cascos de granada y de metralla, restos de los que el invicto don Leopoldo hizo dirigir sobre la cabeza de los constituyentes, en una fecha de eterna memoria. De este modo, no solo nos harían recordar los leones las dotes militares de don Leopoldo, sino también su consecuencia y su hábil política.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 15/06/1861</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Desde el momento de la idea han tenido que pasar tres años. Nuevamente Ponciano Ponzano fue el artista elegido para realizarlos, aunque en un principio estuvo reacio porque creía que esculpir animales traía mala suerte. Finalmente crea los modelos para el vaciado y los leones son fundidos en la Maestranza de Artillería de Sevilla.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>Se ha concedido por el ministerio de la Guerra y mandado que se entreguen los ciento treinta quintales de bronce de los cañones cojidos en la campaña de Africa, que una comision del Congreso pidió á dicho ministerio para fundir los leones de la entrada.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">El Pensamiento Español, 06/04/1864</div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>¿Cuándo llegan? Según nos dicen, no tardarán ya en colocarse á la puerta del Congreso los dos leones de bronce tan anunciados desde hace mucho tiempo. ¿Acabarán de llegar al fin? Cualquiera diria que </i><i>los estaban criando.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">La Nación, 18/01/1868</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/8/8c/Entrada_del_rey_en_Madrid%2C_aspecto_de_las_Cortes_al_entrar_S%2C_M._en_el_Congreso_de_los_Diputados.jpg/800px-Entrada_del_rey_en_Madrid%2C_aspecto_de_las_Cortes_al_entrar_S%2C_M._en_el_Congreso_de_los_Diputados.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="591" data-original-width="800" height="473" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/8/8c/Entrada_del_rey_en_Madrid%2C_aspecto_de_las_Cortes_al_entrar_S%2C_M._en_el_Congreso_de_los_Diputados.jpg/800px-Entrada_del_rey_en_Madrid%2C_aspecto_de_las_Cortes_al_entrar_S%2C_M._en_el_Congreso_de_los_Diputados.jpg" width="640" /></a></div></span><span style="font-size: x-small;">Aspecto de las Cortes al entrar S. M. el Rey en el Congreso de los Diputados. La Ilustración de Madrid. 1871</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Los leones se instalaron en 1872.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>Ayer han quedado colocados los dos leones de bronce a la puerta del Congreso, que son una obra perfecta de la fundición de artillería de Sevilla. Al pié llevan una inscripción en que se dice se han hecho con los cañones ganados á los moros en la guerra de África de 1860.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>¡Si fueran de veras!..</i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">El Combate, 13/04/1872</div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Aunque los dos leones parecen simétricamente iguales no lo son, porque el de la izquierda pesa unos 450 kilos más que el otro y además el de la derecha carece de genitales masculinos. Lo primero que se le ocurre a uno es que no se distribuyó bien entre los dos leones el bronce disponible, pero otra teoría dice que son la representación de los mitológicos Hipómenes y Atalanta, convertidos en leones por la diosa Cibeles, y que no pueden mirarse como castigo. Esta teoría se apoya en que la actitud de los leones es muy similar a la de los que tiran del carro en la popularísima fuente de Cibeles. Atalanta conservaría ante el Congreso la melena de los leones machos para mantener la simetría, pero sin embargo la cola, diferente a la de su compañero, está enroscada como ocultando la falta de genitales masculinos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El Congreso de los Diputados actualmente forma un complejo parlamentario en torno a la Plaza de las Cortes. Sus dependencias e instalaciones han ido creciendo a lo largo de los últimos tiempos, a medida que aumentaba la complejidad e importancia de las funciones desempeñadas por la Cámara. Está formado por siete edificios con una superficie total construida de más de 88.000 m2.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-28872111232998471722020-07-14T11:50:00.005+02:002020-10-28T15:30:03.046+01:00Los relojes de la Puerta del Sol (II)<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv4HuwNtw_xwvIdj5W18uWfSnfjg1t9SI_lUZwF-FbumUXIQPIHeLMiI72m9mh4N6OWXrLpPmnDBPgv8PEqS8Z2sFezFmKKfBvaHTp_nISpFTPcq0wQxCDbemytZThFlbN0-2zRQPvB4E/s891/PUERTADELSOL2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="667" data-original-width="891" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv4HuwNtw_xwvIdj5W18uWfSnfjg1t9SI_lUZwF-FbumUXIQPIHeLMiI72m9mh4N6OWXrLpPmnDBPgv8PEqS8Z2sFezFmKKfBvaHTp_nISpFTPcq0wQxCDbemytZThFlbN0-2zRQPvB4E/w640-h480/PUERTADELSOL2.jpg" width="640" /></a></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><font size="1">Iglesia del Buen Suceso. Calotipo, 1852</font></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><font size="1"><br /></font></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">El nuevo reloj que ha construido Tomás de Miguel para el Buen Suceso no empieza con buen pie. La prensa será condescendiente al principio porque considera que son necesarios algunos ajustes que se irán haciendo en pocos días, pero el primer problema lo da las campanadas.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"> </div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><i>ATAQUE DE NERVIOS.—Anteayer á las cuatro y cuarto de la tarde se paró el reloj del Buen Suceso y hace tres dias tuvimos el gusto de oirle cantar á las doce del dia una cabatina de mas de cien campanadas. La causa so conoce que fue de poca consideración, pues antes de las seis ya estaba andando. Es de esperar que siendo la máquina tan buena se repitan poco estas interrupciones que solo pueden atribuirse á falta de cuidado.</i></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">El Clamor Público, 29/10/1848</div></div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Tomás de Miguel escribió una carta al periódico diciendo que <i>las intempestivas campanadas que dias atrás achacaron al reloj, no fueron producidas por el desbarate de la máquina, sino por los acólitos ó monaguillos de la iglesia que comenzaron el toque del Ave María un momento después de sonar la hora y con la misma campana.</i> Pues los monaguillos siguieron con las suyas o el reloj no funcionaba bien porque al mes siguiente:</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><i>Desate. Ayer á las cinco de la tarde se salió de quicio el reloj del Buen Suceso, y estuvo dando campanadas por espacio de media hora. Este desbarajuste que se ha repetido ya algunas veces, pone en boca del público el antiguo refrán de "largo parto y parir hija". Preciso es confesar que se han lucido los que intervinieron en esta mejora.</i></div></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">La España, 20/12/1848</div></div></div></blockquote><div><br /></div><div style="text-align: justify;">Empieza la desconfianza hacia el relojero, al fin y al cabo es un cerrajero que fabrica de todo pero no un especialista en relojería. Empiezan a circular rumores de que los relojes no los fabrica él.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Desde que poseemos un nuevo reloj, en la Puerta del Sol, solo se habla entre las personas inteligentes del hábil relojero de esta corte, don Tomás de Miguel. Lo que acerca de él se dice ha escitado nuestra curiosidad relativamente á los conocimientos mecánicos de este constructor, siéndole en alto grado favorables los datos que respecto de él han llegado á nuestra noticia; pero algo propensos á la incredulidad, necesitamos ver para creer, porque algunos sugetos, por miras que no alcanzamos, nos han asegurado que la multitud de relojes que sale de su establecimiento son importados de Francia ó de Inglaterra. No consistiría precisamente el perjuicio que de aqui se irrogase en hacer venir de paises estrangeros los relojes necesarios, sino en bautizar con un nombre propio las obras agenas.</i></div><div style="text-align: justify;">El Observador, 29/03/1849</div></blockquote><div><br /></div><div style="text-align: justify;"> Ahora se pide que el reloj permanezca iluminado para poder ver la hora de noche.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Una hora de vida es vida.—A consecuencia quizás de la reclamación que hicimos hace días, para que la farola y el reloj de la Puerta del Sol no se apagasen á las dos de la madrugada, se ha concedido una hora mas de vida á aquellas luces. Antes de anoche se apagaron á las dos todos los faroles de gas, menos la farola y el reloj que lucieron hasta las tres. Damos, pues, una parte de gracias á quien corresponda; pero rogamos que ardan hasta la madrugada, y el agradecimiento será completo.</i></div><div style="text-align: justify;">La España, 27/09/1849</div></blockquote><div><br /></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Se piden mejoras para este reloj tan céntrico porque hay quejas respecto a su iluminación. El periódico La Patria dice que se instalará <i>una nueva esfera que será de una sola pieza y de cristal mas grueso y consistente que la que había antes [...] de modo que esté la luz repartida por igual, y no presente el claro y oscuro que se observaba antes</i>. Según El Clamor Público, es preciso dar una disposicion a las luces a fin de que <i>el quinqué, que tiene dos tubos ó chimeneas para dar salida al humo</i> no perjudique al cristal. Finalmente, según La Época, se hizo una prueba que <i>salió perfectamente, pues la claridad era grande é igual en toda la muestra, distinguiéndose la numeración á larga distancia</i>. </div><div style="text-align: justify;">Todo esto a otro periódico le parece insuficiente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>PEOR ESTA QUE ESTABA.—Habíamos concebido la esperanza de que bien pronto podríamos admirar en la Puerta del Sol, un magnífico reloj astronómico; pero esta esperanza ha sido bien pronto desvanecida, al ver que lo único que por ahora se ofrece al público es un cambio de esfera, en la cual, si es cierto que hemos ganado en calidad, no lo os menos que hemos perdido en elegancia, pues los primeros números de la misma eran mucho mas modernos que estos últimos. Esperaremos, pues; de nuevo á que la anticuada esfera que acaba de colocarse se haga pedazos, para clamar otra vez para que en el sitio mas céntrico de Madrid se coloque un reloj digno de la capital de España, contentándonos hoy con indicar que hacia fines del año último, un artista francés residente en esta córte há mucho tiempo, y persona muy entendida en esta clase de obras, propuso por medio de una carta al Excmo. señor corregidor, construir un reloj, cuyo proyecto tenia ya concluido, que indicase la hora, los dias de la semana y del mes, el mes, y el año, y con la mayor exactitud las diferentes fases de la luna. En dicho proyecto el precio de este grandioso trabajo era en estremo módico, no pidiendo el autor otra remuneración que lo que se juzgase conveniente darle, y aun deseaba que su plan y sus cálculos fuesen sometidos á una comisión de personas inteligentes en la materia, á fin de que su proyecto no ofreciera la menor duda. Parécenos que estas condiciones bien merecían la pena de ser examinadas; pero está escrito que en Madrid, nada notable ha de hacerse.</i></div></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">La Nación, 30/08/1850</div></div></div></blockquote><div><br /></div><div style="text-align: justify;">Como epílogo a la iluminación, el quinqué "presentó su dimisión".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>El quinqué de gas que iluminaba el reloj del Buen Suceso, habia presentado hace algunas noches su dimisión y anteayer le fué por fin admitida, quedando la esfera enteramente á oscuras. En tanto que no se provea la vacante, el saber allí la hora después de ponerse el sol es cosa que depende del oido.</i></div><div style="text-align: justify;">El Observador, 22/10/1851</div></blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDx6wR__eNRD9Ga_i9aYQo1G99Rb5bV5xgICcDsox36NmPIdztBC440Rn5Qm-UoT4_PvVQtO6OxAhzHweZt2JExp5pVLqgwkE6FyPyOinZqHCUo8L1iIoGJrJRrWoKmnQQwWReE9DIPEQ/s1176/PUERTADELSOL3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="866" data-original-width="1176" height="472" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDx6wR__eNRD9Ga_i9aYQo1G99Rb5bV5xgICcDsox36NmPIdztBC440Rn5Qm-UoT4_PvVQtO6OxAhzHweZt2JExp5pVLqgwkE6FyPyOinZqHCUo8L1iIoGJrJRrWoKmnQQwWReE9DIPEQ/w640-h472/PUERTADELSOL3.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">1857, en primer término el solar de la iglesia del Buen Suceso. Faltan muchas casas por derribar.</span></div><div style="text-align: center;"><div><br /></div></div><div style="text-align: justify;">Los vecinos iban a tener que enfrentarse a un problema más grave: el reloj va a ser desmontado porque va a derribarse la iglesia del Buen Suceso.</div><div style="text-align: justify;">Para hacer la reforma de la Puerta del Sol y dejarla con la forma que tiene hoy en día, hubo que derribar manzanas enteras. Dado que la iglesia pertenecía al patrimonio real, los derribos empezaron con este edificio que no presentaba la dificultad del largo proceso de desahucios y litigios con dueños de fincas que se preveía. El reloj iba a ser desmontado y era necesario encontrar cuanto antes otro lugar en la Puerta del Sol para instalarlo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>PUERTA DEL SOL.—Ayer se comenzaron á trasladar en diversos carros particulares y furgones de la casa real los muebles y efectos de la iglesia del Buen-Suceso. Al mismo tiempo se hicieron los hoyos sobre el asfalto para colocar los andamios y el castillete de demolición. Alarmados muchos propietarios de casas en la Puerta del Sol, al ver la rapidez con que han principiado los trabajos, parece que celebraron ayer mismo una junta con el fin de elevar á S. M. una respetuosa esposicion, demostrando los graves perjuicios que les ocasiona la última medida dictada por el Gobierno</i></div><div style="text-align: justify;">El Clamor Público, 25/02/1854</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Ayer se ha principiado el derribo de la iglesia del Buen Suceso. Como generalmente no se esperaba que estas operaciones empezaran tan pronto, los transeúntes se veían como sorprendidos, y era crecídisimo el número de las personas que admiradas de tanta celeridad se paraban a contemplar el principio de la gran reforma que vá á trasformar el aspecto de la capital.</i></div><div style="text-align: justify;">El Heraldo, 25/02/1854</div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i>Con la misa de dos dio ayer fin el culto divino en el Buen-Suceso. El derribo de esta antigua iglesia ha principiado ya, habiéndose desarmado el reloj, cuya falta se nota estraordinariamenle en aquel punto tan principal de la corte.</i></div><div style="text-align: justify;">La Esperanza, 25/02/1854</div></blockquote><div><br /></div><div style="text-align: justify;">Recién derribada la iglesia ni siquiera existía el proyecto que iba a ser elegido para la nueva Puerta del Sol, pero en aquel momento todo el mundo daba por hecho que el Buen Suceso sería reedificado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Reloj del Buen Suceso. La reedificación de Buen Suceso, por muy pronto que se concluya, es obra larga, y el reloj, mientras tanto, está haciendo allí una falta muy notable, no solamente por considerársele como oficial, sino por el grande y continuo servicio que prestaba á todos los vecinos de Madrid. Su colocación por lo tanto, en otro sitio de la Puerta del Sol es de urgente necesidad, y ninguno mejor que la antigua casa de correos, como se indicó al principio. Sí el hacer para ello alguna obra sobre el centro de la fachada principal ofrece dificultades, el construir provisionalmente un torreón en el ángulo de la calle de Carretas, ni origina demasiado gasto, ni podria tampoco estropear el edificio, además de ser aun mejor este punto como mas visible, en todas dírecciones. Creemos, pues, que el ayuntamiento debe, sea por el medio indicado, ó, por cualquiera otro que estime conveniente, reparar la mencionada falta en obsequio del público.</i></div><div style="text-align: justify;">La España, 10/03/1854</div></blockquote><div><br /></div><div> </div><div><br /></div><div> </div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-63945147377037039842020-07-12T17:45:00.032+02:002020-10-28T15:25:05.213+01:00Los relojes de la Puerta del Sol (I)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQNh7lGPIChwSczFbtkMFKPt_FEUSX0G7Nx6x-XJzQatdRVzbU6P3Z58o1eWFuAwOYQZigQ_SI1Hz0I7b9cFNzRBiPkVsirvum-Byf-BL-hpXfYDFXOR0XqdXbguDg8GOlrhBM2m7C1C0/s640/PUERTA+DELSOL1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="640" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQNh7lGPIChwSczFbtkMFKPt_FEUSX0G7Nx6x-XJzQatdRVzbU6P3Z58o1eWFuAwOYQZigQ_SI1Hz0I7b9cFNzRBiPkVsirvum-Byf-BL-hpXfYDFXOR0XqdXbguDg8GOlrhBM2m7C1C0/w640-h480/PUERTA+DELSOL1.jpg" width="640" /></a></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><span>La iglesia del Buen Suceso entre la call</span><span>e Alcalá y la Carrera de San Jerónimo</span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small; text-align: justify;"> </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: inherit; text-align: justify;">En el siglo XVII ya se vió la necesidad de que en la Puerta del Sol hubiese un reloj, </span><span style="font-family: inherit; text-align: justify;">así que en 1641 el presbítero D. Francisco de Vivero, administrador del Hospital del Buen Suceso, presentó el oportuno memorial manifestando:</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><i><font face="inherit" size="1"> </font></i></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><i><font face="inherit">Que como en aquel sitio no hay reloj, se vive como en una aldea, sin saberse la hora que es, con nota en la policía de sitio tan principal.</font></i></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><i><font face="inherit">Que los mercaderes, tenderos y señores de las casas, todos hacen instancia y ofrecen contribuir para la obra y costa del reloj.</font></i></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><i><font face="inherit">Y que el Hospital aunque está tan pobre, y que con estas cosas de Portugal ha perdido la renta do 600.000 maravedís, demás del sitio ofrece 1.000 ducados [...]</font></i></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><i><font face="inherit">El corregidor nombró una Comisión que estudiara el asunto; pasaba tiempo sin que ésta emitiera dictamen [...] hasta que desentendiéndose del Municipio, el Hospital construyó su reloj, que vino á ser, por lo tanto, propiedad del Real Patrimonio.</font></i></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><font face="inherit">Heraldo de Madrid, 14/02/1900</font></div></div></blockquote><div><font face="inherit" size="1"> </font></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">Este primitivo reloj de la iglesia del Buen Suceso solo tenía una aguja para señalar las horas y carecía de aguja para los minutos; como complemento, la campana daba los cuartos y las medias. En el siglo XIX esta antigualla estaba en un estado lamentable y para que se pudiese ver la hora por la noche, en 1836 añadieron un reverbero con una llamita alimentada con aceite que se apagaba con frecuencia. Esta iluminación del reloj empezó a ser motivo de mofa.</font></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit" size="1"> </font></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit">Hallándose apagado el rebervero que da luz a la esfera del reloj del Buen Suceso, antes de las diez y media de la noche del viernes 22, le llamó la atención a un soldado que acababa de poner las cartas en buzon del correo, y dijo á otro que le acompañaba: oye, chico, ¿sabes que me ocurre al ver apagada aquella luz? ¿Qué, le dijo el otro? ¿Que si estará encargado el suministro del aceite á algun provisionista como el de los soldados? Al paso no pudimos percibir lo demás que quedaban diciendo, y nos reimos de la ocurrencia, al mismo tiempo que nos compadecimos de que una incidencia que no sabemos si es frecuente, diera lugar á aquella murmuración.</font></i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">El Español, 26/01/1836</font></div></div></blockquote><div><font face="inherit"><br /></font></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">Incluso se publicó una supuesta conversación entre paletos. </font></div><div><font face="inherit"><br /></font></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit">Anoche hemos oído un dialogo ó cuestión de bastante chiste que tenían entre si dos lugareños, los cuales parados en medio de la puerta del Sol examinaban con la boca abierta el reloj del </font></i><i><font face="inherit">Buen Suceso, sin que ninguno de los dos acertara á comprender como era que se veia la hora del mismo modo que de dia.</font></i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit">Le dará el sol por la trasera, decia el uno.—Que bruto eres! contestaba el otro; si es de noche ¿como ha de darle el sol?—Pues estara por dentro el sacristán alumbrándole con luz.—No, hombre, no; eso sera que el reloj dará por dentro a la iglesia y con las velas de los altares se iluminara por fuera. —Pues yo creo que es la luna que le da de frente. Entonces levantaron los ojos al cielo para cerciorarse, y como nada vieron se retiraron, calculando sobre cuál podria ser la causa, sin que nosotros pudiéramos oir cual fué la opinion que al fin prevaleció entre los confusos lugareños.</font></i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">El Español, 30/07/1846</font></div></div></blockquote><div><font face="inherit"><br /></font></div><div><font face="inherit">El reloj del Buen Suceso, por su céntrica situación, tenía en la práctica carácter de hora oficial. Señalaba a las 6 de la tarde el momento en el que los mayorales restallaban el látigo para que las mulas iniciasen la marcha de los correos a toda velocidad, marcaba el horario de los comercios y de las misas, y en general regía la vida ordinaria de aquella parte de Madrid. Todo ello a pesar de que solo tenía una aguja; por eso los toques de campana para cuartos y medias eran tan necesarios.</font></div><div><font face="inherit"><br /></font></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit">Disputaban antes de anoche dos sugetos en un cafe sobre si eran ó no las ocho y media, llegando su terquedad hasta el ridiculo estremo de apostar por esto seis duros. Convinieron ambos en que fuese el reloj de la Puerta del Sol el que dacidiera, y marchaban á pasos acelerados, esperando cada cual cobrar á su contrario la precitada cantidad.</font></i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit">Cuando llegaron á tan concurrido sitio, apuntaba efectivamente la mano de la muestra del Buen Suceso cerca de los tres cuartos para las nueve; en vista de lo que, conformado el que perdía, sacó sus 120 rs., entregándolos al contrarío. Dirigíanse todos después por la carrera de San Gerónimo, y apenas habian entrado en esta calle, cuando sonó en el citado reloj la media. Allí fué Troya; el pagano exige la cantidad en cuestión que el otro se negaba á devolverle. En una palabra, comenzaron de nuevo una mas que nunca acalorada disputa, que dio por resultado el venirse á las manos y dar un buen rato á los que tuvieron la fortuna de presenciar el fin de tan singular cuestión.</font></i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">El Espectador, 04/01/1848</font></div></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNebLZXM4_twbv7ftpnd2cFWbyc49P-xYLCutjCTPBNnsNxq8oFO_d5wGhU5ZaoVx_iy_hPbSN3tGQnTLvhmEfVume40B4RGvqUarhKcYllhVS71gds4clzaf3k_fla0YM34FDqE6qu2I/s964/Puerta+del+Sol+1833.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="684" data-original-width="964" height="454" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNebLZXM4_twbv7ftpnd2cFWbyc49P-xYLCutjCTPBNnsNxq8oFO_d5wGhU5ZaoVx_iy_hPbSN3tGQnTLvhmEfVume40B4RGvqUarhKcYllhVS71gds4clzaf3k_fla0YM34FDqE6qu2I/w640-h454/Puerta+del+Sol+1833.jpg" width="640" /></a></div></div><div style="text-align: center;"><font size="1">Delante de la iglesia del Buen Suceso. 1833.</font></div></div><div style="text-align: center;"><font face="inherit" size="1"> </font></div><div><font face="inherit">Claramente era necesario con urgencia un reloj nuevo.</font></div><div><font face="inherit" size="1"> </font></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit"><i>Mucho antes de que la prensa indicase la conveniencia de poner en la Puerta del Sol un reloj mas perfecto que el que hoy existe, el señor alcalde corregidor, conde de Vístabermosa, había pensado verificar esta mejora [...]</i><i> Ayer parece que </i><i>en la sesion celebrada por el ayuntamiento se autorizó al señor corregidor para que verifique la obra, y este piensa poner á la mayor brevedad en la Puerta del Sol un magnifico reloj de esfera trasparente, que no solo señalará las horas, como el que hoy existe, sino también los minutos. El reloj que hoy vemos en el Buen Suceso se trasladará a otro punto de la capital, y asi tendrá esta un reloj público mas y uno muy superior al antiguo en el punto céntrico de la corte, donde todos les que pasan desean saber á punto fijo la hora, y que es la guía de millares de personas que no tienen otro medio de saberla.</i></font></div></div><div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">El Heraldo, 29/07/1848</font></div></div></blockquote><div><font face="inherit" size="1"> </font></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">Encargaron el reloj a un inquieto industrial llamado Tomás de Miguel <i>El Vizcaíno</i> que tenía su establecimiento en la calle de la Reina. Tomás de Miguel no sólo fue uno de los cerrajeros más notables del Madrid isabelino, sino que era un personaje con gran empuje y fuerza emprendedora. A otra escala que hombres como José de Salamanca o Miguel Heredia, se convirtió, sin embargo, en un gran empresario, en el que se unieron el espíritu artístico y el afán científico e innovador. En 1841 su taller de la calle de la Reina llegó a contar con sesenta trabajadores. Fabricaba y vendía toda clase de obras de cerrajería y herrería, balcones, rejas, muebles de hierro, camas de hierro y bronce, máquinas, bombas, prensas etc. En 1842 ya había vendido al Ayuntamiento, para la Casa Consistorial de la Plaza de la Villa, un reloj por el precio de 15.000 reales, estando incluido en este total las pesas, la esfera con iluminación, la campana de 16 arrobas y la adaptación del cuarto de la torre.</font></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit" size="1"> </font></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">En agosto de 1848 varios periódicos publicaron el mismo texto:</font></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit" size="1"> </font></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit">Parece que ya se está construyendo, y estará colocado para la época de la feria, el magnifico reloj que ha de reemplazar al que hoy existe en la Puerta del Sol. Tendrá una gran esfera transparente, y señalará los minutos. El constructor es don Tomás de Miguel, acreditado fabricante, que se ha prestado á hacer esta obra con la mayor economía posible. Es muy satisfactorio para nosotros que esta obra se haya confiado á un español.</font></i></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><font face="inherit" size="1"> </font></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">La prensa satírica también tenía algo que decir:</font></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit" size="1"> </font></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit">En el próximo Setiembre, y para la época de las ferias, será colocado en la fachada del Buen-Suceso el reloj de esfera trasparente que está construyendo D. Tomás de Miguel. Sobre esto dijo El Popular que le era muy satisfactorio que esta obra se hallase confiada á un español, iQué cosas tiene El Popular! pues qué, señor periodiquito, ¿no habia de haber en una nación medio ilustrada un hombre que supiera hacer una esfera trasparente? ¿Habia de haberse recurrido al estranjero para una cosa tan pequeña? ¡frescos estaríamos! ¿Por qué no se alegra usarced mañana de que la conducción del agua á las casas esté confiada á aguadores españoles? bien que por otra parte nada es de estrañar en un papelito que dice que las comedias andaluzas no son españolas.</font></i></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">Pericón y Pendanga, 30/08/1848</font></div></div></blockquote><div><font face="inherit" size="1"> </font></div><div><font face="inherit">Aquel verano, mientras todo el mundo esperaba impaciente la instalación del nuevo reloj, parecia que el viejo, ya exhausto, se desmoronaba por días.</font></div><div><font face="inherit" size="1"> </font></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit">MALOS SINTOMAS. El reloj de la Puerta del Sol se haya acometido de una parálisis parcial. Ayer señalaba las once á las cuatro y media de la tarde. Este incidente es de poca importancia, si se atiende á que este reloj es el primero de la capital, y por el que se rigen la mayor parte de sus habitantes.</font></i></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">El Espectador, 30/09/1848</font></div></blockquote><span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit">El reloj del Buen Suceso, que se encuentra en espectacion de retiro, parece se ha dado de baja, dejando sin saber la hora á los señores socios de la Puerta del Sol. No sabemos si el señor marqués de Santa Cruz seguirá en la idea de reemplazarle con otro nuevo como estaba proyectado, ó sí querrá obligarle á que continúe marcando el tiempo á su antojo, según tiene de costumbre.</font></i></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">La Esperanza, 30/09/1848</font></div></blockquote><span style="text-align: justify;"><font face="inherit" size="1"> </font></span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit">PARÁLISIS.—El antiguo reloj de la Puerta del Sol ha sufrido ayer un ataque paralítico de la mayor gravedad. Estaba apuntando las diez de la mañana, cuando sufrió una revolución tan violenta que se quedó en las mismas dos, sin que nadie acudiera á su socorro. Suplicamos que se le baje al Hospital de la casa, ó que se le dé de baja, reemplazándole con el que se nos ha prometido. </font></i></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">El Clamor Público, 01/10/1848</font></div></blockquote><div><font face="inherit" size="1"> </font></div><div><font face="inherit">Con la llegada de octubre llegan buenas noticias: ya falta poco.</font></div><div><font face="inherit" size="1"> </font></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit"> —¡Gracias á Dios!—Dentro de pocos dias veremos en la fachada del Buen Suceso el nuevo reloj, á cuya colocación se ha dado ya principio. Parece que la esfera es trasparente, debiendo iluminarse por el interior. Ademas ofrece la ventaja de tener dos agujas para que los concurrentes á la Puerta del Sol puedan distraerse de sus graves ocupaciones contando los minutos.</font></i></div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">El Clamor Público, 03/10/1848</font></div></blockquote><div><font face="inherit" size="1"> </font></div><div><font face="inherit"> Llegó el día de la inauguración que fue... un poco decepcionante.</font></div><div><font face="inherit" size="1"> </font></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><i><font face="inherit">Ya rige. Un gran número de curiosos se reunió anoche delante del Buen-Suceso para oír las primeras campanadas y ver iluminar la esfera del nuevo reloj; pero se llevaron chasco, pues aunque efectivamente á las seis y media empezó á señalar la hora, ni se vió luz alguna ni sonó la campana. Esto nada tiene, de particular si se atiende á que es necesario hacer muchas pruebes para que una máquina de esta clase quede bien nivelada y pueda seguir el movimiento sin interrupción. Es de creer que vencidas todas las dificultades, quede hoy satisfecha la curiosidad del público.</font></i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">La España, 20/10/1848</font></div></div></blockquote><span style="font-size: xx-small;"> </span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit"><i>NUEVO RELOJ. Anoche hemos visto iluminada por primera vez la esfera del reloj del Buen Suceso. El aspecto que presenta es magnifico. Si el gas que alimenta la luz interior, no está sujeto á intercadencías </i><i>como de costumbre, creemos que la mejora es positiva, y que la agradecerá la población. Por lo demás, la esfera es lindísima y está formada con dos cristales unidos perfectamente, y raspados por la parte interior, á fin de que sean trasparentes, sin que pueda verse la máquina. Según hemos oído tiene de coste unos 12,000 rs. Ahora solo falta que el reloj acabe de ponerse al corriente, pues ayer le sucedía lo que un proverbio vulgar atribuye al de Pamplona, que apunta y no dá.</i></font></div></div><div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">El Espectador, 20/10/1848</font></div></div></blockquote><span style="text-align: justify;"><font face="inherit" size="1"> </font></span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit"><i>Ayer empezó á dar las horas el nuevo reloj del Buen Suceso; pero ademas de notarse aIguna irregularidad, especialmente la campana grande parece que trabaja á disgusto, pues apenas se la oye, siendo </i><i>asi que es la misma que habia alli anteriormente. </i></font></div></div><div><div style="text-align: justify;"><font face="inherit">La Esperanza, 21/10/1848</font></div></div></blockquote><div><font face="inherit" size="1"> </font></div><div><font face="inherit"> </font></div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1820804898291572830.post-18472029639917803792020-07-10T09:56:00.086+02:002020-10-28T15:20:42.332+01:00Dalí, Lorca, Buñuel y otros en el Café Regina<div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://urbancidades.files.wordpress.com/2008/11/calle-de-alcala_1920_alfonso_small.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="800" height="480" src="https://urbancidades.files.wordpress.com/2008/11/calle-de-alcala_1920_alfonso_small.jpg" width="640" /></a></div></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;"><font>1920. A la izquierda, la terraza </font><span>del Café Regina en la calle de Alcalá</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"> </span></div><div style="text-align: justify;">En la época de la Residencia de Estudiantes, Dalí se hizo asiduo del Café Regina y probablemente a través de él, Lorca y Buñuel también se hicieron asiduos. En su libro autobiográfico 'La Vida Secreta de Salvador Dalí' que ilustró con numerosos dibujos, cuenta: </div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>sentado en la terraza del café Regina y bebiendo tres cinzanos con aceitunas, me dediqué a contemplar en la compacta multitud de mis espectadores que pasaban ante mí, todo el futuro que el público anónimo ya tenía reservado para mí en el bullicio de sus actividades diarias.</i></div></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Dalí, Salvador: The Secret Life of Salvador Dalí. New York. 1942.</div></div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Dalí comenzó a escribir el libreto para una opera, titulada Être Dieu, junto a Lorca una tarde en el Café Regina, pero el proyecto no prosperó porque a pesar de la insistencia de Dalí en días posteriores, Lorca mostró falta de interés. Dalí lo contó en el prólogo de su novela 'Rostros ocultos' que jamás se publicó íntegra en España a causa de la censura. La novela, homenaje nada secreto a Lorca, apareció originalmente en francés.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>En 1927, sentado un día al sol de primavera en la terraza del café Regina de Madrid, el malogrado poeta Federico García Lorca y yo tuvimos juntos la idea de una ópera (...) El día que me llegó en Londres la noticia de la muerte de Lorca, que había sido víctima de la ciega historia, me dije a mí mismo que debería hacer sólo nuestra ópera. Mantengo la firme resolución de realizar un día este proyecto, al llegar a mi madurez.</i></div></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Dalí, Salvador: Visages Cachés, 1943.</div></div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Luis Buñuel, a quien le encantaba disfrazarse, contó en su libro de memorias 'El último suspiro' una gamberrada que hizo con Lorca a las puertas del Café Regina: </div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>de obrero me disfracé con Federico, y anduvimos por todas partes. Me acuerdo que nos tropezamos con Melchor Fernández Almagro y con José de Ciria y Escalante —¿te acuerdas de Ciria?—, que salían del café Regina, y nos tropezamos duro con ellos. Yo le di un empujón a Melchor, y empezamos a insultarles: «Estos cochinos señoritos que no saben a dónde van». No nos conocieron. ¡Que no se conocieran Melchor y Federico! ¡Es fenomenal eso de disfrazarse! Me he disfrazado de todo [...] <font face="inherit"><span style="background-color: #fff8f6; font-size: 15px; text-align: start;">Pero eso no es nada al lado de las cosas que hacían Federico y Dalí. Entre otras cosas, lo que les gustaba era estafar a los sudamericanos. A los diplomáticos. Les pegaban unos sablazos como de, por ejemplo, cien o doscientas pesetas. Y echaban a correr.</span></font></i></div></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">Buñuel, Luis: Mon dernier soupir, 1982.</div></div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El Regina era un café de tertulias. Entre otros, tuvieron allí su tertulia Manuel Azaña, Unamuno, el pintor Julio Romero de Torres y Valle-Inclán. Max Aub dijo: <i>fui durante trece años al café Regina casi todas las tardes que estaba en Madrid.</i> Valle-Inclán, a quien todavía le quedaba un brazo para otra bronca, provocó un incidente en 1922.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>En la terraza del café Regina se desarrolló anteanoche un incidente personal entre el redactor de «Eí Imparcial», Joaquín López Barbadillo, y el conocido novelista D. Ramón del Valle Inclán. Se produjo el incidente por haberse levantado de su silla Barbadillo y ocuparla Valle Inclán, al creerla desocupada. Al volver el periodista a su asiento, Valle Inclán, que conocía la propiedad de aquél, se negó a abandonarla y se produjo en tonos muy descompuestos, que fueron contestados en !a misma forma por el conocido revistero taurino. Va!le Inclán !evantó el bastón y lo descargó sobre Barbadillo, causándole una ligera herida en la cabeza. Barbadillo se limitó a sujetar a su agresor, hasta que los amigos de uno y otro pusieron término al incidente. Barbadillo fué curado en su casa, y la Policía tomó el nombre de Valle Inclán para que declare ante el juez que ha de entender en este desagradable asunto.</i></div></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">La Libertad, 27/05/1922</div></div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://silveragelab.net/wp-content/uploads/2018/06/Valle_01.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="389" data-original-width="567" src="https://silveragelab.net/wp-content/uploads/2018/06/Valle_01.jpg" /></a></div><div style="text-align: center;"><font size="1">"Don Ramón del Valle-Inclán at a table in front of the Café Regina". The New York Times. 01/01/1922.</font></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">También acudían al café señoritas de "sonrisas de alquiler", aunque a veces las sonrisas se tornaban lanzas:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i>En el café Regina se promovió anoche un formidable escándalo, del que fueron protagonistas dos señoritas asiduas concurrentes nocturnas al mencionado establecimiento. Por no sabemos qué causas, las protagonistas, después de insultarse, se acometieron violentamente, gulpeándose con furia. El escándalo que se produjo fué enorme. El servicio cayó al suelo, haciéndose añicos. Los parroquianos se </i><i>pusieron en pie en las sillas para presenciar la pelea de las dos jóvenes. Intervino el personal de la casa, que logró separar a las belicosas damas. De momento quedó restablecido el orden; pero a los pocos instantes nuevamente se acometieron, y ambas rodaron por el suelo agarradas del pelo. Una de ellas se hirió y la otra fué victima de un fuerte ataque de nervios. Las dos muchachas resultaron lesionadas y quedaron con los vestidos hechos jirones. El escándalo duró varios minutos y fué “la comidilla” de la clientela durante toda la noche.</i></div></div></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;">El Liberal, 07/06/1929</div></div></div></blockquote><div><br /></div><div style="text-align: justify;">Entre la heterogénea clientela del Regina había toreros y ganaderos. Relacionadas con este café se recuerdan dos historias taurinas que tuvieron desenlaces muy diferentes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El 23 de enero de 1928, mientras el torero Diego Mazquiarán <i>Fortuna</i> caminaba por la Gran Vía, se encontró con un toro que llevaba escapado desde el Paseo de la Virgen del Puerto y había corneado ya a varias personas. Se enfrentó a él con un estoque que mandó traer de su casa, y su abrigo, y consiguió matarlo. Los transeúntes, que habían pasado muchos minutos de pánico, vitorearon al torero. Por este hecho le concedieron la Cruz de la Orden Civil de la Beneficencia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>En estas manifestaciones se distinguieron las dependientas, guapísimas todas, de una casa de modas de la Gran Vía, que pidieron al diestro que cortara la oreja del toro. Fortuna la cortó, por complacer a las muchachas, y luego de expresarles su gratitud, trato de retirarse; pero se vió rodeado por una verdadera avalancha de gente, que lo levantó en vilo y lo paseó triunfalmente por las calles. Fortuna logró desasirse de sus admiradores y entró en el café Regina, donde tuvimos el gusto de saludarle y felicitarle por su hazaña. Luego nos refirió modestamente:</i></div><div style="text-align: justify;"><i>[...] hice lo que cualquiera en mi caso hubiese hecho. Mandé que me trajeran un estoque y maté al toro para evitar nuevas desgracias.</i></div><div style="text-align: justify;">Heraldo de Madrid, 23/01/1928</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.madridiario.es/fotos/1/177581_Sinttulo_13.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="535" data-original-width="627" height="546" src="https://www.madridiario.es/fotos/1/177581_Sinttulo_13.jpg" width="640" /></a></div></div><div style="text-align: center;"><font size="1">Fortuna entra a matar en la Gran Vía</font></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Enrique Cano <i>Gavira</i> fue un torero de Cartagena que no había llegado todavía a destacar, vivía de su oficio con apreturas y su mujer estaba embarazada. Un día que entró en el Regina estaba dispuesto a "darlo todo" por mejorar su situación.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><i>Gavira se había levantado el domingo a la hora de costumbre, y después de asearse salió a la calle. Se sirvió en una peluquería, y entró en el café Regina, de donde era un parroquiano habitual. Algún amigo hubo de reprocharle cariñosamente: «Hombre, toreando esta tarde, no debías estar aqui!» Y él respondió: «Mi oficio es torear, y aunque yo esté aquí ahora, esta tarde saldré a la plaza a ganar ocho o nueve corridas o una cornada. ¡Todo menos seguir así!»</i></div><div style="text-align: justify;">La Correspondencia Militar, 05/07/1927</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Aquella misma tarde Gavira murió en la plaza antigua de Madrid por una cogida al entrar a matar al toro "Saltador".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><br /></div></div></div>Juan Doehttp://www.blogger.com/profile/14782550007731603863noreply@blogger.com0